lunes, 3 de agosto de 2015

Guerra Civil Estadounidense

Batallas de la Guerra Civil Estadounidense

La Campaña de Vicksburg fue una serie de batallas y maniobras de la Guerra Civil Estadounidense realizadas contra Vicksburg, una ciudad fortaleza que dominaba la última sección del río Misisipi controlada por los confederados. El Ejército de Tennessee comandado por el mayor general Ulysses S. Grant obtuvo el control del río Misisipi al capturar la fortaleza y derrotar a las fuerzas del teniente general John C. Pumberton.
La campaña consistió en muchas operaciones navales importantes, maniobras, iniciativas fallidas y once batallas que se sucedieron entre el 26 de diciembre de 1862 y el 4 de julio de1863. Los historiadores militares dividen la campaña en dos fases formales: Operaciones contra Vicksburg (diciembre de 1862 – enero de 1863) y Operaciones de Grant contra Vicksburg (marzo – julio de 1863).
Tras la rendición del ejército de Pemberton (un día más tarde de la derrota confederada en la Batalla de Gettysburg) y cuando el mayor general Nathaniel P. Banks capturó Port Hudson, el río Misisipi pasó a pertenecer en su totalidad a la Unión. La campaña de Grant contra Vicksburg está considerada un capítulo importante de la historia militar de los Estados Unidos.
Ulysses Grant, supremo líder militar de los unionistas, sabía que tenía que hacerse con victorias importantes antes de que los confederados vuelvan a invadir el norte. En efecto,  así fue. Se dio origen a la campaña de Vicksburg, una ciudad fortaleza muy importante, pues gracias a ella se controlaba la última sección del río Misisipi, en poder de  los confederados. En total, además de operaciones navales, hubo once enfrentamientos entre los unionistas y los sureños, acaecidas entre el 26 de diciembre de 1862 al 4 de julio de 1863. El importante río Misisipi estaba en juego entre ambos bandos y quien se hiciese con él se llevaría una importante ventaja.

El último baluarte

Vicksburg era importante para los confederados, pues era el último de los baluartes que poseían, justamente en el llamado “padre de los ríos”: el Misisipi. Todos los demás habían sido eliminados por los federales, cuya superioridad en el mar era evidente, uno tras otro. Si Vicksburg caía toda la arteria vital del Sur quedaría totalmente acabada. El asedio a la ciudad fue una campaña larga.  Los federales ya habían mordido el polvo cuando a finales de 1862 el general Sherman intentó tomarla, logrando  el acceso de tierras altas en la retaguardia de la urbe, pero los confederados se escaparon del castigo tras cortar su conducto de abastecimiento, cortando una vía férrea, la única, por cierto, que llegaba a la región. En cuanto a Lee, estaba éste muy confiado en sus hombres, pero aún más en la geografía que Vicksburg ofrecía a los confederados. La misma hacía la defensa simple, convirtiéndola en un punto casi inexpugnable. El río también ayudaba pues  describía una curva muy cerrada, en forma de herradura, abarcando una faja de terreno de casi un kilómetro de anchura. La ciudad estaba al fondo de dicha “herradura” al margen oriental del  río.
Los federales  pensaron en  abrir un canal que atravesara la península que formaba dicho río con su forma, aislando  así a Vicksburg de agua, de suministros y comunicación.  El plan, claro, resultaba  ambicioso y se planteó hacer trabajar a miles de negros que se podían reclutar en las plantaciones vecinas. Un vez empezada  la obra  esta superó todo alcance de los federales y se desechó la idea. ¿Acaso Vicksburg tenía alguna otra ventaja? Pues sí, existían empinados riscos arriba y debajo de ella, a una altura sobre el nivel de corriente que llegaba a los treinta metros, suficiente para que los confederados colocaran allí baterías que podían ser empleadas con total ventaja.

El inicio al asedio final, la batalla naval

Luego de la primera fase de la campa que duró desde diciembre de 1862 a enero de 1863 y que no tuvo grandes resultados para los federales, Grant, futuro supremo líder, decide tomar cartas en el asunto  y luego de haber estado varios meses por la región deciden tomarla por cerco de una vez por todas. El jueves 26 de junio de 1863 la Unión desplegó una formidable flota comandada por el almirante David Porter, eran 40 embarcaciones de todos los tipos. El ataque fue dirigido contra las fortificaciones en el farallón situado debajo de la ciudad. Los sureños respondieron vehemente y decididamente al ataque, el cañoneo no cesó en todo el día, sólo al anochecer se dio una tregua.
Al día siguiente se reanudaron los intercambios y los federales bombardearon la ciudad, pero a esto respondieron las baterías confederadas en un épico enfrentamiento tierra-mar, que rechazó las intenciones federales de hacerse con la ciudad. En la noche los barcos federales reanudaron el ataque contra la ciudad utilizando sus poderosos morteros. A continuación se produjo una escena bella y a la vez mortífera, pues el cielo nocturno se vio prontamente iluminado de el incesante fuego de la artillería. La ciudad se vio atormentada durante  casi una hora, por el plomo y el hierro que caían sobre ella. Pronto no hizo falta más bombardeos para alumbrar aquella noche, pues las llamas de la ciudad iluminaron el panorama. Luego del asedio, las embarcaciones federales se retiran con 15 muertos y 30 heridos. Los rebeldes sureños, en cambio, sí  sufrieron muchas pérdidas, en especial las tropas del general Van Dorn que ocuparon la ciudad.

El cerco y la genialidad de Grant

Pese a sus daños los confederados mantenían su posición y los federales suspiraban hastiados y con pesadumbre pues sabían lo costoso que sería tomar la plaza. Fue entonces cuando Grant, tomó directamente las cartas en el asunto, si bien ya venía desde algunos meses atrás planeando en torno a la caída definitiva de Vicksburg. Para el 14 de mayo de 1863 Grant toma  por asalto la ciudad de Jackson, a unos 50 kilómetros al este del Misisipi, allí el confederado Johnston no puede resistir y los federales obtienen  el control de la principal vía férrea de Vicksburg. Grant evitó así  que éste se uniera  a las tropas de Permberton,  comandante del área de Vicksburg. Logró su cometido y en dicho perímetro (Vicksburg) quedaron divididos en dos grupos cerca de 45 mil confederados, mientras Grant avanzaba con una fuerza similar girando al oeste para completar su círculo y cerrarlo en torno a Vicksburg.
Fue el 18 de mayo de 1863 cuando las fuerzas de Grant llegan a  la cima de Walnut Hill, es decir,  exactamente el mismo lugar donde había luchado Sherman en diciembre del año anterior. Ahora bien, cuatro días después los federales se lanzan contra las fortificaciones rebeldes. En la embestida inicial Grant se salvó de milagro, pues casi es derrotado  por una granada disparada a través de un barranco al que acababa de entrar. A continuación se produjo el único error en la campaña por parte de Grant, que  fue asaltar toda la línea:  cerca de tres millas de trincheras en las que  los fusileros rebeldes respondieron con fuego asesino causando ingentes pérdidas humanas. Grant y los suyos se retirarían así humillados. Éste decidió entonces ir lentamente pero a paso firme. Todo el resto de aquel mes  las tropas federales se batieron violentamente contra los confederados, que a razón del cerco, sabían que no podrían resistir para siempre.
Trinchera tras trinchera los federales iban ganando posiciones, mientras que sus enemigos retrocedían. Durante el enfrentamiento también  abundaron los   desertores, pues la situación en la guarnición era realmente desesperada, cundía el hambre, los heridos, las enfermedades y el cansancio. Para fines de junio Grant escuchó un rumor de que el general Johnston ayudaría a Pemberton atacando la retaguardia federal, felizmente,  Johston cambió de opinión pues pensó que tal estrategia era vana, ya nada ni nadie podría salvar a Vicksburg de la inminente caída.
El 3 de julio, luego de casi dos meses de incesantes combates y unos seis meses que duró toda la campaña, la bandera blanca flameaba sobre las fortificaciones de Vicksburg. Así  acabaría  aquella cruenta lucha. Grant recibió a su enemigo Pemberton en la sombra de un árbol para tratar las condiciones de la rendición y decidir qué hacer con los 37 mil sobrevivientes, hambrientos y bastante debilitados. En un gesto magnánimo aunque también conveniente para él, Grant decidió dejar marchar bajo palabra a aquellos prisioneros.
En sus memorias personales aclaró el por qué de tal decisión: “esperaba desmoralizar a todo el interior del país, aún en rebeldía bajo el impacto de esparcir a esta desalentada masa de hombres entre el resto aún no conquistado”. El 4 de julio de 1863, justo el día de independencia, 37 mil confederados abandonaban sus fortificaciones rindiendo 172 cañones y 60 mil fusiles (de lejos el botín más grande que se capturó en la guerra). Así acabó aquella batalla por la última fortificación confederada en la espina dorsal de América, el Misisipi.




Mapa de la campaña, donde pueden verse los progresos del Ejército Unionista
                Sin embargo las operaciones iban a resultar extraordinariamente difíciles. El primer intento orquestado por el General Grant partió de la región de Memphis y trató de llegar hasta su objetivo por tierra, avanzando desde el norte. Ante esta situación los confederados tuvieron que retirarse tras el río Yalabusha; y los federales decidieron enviar uno de sus cuerpos de ejército, el del General Sherman, a operar por el río, al oeste de la ciudad, para distraerlos. Sin embargo estas reaccionaron muy bien bajo presión: un raid de la caballería sudista de Forrest segó las líneas de comunicación de Grant, y un violento contraataque de las tropas confederadas de Van Dorn acabó con la destrucción del depósito de suministros principal de los nordistas en Holly Springs, obligando  a Grant a cancelar su ofensiva.
                Mientras tanto, las tropas de Sherman, que habían avanzado hasta la desembocadura del río Yazoo, remontaron el cauce y se lanzaron al ataque contra los altos de Chickasaw, al norte de la ciudad, para ser rechazadas sangrientamente.
                Tras estos fracasos Grant decidió centrar sus acciones sobre el propio río Mississippi, cuyo control, gracias a la escuadra fluvial del Almirante Porter, le garantizaba una línea de suministro estable y segura. Sin embargo, tras el fracaso de Sherman al norte de la localidad, solo le quedaban dos opciones: un asalto frontal a los acantilados y las baterías que los defendían, o un desembarco al sur de Vicksburg para atacar la ciudad desde allí. Esta segunda opción, que parecía la más lógica de las que quedaban, tenía sin embargo un importantísimo talón de Aquiles: buques y tropas se hallaban al norte de la ciudad, y había que hacerlos pasar. No solo eso, también había que trazar una línea de suministro, lo que con los cañones confederados controlando el río, iba a resultar harto difícil.
La flota del Almirante Porter desafiando las defensas de Vicksburg.
En estas circunstancias el arma más importante resultó ser… la pala. Los soldados federales pasaron meses cavando en medio del barro, dedicados a abrir canales por los que pudieran pasar los barcos sin tener que enfrentarse a las posiciones defensoras. Fracasaron, y finalmente, en las últimas horas del16 de abril, la flota tuvo que arriesgarse y cruzar ante las baterías confederadas. Fue un éxito.
                Las tropas terrestres, por su parte, avanzaron sufriendo enormes penurias desde Milliken´s Bend hasta New Carthage, Hard Times y la plantación Disharoon; progresando por los inmensos pantanos de la orilla oeste del padre de las aguas para ir a situarse en la orilla opuesta a Bruinsburg, desde donde, durante la noche del 29 al 30 de abril, el Cuerpo de Ejército de McClernand pasó al otro lado para establecer una cabeza de puente.
El ataque federal en Champion´s Hill.
                Llegar a la otra orilla había sido complejo y duro, pero aún quedaba la maniobra más arriesgada. Una vez cruzado el río el ejército de Grant podía ir en tres direcciones distintas: hacia el sur, a Port Hudson, ciudad que debía ser tomada por el ejército del General Nathaniel Banks, con base en Nueva Orleans y Baton Rouge, pero eso supondría abandonar el objetivo principal de la campaña; hacia el norte, directamente hacia Vicksburg, y aunque era el camino más directo, suponía enfrentarse a las tropas defensoras comandadas por el General Confederado Pemberton en un terreno muy bueno para la defensa; y, finalmente, podían marchar hacia el interior. Esta última opción suponía abandonar las bases de suministro del ejército para internarse en territorio enemigo, viviendo sobre el terreno, pero tenía una gran ventaja: separar las fuerzas que defendían Vicksburg del ejército de apoyo que estaba reuniendo en Jackson el General confederado  Johnston. Fue la opción elegida.
                El avance hacia el noroeste no estuvo exento de batallas: Port Gibson, el 1 de mayo; Raymond, el 12, y Jackson, el 14, sirvieron a Grant para deshacerse del ejército de Johnston. Entonces pudo reorientar su fuerza hacia el oeste, donde estaba su objetivo. Aún fueron necesarias dos batallas más, las de Champion´s Hill, el 16 de mayo, y la del Big Black River, al día siguiente, esta vez contra las tropas de Pemberton, para obligar a este a encerrarse dentro de las fortificaciones de Vicksburg.
Posiciones del Ejército de Grant en torno a las trincheras confederadas.
                Nada más llegar a su objetivo Grant intentó tomar la ciudad por asalto, pero fracasó, y tuvo que iniciar el asedio. Para entonces había resuelto ya sus dos problemas fundamentales: con la derrota de Johnston había despejado su retaguardia, y con la llegada de nuevo hasta el río había abierto una vía de suministros capaz de aprovisionar suficientemente a sus tropas. Entonces se iniciaron los trabajos de asedio –otra vez las palas-, y aunque hubo algún asalto más, finalmente fue el estrangulamiento por asedio lo que obligó a los defensores a rendirse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario