La avaricia es propiamente el ansia de guardar, de atesorar; y para esto, como medio más fácil y seguro, nada o poco gasta el avaro; es pues bueno para conservar riquezas, pero no para adquirirlas, mucho menos para aumentarlas, pues teme disminuirlas si las arriesga, aunque sea poco o en corta cantidad.
Lo opuesto del avaro es el codicioso que desea adquirir lo que el otro ya posee, y para ello siempre está arriesgando lo que siempre está adquiriendo y aumentando.
El avaro ve y cuenta las riquezas que no disfruta; vive en continuo sobresalto un vida miserabilísima, y espira sobre el intacto tesoro con el dolor de que lo dilapidarán sus herederos.
La avaricia es vicio de la vejez, la codicia de los hombres formados, así como la prodigalidad de los jóvenes.
El avaro es inútil y aun dañoso a la sociedad, porque separa las riquezas de la circulación; por la razón contraria la suele ser útil el codicioso.
balbucir, tartamudear, farfullar
Son balbucientes los niños, porque aún no se han fortificado bien los órganos de la voz; y los ancianos, porque los tienen ya muy debilitados y con tan poca fuerza como los de la misma niñez.
Diríamos que balbucean los niños cuando solo pronuncian algunas sílabas a las que no se las puede dar sentido alguno.
Después suelen tartamudear, porque encuentran ciertas letras o sílabas que no pueden pronunciar o les cuesta mucho trabajo al hacerlo; si pronuncian bien todas las demás letras y sílabas, aunque tartamudeen, no balbucean.
La farfulleria suele provenir en parte de los órganos mismos, que no se prestan fácilmente a la clara pronunciación de algunas sílabas.
bandolero, bandido, libertino
La ocupación del bandido y del ladrón es una misma, la de robar; pero llamamos ladrón al que de cualquier modo que sea, solo o en compañía, con engaño o abiertamente, con violencia o sin ella, roba; bandido o bandolero era el que, por lo común en compañía, salía a robar a los caminos, valiéndose de amenazas y violencias.
Bandolero es el que roba en los caminos, aunque no haya sufrido pena de bando. El bandido comúnmente ha recibido condena o proscripción.
Algunos limitaban el sentido de la palabra bandido a la gente vagabunda, que no teniendo de que vivir, se entrega al robo y a toda mala maña.
La palabra libertino, que viene del latin, en su primitiva acepción se aplicaba al esclavo a quien los romanos daban libertad, el cual en castellano se llama horro; pero ahora se entiende por libertino principalmente al que no conoce freno alguno en sus obras, ni palabras; al que aborrece toda sujeción; al licencioso, desmandado y relajado, pues todos estos vicios comprende la palabra.
barbarie es una crueldad que proviene de la ignorancia, de la estupidez, del error, de la superstición, de las preocupaciones; en una palabra, de falta de educación, instrucción y talento.
La crueldad es una inclinación natural, que induce a derramar sangre, a despedazar todo género de animales.
La ferocidad es una cualidad de las bestias fieras que se alimentan de carne, que acometen a otras bestias para devorarlas, y que parecen gozarse en verlas padecer, mientras ellas se sacian devorándolas.
Barbarie se dice únicamente cuando se trata de los hombres y de sus acciones, no de los animales. La crueldades mas propia de los animales; dicese también de los hombres, cuando por disposición natural son inclinados a derramar sangre como los animales más crueles.
La ferocidad comprende a los hombres y a los animales, pues es el exceso de la crueldad; especie de furor que fuerza a los animales aque acometan a los de otra especie y aun al hombre mismo para embriagarse, por decirlo así, en beber su sangre.
batalla, combate
Batalla es un combate casi siempre decisivo entre dos poderosos ejércitos, ejecutado con varias evoluciones, en que se manifiesta el talento del general, la inteligencia en el arte de la guerra, de los oficiales que se mueven a sus órdenes, y el valor y disciplina de las tropas. La batalla de Farsalia decidió a suerte de Roma; la de Gruadalete, de España; la de Hasting, de Inglaterra..
El combate es una acción particular, a veces ni prevista ni dispuesta; la batalla se refiero a las disposiciones y preparativos, y combate a la acción material de la lucha, y así se dice: orden de batalia y ardor del combate.
La palabra batalla no admite el sentido figurado, pero combate, por lo que no decimos batalla de nuestras pasiones, de nuestras inclinaciones, de nuestras ideas, sino combate: no tenemos batalla sino combate o lucha interior de nuestros diversos afectos.
belicoso al que tiene inclinación a la guerra y se ocupa en ella; mas por lo común sólo se usa de esta palabra hablando de los pueblos y naciones antiguas, cuyo único ejercicio era la guerra, no pudiendo acostumbrarse a vivir en paz.
Guerrero indica lo que es propio para la guerra, la persona que está habituada a hacerla, y todo lo que tiene relación con ella. Los antiguos germanos, que invadieron parte del imperio romano, formaban una nación belicosa; los alemanes, que le han sucedido, son, en el siglo XIX, una nación guerrera.
Puede uno ser belicoso sin ser guerrero; y lo mismo al contrario. Carlos XII, rey de Suecia, fue un príncipe belicoso; Federico II, rey de Prusia, guerrero. Las naciones del siglo XIX son más bien guerreras que belicosas.
Todo lo que concierne a la ciencia de la guerra, lo que es necesario para hacerla bien, lo que tiene relación con la administración de un ejército, es militar: el arte militar, la disciplina militar, ejercicios militares.
Marcial se deriva de Marte, dios de la guerra. Decimos aire marcial para significar aquel tono o porte que demuestra el noble sentimiento de la superioridad de sus propias fuerzas, de su firmeza y de su valor, como podría suponérsele al mismo dios Marte.
Marcial y miilitar no se usan hablando de personas. Se dice una nación o un príncipe belicosos, una nación y un príncipe guerreros; pero no una nación ni un príncipe marciales.
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