La Península Ibérica en la Edad Media. Al-Andalus y las Hispanias cristianas
1. Fotografía de Error, licencia Creative Commons |
Nos adentramos en una época vital para la historia de Hispania, la Edad Media. Aunque tradicionalmente el inicio de la Edad Media se sitúa en el año 476, fecha de la caída del Imperio romano de occidente, ya hemos visto que en el caso de Hispania este acontecimiento no supuso un cambio drástico en su situación, porque el reino visigodo, salvo en el aspecto político, apenas introdujo novedades en la realidad que encontró.
En el año 711, la caída del reino visigodo en manos del Califato islámico de Damasco sí que supuso un cambio sustancial en Historia, que incluso fue rebautizada por sus nuevos señores árabes como Al-Andalus.
Los ocho siglos de presencia de un poder político musulmán en la península marcan una etapa nueva de nuestra Historia por dos motivos:
Los nuevos aires que trajo al occidente europeo una cultura que volvía a ponerlo en contacto con el oriente.
2. Imagen de Te y kriptonita, dominio público |
El cambio de situación, tan drástico, que tuvieron que asumir los cristianos que se negaron a someterse al poder islámico, y que se atrincheraron en la zona de Hispania tradicionalmente más difícil de reducir por los invasores, las montañas del Norte.
3. Imagen de Te y kriptonita, licencia GNPulsa en la imagen para ampliarla
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La Edad Media puede ser considerada el punto de partida de una fragmentación política de Hispania que ha dado pie a particularismos territoriales que han llegado hasta nuestros días. Si pinchas en el mapa verás que en el año 1037, entre reinos cristianos y musulmanes, podrías contar más de treinta en la península.
En algunos casos nuestras comunidades autónomas actuales se han basado en entidades territoriales que nacieron como poderes políticos independientes en la Edad Media. Navarra o Aragón recogen el testigo de los reinos que disputaron a Castilla en algunos momentos la hegemonía en el territorio Penínsular. Cataluña es heredadera del Condado de Barcelona, que aunque integrado en la Corona de Aragón siempre tuvo claro su particularismo, al igual que los reinos de Valencia y Mallorca. Por su parte, el destino de Castilla ha sido bien distinto. De ser el reino que acabó ejerciendo la hegemonía en la península a fines de la Edad Media, su identidad nacional se ha ido diluyendo con el tiempo, a medida que Castilla se transformaba en España.
4. Imagen de Petronas, dominio público
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Una interpretación historiográfica que estuvo en boga en el pasado es la de ver la Edad Media como un enfrentamiento, por encima de la diversidad política, entre las dos religiones que dominaban la península: el islam y el cristianismo. Desde este punto de vista, el avance continuo hacia el Sur de los reinos cristianos se entendía como una reconquista, una recuperación de la Hispania que el islam había invadido.
Sin duda, el aparato ideológico cristiano de la Edad Media potenció esta idea y se esforzó por mantener el recuerdo de una Hispania cristiana que había que recuperar. También por parte de los musulmanes en algunos momentos la defensa de Al-Andalus se entendió como una guerra santa, una yihad en la que debían participar musulmanes de cualquier origen, siendo los norteafricanos, por supuesto, los más cercanos y proclives a intervenir en ella.
5. Imagen de Conspiratio, dominio público. |
Que los poderes políticos cristianos y musulmanes estuvieron enfrentados militarmente durante toda la Edad Media es algo evidente y manifiesto, pero tampoco conviene olvidar que en muchos momentos los enfrentamientos militares y políticos trascendían lo religioso, y se dieron numerosos ejemplos de alianzas entre reinos cristianos y musulmanes, períodos de tregua, presencia de grupos de población de las distintas religiones en casi todos los reinos, nobles cristianos rebeldes luchando al servicio de reyes musulmanes, tropas muslmanas ayudando a reyes cristianos a conquistar una ciudad musulmana enemiga...
En resumen, los enfrentamientos ideológicos y religiosos no fueron los únicos en las convulsas Hispanias medievales, y nunca hubo una frontera sellada entre las dos culturas, por lo que finalmente las influencias mutuas fueron muchas y no podría entenderse la historia de los unos sin la de los otros.
Damos paso ya a la Unidad, en la que vamos a recorrer un período de tiempo que va desde el año 711 hasta finales del siglo XV, casi ocho siglos de Historia que han dejado una huella imborrable en la España actual y un legado patrimonial único en el occidente europeo.
6. Cronología comparada de Al-Andalus y los reinos cristianos. (c) F. Domene.
Las Hispanias cristianas
Entre el siglo VIII y 1492, el territorio de la Península Ibérica no sometido al dominio islámico va a experimentar un crecimiento continuo, a partir de los primeros núcleos de resistencia aislada que surgieron en las montañas del Norte: en la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos.
Desde el punto de vista de la minoría visigoda que huyó al Norte, Hispania se había perdido, pero la idea de que debía ser restaurada se mantuvo viva, en parte gracias a un hábil uso de la ideología y de la religión. Sin embargo, gran parte de los habitantes de los núcleos de resistencia tenían poco de Hispanos, pues pertenecían a poblaciones que habían sido débilmente romanizadas y que habían vivido bastante al margen del reino visigodo de Toledo.
Astures, cántabros y vascos constituyeron la base poblacional de los territorios enfrentados a Al-Andalus, y unidos a miembros de la élite visigoda huidos al Norte fueron el germen de diversos estados que, en un proceso de casi ocho siglos, avanzaron hacia el Sur hasta acabar definitivamente con la existencia política de Al-Andalus en 1492.
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