domingo, 30 de septiembre de 2018

FIESTAS POR PAÍSES - ESPAÑA

EN VALENCIA

La fiesta de los Panes de la caridad es una celebración festivo-religiosa que tiene lugar en Mas del Olmo, aldea de Ademuzprovincia de Valencia, (Comunidad ValencianaEspaña).
La tradicional romería se celebra anualmente, en la onomástica de santa Bárbara, el (4 de diciembre).

Historia[editar]

Se desconoce origen de esta singular tradición, ya que no existen referencias documentales antiguas de la misma. La fiesta tiene lugar en la advocación de la patrona local -Santa Bárbara- y se desarrolla en un contexto religioso, con misa y procesión por las calles de la aldea. Toda procesión o romería tiene carácter penitencial y componente peticional, bien sea de gracia, favor o protección. Ello hace pensar que la Fiesta de los panes de la caridad se realiza en cumplimiento de una promesa, por algún bien recibido por la comunidad, toda vez que el ofrecimiento de los panes es un acto de caridad.
Tradicionalmente, Santa Bárbara es la protectora contra las tormentas, rayos, truenos y pedriscos, circunstancias meteorológicas nefastas en la economía del mundo rural: de ahí su predominancia en el santoral cristiano desde la baja Edad Media,1​ y su popular invocación: Santa Bárbara bendita,/ que en el cielo estás escrita,/ con papel y agua bendita,/ del trueno líbranos, Padre Nuestro. Amén Jesús.
Detalle de la «procesión de Santa Bárbara» en Mas del Olmo, Ademuz (Valencia).
Detalle de la «procesión de Santa Bárbara» en Mas del Olmo, Ademuz (Valencia).
La celebración ha evolucionado con el tiempo, habiéndose visto condicionada por el fenómeno de la despoblación. Actualmente los panes («molletes») se encargan a una panadería de la villa, habiéndose reducido también el número de «caridaderos» de seis a dos. Se conserva, no obstante, la misa, la procesión, la bendición de los panes y su entrega a los concurrentes, así como la celebración mundana: una comida de hermandad y el baile. La fiesta es muy concurrida, acudiendo muchos vecinos de los pueblos del Rincón de Ademuz, de Cuenca y Teruel.2

Desarrollo[editar]

La fiesta consiste en que varios «caridaderos» elegidos entre la vecindad por «tanda de vecinos» pasaban por las casas recogiendo trigo. Cada casa solía dar entre un cuartal y media fanega, según la voluntad.
El «trigo de la caridad» recogido se molía en el «Molino de los Cuchillos» (Ademuz) o en el «Molino de Abajo» (Torrebaja). El salvado resultante del cernido se repartía proporcionadamente entre los que habían dado trigo. Con la harina se hacían unos panes de estrella denominados «molletes», que una vez bendecidos se repartían entre los asistentes, puestos en cola: el primero es para el cura que había oficiado la celebración, después los pobres y visitantes, luego los vecinos, y en último lugar los caridaderos. Si sobraban panes se realizaba una «retorneta», expresión refereida a un segundo reparto reservado a los vecinos que habían entregado trigo.3
En el contexto de la fiesta se constituía el «Pan de las almas», basado en el ofrecimiento de los vecinos de cierto número de panes a la Virgen, en razón de promesas o peticiones. Así se llenaban varias cestas de pan, que al día siguiente (5 de diciembre) era subastado al mejor postor. Al tercer día (6 de diciembre), con el dinero obtenido de la subasta de los panes se pagaba una misa por los difuntos de la aldea.










porrat es una feria que se celebra bajo la advocación de un santo en la ermita o santuario donde se lo venera. El elemento más característico de esta fiesta consiste en el mercado al aire libre donde se ponen a la venta productos tradicionales, dulces y frutos secos. El origen de esta costumbre popular se atribuye a la veneración de la sociedad agrícola a los santos, para conseguir buenas cosechas y fertilidad de sus animales.
Se trata de una tradición festiva valenciana (España).
Los porrats más conocidos se celebran en honor a San Antonio (en GandíaOlivaBenirredráLa Font d'En Carròs) donde antes se bendice a los animales domésticos. También se celebran porrats en honor a otros santos, como San Blas (en Potríes), San Matías (en Rótova), San Lorenzo (en Tabernes de Valldigna), Santos de la Piedra (en Alquería de la Condesa), San Francisco de Paula (en Alacuás), Santa Bárbara (en Moncada).
En la capital, Valencia, a primeros de año, se celebraban porrats en honor de distintos santos de la ciudad, realizándose estos eventos en distintas fechas y lugares según la celebración del santo o fiesta, y el lugar donde se encuentra el templo de su advocación, siempre acompañados de grandes multitudes. Destacaban el porrat que iniciaba el año dedicado a San Antonio el barbut o del porquet, el 17 de enero en la calle Sagunto, siguiendo con San Vicente mártir en la RoquetaSan Valero en RuzafaCampanar, y así hasta casi final de febrero que terminaban los porrats.

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La Romería de Santerón es una peregrinación a la Ermita de Santerón, situada en el término municipal de Algarraprovincia de Cuenca (Comunidad de Castilla-La ManchaEspaña).
La celebración festivo-religiosa más importante tiene lugar cada siete años -del 16 al 26 de septiembre- y consiste en ir por la imagen de la Virgen de Santerón a su ermita y bajarla a hombros y sobre sus andas hasta Vallanca, donde se celebra un novenario y procesiones en su honor. Pasado este tiempo se vuelve a subir la imagen a su ermita por el mismo medio. El último septenario fue el XLII y tuvo lugar en 2012: el próximo será el XLIII y tendrá lugar en 2019.
Hay también una celebración anual, que tiene lugar por Pentecostés, con similares características que la septenaria, pero sin bajarse la imagen de la Virgen de Santerón a Vallanca.

Particularidades de la romería[editar]

Toda romería se caracteriza por un desplazamiento, recorriendo un camino físico que pretende ser la representación teológica de un camino interior, místico y espiritual. Lo más característico de la Romería de Santerón es el trayecto que se recorre, pues los «santerones»', peregrinos de santerón, inician su marcha en Vallanca, municipio de la comarca del Rincón de AdemuzValenciaComunidad Valenciana, y se desplazan hasta la ermita de Santerón, atravesando la serranía de Santerón, en la zona más meridional de los montes de Albarracín.
El origen secular de la romería se halla en una gran desgracia –unos dicen si fue una gran sequía, otros que una epidemia de peste- que afectó a la población de Vallanca. Según quiere la tradición, la calamidad fue detenida por intercesión de la Virgen de Santerón. Desde entonces y en acción de gracias, los vallanqueros y gentes del entorno comarcal, vienen celebrando esta romería, la cual tiene lugar cada siete años desde 1718, de forma que en 2005 tuvo lugar el XLI septenario.
La Romería de Santerón es muy popular entre las gentes de todas las poblaciones del Rincón de Ademuz –AdemuzCasas AltasCasas BajasCastielfabibPuebla de San MiguelTorrebaja y Vallanca-, especialmente entre los de Vallanca y su anexo Negrón, convocando una gran multitud de devotos, que viven la práctica con especial pasión. No obstante la antigüedad y trayectoria de la Romería de Santerón, ésta no poseía una organización oficial que la amparase. De ahí la constitución de la Cofradía de Santerón, que tuvo lugar en 1997, la cual fue confirmada por el arzobispo de Valenciacardenal Agustín García-Gasco y Vicente, el 5 de octubre de 2007.
Romería de Santerón: vista parcial de la ermita de Santerón en Algarra(Cuenca), con detalle de peregrinos caminando hacia el ermitorio, año 2005.

Camino de la ermita de Santerón[editar]

La peregrinación se ha realizado siempre caminando o con caballerías bonitamente engalanadas, lo que supone unas tres horas largas de marcha por caminos de herradura, y otros tantos de vuelta; aunque en los últimos septenarios suelen verse también vehículos de motor, merced al acondicionamiento de una pista. Llegados a la ermita, los peregrinos celebran el encuentro con los amigos y vecinos de otros pueblos, pues allí se dan cita varios cientos de personas de ambas vertientes de la serranía de Cuenca, gentes de CastillaAragón y Valencia, bailando frente a la ermita, a los sones del atabal y la dulzaina. El interior se abarrota de fieles, ocupando los bancos de la nave y el alto coro, que protege una esbelta baranda de madera torneada. La imagen de la Virgen se ubica al fondo, sobre sus andas doradas, ceñida por una exuberante arcada de flores. Se trata de una imagen de las llamadas "de vestir", que porta un Niño Jesús en brazos. Tras la veneración de la imagen de la Virgen y una Santa Misa en la ermita, los peregrinos bailan en la plazoleta, bajo la noguera (Juglans regia) que sombrea el recinto. Después del baile se agrupan por pueblos para comer y descansar.
La ermita se halla al fondo de un hermoso valle, en medio de un prado y junto a una fuente, rodeado de montañas pobladas de espesos pinares. Se trata de una construcción con muros de mampostería y piedra en los esquinares, basada en planta alargada y ábside poligonal, cuya entrada se halla protegida por un amplio porche. Posee una sola nave, con coro a los pies y amplio presbiterio, sobre el que luce un bello artesonado mudéjar.
Romería de Santerón: detalle de la salida de peregrinos con la imagen de la Virgen de Santerón, camino del primer descansadero.
Romería de Santerón: detalle de peregrinos con la imagen de la Virgen de Santerón, camino de Vallanca, año 2005.
Romería de Santerón: detalle de peregrinos con la imagen de la Virgen de Santerón al atardecer, camino de Vallanca, año 2005.

Retorno a Vallanca con la Virgen[editar]

Después de la siesta, los peregrinos se ponen en marcha, de vuelta a la villa. Los miembros de la Cofradía de Santerón, que organiza el evento romero, sacan de la ermita la imagen de la Virgen, disponiéndola sobre unas andas. De esta forma se inicia el camino inverso, pero ahora siguiendo la pista de tierra para vehículos; antiguamente, sin embargo, el camino de vuelta se realizaba por el mismo que se había subido. Lo cual resulta difícil de imaginar, dado lo empinado de su trayecto, especialmente portando la imagen de la Virgen en andas. De esta forma se organiza una gran comitiva, con gente de todos los pueblos del entorno conquense -AlgarraCasas de GarcimolinaEl CubilloSanto Domingo de MoyaSalvacañeteHuertos de MoyaLandete...-, del valenciano Rincón de Ademuz y otros lugares de Aragón, que acompañan la imagen hasta la primera parada, varios cientos de metros más adelante. Visto en la lejanía, el séquito resulta impresionante y muy emotivo, con los la cruz y los estandartes de la cofradía precediendo la comitiva.
El trayecto se halla estructurado en ocho tramos, bien establecidos por la tradición y que se hallan señalizados por unos rechonchos pilones de obra, denominados "descansaderos", que sirven para apoyar las andas tras cada recorrido. En el primer descansadero se realiza el denominado "censo del ajuar", donde las autoridades de Algarra y responsables de la cofradía santeronera firman un documento con el recuento de las joyas de la Virgen. Luego se cambias las andas de la Virgen por otras más ligeras y tras el rezo de una Salve se reemprende el camino. Para algunos no es más que un día de fiesta mundano, una excursión en pleno hábitat natural. Sin embargo, a poco que se profundice, puede palparse el encanto y la magia del rico simbolismo que encierra tan singular acontecimiento mariano.
Durante la bajada, los peregrinos más próximos a la imagen van cantando sin cesar el Santo Rosario; mientras otros charlan, ríen o comentan las incidencias de la jornada. Aunque, como el trayecto es largo, hay tiempo para todo. De esta forma van recorriendo los siguientes tramos, el collado del Burrorento de Valluengopozo del Herrero
Al atardecer -atrás quedan Las Cabezas, lomas en el tránsito de la sierra-, los peregrinos arriban al sexto descansadero, sito en el fecundo "prado de la Vega". Los portadores, aunque se han ido turnando, aparecen jadeantes y sudorosos; pero en este momento, a la vista del gentío que espera a la Virgen, el cansancio se desvanece y la imagen asemeja deslizarse imperceptiblemente sobre los asistentes, bajo el tupido follaje de chopos y nogueras. Los de la villa llevan la imagen de san Roque, portado sobre sus andas y adornado de faroles. Vienen con la banda de música para recibir a la Virgen de Santerón: "La virginal desposada de Vallanca, reina y señora de estos montes…" -así la invocan los más fervorosos-.

Arribada a Vallanca y fin de la romería[editar]

La llegada siempre es multitudinaria, impregnada de penetrante religiosidad popular. Pues son incontables los devotos y curiosos -hombres, mujeres, ancianos y niños- que esperan anhelosos el momento de la llegada. Dispuesta en el apeadero, la imagen de la Virgen recibe los honores de los danzantes, que bailan a los sones frenéticos del atabal y la flauta... Queda el séptimo descansadero, que está frente a la fuente de "La Teja", junto al polideportivo municipal de La Roca; y el octavo, frente al viaducto de "La Puente", cubierto por el ramaje de un enorme nogal.
Poco después, entre vítores, salves y jaculatorias, la preciada imagen entra en la Villa, justamente por la denominada avenida de la Virgen de Santerón. El gentío acompaña las imágenes de la Virgen y san Roque hasta el templo, ascendiendo satisfecho por las encosteradas calles del pueblo. Otro momento culminante, que se acompaña de una intensa ovación, se produce cuando la imagen de la Virgen se pasa bajo el templete de bardasde la plaza, antes de entrar en el templo parroquial, Nuestra Señora de los Ángeles, donde tiene lugar la eucaristía de bienvenida.
Así concluye la primera parte del septenario, lo que llaman "ir por la Virgen o la bajada de la imagen de la Virgen". Muchos de los presentes, creyentes, indiferentes y agnósticos, comparten la sensación de haber cumplido con la centenaria tradición vallanquera. Ahora les quedan a los devotos nueve días de celebración, para consumar fervorosamente el novenario y divertirse. Llegado el 26 de septiembre –así viene marcado repetidamente por la costumbre- tendrá lugar la despedida de la Virgen, en que de nuevo se subirá su imagen desde Vallanca hasta su ermitorio en Algarra (Cuenca). Desde ese momento, nuevamente comenzará a contar para los más piadosos el tiempo místico, en espera de una nueva celebración. La última correspondió al «XLII septenio», que tuvo lugar en 2012; la próxima el «XLIII septenario» y tendrá lugar en 2019. Unos piensan en los años que tendrán en esa fecha y otros en si vivirán para entonces... Mientras tanto, los que comparten esa fe y sienten la tradición, exclaman: ¡Viva Nuestra Señora, la Virgen de Santerón! ¡Viva!.

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Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol (España). Se celebra siempre el último miércoles del mes de agosto, dentro de la semana de fiestas de Buñol y consiste en que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros.

Descripción[editar]

Preparando el "palo jabón".
Arrojando tomates desde un camión.
Gente sobre el manto de tomate.
El miércoles de la semana de fiestas patronales de Buñol, que es siempre el último miércoles de agosto, tiene lugar la Tomatina, una batalla de tomates a lo largo de varias calles y en la plaza del pueblo.
Actualmente la noche anterior a este miércoles se denomina "la de la empalma", término que alude a ir de fiesta hasta el amanecer, disponiendo para ello de chiringuitos patrocinados por el ayuntamiento y de locales gestionados por vecinos abiertos exclusivamente para este día.
En torno a las 10 horas comienza el primer evento de La Tomatina. Es el "palo jabón", una cucaña que consiste en subir a un poste engrasado para alcanzar un jamón colgado en la parte superior. Una vez que alguien ha conseguido soltar el jamón del palo, se da la señal para el comienzo de la batalla de tomates, que suele ser sobre las 11 del mediodía, cuando suena la carcasa o traca y comienza el evento principal. Seis camiones son los encargados de distribuir las casi 150 toneladas de tomate entre los asistentes, que desde 2013 tienen aforo máximo de 22.000 personas: los vehículos pasan a un ritmo muy lento entre la multitud congregada en el recorrido (calles San Luis, Cid, y Plaza del Pueblo) mientras un grupo de vecinos de la localidad, subidos a los volquetes de los vehículos, se encargan de repartir los tomates entre la gente, lanzándoselos. Uno de los grandes momentos de la fiesta se produce cuando las cajas de los camiones se levantan, volcando gran cantidad de tomates y jugo sobre las calles, a los que la gente se lanza para regodearse en ellos y recoger munición.
Después de exactamente una hora, la lucha termina al disparo de la segunda carcasa anunciando el final. Toda la plaza queda teñida de rojo y se forman ríos de jugo de tomate. El proceso de limpieza de las calles lo realizan las brigadas de limpieza de la localidad, ayudadas por los propios vecinos. Los participantes suelen aprovechar el agua de las mangueras para quitarse el tomate pegado al cuerpo y así darse un primer aseo. Algunos se acercan al charco de “los peñones” para lavarse. Tras la limpieza, las calles del pueblo, que son de adoquín, quedan impolutas debido a la acidez del tomate que desinfecta y limpia a fondo todas las superficies.
Los tomates proceden de Xilxes (Castellón), donde son menos costosos y se cultivan específicamente para estas fiestas, ya que su sabor no resulta adecuado para el consumo.1​ Para los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras y guantes. Antes de lanzarlos, los tomates se deben aplastar para que no dañen a nadie.

Reglas y recomendaciones[editar]

La fiesta tiene algunas reglas para la seguridad de los participantes y para que la fiesta siga como cada año, sin ningún tipo de incidente:
  • No se deben lanzar botellas o cualquier otro tipo de objetos que puedan provocar daños o accidentes. Sólo se pueden lanzar tomates.
  • No se debe romper las camisetas de otros participantes.
  • Los tomates se deben aplastar antes de su lanzamiento para que no hagan daño a nadie.
  • Hay que tener cuidado al paso de los camiones que transportan los tomates.
  • Al disparo de la segunda carcasa se da por finalizado el lanzamiento de tomates.
  • A todos los participantes se recomienda el uso de gafas protectoras (de natación, de bucear, etc) y guantes.
  • Llevar ropa vieja o que no se vuelva a usar más; lo más probable es que acabe para tirar.
  • Elegir zapatillas cerradas que luego se puedan desechar.
  • Si se quieren hacer fotos, se recomienda utilizar una cámara resistente al agua y a las caídas, o equiparla con una funda protectora.
  • Buscar alojamiento con bastante antelación.
  • Se recomienda llegar pronto al pueblo: a las 7.00 se cierran los accesos en coche al casco urbano y solo se puede entrar andando. Lo ideal es aparcar en las afueras, en el polígono industrial por ejemplo.
  • Seguir en todo momento las indicaciones del personal de seguridad.

Historia[editar]

Existen varias interpretaciones sobre el origen de esta fiesta popular. Según algunos historiadores, su origen se debe a una broma. Un hombre estaba en la plaza del pueblo cantando y tocando música, cuando un grupo de jóvenes que le escuchaban empezaron a lanzarle tomates que sacaron de un puesto de frutas y verduras de la plaza, debido a que el hombre cantaba muy bien. Todo el mundo que había en la plaza decidió unirse y terminó en una batalla de tomates.
En Tarazona (Zaragoza) se cuenta que la Tomatina de Buñol fue realmente impulsada por "El Deivi", personaje turiasonense y gran profesional del Cipotegato. En Tarazona, desde tiempos inmemoriales se celebra todos los 27 de agosto el Cipotegato, también conocido como Tomatada, fiesta donde todo el pueblo se encuentra en batalla campal con tomates en la hermosa plaza del Ayuntamiento, pero con unos objetivos y tradiciones diferentes. Se cuenta, que fue "El Deivi" en uno de sus viajes por las festividades españolas quien sugirió hacer una batalla campal de tomates mientras disfrutaba las fiestas de Buñol. Corría el año 1949 y el pueblo, encantado con las astucias del personaje turiasonense, recibió de buen agrado la propuesta. Tanto se repitió año a año, que llegó a los tiempos actuales, ganando en fama a la tomatada original de Tarazona. En repetidas ocasiones se ha propuesto el nombramiento de una calle en honor al Deivi e incluso el levantamiento de alguna estatua en la propia plaza en alusión al conocido fundador. Por no estar demostrada la veracidad de la historia, nunca ha llegado a llevarse a cabo la acción, existiendo opiniones contrariadas en el pueblo de Buñol.
Sin embargo, la versión más fiable e histórica dice que todo comenzó en 1945. La plaza de la ciudad (donde la "Tomatina" se celebra tradicionalmente en la actualidad) estaba llena de jóvenes para ser testigos de la fiesta tradicional de "Gigantes y Cabezudos" (un desfile de figuras gigantes de carnaval con cabezas grotescas). Algunos jóvenes decidieron unirse a la comitiva del desfile porque querían participar. Este movimiento provocó el rechazo por parte de la comitiva, la cual comenzó un forcejeo donde empujaron a los que llevaban los disfraces gigantes. Uno de los participantes cayó y cuando se levantó empezó a pelear con quien estaba cerca de él y empezó una pelea. Por casualidad, allí había un puesto de verduras con cajas abiertas que mostraban los productos en venta.
El año siguiente, al llegar el mismo miércoles de agosto, se repitió el mismo escenario con la diferencia de que los manifestantes llevaron los tomates desde sus casas y, una vez más, la batalla fue detenida por la policía local. En los años sucesivos, las autoridades prohibieron la celebración, pero esta fiesta se ha seguido celebrando cada año desde entonces de una forma u otra, gracias a la voluntad de los vecinos de hacerla perdurar. En el año 1957, dado que la "tomatina" no se podía realizar, algunos jóvenes planearon celebrar el “entierro del tomate”, con cantantes, músicos, y comedias. Una manifestación curiosa en la que el reclamo principal fue un ataúd con un gran tomate dentro, seguido por una banda que tocaba las marchas fúnebres. Ese episodio hizo reflexionar a las autoridades, que finalmente en 1959 la volvieron a autorizar, bajo ciertas reglas y condiciones. Entre los cambios apareció el “palo jabón”, cucaña que se celebra una hora antes del comienzo de la tomatina, así como por ejemplo delimitar la duración de la batalla mediante petardos, que anunciarán el inicio y el final de la fiesta.
Otro momento importante en la historia de esta fiesta es 1975. Fue a partir de este año que "Los Clavarios de San Luis Bertrán" (el ejército de San Luis Bertrán, el patrón de la localidad de Buñol) organizaron toda la fiesta y se encargaron de aportar los tomates que previamente habían sido traídos por la gente local. Poco después, en 1980, el Ayuntamiento tomó la responsabilidad de organizar la fiesta.
La fiesta comenzó a ser popular en el resto de España gracias al reportaje de Javier Basilio, emitido en el programa de Televisión Española Informe semanal en 1983. Desde entonces, año a año fue creciendo el número de participantes y el entusiasmo por La Tomatina. El éxito llevó a que La Tomatina de Buñol fuera declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
Desde el año 2013, y para evitar aglomeraciones, el ayuntamiento de Buñol decidió limitar el aforo a la fiesta. Desde entonces se necesitan entradas para poder participar, que han de ser compradas a través de un distribuidor oficial, de modo que los participantes no pasan de los 22 000 (cuando hubo ediciones que superaron los 45 000). Así, se garantiza una mayor comodidad y seguridad para los asistentes.

La Tomatina como reclamo internacional[editar]

La Tomatina es una de las fiestas españolas con mayor repercusión internacional, y una de las citas del verano para los amantes de la diversión y turistas de todas las nacionalidades. Este entusiasmo por La Tomatina no ha pasado desapercibido a anunciantes y publicistas de todo el mundo; grandes marcas y corporaciones de ámbito internacional ya han llevado a cabo rodajes de publicidad y patrocinios relacionando sus productos con la fiesta, que es imagen de juventud, pasión y energía. También se han hecho rodajes para películas, llevando La Tomatina al cine.
Algunos ejemplos de apariciones de La Tomatina en diferentes campañas y soportes:
  • La empresa de videojuegos Namco incluyó en la 6ª entrega de la saga de videojuegos de lucha Tekken, un escenario que emula la tomatina buñolense.2
  • En noviembre de 2009 el director Darío J. Ferrer rodó el cortometraje oficial sobre los orígenes de la Tomatina El Punto Rojo, en el que participan Alejo Sauras, Mariam Hernández, José Montó, Pepe Carabias, Javivi, Ewa Miller, Joan Gadea, Lola Moltó entre otros conocidos actores y que se estrena con notable éxito en 2011.
  • En 2011 Bollywood da a conocer en la India la fiesta con la película Sólo se vive una vez, del director Zoya Akhtar.
  • En 2011, Lynne Ramsay dirige la película Tenemos que Hablar de Kevin,3​ multipremiada en festivales, en la que la protagonista (Tilda Swinton) acude a La Tomatina.
  • La factoría Disney ha incluido en 2015 a La Tomatina en uno de sus célebres Disney Shorts, titulado “Al Rojo Vivo”.
  • Google ha sacado este mismo año un anuncio de su nueva app, ‘Questions’, donde se nombra la fiesta de Buñol.
  • En julio de 2015 Hollywood rodó en Buñol varias escenas para la película "All I see is you", del director Marc Forster, y con Blake Lively y Jason Clarke como protagonistas principales.
  • En el día de la Tomatina de 2015, Google hace un Google Doodle en honor al setenta aniversario de la popular fiesta.

«Exportación» de la fiesta[editar]

El éxito de La Tomatina de Buñol ha traspasado todas las fronteras. Se reciben miles de visitantes llegados desde lugares tan dispares y lejanos como Australia, Corea del Sur, Japón, India, Estados Unidos, Canadá, o Costa Rica. Eso sin olvidar a una gran mayoría de visitantes de todas partes de Europa. Pero no solo eso, la popularidad de la propia fiesta ha propiciado la aparición de distintas réplicas en países muy distantes entre sí.














Vista de la iglesia-fortaleza de Castielfabib, con detalle de su torre-campanario.
El volteo o bandeo humano de campanas es una tradición festivo-religiosa que tiene lugar en el campanario de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles de la villa de Castielfabibprovinciade Valencia (Comunidad ValencianaEspaña).
El bandeo humano de campanas se realiza varias veces al año, siendo las principales, en la onomástica de San Guillermo, patrón de la Villa, el 10 de febrero; en la mañana de Pascua de Resurrección, durante la «Procesión del Encuentro» entre la Virgen María y Cristo Resucitado; y en la festividad de la Virgen de Tejeda, patrona de la Villa, el 8 de septiembre; además, también se realiza en ciertos momentos de especial celebración, como la llegada de una personalidad a la Villa o con motivo de alguna despedida de solteros.








Historia[editar]

A pesar que la tradición oral dice que el volteo humano tiene un origen inmemorial, remontándose a la época medieval, no hay registros documentales que lo prueben.
Hasta ahora no se han encontrado noticias escritas del volteo humano en la abundante documentación medieval relativa a la Villa (desde la reconquista cristiana en el 1210, hasta el siglo XV), ni en la documentación moderna(siglos XVIXVII y XVIII). Tampoco aparecen referencias en las Relaciones ad limina de los obispos de Segorbe(del siglo XVI al XIX).1
Asimismo, no existen menciones en las crónicas de los prestigiosos autores que trataron de Castielfabib en el siglo XVI (Beuter, 1554; Viciana, 1564), en el XVII (Escolano, 1610-11), en el XVIII (Espinalt y García, 1778-95; Cavanilles, 1795-97) y en el XIX (Villanueva, 1804; Miñano y Bedoya, 1826-29; Boix, 1845-47; Madoz, 1846; Aguilar y Serrat, 1890), en ninguno de sus escritos los autores mencionados aluden a la tradición castielera del volteo humano de campanas.1
Las primeras noticias escritas del volteo humano proceden de la segunda mitad del siglo XX, de la pluma del escritor y periodista valenciano Luis B. Lluch Garín (1966 y 1980):
«[Los mozos], para demostrar que lo son, hacen su bautismo del aire y agarrados a las campanas voltean sin cesar, formando un solo cuerpo con el bronce que sale y entra por la hornacina, encima del abismo, arañando con sus brazos y piernas el aire quieto de ese precipicio».2
Ermitas y paisajes de Valencia, Luis B. Lluch Garín

Desarrollo[editar]

En la onomástica de San Guillermo (10 de febrero) tiene lugar una misa mayor con procesión, llevando la imagen del santo sobre sus andas por las calles de la villa, mientras tiene lugar un bandeo de campanas. Asimismo, para celebrar el “encuentro”, el domingo de Resurrección, la imagen de la Virgen sale de la vecina Ermita de la Virgen de Gracia, precedida del mayoral y mayoralesas, con sus sayaleros, jubones y mantos bordados, mientras las niñas echan flores al paso del anda. Al mismo tiempo, la imagen del Niño, cubierta con manto de oro, sale de la parroquial. Durante ambas procesiones –San Guillermo y Pascua- es cuando tradicionalmente los mozos de Castielfabib “cabalgan” la campana Guillermina, bronce vaciado en 1673, ubicado en la hornacina de la fachada septentrional del campanario, a cuyos pies se halla la puerta de entrada al pasadizo de El Carrerón, también llamada puerta de La Reja, que constituía la entrada principal al castillo que coronaba la villa medieval.3​ La distancia entre la campana y la calle es de unos cincuenta metros. Existen dos formas de volteo humano, lo que se llama “montar” o cabalgar la campana, y “dar vueltas” o voltear:
  • Para “montar” la campana se basta uno solo, hay que ir empujándola hasta que el bronce y el yugo alcanzan la horizontal, de esta forma, cuando el yugo se halla dentro del piso de campanas, se agarra uno a los tornillos del yugo, y con el propio impulso se gira hacia fuera: en este caso no se llega a dar la vuelta completa, a esto se le llama “asomarse”. Cuando se está montado sobre el yugo, para evitar deslizarse hay que poner la punta del pie en una rendija que hay entre el bronce y el yugo, de no hacerlo se corre el riesgo de deslizarse y caer al vacío. Propiamente, “montar” la campana es un paso previo a “dar vueltas” o voltear.4
  • Para el ejercicio de “dar vueltas” o voltear hay que posicionarse de forma distinta, y hacen falta dos o más personas, ya que por el propio impulso, la campana, que está muy equilibrada, no puede voltear, a excepción de que se suba con un gran impulso, lo que no es recomendable. En cualquier caso, la campana debe hallarse en posición horizontal, entonces hay que agarrarse a los salientes metálicos del yugo y el propio empuje de la campana sube al volteante, a la vez que las piernas de este se sujetan al maderamen, ya que la mejor técnica aconseja subir con las piernas abiertas, espatarrado, colocando luego los pies por delante. En esta posición, hay que sujetarse con la mano izquierda a un clavo del yugo, mientras que con la derecha se abraza, sujetándose a una de las abrazaderas que cruzan el yugo de alto en bajo. Al mismo tiempo, cabe agachar la cabeza, pegándola al yugo, ello para evitar golpearse contra la repisa de la hornacina. Cada vez que la campana se halla en esta posición, los demás bandean, ya que por sí misma la campana no puede dar la vuelta.4

Significado y evolución[editar]

Se desconoce el origen de tan insólita tradición, aunque se sabe por testimonios que a principios del siglo XX los niños de entonces ya se ejercitaban en el ejercicio del volteo, sujetando el badajo para que no sonara y montando la campana.5
Hipotéticamente, su origen pudo estar en la fanfarronada de algún mozo de la Villa, en una promesa, una apuesta u otra idea similar. Desde un punto de vista antropológico, el volteo humano de campanas en Castielfabib podría interpretarse como un rito de iniciación, mediante el que se pasa de la vida adolescente a la adulta, merced a la consumación de un ejercicio sumamente arriesgado, cual es montar o voltear la campana, cuya ejecución requiere pericia y valor.
En la pasada centuria, el volteo humano de campanas tuvo su momento álgido en la posguerra (años cuarenta y cincuenta), hallándose íntimamente vinculado a las concurridas celebraciones religiosas de la Villa: San Guillermo (10 de febrero), Pascua de Resurrección, Virgen de Tejeda (8 de septiembre).
En las últimas décadas, la práctica de esta tradición por efecto de la despoblación de la zona, ha perdido parte de la pasión que antaño levantaba entre los de la Villa, tal vez porque tampoco hay niños que aprendan de sus mayores la técnica de tan temerario ejercicio. Hoy se realiza de forma esporádica, a veces fuera del ámbito religioso en que tradicionalmente tenía lugar, como las despedidas de soltero y con ocasión de la llegada a la Villa de alguna personalidad a la que se desea agasajar.
Con ser un ejercicio arriesgado, no hay constancia de que nadie haya padecido nunca un accidente mortal, no obstante haberse conseguido récords de volteos, hasta el centenar.6
El futuro de esta tradición se halla comprometido por efecto de la despoblación que padece la Villa, ya que cada día quedan menos vecinos que hayan cabalgado y/o volteado alguna vez la Guillermina, ello impide que los niños y jóvenes, que son escasos, puedan heredar de sus mayores el entusiasmo y la técnica que requiere la práctica del volteo humano.

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