martes, 5 de febrero de 2019

EVANGELIO Y LECTURA DEL 07 DE FEBRERO DEL 2019


Lecturas del Jueves de la 4ª semana del Tiempo Ordinario

Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (12,18-19.21-24):

Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: «Estoy temblando de miedo.» Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel. 

Palabra de Dios

Salmo

Sal 47

R/.
 Oh Dios, meditamos tu misericordia 
en medio de tu templo


Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa, 
alegría de toda la tierra. R/.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey; 
entre sus palacios, 
Dios descuella como un alcázar. R/.

Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos, 
en la ciudad de nuestro Dios: 
que Dios la ha fundado para siempre. R/.

Oh Dios, meditamos tu misericordia 
en medio de tu templo: 
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza 
llega al confín de la tierra; 
tu diestra está llena de justicia. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» 
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. 

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio del 

Eguione Nogueira, cmf
¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!
Las pocas palabras del Evangelio son un guía misionero del cristiano, es decir, un guía para que los enviados no se olviden de reproducir y reflejar el rostro de quien los envía. Si volvemos al comienzo del Evangelio de Marcos, veremos como se presenta el itinerario de los Doce apóstoles: son llamados por Jesús uno a uno, donde se encontraban, independiente del rol que desarrollaban en su contexto social (Mc 1,1-20; 2,14); después, fueron constituidos comunitariamente para que “convivieran con él» (3,14); ahora son enviados dos en dos (6,7).
Estos son los pasos para vivir la vocación apostólica: de la dispersión al seguimiento; del seguimiento a la comunión de vida con Jesús; de la comunión con Él a la misión. Lo que percibimos en el envío que Jesús hace es que asocia sus discípulos plenamente a su misión, haciendo partícipes de su vida y de lo que Él anuncia. Al mirar el contenido del envío, es interesante que el énfasis está más en lo que los discípulos deben ser que en lo que deben decir. Si la Palabra de Dios tiene su propio dinamismo, el testimonio, por su parte, depende de nosotros. Decía San Ignacio de Antioquía: “Es mejor ser cristiano sin decirlo que proclamarlo sin serlo».
Lamentablemente, muchos encargados de anunciar el Evangelio se han apropiado de él, olvidándose que todos somos ministros de la Palabra, no los dueños de lo que anunciamos. A nosotros nos toca cuidar que esta Palabra no deje de ser anunciada, proclamada y testimoniada, como nos propuso al comienzo de su pontificado el Papa Francisco: «la evangelización está esencialmente conectada con la proclamación del Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado. Muchos de ellos buscan a Dios secretamente, movidos por la nostalgia de su rostro, aun en países de antigua tradición cristiana. Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino por atracción» (EG 15).
Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf
eguionecmf@gmail.com


Liturgia Viva del Jueves de la 4ª semana del Tiempo Ordinario

POBRES Y LIBRES PARA EL EVANGELIO 
(Año I. Heb 12,18-19.21-24; Mc 6, 7-13)
Introducción
Nuestra vida religiosa hoy no está inspirada por el miedo de los signos terríficos del Monte Sinaí, sino que se basa en Cristo nuestro mediador de la Nueva Alianza, que se sacrificó a sí mismo por nosotros.        
Evangelio. Envío misionero: Jesús envía a sus discípulos de dos en dos. Jesús quiere que sus discípulos vivan sin seguridad y sin poder humanos, para así ser libres para llegar a la gente en la situación de su propia vida y para estar libres para predicar y ser testigos del evangelio, sin ambigüedad alguna. ¡Ojalá la Iglesia hoy pudiera dar inequívocamente ese mismo testimonio!
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Para ir a los pobres y hacerles libres,
tus discípulos tienen que ser creíbles
siendo personas libres ellos mismos.
Te pedimos hoy nos otorgues un espíritu de pobreza
que nos haga libres y disponibles
para liberar a todos los encarcelados 
por el pecado y las fuerzas del mal. 
Que así lleguemos a ser  auténticos testigos
del evangelio de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro
por los siglos de los siglos.
Intenciones
  1. Señor, Moisés y Jeremías eran tartamudos y tímidos, pero tú los llamaste para hablar claro y con valentía,  y dirigir a tu pueblo. Danos a nosotros la gracia de proclamar tu palabra sin vacilación, incluso a personas no bien dispuestas a escucharla. Por eso te decimos:
  2. Señor, algunos de tus apóstoles no eran más que sencillos pescadores que estaban remendando las redes a la orilla del lago, sin embargo tú les llamaste para difundir tu Buena Noticia de salvación. Danos la gracia de no tener nunca miedo de proclamar tu palabra. Por eso te decimos:
  3. Los obispos, maestros, párrocos y miembros de la comunidad no son más que simples  sacerdotes o maestros o laicos, pero tú les llamaste para no tolerar la injusticia y para defender a los pobres. Habla por medio de ellos, y también a través de nosotros, lo que es justo, verdadero y bueno. Por eso te pedimos.  
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios todopoderoso: 
Tú quieres que tu Hijo venga a nosotros
no con esplendor y poderío,
sino en la pobreza de lo ordinario, 
en el alimento y bebida de cada día: pan y vino.
Que nosotros tampoco nos apeguemos 
a cosas que nos atan
y nos dan la sensación de falsa seguridad.
Continúa recordándonos 
que somos caminantes 
hacia ti y hacia los otros; 
y danos nuestro alimento para el camino, 
el pan vivo de la eucaristía,
que es Jesús mismo, nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios, Padre nuestro:
Tu Hijo envió a sus discípulos
a llevar su Buena Noticia de salvación
y su poder curativo 
a la gente, en sus vida diaria.
Ayuda a los que en la Iglesia enseñan y celebran la liturgia
a unir siempre la fe y el culto 
a las realidades de la vida diaria, 
para que el evangelio y la vida  de tu Hijo 
creen unidad entre lo que somos, creemos y hacemos.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Jesús envió a sus discípulos a llevar y anunciar su mensaje de salvación  a la gente. Los discípulos no deben llevar bagaje inútil y tendrán que depender de la hospitalidad de la gente. Jesús les envía a curar y salvar.  --- Que nuestras vidas proclamen el mensaje del evangelio, con la ayuda del Señor.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

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