Con la mujer en el pozo
JESÚS se ha detenido a descansar cerca de un pozo en Samaria. Sus discípulos se han ido al pueblo a comprar alimentos. La mujer con quien Jesús habla ha venido a sacar agua. Él le dice: ‘Dame de beber.’
Esto sorprende mucho a la mujer. ¿Sabes por qué? Jesús es judío, y ella es samaritana. Y a la mayoría de los judíos les desagradan los samaritanos. ¡Ni les hablan! Pero Jesús ama a gente de toda clase. Él le dice: ‘Si supieras quién te pide de beber, tú le pedirías, y él te daría agua que da vida.’
‘Señor,’ dice la mujer, ‘el pozo es hondo, y tú ni tienes un balde. ¿Dónde conseguirías esta agua que da vida?’
‘Si bebes agua de este pozo te dará sed otra vez,’ explica Jesús. ‘Pero el agua que yo daré puede hacer que uno viva para siempre.’
‘Señor,’ dice la mujer, ‘¡dame esta agua! Entonces no tendré sed nunca más. Y jamás tendré que venir aquí para conseguir agua.’
La mujer cree que Jesús está hablando de agua verdadera. Pero él está hablando sobre la verdad acerca de Dios y su reino, que es como agua que da vida. Puede dar vida eterna.
Jesús ahora le dice a la mujer: ‘Ve y llama a tu esposo y vuelve acá.’
‘Yo no tengo esposo,’ dice ella.
‘Contestaste bien,’ dice Jesús, ‘Pero has tenido cinco esposos, y el hombre con el cual estás viviendo ahora no es tu esposo.’
La mujer se sorprende, porque todo esto es verdad. ¿Cómo sabía estas cosas Jesús? Sí, es porque Jesús es el Prometido dado por Dios, enviado por él, y Dios le da esta información. Ahora los discípulos de Jesús regresan, y les sorprende que él esté hablando con una samaritana.
¿Qué aprendemos de todo esto? Que Jesús es bondadoso con gente de toda raza. Nosotros debemos ser así; no debemos pensar que alguien sea malo solo por su raza. Jesús quiere que toda la gente conozca la verdad que lleva a vida eterna. Y nosotros debemos querer ayudar a la gente a aprenderla.
Jesús enseña en una montaña
MIRA a Jesús sentado aquí. Está enseñando a toda esta gente en una montaña de Galilea. Los más cercanos a él son sus discípulos. Él ha escogido a 12 de ellos para que sean apóstoles. Los apóstoles son discípulos especiales de Jesús. ¿Sabes cómo se llaman?
Primero, Simón Pedro y su hermano Andrés. Entonces, Santiago y Juan, que son hermanos también. Otro apóstol se llama Santiago también, y otro se llama Simón también. Dos apóstoles se llaman Judas. Uno es Judas Iscariote, y el otro Judas también se llama Tadeo. También están Felipe y Natanael (llamado también Bartolomeo), y Mateo y Tomás.
Después de volver de Samaria, Jesús empieza a predicar por primera vez: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’ ¿Sabes qué es ese reino? Es un verdadero gobierno de Dios. Jesús es su rey. Él gobernará desde el cielo y traerá paz a la Tierra. Toda la Tierra será hecha un paraíso por el reino de Dios.
Jesús aquí está enseñando a la gente acerca del reino. ‘Así deben orar,’ explica él. ‘Padre nuestro que estás en los cielos, honrado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la Tierra, como se hace en el cielo.’ Muchas personas llaman a esta oración ‘La oración del Señor.’ Otras, el ‘Padrenuestro.’ ¿Puedes decir la oración completa?
Jesús también está enseñando a la gente cómo deben ser unos con otros. ‘Haz a otros lo que quieres que te hagan a ti,’ dice. ¿No te gusta cuando otros te tratan con bondad? Por eso, debemos ser buenos con otros. ¡Qué bueno será en la Tierra paradisíaca cuando todos hagan esto! ¿verdad?
Jesús levanta a los muertos
LA NIÑA que ves aquí tiene 12 años. Jesús la tiene de la mano, y la madre y el padre de ella están cerca. ¿Sabes por qué están tan contentos? Vamos a ver.
El padre de la niña es un hombre importante llamado Jairo. Un día su hija enferma, y la ponen en una cama. Pero no mejora; se pone cada vez más enferma. Jairo y su esposa se preocupan mucho, porque parece que la niñita se va a morir. Ella es su única hija. Así que Jairo busca a Jesús. Él ha oído acerca de los milagros que Jesús hace.
Cuando Jairo halla a Jesús, hay una muchedumbre grande alrededor de él. Pero Jairo pasa por en medio de la muchedumbre y cae a los pies de Jesús. ‘Mi hija está muy enferma,’ dice. ‘Ven, por favor, y sánala,’ suplica. Jesús dice que vendrá.
Mientras caminan, la muchedumbre sigue empujando para acercarse. De repente Jesús se detiene. ‘¿Quién me tocó?’ pregunta. Jesús sintió que de él salió poder, y sabe que alguien lo ha tocado. Pero ¿quién? Es una mujer que ha estado enferma por 12 años. ¡Vino y tocó la ropa de Jesús, y sanó!
Esto hace que Jairo se sienta mejor, porque puede ver que es fácil para Jesús sanar a alguien. Pero entonces viene un mensajero. ‘No molestes más a Jesús,’ le dice a Jairo. ‘Tu hija ha muerto.’ Jesús oye esto y le dice a Jairo: ‘No te preocupes; ella estará bien.’
Cuando por fin llegan a la casa de Jairo, la gente está llorando con gran tristeza. Pero Jesús dice: ‘No lloren. La niña no ha muerto. Solo duerme.’ Pero ellos se ríen y burlan de Jesús, porque saben que ella está muerta.
Jesús entonces entra con el padre y la madre de la niña y tres de sus apóstoles en el cuarto donde la niña está. La toma de la mano y dice: ‘¡Levántate!’ Y ella vuelve a vivir, como lo ves aquí. ¡Se levanta y camina! Por eso el padre y la madre de ella están tan felices.
Esta no es la primera persona a quien Jesús levanta de entre los muertos. El primero es el hijo de una viuda que vive en la ciudad de Naín. Después, Jesús también resucita a Lázaro, el hermano de María y Marta. Cuando Jesús gobierne como el rey dado por Dios, resucitará a muchísimas personas. ¿No nos debe alegrar eso?
No hay comentarios:
Publicar un comentario