lunes, 30 de septiembre de 2024

FENICIA - FENICIOS

 BATALLAS PÚNICAS

Segunda batalla de Capua
Segunda guerra púnica
Parte de segunda guerra púnica

Zona geográfica en la que se desarrollaron las Guerras Púnicas
Fecha211 a. C.
LugarCapuapenínsula itálica.
Coordenadas41°05′00″N 14°15′00″E
ResultadoVictoria romana. Captura de Capua.
Beligerantes
CartagoCapuaRepública romana
Comandantes
Aníbal, Bostar, HannónQuinto Fulvio FlacoApio Claudio PulcroCayo Claudio Nerón

La segunda batalla de Capua fue un combate que tuvo lugar en el año 211 a. C. durante la segunda guerra púnica entre Cartago y la República romana.

Antecedentes

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La ciudad de Capua, capital de Campania y segunda ciudad en importancia de la península itálica por detrás de Roma, desertó del lado romano en el otoño de 216 a. C. tras la derrota de estos en la Batalla de Cannas. Al cambio de bando se unió la formación de un ejército aliado de Aníbal integrado por 14 000 hombres que incluía una potente caballería.1​ Durante las campañas de 215 a. C. y 214 a. C. el teatro de operaciones tuvo su centro de gravedad en Campania, pero a mediados de ese año uno de los ejércitos romanos que actuaban allí fue desplazado a Sicilia mientras los otros dos focalizaron su actividad en el Samnio, Apulia y Lucania. Al año siguiente, 213 a. C., la guerra en la península itálica se desplazó al límite entre Lucania y el Brucio, norte de Apulia y el Salentino. Esto dio un respiro a la ciudad ahora aliada con los cartagineses que vio como Campania dejaba de ser el campo principal de la guerra, aunque su campiña ya estaba arrasada y era improductiva.

Movimientos previos

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Al inicio del consulado de 212 a. C., el Senado romano decidió que los nuevos cónsules, Apio Claudio Pulcro y Quinto Fulvio Flaco, se marcasen como objetivo principal de la campaña la captura de "la pérfida Capua". Dado que los dos ejércitos consulares habían invernado en el cercano Samnio, los campanos temieron que las operaciones se centrasen contra ellos y solicitaron auxilio a Aníbal para que les enviase tropas y grano. El envío de cereales desde un campamento púnico junto a la cercana Benevento, resultó fallido al ser tomado al asalto por uno de los ejércitos consulares, tras lo cual ambos cónsules se encaminaron a Capua. La caballería campana reforzada por 2000 jinetes e infantes cartagineses atacó a las tropas romanas que asolaban la campiña infringiéndoles 1.500 bajas y consiguiendo un breve respiro hasta la llegada de Aníbal.

Una vez acudió este desde el Salentino, se enfrentó en batalla campal a los dos ejércitos consulares en la primera batalla de Capua logrando que se alejasen de la ciudad. El de Quinto Fulvio Flaco se dirigió a la cercana Cumas mientras el de Apio Claudio Pulcro acudió a Lucania donde había desertado el ejército de esclavos de Tiberio Sempronio Graco tras la muerte en emboscada de este. Aníbal decidió perseguir a Apio Claudio permaneciendo en Lucania ante la llegada de un nuevo ejército romano que bajo mando de Marco Centenio Pénula relevaba al del cónsul que de este modo retornó a Campania.

Con Aníbal alejado, los dos cónsules volvieron a los alrededores de Capua, acopiando abundante grano traído de Etruria y Cerdeña en dos posiciones cercanas: la ciudad de Casilino y una fortificación junto a la desembocadura del río Volturno. Con esto se aseguraban el avituallamiento en caso de ser atacados. Adicionalmente hicieron llamar a un tercer ejército, el del pretor Cayo Claudio Nerón en Suessula, para comenzar a tender una doble empalizada con doble foso alrededor de Capua. A pesar de las continuas salidas de acoso de los defensores campanos y de la guarnición cartaginesa, las tareas de cerco se lograron completar antes de acabar el consulado. Aníbal mientras tanto continuó sus operaciones en Lucania aniquilando en la Batalla del Silaro al ejército de Pénula de donde se dirigió a Apulia donde igualmente destrozó en la Primera Batalla de Herdonea el ejército del pretor Cneo Fulvio Flaco, hermano del cónsul. Marchó entonces al Salentino a tratar de tomar la ciudadela de Tarento, fracasando en el intento tras lo que arremetió contra la cercana colonia romana de Bríndisi sin lograr sus propósitos.

Estando en esta comarca recibió el pedido desesperado de una embajada campana urgiéndole a acudir en socorro de ellos pues el muro de cerco estaba a punto de ser completado. Iniciado ya el nuevo consulado de 211 a. C. en los idus de marzo, Apio Claudio y Quinto Fulvio permanecieron al frente del cerco de la ciudad en calidad de procónsules. A comienzos de la primavera, Aníbal alistó un ejército lo más ligero posible que incluía caballería, 33 elefantes e infantería, para lo cual dejó su tren logístico en el Brucio. Con él se dirigió a Campania a marchas forzadas donde tomó la fortificación de Calacia situada al sureste de Capua. Tras esto acampó en un valle a la espalda del Monte Tifata.

La batalla

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Inmediatamente después, intentó durante cinco días seguidos romper las defensas romanas que rodeaban la ciudad de Capua. Apio Claudio Pulcro se encargó de la defensa del anillo interior de la empalizada contra el ataque de la guarnición de Capua compuesta por campanos y 2000 soldados púnicos. Quinto Fulvio Flaco se ocupaba de la defensa del anillo exterior contra el ejército de Aníbal. Por si era necesaria una eventual retirada, Nerón mandaba la caballería romana de las seis legiones presentes, situándose en la carretera a Suessula, mientras Cayo Fulvio Flaco, hermano del procónsul, se situó con la caballería aliada en la carretera a Casilino.2

El ejército de Aníbal se enfrentó al ejército de Quinto Fulvio, que formaba delante de la empalizada exterior, consiguiendo que un pequeño núcleo de infantes hispanos junto a tres elefantes abriera brecha en el centro de la línea romana y se dirigiese contra la empalizada del campamento que cerraba el cerco de Capua. Esta punta de lanza comenzó su asalto al campamento romano pero este fue tenazmente defendido por su guarnición bajo mando de los legados, Lucio Porcio Licino y Tito Popilio.3​ Adicionalmente varios manípulos de la VI Legión de la ahora rota por el centro línea romana dirigidos por el centurión primipilo Quinto Navio4​ y el legado Marco Atilio,3​ atacaron de flanco al grupo de hispanos que penetraba. De este modo pudieron aniquilarlos y restablecer el orden.

En el anillo interior de la empalizada los defensores de la ciudad atacaron en otro punto pero fueron repelidos hasta los muros de la población. El procónsul Apio Claudio resultó gravemente herido durante el combate.

Aproximación a Roma

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Una vez fracasado el intento, la falta de víveres por estar los alrededores de Capua asolados por los romanos, y la posibilidad de que llegara un nuevo ejército romano por la espalda que pudiera impedirle la salida, decidió a Aníbal a abandonar el área. Para ello acopió balsas para cruzar el río Volturno que separa Campania del Lacio, y en una sola noche realizó el cruce. El general cartaginés pretendía romper el asedio de Capua dirigiendo su ejército contra la ciudad de Roma, esperando que con esta amenaza el ejército romano se viera obligado a romper el asedio y perseguirle.5​ Su plan era forzar a los romanos a entablar una batalla campal y volver a derrotarles de nuevo, al igual que lo había hecho en ocasiones anteriores.

Sin embargo, Aníbal encontró a Roma con los medios suficientes para defenderse. Contaba con dos legiones recién alistadas y además se produjo la llegada de un ejército de socorro desde Capua con 16.000 hombres bajo mando del procónsul Quinto Fulvio Flaco por una ruta diferente a la empleada por el general púnico. Con su caballería Aníbal arrasó la campiña alrededor de Roma pero debió retirarse finalmente bajo el acoso del ejército de socorro romano que le atacó al cruzar el río Anio, recuperando parte del botín. A los cinco días de abandonar Roma realizó un ataque nocturno contra el campamento de sus perseguidores, pero su intento porque lo evacuasen y se dirigiesen a un lugar cercano donde había tendido una emboscada fracasó y abandonó sus planes de auxiliar Capua.

Final de la campaña

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Aníbal, tras atravesar el Lacio se dirigió a la Daunia (Norte de Apulia). Allí permaneció la mayor parte de la campaña vigilado por los ejércitos consulares de los nuevos cónsules Cneo Fulvio Centúmalo y Publio Sulpicio Galba. Ese verano, Capua, sobre la que se mantuvo el asedio, terminó rindiéndose a los romanos que castigaron duramente a sus habitantes. El procónsul Apio Claudio falleció a resultas de la grave herida sufrida y fue Quinto Fulvio Flaco quien organizó las severas represalias, siendo por ello acusado en el Senado de Roma el año siguiente. Aníbal finalmente marchó hacia el Brucio, en el sur de la península itálica tras haber invernado en Lucania. Allí reconquistó Tisia y atacó Regio sin éxito con lo que finalizó la campaña de 211 a. C.






Batalla de Casilino
Segunda guerra púnica

Zona geográfica en la que se desarrolló la segunda guerra púnica
Fecha214 a. C.
LugarCampaniaItalia
Coordenadas41°06′36″N 14°12′28″E
ResultadoVictoria romana
Beligerantes
CartagoRepública romana
Comandantes
Estacio MecioQuinto Fabio MáximoMarco Claudio Marcelo
Fuerzas en combate
270047 000
Bajas
2650

La batalla de Casilino fue un enfrentamiento militar entre Cartago y la República romana en el año 214 a. C. durante el transcurso de la segunda guerra púnica.

Introducción

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Tras dos años desde el desastre de Cannas, Roma había podido reconstruir sus ejércitos y poco a poco comenzaba a reconquistar las localidades que se habían pasado al bando púnico. La campaña de 214 a. C. se encaraba con Marco Claudio Marcelo y Fabio Máximo como cónsules. Roma reclutó seis legiones adicionales con las que consiguió elevar a cinco el número de ejércitos en el sur de la península itálica (Lucania, Apulia, Salentino y dos en Campania).

La ciudad de Casilino, que asentaba sobre ambas márgenes del río Volturno y abría el paso de Campania al Ager Falernus, estaba en manos púnicas desde comienzos del año 215 a. C. contando con una fuerte guarnición de 2000 campanos y 700 cartagineses.1

Acontecimientos previos

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Marcelo se encontraba con su ejército consular en Nola donde rechazó poco antes a Aníbal en la 3ª batalla de Nola lo que provocó que este cambiase de área de operaciones al abandonar Campania en dirección al Salentino. Mientras, Fabio Máximo se centraba en la zona de Campania lindera con el Samnio Caudino y el Lacio.

Asedio de Casilino

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Sin la presencia de Aníbal en Campania, Fabio decidió atacar Casilino con su ejército consular.2​ Acampó en los alrededores y dio inicio a las tareas de asedio.1​ Ante la dificultad y buena defensa de su guarnición, y el riesgo de ser atacado su campamento desde Capua por el ejército que los campanos estaban reclutando con plebeyos y esclavos,3​ indicó a su colega de consulado Marcelo que dejase una fuerte guarnición en Nola y acudiese con el resto de sus hombres a colaborar cubriéndole la espalda.4​ Dado que los sucesivos asaltos eran rechazados una y otra vez, Fabio sugirió levantar el sitio, pero Marcelo le convenció para perseverar.5​ Finalmente la paciencia dio sus frutos y Fabio pactó con los notables de la ciudad su rendición a cambio de un salvoconducto. Cuando se producía la salida por una de las puertas de los rendidos, Marcelo ordenó a sus hombres atacarles causando una masacre de la que solo se salvaron los 50 que ya habían llegado junto a las posiciones de Fabio, los cuales fueron escoltados a Capua. El resto resultó muerto o prisionero.

Acontecimientos posteriores

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Tras tomar el control de la ciudad, Fabio prosiguió con una brillante campaña que le permitió recuperar el control de numerosas localidades en el Samnio Caudino y norte de Apulia, mientras Marcelo trasladó su ejército consular a Sicilia para dar respuesta al cambio de bando del reino de Siracusa, comenzando una campaña en la isla que se extendería por cuatro años. Mientras, el procónsul Tiberio Sempronio Graco marcaba los movimientos de Aníbal entre Lucania y Apulia.







Batalla de Casilino
Segunda guerra púnica

Zona geográfica en la que se desarrolló la segunda guerra púnica
Fecha216 a. C.
LugarCampaniaItalia
Coordenadas41°06′36″N 14°12′28″E
ResultadoVictoria cartaginesa
Beligerantes
CartagoRepública romana
Comandantes
AníbalMaharbal, IsalcaMarco Junio PeraTiberio Sempronio Graco, Marco Anicio
Fuerzas en combate
25 00026 000
Bajas
1000 hombres

La batalla de Casilino fue un enfrentamiento militar entre Cartago y la República romana en el año 216 a. C. durante el transcurso de la segunda guerra púnica.

Introducción

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En agosto de 216 a. C., tras la batalla de Cannas se produjo la rebelión de buena parte de Campania incluida su ciudad más importante, Capua. Para afrontar la crisis los romanos nombraron dictador a Marco Junio Pera y Tiberio Sempronio Graco como magister equitum. Tras hacer una leva de urgencia en la que enrolaron a jóvenes de hasta 17 años, expresidiarios y esclavos, lograron recomponer un ejército de 25 000 hombres con el que partieron desde Roma a la zona de Casilino. Adicionalmente dos contingentes de aliados de 570 prenestinos y de 460 perusinos formaron la guarnición de la ciudad.1

La población de Casilino asentaba sobre ambas márgenes del río Volturno y daba paso de Campania al Lacio a través del Ager Falernus.

Acontecimientos previos

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Estos miembros de la guarnición se dirigían a Cannas a unirse a las filas romanas cuando se enteraron de lo ocurrido en la batalla y decidieron quedarse en la estratégica población como protección de la misma. Cuando parte de los campanos desertaron del bando romano, dieron muerte a los habitantes de la ciudad. La reconstrucción de los hechos bélicos inmediatamente posteriores narrados por Tito Livio permiten tener una idea aproximada del comienzo de las operaciones contra la ciudad. La llegada del ejército de Pera a Casilino se produjo entre finales de noviembre y comienzos de diciembre de 216 a. C.2​ Este movimiento obligó a Aníbal a desplazarse desde la recién tomada Acerra a las cercanías de la población. Debía evitar que la presencia de un ejército romano pudiese revertir el efecto de la reciente rebelión campana.

Ataque nocturno al campamento de Pera

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Estando ambos ejércitos en el área, Polieno, Frontino y Zonaras narran que durante una noche lluviosa (lo que induce a pensar que los hechos ocurrieron a finales de otoño) Aníbal comenzó a lanzar, una tras otra, cargas de caballería contra el campamento romano obligando a los defensores a pasar la noche en vela, lo que los agotó y facilitó el asalto de la descansada infantería púnica al día siguiente y el abandono de sus posiciones por los romanos. El inexperto ejército de Pera, se veía de este modo alejado de Casilino. Tras el desastre de Cannas el Senado había dado órdenes terminantes de evitar el enfrentamiento que pudiese llevar a la pérdida de otro ejército. Este pobre desempeño de los hombres de Pera se confirma con la decisión del Senado romano a inicios de la campaña de 215 a. C. de que los más novatos componentes del mismo marchasen a servir a Sicilia junto a los soldados desterrados por su participación en la batalla de Cannas.

El asedio de Casilino

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Alejado el peligro cercano que suponía el ejército de Pera, Aníbal comenzó el asedio de la localidad cuya guarnición centró su defensa en la parte de la población situada al oeste del río Volturno.

Un primer intento de asalto comandado por Isalca llevado a cargo por tropas gétulas al servicio del ejército púnico, fue rechazado por los defensores con una salida. Un segundo asalto por Maharbal también fue repelido del mismo modo desde la ciudad. Aníbal acercó su campamento a una milla de Casilino y también lo intentó, fracasando igualmente pero causando pérdidas a los defensores durante la salida que estos hicieron. Prosiguió entonces el asedio con manteletes y la acción de minas, que fueron en ambos casos contrarrestados por los bastiones y contraminas de los defensores. Tito Livio cuenta que en las acciones llegaron a participar elefantes pero resulta inverosímil porque tras la batalla de Trebia y el paso de los Apeninos, a los cartagineses sólo les quedaba un único ejemplar, y el siguiente refuerzo conocido de estos animales los recibió el año siguiente en Locri. Ante el fracaso del asalto directo, Aníbal optó por iniciar el sitio de la ciudad.

El sitio de Casilino

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Cerca de llegar el periodo de mayor frío de la estación invernal, el general cartaginés dejó un núcleo reducido de tropas para sitiar la población, mientras con el grueso del ejército retornaba a su cercano campamento del monte Tifata junto a Capua. Los víveres escaseaban y el hambre comenzaba a apretar a la guarnición cercada. Tras unos días en Capua retornó a Casilino a proseguir el cerco con la totalidad de sus hombres.

Debido a que el río Volturno iba crecido, Marcelo, que se encontraba en Nola, situada al este del río Volturno, renunció a auxiliar la población, presionado en parte por los nolanos que no deseaban quedarse sin su protección, aparte de por la propia endeblez de los efectivos con los que contaba, insuficientes para afrontar un combate en terreno abierto con el ejército de Aníbal.

El dictador Pera tuvo que acudir a Roma a repetir los auspicios, por lo que quedó el magister equitum Graco al frente del ejército con instrucciones de evitar el enfrentamiento con los cartagineses a toda costa. Este trató sin éxito de auxiliar a la ciudad arrojando barriles con grano a través del río, pero fue finalmente descubierto y contrarrestado por los púnicos. Ante la prolongación del sitio, Aníbal ofreció a los defensores una capitulación por la que podrían ser liberados previo pago de un rescate, lo cual fue finalmente aceptado por los sitiados. Estando aún en Roma, el dictador se enteró de la caída de la localidad en manos cartaginesas y acudió de modo inmediato a la zona a ponerse al frente de su ejército.3​ Esto obligó a venir a la ciudad eterna al cónsul Varrón desde Apulia para designar un segundo dictador, Marco Fabio Buteón, con el fin de que organizase el reemplazo de los miembros fallecidos en el Senado. Una vez hecho esto, el segundo dictador dimitió y se volvió a llamar al dictador Pera, al magister equitum Graco y al pretor Marcelo para que organizasen las elecciones consulares, algo que suele tener lugar a finales de enero. Esta sucesión de acontecimientos supone que la caída de Casilino debió ocurrir en torno a la primera quincena de enero de 216 a. C. por lo que pese a que la historiografía de Tito Livio ha presentado como heroica la resistencia de esta localidad frente a Aníbal, el análisis de los hechos demuestra que la duración del sitio no fue de mucho más de dos meses.

Acontecimientos posteriores

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Tras tomar el control de la ciudad, los púnicos se la entregaron a sus aliados y dejaron una guarnición de 700 hombres junto a otros 2000 campanos. Año y medio más tarde, Casilino fue recobrada para Roma en una acción conjunta de los cónsules Marcelo y Fabio Máximo.

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