miércoles, 31 de diciembre de 2014

DEIDADES Y DIOSES

DIOSES DEL AGUA : Airón fue un dios indígena que estaba arraigado en Hispania antes de que los romanos emprendieran su conquista. Este dios, cuyo culto fue respetado por los romanos, se relaciona con aguas profundas (ubicadas en pozos y lagunas) y también con simas, por lo tanto hay una relación directa entre Airón y el inframundo.- .......................................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=0547eaf6db4dacaad01dcb64b239d527d655f63f&writer=rdf2latex&return_to=Air%C3%B3n


“Al dios Airón erigió la familia usetana oculense. Cayo Titinio Crispino”.
            En una excursión a Cabeza del Griego (Segóbriga) y Uclés en 1888, el padre Fidel Fita tuvo ocasión de contemplar dicha ara que transcribe en el boletín de la Real Academia de la Historia y que poco después fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional para terminar definitivamente en el Museo de Segóbriga (Cuenca).
            En 1911 Manuel Manrique de Lara, becario de Ramón Menéndez Pidal, recogió en Salónica (Grecia) el romance Ya se van los siete hermanos. En él se pone de manifiesto que quien cae en un pozo Airón no saldrá de él jamás, pues comunica con el inframundo (equivalente al Hades de los griegos), el lugar del irás y no volverás que es como lo interpreta Cervantes en Adjunta al parnaso. Cincuenta y cuatro años después las investigadoras Nika Moreno y Elena Romero recogieron en Estambul (Turquía) el mismo romance, con ligeras variantes con respecto al anterior, romance que dice así:

Ya se van los siete hermanos,   ya se van para Aragón;
¡y guay qué dolor!,   ya se van para Aragón.
Por el medio del camino,   l´agua se les escapó;
¡y guay qué dolor!,    l´agua se les escapó.
Caminando por los campos,   toparon un požo airón;
¡y guay qué dolor!,    toparon un požo airón.
Ya’charon pares y nones,   al más chico le cayó;
¡y guay qué dolor!,   al más chico le cayó.
Ya lo ataron con la cuedra,   lo echaron al požo airón;
¡y guay qué dolor!,   lo echaron al požo airón.
Por el medio del aquel požo,   la cuedra se les rumpió;
¡y guay qué dolor!,   la cuedra se les rumpió.
El agua se hizo sangre,   las piedras culebros son;
¡y guay qué dolor!,   las piedras culebros son.
[Culebros y] alacranes,   le comen el coražón.
¡y guay qué dolor!,   le comen el coražon.
Ya se van los seš hermanos,   amargos de coražón;
¡y guay qué dolor!,    amargos de coražón.
-Si vos pregunta mi madre,   le diréš: “Atrás quedó”;
¡y guay qué dolor!.,:   le diréš: “Atrás quedó”.
Si vos pregunta mi padre,   le diréš: “Sin él quedó”;
¡y guay qué dolor!,   le diréš: “Sin él quedó”.
Si vos pregunta mi dama,   viuda mueva ya quedó;
¡y guay qué dolor!:   viuda mueva ya quedó.
Si vos preguntan mis hijos, güerfanicos muevos son.

 Aunque todavía queda por esclarecer el origen (no parece ser un nombre etimológicamente de origen indoeuropeo) y la antigüedad de Airón, dios de origen celta para unos y autóctono de origen neolítico para otros, algo se ha avanzado en el conocimiento de la identidad del dios Airón.
            Los testimonios de que disponemos nos permiten suponer que Airón fue un dios indígena que estaba arraigado en Hispania antes de que los romanos emprendieran su conquista. Este dios, cuyo culto fue respetado por los romanos, se relaciona con aguas profundas (ubicadas en pozos y lagunas) y también con simas, por lo tanto hay una relación directa entre Airón y el inframundo.
            Como dios del inframundo Airón ofrece un doble aspecto, positivo y negativo, lo que viene a equivaler a la cara y la cruz de la misma moneda. En su aspecto positivo Airón es el dios de la vida, pues del inframundo emerge el agua y la vegetación. En su aspecto negativo, Airón aparece como el dios de la muerte, pues el inframundo era el lugar a donde se consideraba –en las religiones precristianas– que iban a parar las almas de todos los muertos. El pozo de agua inagotable o la laguna insondable, en realidad, son una metáfora que significa el canal del inframundo –o mundo de los muertos de donde no se puede salir–  con la tierra habitada por los hombres y los animales y con el cielo morada de los dioses.

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