domingo, 19 de junio de 2016

Inventores por países - Alemania

Inventores de Alemania del siglo XIX


Josef Ludwig Franz Ressel (29 de junio de 1793 - 9 de octubre de1857) fue un guardabosques e inventor checogermano responsable del primer prototipo funcional de hélice para propulsar barcos.
Ressel nació en ChrudimBohemia (entonces parte del Imperio Austrohúngaro). Su padre era un germanoparlante mientras que su madre era de origen checo. Tras estudiar en Linz y Viena, la muerte de su padre le hizo dejar el mundo académico para proveer sustento a su familia. Trabajó para el gobierno imperial como guarda forestal en MotovunIstria, donde había una importante producción maderera para abastecer a los astilleros del puerto de Trieste. Trabajó también en Landstrass (Kostanjevica, en el curso del ríoKrka en Carniola, donde probó por primera vez una hélice como medio de propulsión. Tras su traslado definitivo en 1821 a Trieste, donde trató de introducir su invento en la ruta que comunicaba el puerto con Venecia, servido por un vapor de ruedas, última tecnología de la época, que vio ineficiente. Recibió una patente en 1827 y dos años después, tras pruebas en un bote fluvial, había modificado un barco a vapor llamado Civetta y realizado una prueba en la que alcanzó seisnudos antes de explotar.
El fracaso hizo que las autoridades prohibieran ulteriores experimentos. Tras confiar algunos de sus diseños a un hombre de negocios francés, sufrió un plagio que le condujo a varios años de reclamaciones jurídicas. Ya en 1804 el estadounidense John Fitch había realizado una hélice propulsora sin éxito. En 1836, era el inglés Francis Pettit Smith quien probaba un prototipo similar. En 1839 se realizó la primera travesía transatlántica basándose en la hélice de Ressel mejorada por el sueco John Ericsson. Para 1880 los avances en hélices se habían estabilizado.
Ressel fue también inventor de sistemas neumátios y de impresión, recibiendo varias patentes más a lo largo de su vida.
Murió en Liubliana, siendo enterrado en el Cementerio de San Cristóbal, en el distrito de Bežigrad.

500 Schilling Joseph Ressel obverse.jpg
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Georges Frederic Roskopf (Niederweiler, Alemania, 15 de mayo de 1813 - Berna,Suiza, 14 de abril de 1889) fue un relojero suizo, el inventor del reloj "Roskopf".

Georges Frederic Roskopf
GeorgesFredericRoskopf.jpg
Fotografía de Georges Frederic Roskopf.
Información personal
Nacimiento15 de mayo de 1813
Niederweiler (Alemania)
Fallecimiento14 de abril de 1889 (76 años)
Berna (Suiza)
NacionalidadSuiza
Información profesional
OcupaciónRelojero

Biografía

Nació en Niederweiler (Alemania) y se nacionalizó suizo. En 1834 comenzó a trabajar como aprendiz de relojero, y durante dos años aprendió la parte teórica de la relojería y su fabricación.
En 1835 conoció a la mujer que se convertiría en su esposa, Lorimier, una viuda con dos hijos y vinculada a una adinerada familia. Ambos se casaron en ese mismo año, y con el dinero de Lorimier, Roskopf logró montar su propio taller de relojería. En dicho taller fabricaba relojes de cilindro y palanca para Bélgica y Estados Unidos. Aunque los relojes eran de alta calidad, su negocio no iba muy bien y decidió venderlo en 1850, pero siguió fabricando relojes en asociación con otros relojeros. Años después, Roskopf ideó un reloj de bolsillo para el pueblo, que él denominó «reloj del proletariado», cuyo coste era de 20 francos, la paga semanal de un obrero.1 2 El reloj de Roskopf, al contrario de los que se fabricaban en la época (hechos de oro y plata), sólo era de metal barato, pero contaba con una robusta maquinaria.
Tras la muerte de su esposa en febrero de 1872, que le afectó mucho a Roskopf, en 1873 pasó su negocio a Wille Frères y Ch. Léon Schmid, y decidió retirarse a vivir en Berna, donde murió en 1889.

El reloj tipo Roskopf

El reloj inventado por Georges Frederic Roskopf está compuesto de 57 piezas en lugar de las al menos 160 habituales en la época, y es fácil de fabricar de forma industrial. Aunque inicialmente fue destinado a un público proletario, el reloj paradójicamente también fue adoptado por las clases altas.1 De hecho, el público proletariado no fue el primero en adquirir un reloj tipo Roskpof, sino aristócratas y oficiales del ejército.1 Roskopf no registró la patente del reloj (debido a que Suiza no contaba con ningún sistema de patentes), por lo que su invento fue copiado habitualmente y vendido bajo marcas tales como «Sistema Roskopf», «J. Roskopf», «W. Roskopf», o «Rosskopf».1
No se sabe con total certeza cuántos relojes del tipo Roskopf fueron vendidos. Tras el fallecimiento de Georges Frederic Roskopf, varias empresas pretendían ser sus verdaderas sucesoras, pero eran Wille Frères y su socio quienes tenían los derechos. Entre ellas, la compañía creada por Fritz Edouard Roskopf (el hijo de Roskopf) vendió, tras el fallecimiento de su padre, 20 millones de relojes bajo la marca «F-E. Roskopf».1 Más tarde el hijo de éste, el nieto de Roskopf, vendió unos 10 millones de relojes bajo la marca «Roskopf Nieto».1 Entre ambas marcas, se obtiene la suma de 30 millones de relojes vendidos.







Heinrich Daniel Ruhmkorff o Rühmkorff (Hanóver15 de enero de 1803 – París20 de diciembre de 1877) fue un físicoalemán, inventor de la bobina de inducción.
Bobina de inducción de Ruhmkorff.
Se estableció en París, donde se dedicó principalmente a la construcción de aparatos e instrumentos eléctricos de gran calidad y precisión. Ideó el carrete que lleva su nombre, popular instrumento del siglo XIX, (creado por primera vez en 1851). Como ocurre en otros casos, los carretes de inducción fueron construidos gracias a las aportaciones de un gran número de autores, desde científicos hasta constructores, inventores o ingenieros.
La llamada bobina de inducción o bobina de Ruhmkorff, de invención anterior a la de los transformadores de corriente alterna, es un verdadero transformador polimorfo y elevador, en el que se obtiene, a partir de una corriente primaria continua y de poca fem (pilas o acumuladores), otra de alta tensión y alterna.
El carrete está constituido por un núcleo integrado por un haz de hilos de hierro dulce alrededor del cual se arrolla el circuito primario que es un alambre de cobre grueso y relativamente corto, de pocas vueltas, y por encima de este, convenientemente aislado, se arrolla el circuito secundario, hilo delgado y de mucha longitud (muchas vueltas) cuyos extremos están formando los llamados polos del aparato.
Tumba de Heinrich Daniel Ruhmkorff.
Ruhmkorff se interesó por estos instrumentos a mediados del siglo XIX e introdujo varias mejoras en los dispositivos existentes hasta entonces: incrementó la longitud del alambre, separó los carretes primario y secundario mediante un tubo aislante de vidrio y, siguiendo los consejos del físico Hippolyte Fizeau, colocó un condensador entre los contactos del interruptor, lo que permitía reducir considerablemente las chispas producidas al conectar el carrete a una pila eléctrica y mejorar los resultados. La parte principal del instrumento eran los dos alambres enrollados en la parte central, uno grueso (entre 2 y 2,5 mm) y otro fino (de ¼ a 1/3 de mm) (Ganot, 1887), aislados mediante un recubrimiento adecuado. El alambre más grueso se encontraba arrollado en torno a un cilindro que formaba el núcleo del carrete. El conjunto se cerraba con una capa aislante cilíndrica sobre la que se arrollaba el segundo alambre, más delgado, y de una longitud mucho más grande. Para hacer funcionar el instrumento, se hacía pasar una corriente eléctrica a través del alambre grueso que, de este modo, producía una corriente inducida en el alambre más fino. El fenómeno de inducción se producía con la variación de la corriente, por lo que era necesario producir el cierre y la apertura de la corriente mediante un interruptor que inicialmente fue de martillo y, más adelante, fue sustituido por otro de mercurio, desarrollado por el físico Léon Foucault.
El carrete de Ruhmkorff se emplea para generar elevadas diferencias de potencial. Las elevadas diferentes de potencial producidas podían ser aplicadas sobre los extremos de un tubo de Crookes para provocar la emisión de unos rayos que, por su carácter desconocido, fueron denominados "rayos X". Estos podía ser empleados para realizar "fotografías a través de los cuerpos opacos"
Murió en 1877 en ParísFrancia; a los 74 años de edad.

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Ruhnkorff 106109.jpg

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