domingo, 19 de octubre de 2025

IMPERIO BIZANTINO

 ARTE BIZANTINO

Meteora
 
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Meteora ubicada en Grecia
Meteora
Meteora
Ubicación en Grecia.
Localización
País Grecia
Coordenadas39°42′45″N 21°37′36″E
Datos generales
TipoMixto
Criteriosi, ii, iv, v, vii
Identificación455
RegiónEuropa
Inscripción1988 (XII sesión)

Los Monasterios de Meteora (en griegoΜετέωρα ΜοναστήριαMetéora Monastíria; es decir, en español, Monasterios suspendidos del cieloMonasterios suspendidos en los aires o Monasterios en el cielo) están localizados en la unidad periférica de Tríkala, en la llanura de Tesalia, al norte de Grecia. En concreto, se encuentran en las proximidades de Kalambaka, en el valle del río Peneo, al norte de Tríkala.

Están clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1988.[1]​ Son construcciones sobre la cumbre de masas rocosas grises (de arenisca y conglomerado), talladas por la erosión y llamadas Meteora. Se encuentran a una altitud de 600 metros y están habitados desde el siglo XIV.

Estos monasterios cristianos ortodoxos son un importante lugar del monacato ortodoxo griego.

Geología

Origen mítico.

Montañas de Meteora.

Las formaciones rocosas donde se construyeron los monasterios serían según los antiguos escritos cristianos "las rocas enviadas por el cielo a la tierra" para permitir a los griegos retirarse y rezar.

Origen geológico

En el emplazamiento de estas imponentes masas rocosas se encontraba, hace millones de años, un gran río que desembocaba en el golfo de Tesalónica. Posteriormente, este río encontró una nueva salida en el mar Egeo y el delta fluvial, bajo la acción de los terremotos que lo levantaron y la erosión del conjunto, dio lugar a este peculiar y bello paisaje de pilares (torreones naturales o tolmos).

Historia

Antigüedad

Las cuevas de Meteora fueron habitadas de manera continuada hace entre 50.000 a 5.000 años. La estructura más antigua es una pared de sillares pétreos que cerraban la entrada a la cueva de Teopetra, realizada hace 23.000 años, probablemente como protección ante las bajas temperaturas (se estaba produciendo una edad de hielo), además de encontrarse diversos artefactos de época Paleolítica y Neolítica.[2]

Meteora no es mencionada en la literatura griega ni en ninguno de sus mitos clásicos. Las primeras evidencias de ocupación humana tras la prehistoria fueron un grupo de monjes ascetas quienes, en el siglo IX, se trasladaron a las históricas cumbres. Habitaron en pequeños huecos y fisuras de los peñiscos, algunos de hasta 550 metros de altura. Esto permitió que los monjes llevaran una vida completamente aislada y solitaria, reuniéndose únicamente los domingos y días especiales para rezar en la capilla a los pies de una roca conocida como Dhoupiani.[3]

A comienzos del siglo XI, los monjes comenzaron a habitar en el interior de las cuevas de Meteora. Sin embargo, los monasterios no empezaron a construirse hasta el siglo XIV, cuando los religiosos tuvieron que refugiarse ante los numerosos ataques del Imperio otomano en Grecia.[4]

Monasterios

La fecha exacta del establecimiento de los monasterios se desconoce. A finales del siglo XI y principios del XII, se realizó una rudimentaria estructura monástica llamada el skete de Stagoi (Kalambaka) alrededor de la iglesia de Theotokos. A finales del siglo XII, una comunidad ascética comenzó a llegar en masa a Meteora.[3]

En 1344, Atanasio Koinotivis del monte Athos llegó con un grupo de seguidores a Meteora. Entre 1356 y 1372, fundó el monasterio del Gran Meteoro en una ubicación idónea, ya que los monjes estaban seguros de posibles altercados políticos y mantenían controlado el acceso. Está situado a 613 metros sobre el nivel del mar y esconde una iglesia de estilo bizantino que atesora las reliquias del fundador y unos valiosos frescos policromados que relatan las persecuciones y martirios que sufrieron los cristianos. La única manera de entrar era subiendo por una gran escalera, que los monjes podían replegar cuando se sentían amenazados.[3]

A finales del siglo XIV, el gobierno del Imperio bizantino en Grecia se vio amenazado por los exploradores otomanos que anelaban el control de la fértil llanura de Tesalia. Los ermitaños, buscando refugio ante el avance turco, decidieron que los peñascos de Meteora eran el lugar idóneo. Se construyeron en torno a 24 monasterios, de los cuales se conservan seis en funcionamiento, cuatro masculinos, dos femeninos, con menos de diez miembros en cada uno.[3]

En 1517 Teófanes de Creta construyó el monasterio Varlaam, que decía albergar un dedo del apóstol Juan y el omóplato del apóstol Andrés. El acceso a los monasterios fue deliberadamente complicado. La manera de alcanzar dichas posiciones era a través de escaleras de mano y, hasta el siglo XVII, la manera de proveerse de comida y atraer fieles era a través de cestas y cuerdas.[5]

En 1921, la reina consorte de Rumanía María de Sajonia-Coburgo-Gotha visitó Meteora, convirtiéndose en la primera mujer a la que se le permitió el acceso al monasterio del Gran Meteoro.[6]​ En la década de 1920 se realizó una mejora de acceso a los monasterios: se esculpieron escalones en los peñascos y se construyó un puente en la llanura cercana.[7]

Destrucción nazi

Maqueta histórica de los monasterios de meteora-Μετεώρων.

Un gran número de los monasterios fueron destruidos o arruinados en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial por las tropas alemanas, debido a que la resistencia griega se refugió en ellos durante la invasión a Grecia y posterior ocupación militar.[8]

Lista de monasterios

Solo seis monasterios están actualmente en uso (cuatro son masculinos y dos son femeninos):

Monasterio de Agios Stefanos.

Turismo

La salida de la visita turística se hace desde la ciudad de Kalambaka. Un circuito de 17 km, aproximadamente, permite dar la vuelta a los monasterios.

La entrada a los monasterios no es gratuita. Hay que pagar 3 euros por cada monasterio. Todos pueden visitarlos con las salvedades de utilizar ropa que cubra la desnudez del cuerpo. Las mujeres, sin embargo, no pueden llevar pantalones, sino faldas largas. Si no la tienen, se les presta una tela a la entrada a modo de falda. Los horarios de visita generalmente se sitúan alrededor del mediodía. En estos recorridos se pueden ver pinturas, vestimentas y objetos históricos de los monasterios.







Monasterio de Dafni
Δαφνί
Sitio arqueológico catalogado de Grecia
parte de un sitio Patrimonio de la Humanidad y edificio protegido de Grecia

El claustro del monasterio.
Localización
País Grecia
DivisiónÁtica
SubdivisiónHaidari
Coordenadas38°00′47″N 23°38′09″E
Información religiosa
Cultocristianismo ortodoxo
Fundaciónsiglo XI
Datos arquitectónicos
Estilobizantino
Año de inscripción1990
Mapa de localización
Monasterio de Dafni ubicada en Grecia
Monasterio de Dafni
Monasterio de Dafni
Geolocalización en Grecia
Sitio web oficial
Osios Loukás y Néa Moní en Quíos
 
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Mosaicos de Dafni.
Localización
País Grecia
Datos generales
TipoCultural
Criteriosi, iv
Identificación537
RegiónEuropa y América del Norte
Inscripción1990 (XIV sesión)
Sitio web oficial

El monasterio de Dafni o únicamente Dafni (en griego Δάφνι) se encuentra a 11 kilómetros al noroeste del centro de Atenas, cerca del bosque del mismo nombre, en la vía sagrada[1]​ que lleva a Eleusis. Es parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1990.[2]​ Fue muy dañado por el terremoto de 1999. «Dafni» es el nombre griego moderno que significa «bosquecillo de laurel» derivado de Daphneion (Lauretum).[3]

Historia y arquitectura

El monasterio ortodoxo fue fundado a principios del siglo VI en el santuario de Apolo en Daphni que fue destruido por los godos en 395. Se reutilizaron las columnas jónicas del antiguo templo. El hecho es que hoy en día no queda más que una, las demás fueron trasladadas a Londres por Lord Elgin.

La iglesia principal es un monumento del siglo XI del arte bizantino. Posee el conjunto mejor conservado de mosaicos del primer período (dinastía Commena, alrededor del 1100) y en ellos se puede ver la transformación de la austera e hierática imagen de Cristo Pantocrátor en la cúpula, que fue característica de la época Macedonia por un estilo más delicado y refinado, ejemplo del cual el ángel delante de San Joaquín es considerado el mejor ejemplo.

Durante un período de renombrada prosperidad en los siglos XI y XII, el monasterio de Dafni fue restaurado. Se construyeron una nueva iglesia octogonal, un refectorio y una capilla para el cementerio.[4]​ La antigua basílica fue completamente demolida excepto por las paredes que lo circundan y las celdas de la anterior iglesia que fueron incorporados con la nueva iglesia. Trazas de los antiguos frescos bizantinos encontrados en las paredes muestran una persona con bandas, quizá el emperador Basilio II, sosteniendo un rollo. La artesanía usada en la construcción de la iglesia sugiere que Basilio II llevó trabajadores desde Constantinopla.[3]

Después del pillaje de la iglesia en 1205 por los cruzados, Othon de la Roche, duque de Atenas, la donó a la Abadía cisterciense de Bellevaux.[5]​ Los monjes franceses reconstruyeron el soportal añadiendo un muro alrededor del monasterio y haciendo algunos otros cambios hasta que los turcos los expulsaron y lo entregaron a una congregación ortodoxa en 1458. El claustro poco a poco cayó en la ruina. La restauración no comenzó hasta 1888.

Mosaicos

El interior del monasterio de Dafni tiene un elegante interacción de espacios y luz con las ventanas en la base de la cúpula iluminando el espacio vertical por encima; conforme el espacio se hace más alto, también se hacía más brillante. Esta luz gradual subraya las teselas de radiante oro molido usadas para crear la notable calidad de los mosaicos.[4]​ El artista desconocido procedía del período comneno temprano (h. el año 1100). La amplia paleta de tonos coloreados de teselas de vidrio resalta aún más los mosaicos. Se han realizado varios estudios importantes sobre la composición del vidrio usado en las teselas para estos mosaicos como el color inusualmente brillante de las teselas de oro molidoy la profunda brillantez de los colores combinan con importantes calidades estilísticas para hacer únicos a estos mosaicos.[6]​ Uno de los factores que identifica los mosaicos de diferentes regiones es la variedad de vidrio usado. El vidrio puede elaborarse localmente o importarse de otros lugares; en el caso de Dafni, se cree que el vidrio estaba creado en el lugar.[7]​ Este grupo de mosaicos está considerado uno de los ciclos de mosaicos más importantes y mejor conservados de este período. Hay evidencia de las concepciones estilísticas e iconográficas formuladas al final de la crisis iconoclástica (843) por la iglesia de Constantinopla. La decoración muestra una rígida consistencia en la distribución de características del arte constantinopolitano.

En teología bizantina, el edificio de la iglesia fue un símbolo del universo cristiano, pretendía reflejar el esplendor del cielo. Un programa estandarizado en iglesias bizantinas establecieron el orden en el que las representaciones se colocaban. Los personajes más sagrados eran representados en la cúpula y en el ábside, mientras que abajo, las escenas de la bóveda estaban colocadas de niveles superiores a niveles inferiores en relación con su nivel de importancia religiosa.

Los visitantes de la iglesia se ven inmediatamente atraídos a los mosaicos más famosos e importantes: Cristo Pantocrátor (Señor del Universo) mirando sobre todos desde la cumbre de la bóveda. Es representado con un rostro severo y una mirada amenazadora y solo se muestra su cabeza y sus hombros. Este medallón se reconoce que representa alta calidad artística y como «una de las mayores creaciones en el arte».[3]

Cristo luce ropaje purpúreo y un manto azul, es el rey de reyes y muestra fortaleza, austeridad y poder. El artista creó un dibujo marcado y realista, ejecutado con medios muy simples. Las cejas se muestran con un fuerte arco para acentuar las líneas verticales y la larga nariz que se cruza con las líneas horizontales del halo para crear una cruz simbólica. Varios estudios se han llevado a cabo en un intento de determinar si cambios significativos se hicieron durante restauraciones a la apariencia del mosaico del Cristo Pantocrátor, pero hay un acuerdo general en que los cambios no fueron significativos.[8]​ Cristo está rodeado por dieciséis profetas en la base de la cúpula, entre las ventanas que iluminan a Cristo como la figura dominante en la iglesia. Los profetas lucen antiguas vestimentas y sostiene un pergamino que contiene texto proclamando la gloria de Cristo o la Segunda Llegada.

Cristo Pantocrátor

En las pechinas hay cuatro escenas de la vida de Cristo. La escena de la Crucifixión muestra tres figuras: Cristo en la cruz, con María y san Juan están al pie de la cruz, uno a cada lado. Las figuras están colocadas en la sombra de un triángulo contra el fondo dorado vacío. Cada figura está separada y unificada con las otras figuras. Esta colocación equilibrada es similar a la manera de los escultores griegos colocaban sus figuras en las pechinas de los templos. La figura de san Juan está representada en una posición sinuosa, con su pecho sobre una pierna – una pose usada por los escultores griegos. El cuerpo de Cristo está representado en un estilo atlético, clásico, pero a diferencia de la escultura griega, la anatomía no es realista. Las caras de san Juan y la Virgen tienen la planitud y las pesadas líneas del estilo bizantino, pero ellos expresan la calma de las estatuas griegas.[3]

Según la Encyclopædia Britannica, «el conjunto representa una visualización del cosmos cristiano, su efecto creado por una interacción intrincadamente concebida de imágenes y arquitectura. El espacio de hecho funde la decoración en una gran imagen global, en la que el gobernante, saludado por los profetas que lo rodeaban, preside en su esfera por encima de la hueste de santos que la gente de la parte inferior del espacio».

Otros importantes mosaicos incluyen: oraciones de Joaquín y Ana, la anunciación a Joaquín, la Virgen con santa Ana, la anunciación de la Madre de Dios, el bautismo de Cristo, el Lavatorio, la entrada de Jerusalén, Cristo en la Última Cena, la Crucifixión, la Resurrección, la dormición de la Madre de Dios, ángel recibiendo a la Madre de Dios, el profeta Sofonías, san Baco.

El arte bizantino a menudo sobrevive como un arte eclesiástico. El monasterio de Dafni fue construido durante un período de renacimiento en la cultura y el arte y una vuelta a las tradiciones clásicas. Las figuras en los mosaicos están representados más naturalmente, y se funden más suavemente con lo que les rodea[9]​ La decoración del monasterio está inspirada por el espíritu de la época.[3]​ Los rostros están desmaterializados, austeros y representados con expresiones sin emoción. Los cuerpos son rígidos y pesados, características comunes a la hora de representar los iconos de los obispos, monjes y los mártires. La perspectiva pictórica, los estilos de las figuras y sus gestos, el modelado de las figuras a lo largo de la simplicidad de diseño, y el abrumador esplendor de color reflejando de las teselas de plata y oro distinguen los mosaicos de Dafni entre los mosaicos de los siglos XI y XII como ejemplos particularmente grandiosos del arte bizantino en general.

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