domingo, 30 de agosto de 2015

Armas

Armas de asedio

Agger es un antiguo término romano que designa un terraplén, rampa o parapeto, y que procede del vocablo latino aggero, que significa "dirigir" o "hacer un montículo".
Suele utilizarse específicamente para los terraplenes elevados y abovedados de lascalzadas romanas. El agger se construía en primer lugar excavando el trazado de la calzada, para construir después unos cimientos firmes, que eran rellenados con la tierra extraída que luego era compactada. A continuación se añadía la tierra obtenida de las zanjas de drenaje excavadas a uno o ambos lados de la calzada (fossa), y se recubría con capas alternas de piedra y adoquines. El trazado de una calzada romana puede localizarse habitualmente mediante la distintiva línea delagger a través del paisaje.
Agger es también el nombre que recibe una zona concreta de las Murallas Servianas de Roma, que protegía la ciudad en su lado más vulnerable, el Campo Esquilino, y consistía en un doble parapeto custodiado por poderosos bastiones.
La técnica del agger también fue empleada como arma de asedio: cuando una ciudad o fortaleza enemiga era sitiada, solía erigirse unagger para salvar las murallas de la ciudad y permitir a la infantería tomar la plaza por asalto. Uno de los ejemplos de agger más notables y mejor conservados de la época romana lo constituye la rampa de acceso a la fortaleza de Masada.








Algarrada es una máquina bélica de que usaban los antiguos para disparar piedras o saetas a manera de trabuco o ballesta grande. Es voz arábiga y ya sin uso. En latín ballixtacatapulta.
E otrosí los que les dan ó les venden madera para hacer algarradas é otros engeños (Ley 4 Tít. 21, part. 4)
.
E los engeños que son usados en servicio de los reyes é combatirlas villas é los castillos é algarradas é puentes (Ordenamiento de Sevilla, fol. 142)
.
Jerónimo Zurita, en los Anales de la Corona de Aragón refiriendo el sitio de Mallorca en 1229, dice:
se dió órden para que sacasen dos máquinas que llevaban para combatir la ciudad, que eran un trabuco y otra pieza que llamaban almajanech los moros también pararon dos trabucos y otras máquinas, que en la historia del rey y en la de Marsilio se llaman algarradas y eran las algarradas tan sutiles,que una de las que tenian los moros lanzaba con tanta furia las pelotas que pasaban de claro cinco ó seis tiendas
Como siempre sucede, con estas máquinas antiguas hasta ahora no sabemos exactamente lo que era la algarrada. Si acudimos alconde de Clonard, la cuestión se complica y oscurece pues apunta, aunque con indecisión, alguna apariencia de Artillería, lo cual es evidentemente prematuro. De todos modos, he aquí el texto literal de su Historia Orgánica, t. I, pág. 36.
Los más ilustrados cronistas de la edad media convienen en que la voz trueno con que se conoció la artillería entre nosotros viene de la palabra árabe ar-raadal que significa lo mismo, y de la que deriva el término algarrada.
Que los españoles continuaron designándola con esta última denominación hasta el año de 1342, lo demuestran también muchos hechos referidos por escritores recomendables. En el sitio de Requena (Anales toledanos, página 400) ocurrido en el año 1219, atacaron los castellanos la plaza con algarradas. En el de Mallorca, emprendido por los aragoneses en 1229, eran las algarradas tan sutiles, que una de las que tenían los moros lanzaba con tanta furia las pelotas que pasaban de claro cinco o seis tiendas. (Zurita, Anales de la Corona de Aragón, lib.3. cap. 5.) En el de Burriana tuvieron que cubrir sus ataques con una manta de tablazón muy gruesa para librarse de los proyectiles que lanzaban estos cañones (Zurita, idem, idem, capítulo 10.) Cuando el rey Fernando atacó Sevilla, los árabes, según la Crónica general de España (fol. 428), se defendieron con algarradas desde el arrabal de Triana. Y en la conquista (lib. I cap. 222) emprendida por los cruzados mandaron estos construir algarradas para tirar piedras.
Martínez Marina (Memorias de la Real Academia de la Historia, t. 4, Catálogo de voces puramente arábigas), supone que la algarrada era lo mismo que el almojaneque o fundíbalo, si bien de menores dimensiones.
El mismo Clonard en su Discurso sobre el traje antiguo recoge prudentemente lo que arriba anticipa sobre artillería, y se repite en esta otra forma:
Martínez Marina asegura que la algarrada es igual al almajaneque y que sólo se distinguía de éste en ser menor; los árabes le llaman al-arradah y Pedro Antón Belter lo describe, diciendo que eran dos perchas atravesadas la una con la otra por el medio de entrambas con un pio ó gozne; y grunzando la una que al un cabo tenía la piedra estando la otra firme, dábanle tal fuerza que tiraba la piedra con gran furia
Parece que la libra a que hacen referencia los Anales Toledanos primeros en el sitio de Requena, fue otra especie de almojaneque o algarrada y si la palabra es verdaderamente latina significa balanza y en este caso viene bien el sentido y el uso para disparar piedras.





El almajaneque (del ár. and. "almanganíq”) era una máquina de guerra utilizada para lanzar grandes piedras de más de 500 kg de peso, con el fin de destruir las murallas o almenas de los castillos enemigos.
Su funcionamiento estaba basado en el sistema de palanca, con un brazo largo con el eje descentrado en cuyo extremo había un contrapeso; los más sofisticados tenían sistemas de reenvío mediante poleas. Habitualmente eran sencillos y se construían al pie de las murallas a derribar: disparaban los proyectiles en trayectoria baja y no alcanzaban gran altura, de manera que las piedras disparadas golpeaban contra las murallas, en vez de volar sobre ellas y caer en el interior del recinto.
Eran unas máquinas de diseño sencillo y rústico, pero a su vez eficaces y demoledoras.
Un gran almajaneque fue utilizado por Abderramán III en el asedio al castillo de Juviles, en las Alpujarras de Granada, con el que bombardeó con proyectiles de piedra sin cesar el castillo, hasta conseguir al cabo de 15 días la rendición del mismo.
Asedio de Antioquía durante la Primera Cruzada

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