ARTE BIZANTINO




El Hipódromo de Constantinopla (en turco: Sultanahmet Meydanı) fue el centro deportivo y social de Constantinopla, capital del Imperio bizantino y ciudad que en el siglo V llegó a ser la más grande del mundo. Actualmente es una plaza llamada Sultanahmet Meydanı (Plaza Sultán Ahmet) en la ciudad turca de Estambul, sobreviviendo únicamente algunos fragmentos de la estructura original.
La palabra hipódromo viene del griego hippos ('ιππος), que significa caballo, y dromos (δρομος), que significa camino. La hípica y las carreras de carros eran pasatiempos muy populares en el mundo antiguo y los hipódromos fueron bastante comunes en las ciudades griegas durante los periodos helenístico, romano y bizantino.
Historia y uso

El hipódromo suele ser asociado a los días de gloria de Constantinopla cuando era la capital imperial, sin embargo, el monumento es anterior a esa fecha. El primer hipódromo se construyó cuando la ciudad aún se llamaba Bizancio, siendo una ciudad provincial de moderada importancia. En el año 203, el emperador Septimio Severo reconstruyó la ciudad, aumento sus murallas y la dotó de un hipódromo.
En el 324, el emperador Constantino el Grande decidió trasladar el gobierno de Roma a Bizancio, renombrando la ciudad como Nova Roma. El nombre no impresionó, por lo que comenzó a ser conocida como Constantinopla, la ciudad de Constantino. Constantino amplió en gran medida la ciudad, siendo la renovación del hipódromo uno de sus objetivos más importantes. Se estima que el hipódromo tenía cerca de 450 metros de largo y 130 metros de ancho. Tenía una capacidad de 100 000 espectadores.
La pista de carreras tenía forma de U, y el Kathisma (el palco del emperador) estaba situado en el extremo este de la pista. Al Kathisma se podía acceder directamente desde el Gran Palacio a través de un pasillo que solo el emperador y otros miembros de la familia imperial podían utilizar. Sobre las casillas del hipódromo había cuatro estatuas de caballos construidos en bronce representando una quadriga, colocadas en el extremo norte. Estos cuatro caballos de bronce, llamados actualmente Caballos de San Marcos, fueron saqueados durante la Cuarta Cruzada en 1204 y colocados en la fachada de la Basílica de San Marcos, en Venecia. La pista fue decorada con otras estatuas de bronce de caballos y aurigas famosos, de las cuales ninguna sobrevive.
Durante el periodo bizantino, el hipódromo fue el centro de la vida social de la ciudad. En las carreras de carruajes se apostaban grandes cantidades de dinero, y toda la ciudad se dividía entre los seguidores del equipo de los Azules (Venetii) y los de los Verdes (Prasinoi). Los otros dos equipos de carreras, los Rojos (Rousioi) y los Blancos (Leukoi), se fueron debilitando gradualmente y fueron absorbidos por los dos equipos principales. La rivalidad entre Azules y Verdes solía verse influenciada con las rivalidades políticas o religiosas, y en ocasiones los disturbios acababan en una guerra civil. Los más graves fueron los llamados disturbios de Niká ocurridos en el 532, en los cuales se dice que murieron 30 000 personas.
Tras el saqueo perpetrado durante la Cuarta Cruzada Constantinopla no se volvió a recuperar y, a pesar de que el Imperio bizantino sobrevivió hasta el 1453, el hipódromo no se volvió a reconstruir. Los turcos otomanos, que en 1453 conquistaron la ciudad convirtiéndola en capital del Imperio otomano, no estaban interesados por las carreras por lo cual el hipódromo fue gradualmente cayendo en el olvido, aunque nunca llegó a ser destruido.
Monumentos del hipódromo
Para mejorar la imagen de su nueva capital, Constantino y sus sucesores, sobre todo Teodosio el Grande, trajo obras de arte de todos los rincones del imperio para adornarlo. Entre ellas estaba el Trípode de Platea, conocido actualmente como la Columna de las Serpientes, construida para celebrar la victoria de los griegos sobre los persas durante las guerras médicas en el siglo V a. C. Constantino ordenó trasladarla al hipódromo desde el templo de Apolo en Delfos, y la colocó en el centro del hipódromo. La parte superior de la columna estaba adornada con una bola dorada sostenidas por tres cabezas de serpiente. La bola fue destruida o robada durante la Cuarta Cruzada. Las cabezas de serpiente fueron destruidas como muy tarde a finales del siglo XVII, ya que muchas miniaturas otomanas muestran que en los primeros siglos que siguieron a la conquista turca de la ciudad las cabezas estaban intactas.[3] Algunos trozos de las cabezas se recuperaron y se exhiben en el Museo arqueológico de Estambul. Actualmente, todo lo que queda del Trípode de Delfos es su base, conocida como la Columna de las Serpientes.
Otro emperador que adornó el hipódromo fue Teodosio el Grande, que en el 390 trajo un obelisco desde Egipto (el obelisco de Teodosio) y lo erigió dentro de la pista. Tallado en granito rosa, fue erigido originalmente en el templo de Karnak en Luxor alrededor del 1490 a. C., durante el reinado de Tutmosis III. Para trasladar el obelisco hasta Constantinopla, Teodosio tuvo que dividirlo en tres piezas. Solo se conserva la parte superior erigida actualmente en el lugar donde Teodosio la colocó sobre un pedestal de mármol. El obelisco se conservado casi 3500 años en buenas condiciones.
En el siglo X, el emperador Constantino VII construyó otro obelisco, el de Constantino, en el otro extremo del hipódromo. Originalmente estaba cubierto con placas de bronce doradas pero fueron robadas durante la Cuarta Cruzada, quedando a la vista el interior construido con bloques de piedra.
El hipódromo en la actualidad


Actualmente, el área que abarca el hipódromo recibe el nombre de Plaza Sultán Ahmet. El recorrido de la antigua pista de carreras ha sido enlosada, aunque la pista original se encuentra 2 metros más abajo del recorrido actual. La spina, los dos obeliscos y la columna serpentina están colocados en agujeros ajardinados, manteniendo los edificios sobre la superficie original del hipódromo.
La fuente alemana, una fuente octagonal abovedada de estilo neobizantino, fue construida por el gobierno alemán en 1900 para marcar la visita a Estambul del emperador alemán Guillermo II en 1898. Se encuentra en la entrada norte del área del hipódromo, enfrente de la Mezquita Azul.
El hipódromo no ha sido nunca sistemáticamente excavado por los arqueólogos. Una parte de las subestructuras del Sphendone (la curva de uno de los extremos) es ahora visible desde que en los años 80 se destruyesen unas casas de la zona.
En 1993 una zona cercana a la Mezquita del Sultán Ahmed (la Mezquita Azul) fue demolida para construir unos servicios público, dejando al descubierto varias filas de asientos y algunas columnas del hipódromo. La investigación no llegó más lejos, pero los asientos y columnas fueron retirados y trasladados a varios museos de Estambul. Posiblemente, muchos restos más del hipódromo permanezcan aún bajo los jardines de la mezquita.
| Murallas de Constantinopla | ||
|---|---|---|
Fachada exterior de las Murallas de Constantinopla. | ||
| Ubicación | ||
| País | ||
| Ubicación | Estambul | |
| Coordenadas | 41°01′05″N 28°55′24″E | |
| Características | ||
| Tipo | Murallas | |
| Estilo | Arquitectura bizantina | |
| Materiales | caliza, ladrillo | |
| Altura | hasta 12 metros | |
| Estado | Murallas terrestres parcialmente ruinosas, obras de restauración en progreso; murallas marítimas en gran medida derribadas | |
| Propietario | Turquía | |
| Visitable | Sí | |
| Historia | ||
| Construido | Siglos IV-V, con restauraciones y añadidos posteriores | |
| Constructor | Septimio Severo Constantino I Teodosio II | |
| Controlado por | Imperio romano, Imperio bizantino, Imperio latino, Imperio otomano | |
| Conflictos bélicos | Sitio persa-ávaro de 626, Primer y segundo asedio árabe, Rebelión de Tomás el Eslavo, Cuarta cruzada, Segundo y último asedio otomano | |
| Mapa de localización | ||
Ubicación en Estambul | ||
Las murallas de Constantinopla son una serie de muros defensivos de piedra que han rodeado y protegido la ciudad de Constantinopla (hoy en día Estambul en Turquía) desde su fundación como la nueva capital del Imperio romano de Oriente por Constantino I. Con numerosas adiciones y modificaciones durante su historia, fueron el último gran sistema de fortificación de la antigüedad y uno de los sistemas más complejos y elaborados jamás construidos.
Inicialmente construidas por Constantino I, las murallas rodeaban la nueva ciudad por todos lados, protegiéndola contra ataques tanto por mar como por tierra. A medida que la ciudad crecía, en el siglo V se construyó la famosa línea doble de las murallas de Teodosio. Aunque las otras secciones de las murallas eran menos elaboradas, cuando se encontraban bien defendidas por soldados, eran casi inexpugnables para cualquier sitiador medieval. Salvaron la ciudad, y con ella al Imperio bizantino, durante los asedios de la coalición ávaro-sasánida, árabes, rusos y búlgaros, entre otros. El advenimiento de los cañones de asedio de pólvora hizo que las fortificaciones fueran vulnerables, pero la tecnología de los cañones no estaba lo suficientemente avanzada para capturar la ciudad por sí sola, ya que las murallas podían repararse entre recargas. Finalmente, la ciudad cayó por el peso de las fuerzas otomanas el 29 de mayo de 1453 después de un asedio de seis semanas.
Las murallas se mantuvieron en gran parte intactas durante la mayor parte del período otomano hasta que las secciones comenzaron a desmantelarse en el siglo XIX, cuando la ciudad superó sus límites medievales. A pesar de la falta de mantenimiento, muchas partes de los muros sobrevivieron y todavía se encuentran en pie. Desde los años ochenta se ha puesto en marcha un programa de restauración a gran escala.
Murallas terrestres
Murallas griegas y romanas de Bizancio
Según la tradición, la ciudad fue fundada como Bizancio por colonos griegos de Mégara, liderados por el epónimo Bizas, alrededor del 658 a. C.[1] En ese momento, la ciudad consistía en una pequeña región alrededor de una acrópolis ubicada en la colina más oriental (correspondiente al sitio moderno del Palacio de Topkapı). Según la Patria constantinopolitana, la antigua Bizancio estaba rodeada por una pequeña muralla que comenzaba en el borde norte de la acrópolis, se extendía al oeste hasta la Torre de Eugenio, luego se dirigía al sur y al oeste hacia el Strategion y los Baños de Aquiles, continuaba hacia el sur hasta la zona conocida en la época bizantina como Chalkoprateia, y luego girando, en la zona de Santa Sofía, en un bucle hacia el noreste, cruzó las regiones conocidas como Topoi y Arcadianae, llegando al mar en el último cuarto de Mangana. Este muro estaba protegido por 27 torres y tenía al menos dos puertas terrestres, una que sobrevivió para ser conocida como el Arco de Urbicius, y otra donde más tarde se ubicó el monumento Milion. En el lado del mar, el muro era mucho más bajo.[2] Aunque el autor de la Patria afirma que esta muralla data de la época de Bizas, el investigador francés Raymond Janin cree que es más probable que refleje la situación después de que la ciudad fuera reconstruida por el general espartano Pausanias, que la conquistó en el 479 a. C. Se sabe que este muro fue reparado, con lápidas, bajo el liderazgo de un tal Leo en el 340 a. C., ante un ataque de Filipo II de Macedonia.[3]
Bizancio fue relativamente poco importante durante el período romano temprano. Los contemporáneos la describieron como una ciudad rica, bien poblada y bien fortificada, pero esta opulencia llegó a su fin debido a su apoyo a Pescenio Níger (r. 193-194) en su guerra contra Septimio Severo (r. 193-211). Según el relato de Dion Casio,[4] la ciudad resistió contra las fuerzas de Severo durante tres años, hasta 196, y sus habitantes recurrieron incluso a arrojar estatuas de bronce a los sitiadores cuando se quedaron sin otros proyectiles.[5] Severo castigó duramente a la ciudad: los fuertes muros fueron demolidos y la ciudad fue privada de su estatus cívico, quedando reducida a una mera aldea dependiente de Heraclea Perinto.[6] Sin embargo, al apreciar la importancia estratégica de la ciudad, Severo finalmente la reconstruyó y la dotó de muchos monumentos, incluido un Hipódromo y los Baños de Zeuxippos, así como un nuevo conjunto de murallas, ubicadas a unos 300-400 m al oeste de las antiguas. Poco se sabe de las murallas de Severo, salvo una breve descripción de su curso hecha por Zósimo y que su puerta principal estaba ubicada al final de una avenida porticada (la primera parte del Mese posterior), y poco antes de la entrada del posterior Foro de Constantino. El muro parece haberse extendido desde cerca del moderno puente de Gálata en el barrio Eminönü hacia el sur, pasando por las cercanías de la mezquita de Nuruosmaniye, para curvarse alrededor del muro sur del Hipódromo, y luego ir hacia el noreste para encontrarse con los viejos muros cerca del Bósforo.[7] La Patria también menciona la existencia de otro muro durante el asedio de Bizancio por parte de Constantino el Grande (r. 306-337) durante el conflicto de este último con Licinio (r. 308-324), en el 324. El texto menciona que un antemuro (proteichisma) corría cerca del Filadefión, ubicado aproximadamente en el medio de la ciudad, lo que sugiere la expansión de la ciudad más allá de las murallas de Severo en ese momento.[8]
Murallas de Constantino
Al igual que hizo Severo anteriormente, Constantino comenzó por castigar a la ciudad al ponerse del lado de su rival derrotado, pero pronto él también se dio cuenta de las ventajas de la ubicación de Bizancio. Durante 324-336 la ciudad fue completamente reconstruida e inaugurada el 11 de mayo de 330 bajo el nombre de «Nueva Roma» o «Segunda Roma». Finalmente, la ciudad se llamaría más comúnmente como Constantinopla, la «Ciudad de Constantino», en dedicación a su fundador (Gk. Κωνσταντινούπολις, Konstantinoupolis).[9] La Nueva Roma estaba protegida por un nuevo muro a unos 2,8 km (15 estadios) al oeste del muro de Severo.[10] La fortificación de Constantino consistió en un solo muro, reforzado con torres a distancias regulares, que comenzó a construirse en 324 y se completó bajo el reinado de su hijo Constancio II (r. 337-361).[11][12][13] Solo se conoce el curso aproximado del muro: comenzó en la Iglesia de San Antonio en el Cuerno de Oro, cerca del moderno puente de Atatürk, seguía hacia el suroeste y luego hacia el sur, pasaba al este de las grandes cisternas abiertas de Mocius y de Aspar, y terminaba cerca de la Iglesia de Theotokos de los Rhabdos en la costa de Propontis, en algún lugar entre las puertas marinas posteriores de los santos Aemilianus y Psamathos.[14][15]
Ya a principios del siglo V, Constantinopla se había expandido fuera de las murallas de Constantino en el área extramuros conocida como Exokionion o Exakionion.[16] La muralla sobrevivió durante gran parte del período bizantino, a pesar de que fue reemplazada por las murallas teodosianas como la principal defensa de la ciudad. Un pasaje ambiguo se refiere a daños extensos en el «muro interior» de la ciudad por un terremoto el 25 de septiembre de 478, que probablemente se refiere al muro constantiniano, y Teófanes el Confesor informa nuevos daños por el terremoto de 557.[17] Parece que grandes partes sobrevivieron relativamente intactas hasta el siglo IX: el historiador del siglo XI Jorge Cedreno registra que el «muro del Exokionion», probablemente una parte del muro constantiniano, se derrumbó en un terremoto en 867.[11] Solo los rastros del muro parecen haber sobrevivido en épocas posteriores, aunque Van Millingen afirma que algunas partes sobrevivieron en la región de İsakapı hasta principios del siglo XIX.[18] La reciente construcción del Centro de Transferencia de Yenikapı ha desenterrado una sección de los cimientos del muro de Constantino.[19]
Puertas
Los nombres de varias puertas de las murallas constantinianas han sobrevivido el paso del tiempo, pero los eruditos debaten su identidad y ubicación exacta.
La antigua Puerta Dorada (en griego antiguo: Χρυσεία Πύλη, en latín: Porta Aurea), conocida también como la Puerta Xerolophos y la Puerta de Saturnino,[20] se menciona en la Notitia Urbis Constantinopolitanae, que establece además que la muralla de la ciudad en la región que la rodea estaba «profusamente decorada». La puerta se encontraba en algún lugar de la ladera sur de la séptima colina.[21] Su construcción se atribuye a menudo a Constantino, pero de hecho es de edad incierta. Sobrevivió hasta el siglo XIV, cuando el erudito bizantino Manuel Crisoloras la describió como construida con «anchos bloques de mármol con una alta apertura», y coronada por una especie de estoa.[22] A finales de la época bizantina, supuestamente se colocó una pintura de la crucifixión en la puerta, lo que llevó a su posterior nombre otomano, İsakapı («Puerta de Jesús»). Fue destruida por un terremoto en 1509, pero su ubicación aproximada se conoce por la presencia de la cercana mezquita İsakapı Mescidi.[22][23]
La identidad y ubicación de la Puerta de At[t]alos (Πόρτα Ἀτ[τ]άλου, Porta At[t]alou) no está clara. Cyril Mango la identifica con el Puerta Dorada;[22] van Millingen lo coloca en la séptima colina, a una altura que probablemente corresponda a una de las puertas posteriores de las murallas teodosianas en esa área;[21] y Raymond Janin la ubica más al norte, al otro lado del Lycus y cerca del punto donde el río pasaba por debajo del muro.[20] En siglos anteriores, estaba decorado con muchas estatuas, incluida una de Constantino, que cayó en un terremoto en 740.[20][24]
La única puerta cuya ubicación se conoce con certeza, además de la antigua Puerta Dorada, es la Puerta de San Emiliano (Πόρτα τοῦ ἁγίου Αἰμιλιανοῦ, Porta tou hagiou Aimilianou), nombrada en turco Davutpaşa Kapısı. Se encontraba en la unión con los malecones y servía de comunicación con la costa. Según el Cronicón pascual, la iglesia de Santa María de Rabdos, donde se guardaba la vara de Moisés, estaba junto a la puerta.[20][25]
La antigua Puerta de los Prodromos (Παλαιὰ Πόρτα τοῦ Προδρόμου, Palaia Porta tou Prodromou), llamada así por la cercana Iglesia de San Juan Bautista (llamada Prodromos, «el Precursor», en griego), es otro caso poco claro. Van Millingen la identifica con el Puerta Dorada,[26] mientras que Janin considera que se encontraba en la ladera norte de la séptima colina.[20]
La última puerta conocida es la Puerta de Melantias (Πόρτα τῆς Μελαντιάδος, Porta tēs Melantiados), cuya ubicación también se debate. Van Millingen consideró que era una puerta de la muralla de Teodosio (la Puerta de Pege),[27] mientras que más recientemente, Janin y Mango han refutado esto, sugiriendo que estaba ubicado en la muralla de Constantino. Mientras que Mango la identifica con la Puerta de los Prodromos,[28] Janin considera que el nombre es una corrupción del barrio de ta Meltiadou y coloca la puerta al oeste de la cisterna de Mocius.[20] Otros autores lo identificaron con la Puerta de Adrianópolis (A. M. Schneider) o con la Puerta de Rhesios (A. J. Mordtmann).[29]
Murallas de Teodosio
Las murallas dobles de Teodosio (en griego: τεῖχος Θεοδοσιακόν, teichos Theodosiakon), situadas a unos 2 km al oeste de la antigua muralla de Constantino, fueron erigidas durante el reinado del emperador Teodosio II (r. 402-450), de quien recibieron su nombre. El trabajo se llevó a cabo en dos fases, con la primera fase erigida durante la minoría de Teodosio bajo la dirección de Antemio, el prefecto pretoriano de Oriente, y se terminó en 413 según una ley del Codex Theodosianus. Sin embargo, una inscripción descubierta en 1993 registra que el trabajo duró nueve años, lo que indica que la construcción ya había comenzado c. 404/405, durante el reinado del emperador Arcadio (r. 383–408). Esta construcción inicial consistió en un solo muro cortina con torres, que ahora forma el circuito interior de las murallas teodosianas.[30][31][32]
Tanto la muralla original de Constantino como la de Teodosio sufrieron graves daños en dos terremotos, el 25 de septiembre de 437 y el 6 de noviembre de 447.[32] Este último fue especialmente poderoso y destruyó gran parte de la muralla, incluidas 57 torres. Los terremotos posteriores, incluido otro importante en enero de 448, agravaron los daños.[33][34] Teodosio II ordenó al prefecto pretoriano Constantino que supervisara las reparaciones, lo que se hizo aún más urgente porque la ciudad estaba amenazada por la presencia de Atila el Huno en los Balcanes. Empleando las «facciones del circo» de la ciudad en la obra, las paredes fueron restauradas en un récord de 60 días, según los cronistas bizantinos y tres inscripciones encontradas in situ. Es en esta fecha que la mayoría de los eruditos creen que se agregó el segundo muro exterior, así como un amplio foso abierto frente a los muros, pero la validez de esta interpretación es cuestionable; el muro exterior era posiblemente una parte integral del concepto de fortificación original.[35][34][36]
A lo largo de su historia, los muros fueron dañados por terremotos e inundaciones del río Lycus. Las reparaciones se llevaron a cabo en numerosas ocasiones, como atestiguan las numerosas inscripciones que conmemoran a los emperadores o sus sirvientes que se comprometieron a restaurarlos. La responsabilidad de estas reparaciones recaía en un funcionario conocido como el Doméstico de las Murallas o el Conde de las Murallas (Δομέστικος/Κόμης τῶν τειχέων, Domestikos/Komēs tōn teicheōn), que empleó los servicios de la población de la ciudad en esta tarea.[13][37][38][39] Después de la conquista latina de 1204, las murallas cayeron cada vez más en mal estado, y el resurgido estado bizantino después de 1261 carecía de los recursos para mantenerlas, excepto en tiempos de amenaza directa.[40]
Curso y topografía
En su estado actual, las murallas de Teodosio se extienden unos 5,7 km de sur a norte, desde la «Torre de mármol» (en turco: Mermer Kule), también conocida como la «Torre de Basilio y Constantino» (en griego, Pyrgos Basileiou kai Kōnstantinou), en la costa del mar de Mármara hasta la zona del Palacio de los Porfirogenetas en el barrio de Blanquerna. El muro exterior y el foso terminan incluso antes, a la altura de la Puerta de Adrianópolis. La sección entre Blanquerna y el Cuerno de Oro no sobrevive, ya que la línea de las murallas se adelantó más tarde para cubrir el suburbio de Blanquerna, y su curso original es imposible de determinar ya que está enterrado debajo de la ciudad moderna.[13][41]
Desde el mar de Mármara, el muro gira bruscamente hacia el noreste, hasta llegar al Cuerno de Oro, a unos 14 m sobre el nivel del mar. Desde allí y hasta la Puerta de Rhegion la muralla sigue una línea más o menos recta hacia el norte, subiendo la séptima colina de la ciudad. Desde allí, el muro gira bruscamente hacia el noreste, subiendo hasta la Puerta de San Romano, ubicada cerca del pico de la séptima colina a unos 68 m sobre el nivel del mar. Desde allí, la muralla desciende al valle del río Lycus, donde alcanza su punto más bajo a 35 m sobre el nivel del mar.[42] Subiendo la ladera de la sexta colina, la muralla sube hasta la Puerta de Charisius o Puerta de Adrianópolis, a unos 76 m de altura. Desde la Puerta de Adrianópolis hasta las Blaquernas, las murallas descienden hasta un nivel de unos 60 m Desde allí, las últimas murallas de Blanquerna se proyectan bruscamente hacia el oeste, alcanzando la llanura costera en el Cuerno de Oro cerca de las llamada Prisión de Anemas.[42]
Construcción

Las murallas teodosianas consisten en un muro interior principal (μέγα τεῖχος, mega teichos, «gran muro»), separado del muro exterior menor (ἔξω τεῖχος, exō teichos o μικρὸν τεῖχος, mikron teichos, «muro pequeño») por una terraza, el peribolos (περίβολος).[43] Entre el muro exterior y el foso (σοῦδα, souda) se extendía una terraza exterior, el parateichion (τὸ ἔξω παρατείχιον), mientras que un parapeto bajo coronaba el acantilado oriental del foso. El acceso a ambas terrazas fue posible a través de poternas ubicadas a ambos lados de las torres de los muros.[44][45]
El muro interior es una estructura sólida, de 4,5 a 6 m de espesor y 12 m de altura. Está revestido con bloques de piedra caliza cuidadosamente cortados, mientras que su centro se rellena con mortero de cal y ladrillos triturados. Entre siete y once bandas de ladrillo, de aproximadamente 40 cm de espesor, atraviesan la estructura, no solo como forma de decoración, sino también fortaleciendo la cohesión de la estructura al unir la fachada de piedra con el núcleo de mortero, y aumentando la resistencia a los terremotos.[46] La muralla se reforzó con 96 torres, principalmente cuadradas pero también algunas octogonales, tres hexagonales y una única pentagonal. Tenían 15-20 m de alto y 10-12 m de ancho, y estaban colocados a distancias irregulares, según la elevación del terreno: los intervalos varían entre 21 y 77 m, aunque la mayoría de las secciones de muro cortina miden entre 40 y 60 metros.[47][48][49] Cada torre tenía una terraza almenada en la parte superior. Su interior solía estar dividido por un piso en dos cámaras, que no se comunicaban entre sí. La cámara inferior, que se abría a través del muro principal a la ciudad, se usaba para almacenamiento, mientras que a la superior se podía ingresar desde la pasarela del muro, y tenía ventanas para ver y para disparar proyectiles. El acceso a la pared fue proporcionado por grandes rampas a lo largo de su lado.[50] También se podía acceder a la planta baja desde el peribolos mediante pequeñas poternas. En términos generales, la mayoría de las torres supervivientes de la muralla principal se han reconstruido en la época bizantina o en la otomana, y solo los cimientos de algunas son de construcción teodosiana original. Además, mientras que hasta el período comneniano las reconstrucciones se mantuvieron en gran medida fieles al modelo original, las modificaciones posteriores ignoraron las ventanas y las troneras de la tienda superior y se centraron en la terraza de la torre como única plataforma de combate.[49]

El muro exterior tenía 2 m de espesor en su base y presentaba cámaras arqueadas al nivel del peribolos, coronadas por una pasarela almenada, que alcanzaba una altura de 8,5 a 9 m.[51] El acceso al muro exterior desde la ciudad se proporcionó a través de las puertas principales o a través de pequeñas poternas en la base de las torres del muro interior. La muralla exterior también tenía torres, situadas aproximadamente a medio camino entre las torres de la muralla interior, y actuando como apoyo a ellas.[50] Estaban espaciadas por entre 48 y 78 m, con una distancia promedio de 50 a 66 m.[45] Solo sobreviven 62 de las torres del muro exterior. Con pocas excepciones, son cuadradas o en forma de media luna, de 12 a 14 m de alto y 4 m de ancho.[52] Presentaban una habitación con ventanas al nivel del peribolos, coronada por una terraza almenada, mientras que sus porciones inferiores eran sólidas o presentaban pequeñas poternas que permitían el acceso a la terraza exterior.[51] La muralla exterior era un formidable edificio defensivo por derecho propio: en los asedios de 1422 y 1453, los bizantinos y sus aliados, siendo demasiado pocos para mantener ambas líneas de muralla, se concentraron en la defensa de la muralla exterior.[53]
El foso estaba situado a una distancia de unos 20 m del muro exterior. El foso en sí tenía más de 20 m de ancho y hasta 10 m de profundidad, con un muro almenado de 1,5 m de alto en el lado interior, que servía como primera línea de defensa.[51][54] Los muros transversales atraviesan el foso, estrechándose hacia la parte superior para no ser utilizados como puentes. Se ha demostrado que algunos de ellos contienen tuberías que llevaban agua a la ciudad desde la región montañosa hasta el norte y el oeste de la ciudad. Por tanto, su función se ha interpretado como la de acueductos para el llenado del foso y como presas que lo dividen en compartimentos y permiten retener el agua a lo largo de los muros. Según Alexander van Millingen, hay poca evidencia directa en los relatos de los asedios de la ciudad que sugieran que el foso se inundó alguna vez.[55] En las secciones al norte de la Puerta de San Romano, la pendiente de las laderas del valle de Lycus hizo que el mantenimiento de la construcción del foso fuera problemático; es probable, por tanto, que el foso terminara en la Puerta de San Romano y no se reanudara hasta después de la Puerta de Adrianópolis.[56]
La sección más débil del muro era el llamado Mesoteichion (Μεσοτείχιον, «Muro del Medio»). Los eruditos modernos no están de acuerdo sobre la extensión de esta porción del muro, que se ha definido de diversas maneras desde tan estrecho como el tramo entre la Puerta de San Romano y la Quinta Puerta Militar (A. M. Schneider) hasta tan ancho como desde la Puerta de Rhegion a la Quinta Puerta Militar (B. Tsangadas) o de la Puerta de San Romano a la Puerta de Adrianópolis (A. van Millingen).[57]
Los muros sobrevivieron a todo el período otomano y aparecieron en relatos de viajes de visitantes extranjeros a Constantinopla/Estambul. Un tratado geográfico chino del siglo XVI, por ejemplo, registró que «Su ciudad tiene dos murallas. Un príncipe soberano vive en la ciudad...»[58]
Puertas
La muralla contenía nueve puertas principales, que perforaban tanto el interior como el exterior, y varias poternas más pequeñas. La identificación exacta de varias puertas es discutible por varias razones. Los cronistas bizantinos proporcionan más nombres que el número de puertas, los nombres griegos originales cayeron en su mayoría en desuso durante el período otomano, y las fuentes literarias y arqueológicas proporcionan información a menudo contradictoria. Solo tres puertas, la Puerta Dorada, la Puerta de Rhegion y la Puerta de Charisius, pueden establecerse directamente a partir de la evidencia literaria.[59]
En la nomenclatura tradicional, establecida por Philipp Anton Dethier en 1873, las puertas se distinguen en «puertas públicas» y «puertas militares», que se alternan a lo largo de los muros. Según la teoría de Dethier, a las primeras se les dio un nombre y estaban abiertas al tráfico civil, conduciendo a través del foso en puentes, mientras que las segundas eran conocidas por números, restringidas al uso militar y solo conducían a las secciones exteriores de las murallas.[60][61] En la actualidad, esta división se mantiene, si es que se conserva, sólo como una convención historiográfica. Primero, hay razones suficientes para creer que varias de las «puertas militares» también fueron utilizadas para el tráfico civil. Además, algunos de ellos tienen nombres propios, y se ha demostrado que la secuencia establecida para numerarlos, basada en su correspondencia percibida con los nombres de ciertos barrios de la ciudad que se encuentran entre las murallas de Constantino y Teodosio que tienen orígenes numéricos, es errónea: por ejemplo, el Deuterón, el «segundo» cuarto, no estaba ubicado en el suroeste detrás de la Puerta del Deuterón o «segunda puerta militar» como era de esperar, sino en la parte noroeste de la ciudad.[62]
Primera Puerta Militar
Esta puerta es una pequeña poterna, que se encuentra en la primera torre de los muros terrestres, en el cruce con el malecón. Presenta un cristograma de Chi-Rhō coronando la parte superior.[63][64][65] Fue conocida a finales de la época otomana como Tabak Kapı.
Puerta Dorada

Siguiendo las murallas de sur a norte, la Puerta Dorada (en griego, Χρυσεία Πύλη, Chryseia Pylē; en latín, Porta Aurea; en turco, Altınkapı o Yaldızlıkapı), es la primera puerta con la que se encontraban los viajeros. Era la principal entrada ceremonial a la capital, utilizada especialmente para ocasiones de entrada triunfal de un emperador a la capital con motivo de victorias militares u otras ocasiones estatales como las coronaciones.[66][67] En contadas ocasiones, como señal de honor, se permitió la entrada por la puerta a visitantes no imperiales: legados papales (en 519 y 868) y, en 710, al papa Constantino. La puerta fue utilizada para entradas triunfales hasta el período comneno; a partir de entonces, la única ocasión en la que fue utilizada de forma tradicional fue en la entrada de Miguel VIII Paleólogo en la ciudad el 15 de agosto de 1261, tras su reconquista a los latinos.[68] Con el declive progresivo de las fortunas militares de Bizancio, las puertas fueron tapiadas y reducidas de tamaño en el período paleólogo posterior, y el complejo se convirtió en una ciudadela y refugio.[69][70] La Puerta Dorada fue emulada en otros lugares, con varias ciudades nombrando así su entrada principal, por ejemplo, Tesalónica (también conocida como la Puerta Vardar) o Antioquía (la Puerta de Dafne),[71] así como la Rus de Kiev, que construyó monumentales «puertas doradas» en Kiev y Vladímir. La entrada a la bahía de San Francisco en California recibió el mismo nombre de Golden Gate a mediados del siglo XIX, en un homenaje histórico lejano a Bizancio.
La fecha de la construcción de la puerta es incierta, con los eruditos divididos entre Teodosio I y Teodosio II. Antiguamente, los eruditos favorecían al primero, pero la opinión mayoritaria actual tiende al segundo, lo que significa que la puerta se construyó como parte integral de las murallas de Teodosio.[72] El debate se ha trasladado a una inscripción en latín en letras de metal, ahora perdidas, que se encontraba sobre las puertas y conmemoraba su dorado en celebración de la derrota de un usurpador anónimo:[73]
Haec loca Theudosius decorat post fata tyranni.
aurea saecla gerit qui portam construit auro.Teodosio adornó estos lugares después de la caída del tirano.
Él trajo una edad dorada que construyó la puerta dorada.
Curiosamente, aunque la leyenda no ha sido reportada por ningún autor bizantino conocido, una investigación de los agujeros supervivientes en los que se remacharon las letras de metal verificó su exactitud. También mostró que la primera línea estaba en la cara occidental del arco, mientras que la segunda se encontraba en la oriental.[74] Según la opinión actual, esto se refiere al usurpador Juan (r. 423–425),[66] mientras que según los partidarios de la visión tradicional, indica la construcción de la puerta como un arco triunfal independiente en 388–391 para conmemorar la derrota del usurpador Magno Máximo (r. 383–388), y que solo más tarde fue incorporada a las murallas de Teodosio.[69][73][75]

La puerta, construida con grandes bloques cuadrados de mármol blanco pulido ensamblados sin cemento, tiene la forma de un arco triunfal con tres puertas en arco, la del medio más grande que las otras dos. La puerta está flanqueada por dos grandes torres cuadradas, que forman las novena y décima torres del muro interior de Teodosio.[66][76] Con la excepción del portal central, la puerta permanecería siempre abierta al tráfico diario.[77] La estructura estaba ricamente decorada con numerosas estatuas, incluida una estatua de Teodosio I en una cuadriga tirada por elefantes en la parte superior, haciéndose eco de la Porta Triumphalis de Roma, que sobrevivió hasta que fue derrumbada en el terremoto de Constantinopla de 740.[69][78] Otras esculturas fueron una gran cruz, que cayó en un terremoto en 561 o 562; una Victoria, que fue derribada en el reinado de Miguel III; y una Fortuna coronada de la ciudad.[67][76] En 965, Nicéforo II instaló las puertas de la ciudad de bronce capturadas de Mopsuestia en el lugar de las originales.[79]
La puerta principal en sí se encontraba cubierta por un muro exterior, perforado por una sola puerta, que en siglos posteriores estuvo flanqueada por un conjunto de relieves de mármol reutilizados.[71] Según las descripciones de Pierre Gilles y los viajeros ingleses del siglo XVII, estos relieves estaban dispuestos en dos niveles y presentaban escenas mitológicas, incluidos los trabajos de Hércules. Estos relieves, perdidos desde el siglo XVII con la excepción de algunos fragmentos que ahora se encuentran en el Museo arqueológico de Estambul, probablemente se colocaron en los siglos IX o X para simular la apariencia de una puerta triunfal.[80][81] Según otras descripciones, la puerta exterior también estaba coronada por una estatua de la Victoria, que sostenía una corona.[82]
A pesar de su papel ceremonial, la Puerta Dorada fue una de las posiciones más fuertes a lo largo de las murallas de la ciudad, resistiendo varios ataques durante los distintos asedios. Con la adición de muros transversales en los peribolos entre los muros interior y exterior, formó una fortaleza virtualmente separada.[83] Su valor militar fue reconocido por Juan VI Cantacuceno (r. 1347-1354), quien registra que era prácticamente inexpugnable, capaz de almacenar provisiones durante tres años y desafiar a toda la ciudad si fuera necesario. Reparó las torres de mármol y guarneció el fuerte con soldados catalanes leales, pero tuvo que dárselo a Juan V Paleólogo (r. 1341-1391) cuando abdicó en 1354.[84][85] Juan V deshizo las reparaciones de Cantacuceno y lo dejó sin vigilancia, pero en 1389–90 él también reconstruyó y amplió la fortaleza, erigiendo dos torres detrás de la puerta y extendiendo una muralla de unos 350 m hasta los malecones, formando así un recinto fortificado separado dentro de la ciudad que sirviera como último refugio.[86][87] Luego, Juan V se vio obligado a huir poco después de un golpe liderado por su nieto, Juan VII. El fuerte resistió con éxito el asedio posterior que duró varios meses y en el que posiblemente se emplearon cañones.[88] En 1391, Juan V se vio obligado a arrasar el fuerte debido a la presión del sultán Bayezid I (r. 1389-1402), quien amenazó con dejar ciego a su hijo Manuel, a quien tenía cautivo.[86][89] El emperador Juan VIII Paleólogo (r. 1425-1448) intentó reconstruirlo en 1434, pero el sultán Murad II frustró sus planes.
Según una de las muchas leyendas griegas sobre la caída de Constantinopla ante los otomanos, cuando los turcos entraron en la ciudad, un ángel rescató al emperador Constantino XI Paleólogo, lo convirtió en mármol y lo colocó en una cueva bajo tierra cerca de la Puerta Dorada, donde espera ser resucitado para conquistar la ciudad de nuevo para los cristianos. La leyenda explica el posterior tapiado de la puerta como una precaución turca contra esta profecía.[90]
Fortaleza de Yedikule
Después de conquistar Constantinopla en 1453, el sultán Mehmed II construyó un nuevo fuerte en 1458.[91] Al agregar tres torres más grandes a las cuatro preexistentes (de la torre octava a la undécima) en el muro interior de Teodosio, formó la Fortaleza de las Siete Torres (en turco, Yedikule Hisarı o Zindanları). Perdió su función como puerta y, durante gran parte de la era otomana, se utilizó como tesorería, archivo y prisión estatal.[91] Finalmente fue convertida en un museo en 1895.
Murallas de Blanquerna

Las murallas de Blanquerna conectan con las murallas de Teodosio, que terminan a la altura del Palacio de los Porfirogenetas (en turco: Tekfur Sarayı), con el malecón del Cuerno de Oro. Consisten en una serie de paredes únicas construidas en diferentes épocas, que cubren el suburbio de Blanquerna.[92] Por lo general, miden entre 12 y 15 metros de altura, son más gruesos que las murallas teodosianas y tienen torres más espaciadas. Situadas en una pendiente pronunciada, carecían de foso, excepto en su extremo inferior hacia el Cuerno de Oro, donde el emperador Juan VI Cantacuceno había hecho cavar uno.[93]
La cuestión de las fortificaciones originales en esta área ha sido examinada por varios estudiosos, y se han propuesto varias teorías sobre su curso.[94] Se sabe por la Notitia Urbis Constantinopolitanae que la XIV región, que comprendía a Blanquerna, estaba separada y estaba rodeada por un muro propio. Además, se registra que originalmente, y al menos anteriormente al asedio avaro-sasánida de 626, cuando fueron incendiados, los importantes santuarios de Panagia Blachernitissa y San Nicolás se encontraban a las afueras de las fortificaciones del barrio.[95][96] Se conservan vestigios de las murallas del barrio, que van desde la zona del Palacio de los Porfirogenetas en línea recta hasta la llamada prisión de Anemas. Por lo tanto, se puede rastrear aproximadamente que el barrio fortificado original comprendía las dos estribaciones norte de la séptima colina de la ciudad en un triángulo, que se extiende desde el palacio hasta la prisión, y desde allí hasta la iglesia de San Demetrio Kanabos y desde allí nuevamente hasta el palacio.[97] Estas fortificaciones eran aparentemente más antiguas que las murallas de Teodosio, probablemente datan de algún momento del siglo IV, y luego se conectaron a las nuevas murallas de la ciudad bajo Teodosio II, con la muralla occidental formando la cara exterior de las defensas de la ciudad y la muralla oriental cayendo en descuido.[98][99]
En la actualidad, las murallas de Teodosio están conectadas en las proximidades del Palacio de los Porfirogenetas con un muro corto, que presenta un postigo, probablemente el postigo del Porphyrogenitus (πυλὶς τοῦ Πορφυρογεννήτου) registrado por Juan VI Cantacuceno, y se extiende desde el palacio hasta la primera torre de la llamada muralla de Manuel Comneno.[100][101] Según lo registrado por el historiador Nicetas Coniata, ese muro fue construido por el emperador Manuel I Comneno (r. 1143-1180) como protección del Palacio imperial de Blaquernas, desde finales del siglo XI la residencia preferida de los emperadores.[102] Es una fortificación arquitectónicamente excelente, que consta de una serie de arcos cerrados en su cara exterior, construidos con mampostería más grande de lo habitual y más gruesa que las murallas teodosianas, que miden unos 5 m en la parte superior. Cuenta con ocho torres redondas y octogonales, mientras que la última es cuadrada. El muro se extiende por 220 m, comenzando en un ángulo casi recto desde la línea de las murallas teodosianos, yendo hacia el oeste hasta la tercera torre y luego girando bruscamente hacia el norte.[100][103] La calidad de la construcción del muro se demostró en el asedio otomano final, cuando los repetidos ataques, los bombardeos intensivos (incluido el gran bombardeo de Orbán) y los intentos de socavarlo fracasaron.[104] La muralla de Comneno carece de foso, ya que el terreno difícil de la zona lo hace innecesario.[105] El muro presenta una postera, entre la segunda y la tercera torres, y una puerta grande, la Eğri Kapı («Puerta torcida»), entre las torres sexta y séptima. Su nombre turco proviene de la curva cerrada de la carretera frente a él para pasar alrededor de una tumba que se supone que pertenece a Hazret Hafiz, un compañero de Mahoma que murió allí durante el primer asedio árabe de la ciudad.[106] Por lo general, pero no de manera concluyente, se identifica con la puerta bizantina de Kaligaria (πόρτα ἐν τοῖς Καλιγαρίοις, porta en tois Kaligariois), la «puerta del barrio de los zapateros» (cf. latín caliga, «sandalia»).[107][108][109]
Desde la última torre de la muralla de Manuel Comneno hasta la llamada prisión de Anemas se extiende otra muralla, de unos 150 m de longitud, con cuatro torres cuadradas. Probablemente sea de una fecha posterior y de una calidad notablemente inferior a la del muro de Comneno, siendo menos gruesa y con piedras más pequeñas y tejas de ladrillo utilizadas en su construcción. También tiene inscripciones que conmemoran las reparaciones en 1188, 1317 y 1441.[110][111] Un postigo amurallado después de la segunda torre se identifica comúnmente con la puerta de Gyrolimne (πύλη τῆς Γυρολίμνης, pylē tēs Gyrolimnēs), llamado así por el Argyra Limnē, el «Lago de Plata», que estaba a la cabeza del Cuerno de Oro. Probablemente sirvió al Palacio de Blaquernas, como lo demuestra su decoración con tres bustos imperiales.[112][113] Sin embargo, Schneider sugiere que el nombre podría referirse más bien al Eğri Kapı.[101]
Luego viene el muro exterior de la prisión de Anemas, que se conecta a un doble tramo de muros. El muro exterior se conoce como la muralla de León, ya que fue construida por León V el Armenio (r. 813-820) en 813 para protegerse contra el asedio del gobernante búlgaro Krum. Este muro fue luego extendido hacia el sur por Miguel II (r. 820-829).[114][115] La muralla es una estructura relativamente ligera, de menos de 3 m de espesor, apuntalada por arcos que sostienen su pretil y con cuatro torres y numerosas aspilleras.[116] Detrás de la muralla leonina se encuentra una muralla interior, que fue renovada y reforzada con la adición de tres torres hexagonales particularmente hermosas por parte del emperador Teófilo (r. 829-842). Las dos paredes están separadas por unos 26 m y están atravesadas por una puerta cada una, y juntas forman la puerta de Blanquerna (πόρτα τῶν Βλαχερνῶν, porta tōn Blachernōn). Las dos paredes forman un recinto fortificado, llamado el Brachionion o Brachiolion («brazalete») de Blanquerna (βραχιόνιον/βραχιόλιον τῶν Βλαχερνῶν) por los bizantinos, y conocido después de la captura otomana de la ciudad en griego como Pentaentaργτον (ραύγτον, «Cinco Torres»), en alusión a la fortaleza de Yedikule (Gk. Heptapyrgion).[117][118][119] El muro interior es identificado tradicionalmente por eruditos como van Millingen y Janin con la muralla de Heraclio, construido por el emperador Heraclio (r. 610-641) después del asedio avaro-sasánida para encerrar y proteger la Panagia Blachernitissa.[119][120] Schneider lo identificó en parte con el Pteron (Πτερόν, «ala»), construido en la época de Teodosio II para cubrir el flanco norte de las Blaquernas (de ahí su designación alternativa como proteichisma, «obra exterior») desde la prisión de Anemas hasta el Cuerno de Oro. En consecuencia, Schneider transfirió la identidad de la muralla de Heraclio en el tramo corto del malecón directamente adherido al este, que muestra una arquitectura distinta.[121] La identidad del Pteron sigue siendo una cuestión sin resolver entre los estudiosos modernos.[122]
Otro muro corto fue agregado en tiempos posteriores, probablemente durante el reinado de Teófilo, que se extiende desde la unión de la tierra y los muros del mar hasta el mar mismo, y atravesado por la llamada puerta de Madera (Ξυλίνη πύλη, Xylinē pylē, o Ξυλόπορτα, Xyloporta). Tanto este muro como la puerta fueron demolidos en 1868.[
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