miércoles, 4 de septiembre de 2019

CUADROS POR ESTILO

GÓTICO

San Jerónimo en oración o La Expiación de San Jerónimo, es un cuadro del pintor flamenco El Bosco, ejecutado en óleo sobre tabla y que mide 77 centímetros de alto por 59 cm de ancho. Se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Gante (Bélgica).

Historia[editar]

Como el resto de obras del Bosco, su datación no es unánime. Se ha considerado tradicionalmente una obra de transición entre juventud y madurez: Baldass señala 1490-1500 y Larsen 1495-1500; Wundram indica hacia 1500; Combe la sitúa en torno a 1505. Tras los análisis dendrocronológicos se ha fijado como años 1482 o después.
Fue comprada para el Museo de Bellas Artes de Gante en 1908.

Análisis del cuadro[editar]

Jerónimo de Estridón se le solía representar en el siglo XVestudiando en su gabinete, como puede verse, por ejemplo, en el San Jerónimo en su gabinete, de la misma época (1480iglesia de OgnissantiFlorencia), obra de Domenico Ghirlandaio. En cambio, El Bosco lo sitúa en un paisaje, como hizo Leonardo en su San Jerónimo, también datado hacia 1480. Sólo que el paisaje del Bosco está lleno de figuras infernales, con plantas, árboles y rocas antropomorfas y visiones con símbolos sexuales. Es también inusual representarlo boca abajo tumbado, y no arrodillado.
El entorno de pesadilla que rodea a la figura del santo permite relacionar este cuadro con el tema de Las Tentaciones de San Antonio, tratado por el Bosco en un cuadro en el Museo del Prado y en un tríptico en Lisboa.
En la parte inferior aparecen los dos atributos de este Padre de la Iglesia: a la derecha, el capelo cardenalicio, a la izquierda el león, bastante humilde y doméstico.
El santo está enmarcado por una roca que parece una concha. Sobre ella están las tablas de la ley. En este punto, Combe recuerda el Tabernáculo espiritual de Ruysbroeck, que menciona a Moisés salvado de las aguas, identificándolo con el santo, que se dispone a preparar las tablas de piedra, símbolo del «fin de las tentaciones» (Cinotti, 1966).
A la derecha del santo hay un árbol hueco rodeado por su manto cardenalicio. En sus ramas están posados una lechuza y un pájaro carpintero; la primera simboliza la herejía y el segundo, la lucha contra ella.
El paisaje es de una gran calidad pictórica. Larsen (1998) lo calificó de «Paisaje cósmico que recuerda a Patinir». La mitad superior está ocupada por un valle que forma una unión cromática entre el primer plano y el último. Hay un lago en la parte izquierda, rodeado por colinas, que parecen pintadas con manchas de color. En el horizonte, los contornos se difuminan y los colores verdosos se aclaran y difuminan.
Predominan los tonos marrones y verdes, con la intensa nota de color de algunas plantas, el manto y el sombrero.










San Juan Bautista en meditación es un cuadro del pintor flamenco El Bosco, ejecutado en óleo sobre tabla que mide 48,5 centímetros de alto por 40 cm. de ancho. Se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid (España).
Como el resto de la producción del Bosco, no hay unanimidad en cuanto a su datación. Unos autores señalan el periodo 1504-1505 (Combe, Cinotti), mientras que otros señalan 1490-1500 (Baldass, Koldeweij). Actualmente, se considera que es hacia 1489 o después.
Esta tabla, junto a la de San Juan en Patmos de Berlínparecen ser alas laterales de un retablo perdido, realizado para la Hermandad de Nuestra Señora, en la catedral de San Juan de Bolduque. Los dos santos Juanes son adorados como patronos de la catedral. Además, la visión de san Juan en Patmos era el emblema de la Hermandad. Koldeweijk cree que esta tabla, como la de Berlín, también estaría pintada por el reverso, muy probablemente el relato del nacimiento y la juventud de Jesús, quizá con un ave fénixen el centro, representando la venida y resurrección de Jesucristo.
Estuvo en la colección de José Lázaro. Se expuso por vez primera en una muestra celebrada en el Museo Boymans de Róterdam en 1936.
Son las primeras pinturas llamadas «meditativas», en las que el santo aparece inmerso en un paisaje idílico, con tonos cristalinos que recuerdan a la pintura de Giorgione. Vestido con un manto rojo, san Juan se apoya en una roca y medita con los ojos entrecerrados, al tiempo que señala al cordero.
El análisis reflectológico (1996-2012) ha puesto de manifiesto, en el interior de la granada y mirando hacia el centro del retablo, el rostro del donante de la obra, que por algún motivo fue más tarde repintado (foto Fundación Lázaro Galdiano). El personaje, en caso de tratarse del retablo de la Hermandad de Nuestra Señora para la catedral de Bolduque, como defiende Koldeweij, sería el cofrade jurado Jan van Vladeracken, prior en 1488-1489, época en la que el carpintero entregó a la Hermandad los postigos superiores externos.



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