miércoles, 31 de diciembre de 2014

HISTORIA DE LA VIDA DE JESUCRISTO

El gobierno comenzó a cercarlo y Jesús sabía que su final era inminente, entonces, reunió a sus discípulos en lo que se ha denominado La última Cena; Jesús es apresado más tarde en el Monte de los Olivosmientras rezaba, presumiblemente gracias a la ayuda de uno de sus discípulos, Judas, quien lo traicionó. Esta situación da inicio a la Pasión de Cristo, proceso en el cual es sometido a durísimos padecimientos antes de ser finalmente crucificado en la cruz.
Como hemos explicado, la víspera de la pascua judía, Jesús se reunió con sus apóstoles en la conocida “última cena”. En ella, predijo ante sus seguidores que habría de ser traicionado por uno ellos. Poco después, tras la traición del apóstol Judas IscarioteJesús fue capturado por los guardias del sumo sacerdote. El consejo religioso judío –sanedrín- le declaró culpable de blasfemia, ante la afirmación deCristo de que él era el mesías. Se le condenó a la pena de muerte.
El sanedrín no podía aplicar dicha pena sin el consentimiento de las autoridades romanas que –recordemos- dominaban la región. Fue así que el gobernador romano de JudeaPoncio Pilato, accedió a cumplir la pena que determinaron las autoridades judíasJesús fue torturado y poco después se le asesinó a través de crucifixión, un método de ejecución utilizado en tiempos romanos.
Tras su muerte, la vida y el legado de Cristo cobraron una relevancia como quizás nunca se había visto en la historia. Sus discípulos relataron el milagro de la resurrección. Los once apóstoles restantes presenciaron su aparición. En ellas Jesús les ordenó que predicaran su mensaje. Esta línea religiosa que sostenía que Jesús de Nazaret era el mesías, hizo que las creencias cristianas se separaran aún más de la tradición judía.
Posteriormente se desarrolló el cristianismo como una nueva religión, que tuvo un comienzo de persecuciones y ocultamiento. Pero sólo algunos siglos después llegó a ser la religión oficial del Imperio Romano, alcanzando su mayor poderío al dominar la espiritualidad de la Europa Medieval y luego del “Nuevo Continente” tras el Descubrimiento de América.
la ultima cena
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JESÚS DE NAZARET .- .......................................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=0b1922cfffe114912f26f6c17635b9821c35eda3&writer=rdf2latex&return_to=Jes%C3%BAs+de+Nazaret

El Jesús Histórico a la luz de la exégesis reciente

La investigación histórica sobre Jesús ha conocido diversas fases. Los discípulos de Bultmann reaccionaron contra el escepticismo de su maestro promoviendo lo que se llamó “la nueva búsqueda” del Jesús histórico (Käsemann 1954), mucho más cauta que la emprendida por el racionalismo optimista del XIX, y motivada teológicamente: se buscaba anclaje para la fe cristológica y los estudios los realizaban exégetas y en el marco de facultades de teología, fundamentalmente alemanas. Aquí hay que situar a los trabajos de Bornkamm, Conzelmann, Schürmann, Cullmann, Jeremias (con matices), etc. La gran renovación de la cristología posconciliar es muy deudora de esta exégesis sobre el Jesús histórico (Rahner, González Faus, Sobrino, Boff, Ducoq, Moltmann etc).
A partir de los años 80 del siglo pasado se abre paso una nueva orientación en los estudios históricos sobre Jesús, sin que sea posible ahora explicar ni sus causas ni sus características (Aguirre 1995; Bartolomé 2001; Witherington 1995). Sí diré que esta famosa “third quest” o “tercera búsqueda”es una investigación que procede fundamentalmente del mundo anglosajón, que es muy interdisciplinar y que, en buena medida, se hace al margen de las instituciones teológicas y de las referencias confesionales. La producción es enorme, de valor muy desigual, pero es indudable que se han abierto perspectivas de sumo interés. En mi opinión, la reflexión cristológica y eclesiológica no se ha confrontado aún con los resultados de estas nuevas investigaciones bíblicas.
En las páginas que siguen me propongo nada menos que realizar una síntesis de lo que desde el punto de vista histórico se puede decir con relativa solidez sobre Jesús de Nazaret. Tarea complicada y más si debe hacerse en un espacio reducido, lo que obliga a seleccionar algunos aspectos, y no permite justificar suficientemente las afirmaciones que se hacen ni citar ni considerar las opiniones de otros autores, Tampoco es posible abordar las cuestiones previas y decisivas de carácter metodológico: las fuentes, su valoración y los criterios de historicidad.
Quiero dejar bien claro que intento hablar desde el punto de vista histórico, evitando en lo posible la criptoteología (Crossan 1999, XXIII), que es la que ha predominado en los estudios sobre el llamado “Jesús histórico”, y la autobiografía, y me refiero al conocido dicho de que los estudios sobre Jesús han solido servir poco para conocer a este personaje, pero mucho para conocer la mentalidad de quien los realizaba. Creo que lo que voy a decir está sólidamente fundado y es racionalmente muy defendible, aunque, por supuesto, es también muy discutible. Así es la naturaleza del saber histórico, que no se impone apodícticamente y que avanza por tanteos y acercamientos progresivos. Esto es verdad siempre, pero mucho más cuando, como en el caso de Jesús, las fuentes son escasas y muy interesadas, y su estudio además implica con facilidad y en grado sumo la subjetividad de quien lo realiza.
Dada la naturaleza de los evangelios -los sinópticos tienen un esquema muy simple y muy teológico de la vida de Jesús y, además, muy diferente a Juan- probablemente no es posible una presentación secuencial, ordenada y cronológica de la vida de Jesús. Incluso es posible que de lo que yo diga no resulte una visión sistemática y coherente de lo que Jesús hizo y dijo. Puede deberse al carácter fragmentario de nuestras fuentes, también a la naturaleza simbólica y poética del lenguaje de Jesús, tan maltratado por la teología posterior; pero hay otro factor: los cambios y hasta las contradicciones que con frecuencia caracterizan el mensaje y los comportamientos de los grandes carismáticos, que es un factor que suele aumentar su prestigio entre sus seguidores (J. C. Sanders 1998). Y, por supuesto, parece muy verosímil que se diese una verdadera evolución a lo largo de la vida de Jesús en la comprensión de aspectos centrales de su mensaje.




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