jueves, 10 de agosto de 2017

CUADROS POR ESTILO

CUADROS DEL BARROCO

La Visión de San Pedro Nolasco es un cuadro de Francisco de Zurbarán pintado en 1629 y conservado en el Museo del Prado de MadridEspaña. Está trabajado al óleo sobre lienzo y mide 179 cm de alto por 223 de ancho.
Representa a San Pedro Nolasco, fundador de los mercedarios, soñando con una imagen de la Jerusalén celeste, que aparece recortada entre unas nubes a la izquierda del espectador, en presencia de un ángel que la señala.
La obra forma pareja con la Aparición de San Pedro a San Pedro Nolasco, y ambos fueron realizados para el claustro del Convento de la Merced Calzada de Sevilla (actual edificio del Museo de Bellas Artes), en una serie dedicada al monje catalán. Se trata de dos obras de la época inicial de la trayectoria de Zurbarán. En ellas el pintor extremeñomuestra su habilidad para plasmar la expresión de las fiugras, los valores táctiles y calidad de las texturas y el cromatismo de blancos y grises en composiciones austeras.
La aparición de la ciudad fantástica se reviste de sobriedad, en conjunción con las figuras del resto del cuadr y el estilo sobrio habitual de Zurbarán para las pinturas de historia de los santos de las órdenes de Sevilla, que fueron su principal cliente.
En 1808 el lienzo fue comprado por López Cepero, deán de la Catedral de Sevilla, que en 1821 lo donó a la colección del rey Fernando VII.







Visión de Santa Teresa es un cuadro del pintor novohispano Cristóbal de Villalpando, la cual se dará cerca de 1670 a 1714. Es un óleo sobre lienzo de 143.9 x 114.2 cm.

Análisis de la obra[editar]

En esta obra Villalpando representa un tema común en la pintura novohispana, la visión de Santa Teresa de Jesús o el éxtasis como también se le conoce,1​ y la propia santa narra en sus Vidas.2​ Se encuentra la santa arrodillada con su hábito carmelita frente a la Santísima trinidad,3​ El Padre, representado como un hombre viejo, el Hijo, Jesucristo, (ambos portan cetros áureos), y al Espíritu Santo, una paloma en medio de las otras dos figuras. Ella los mira, alzando su rostro al cielo, el cual parece fusionarse con el espacio terrenal en el que se encuentra Santa Teresa.
Detrás de Santa Teresa hay un grupo de querubines y ángeles de la corte celestial cubiertos por algunas telas en movimiento, y portan algunas flores en sus manos.

Resultado de imagen de Visión de Santa Teresa (Cristóbal de Villalpando)







Vista de Delft (en neerlandésGezicht op Delft) es una obra del pintor holandés Johannes Vermeer. Está realizado en óleo sobre lienzo. Se calcula que fue pintado hacia 1660-1661.1​ Mide 96,5 cm de alto y 115,7 cm de ancho. Se conserva en el Mauritshuis de La HayaPaíses Bajos.
El género de las vistas o paisajes urbanos fue muy cultivado durante la época barroca; las holandesas destacaron especialmente, mediante vedute que buscaban la imagen más típica de una ciudad, un punto de vista «pintoresco».2​ Por lo tanto, cuando Vermeer pintó este famoso lienzo, ya era tradicional pintar vistas topográficas de ciudades.[cita requerida] Hendrick Cornelisz Vroom fue el autor de dos obras semejantes describiendo la ciudad de Delft, pero son más arcaicas, puesto que siguen un enfoque tradicional panorámico que puede verse en los dos paisajes urbanos de Hercules Seghers en el museo de Berlín. Este último artista fue uno de los primeros en usar el telescopio de Galileoinvertido para transcribir los dibujos preliminares y sus proporciones (más del doble de alto que de ancho) al formato más convencional de sus pinturas.
Vermeer ejecutó su Vista de Delft en el lugar, pero el instrumento óptico que apuntaba a la ciudad y que proporcionaba al artista el aspecto trasladado al lienzo, que se admira actualmente por su concisión y especial estructura, no era una cámara oscura sino el telescopio invertido. Solo este último condensa la vista panorámica de un sector determinado, disminuye las figuras del primer plano a una dimensión inferior a la normal, enfatiza el primer plano tal como puede verse en el cuadro y, de la misma manera, hace que el resto de la composición retroceda en el espacio. La imagen así obtenida proporciona efectos ópticos que, sin ser únicos en la pintura holandesa del siglo XVII, como a menudo se ha dicho, transmite un paisaje urbano que está unido en la composición y está envuelto atmosféricamente en una luz brillante.
La ciudad que se puede admirar en este cuadro no es un perfil de un municipio, sino una representación idealizada de Delft, con sus características principales simplificadas y luego encajadas en el marco de una bahía.
Domina el cuadro el cielo rico, lleno de formaciones nubosas avecinándose sobre la ciudad.
Se representa una hilera del puerto de Delft, con casas de ladrillo rojo en su mayoría. Detrás de ella puede verse la ciudad y algunas torres. Los muros se reflejan en el agua.2
La Vista de Delft es cronológicamente la última pintura de Vermeer ejecutada en una pigmentación rica y plena, con acentos de color puestos con un pincel cargado. El artista se superó a sí mismo con esta representación de su ciudad natal, que permanece como una interpretación verdaderamente grande de la naturaleza.
Por otra parte, es también, junto con La callejuela, la única obra suya que permanece con la ciudad de Delft como tema, ya que una tercera, Una casa en Delft, está desaparecida.

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