natomía de la boca
La boca, también conocida como cavidad bucal o cavidad oral, es la abertura a través de la cual los animales ingieren sus alimentos. Generalmente está ubicada en la cabeza y constituye en su mayor parte el aparato estomatognático, así como la primera parte del sistema digestivo y tubo digestivo.
La boca se abre a un espacio previo a la faringe llamado cavidad oral, o cavidad bucal. La boca humana está delimitada por los labios superior e inferior y desempeña funciones importantes en diversas actividades como el lenguaje y en expresiones faciales, como la sonrisa.
En la boca se pueden distinguir tres tipos de mucosa:
De revestimiento: Presenta submucosa.
Masticatoria: Con probable ausencia de submucosa, queratinizada o paraqueratinizada y en contacto directo con el tejido óseo.
Especializada: Se presenta en ciertas regiones de la lengua. Se refiere a la mucosa relacionada con los receptores de gusto.
Funciones de la boca
Masticar: Gracias a los movimientos de la mandíbula y a la presión de los dientes se produce este tratamiento mecánico que degrada los alimentos.
Salivar: Gracias a la desembocadura de los conductos de las glándulas salivales, se produce el primer jugo digestivo (saliva), que realiza una degradación química de los alimentos. En el caso de los carbohidratos lo hace a través de la amilasa salival, que se encarga de destruir los enlaces alfa-1,4 que están presentes en los polisacáridos, y después seguirían degradándose a nivel intestinal.
Sentido del gusto: En la boca se encuentran los receptores sensoriales del gusto, sobre todo en la lengua, llamadas Papilas gustativas.
Habla: En la boca se encuentran gran parte de las estructuras que modifican el sonido laríngeo y producen la voz articulada gracias a sus cavidades especiales.
Deglución: Se divide en dos:
Fase voluntaria: La lengua se eleva hacia el techo de la cavidad bucal, impulsando el bolo alimenticio para que entre en la faringe.
Fase involuntaria: La epiglotis va hacia atrás y cierra el orificio superior de la laringe. Por causa de este reflejo, la faringe queda convertida solo en una via digestiva transitoria, impidiendo así el ingreso de trozos a la via aerea (tráquea).
Estructura de la boca en humanos
La cavidad oral está situada en la parte inferior de la cara, entre las fosas nasales y la región suprahioidea. Tiene forma de óvalo con diámetro mayor anteroposterior. Los arcos alveolodentarios dividen la boca en dos partes: una parte anterior y lateral, situada fuera de estos arcos, que es el vestíbulo de la boca y otra parte situada hacia dentro de estos arcos que es la boca propiamente dicha.
La boca propiamente dicha y el vestíbulo bucal se comunican entre sí por numerosos intersticios que separan los dientes unos de otros (espacios interdentarios), y también por un espacio más ancho situado entre los últimos molares y la rama ascendente de la mandícula (espacio retrodentario o trígono retromolar). Cuando la boca está cerrada, es decir, cuando ambas mandíbulas están aproximadas y no existe alimentos o cuerpos extraños en su interior, la cavidad oral es una cavidad virtual. La boca se convierte en una cavidad real y adquiere unas dimensiones considerables debido a:
1. La separación de las mejillas, agrandando el vestíbulo bucal transversalmente, por ejemplo cuando se sopla.
2. La proyección de los labios hacia delante, ampliando el vestíbulo en sentido anteroposterior.
3. La separación de la mandíbula del maxilar superior, aumentando el diámetro vertical de la cavidad.
Partes de la cavidad oral
La boca puede considerarse una estancia con seis paredes:
Pared anterior: Está formada por los labios.
Paredes laterales: Están formadas por las mejillas.
Pared inferior: Formada en su mayor parte por la lengua y por debajo de ésta una región llamada suelo de la boca.
Pared superior: Formada por la bóvedad palatina o paladar.
Pared posterior: Es realmente un orificio irregular llamado itsmo de las fauces que comunica la boca con la faringe. Los anexos de la boca son los dientes, las encías y las amígdalas.
El vestíbulo oral se sitúa entre las mejillas y los labios por un lado, y los dientes y procesos alveolares de maxilar superior y mandíbula por otro.
La cavidad oral verdadera es el espacio situado por dentro de las arcadas dentarias, así cuando las arcadas dentarias están cerradas y la dentición es completa no existe comunicación directa entre el vestíbulo y la cavidad oral verdadera.
Al abrir la boca se observa su límite posterior denominado como istmo de las fauces, formado por la úvula , los pilares anteriores del velo del paladar y la lengua.
Los labios y las mejillas constituyen la pared externa del vestíbulo, que es muy elástica y está formada por una placa muscular constituida por los músculos orbicular de la boca y bucinador que se fijan firmemente a la piel de la cara de modo que ésta sigue el movimiento de los músculos. Intraoralmente esta placa muscular está laxamente revestida por la mucosa bucal. Los labios se unen lateralmente en los ángulos de la boca o comisuras.
El labio superior se extiende hasta la base de la nariz y los surcos nasolabiales, mientras que el labio inferior alcanza el surco mentolabial, que marca el límite con el mentón. La zona cutánea de los labios está cubierta por epidermis que presenta pelos, glándulas sebáceas y sudoríparas. El límite de la piel con el área roja de los labios se proyecta formando el borde o margen labial , constituido por elesfínter de la boca o músculo orbicular de los labioscuya función es incurvar los labios hacia dentro y cerrarlos con fuerza. El area roja de los labios, que no está claramente separada de la mucosa, es una región en la que disminuye la cornificación y la pigmentación del epitelio, por lo que la piel se seca fácilmente. El color de la sangre puede apreciarse a través del epitelio porque los capilares se encuentran muy próximos a la superficie epitelial. Cuando existe deficiencia de oxígeno la sangre se puede observar una coloración oscura en esta zona (cianosis labial).
La zona mucosa se extiende entre el labio y la encía correspondiente formando un fondo de saco, que en el centro se une formando el frenillo labial. En la zona mucosa existen glándulas seromucosas del tamaño de una cabeza de alfiler , que son glándulas labiales.
Las mejillas están formadas por una base muscular que es el músculo bucinador que se extiende desde el rafe pterigomandibular y partes adyacentes de maxilar y mandíbula hasta el ángulo de la boca. El músculo buccinador juega un papel determinante en la succión y en la masticación. Por fuera del bucinador y por delante del borde anterior del mesetero, se encuentra una masa adiposa conocida como bola de Bichat, que ayuda a endurecer las mejillas durante la succión. A nivel del segundo molar superior el bucinador y la mucosa son perforados oblicuamente por el conducto excretor de la glándula parótida, que se abre en el vestíbulo .
Las encías Los procesos alveolares del maxilar y de la mandíbula están revestidos por mucosa bucal, cuyo tejido conectivo se adhiere firmemente al periostio. Sin embargo, en la zona de transición entre mejillas y labios con la encía sólo existe una unión laxa entre periostio y mucosa. Los procesos.alveolares están revestidos por un grueso epitelio formado por células planas y estratificadas que se une firmemente al tejido conectivo de la mucosa, el cual presenta altos procesos papilares. En algunos lugares el epitelio puede queratinizarse. A nivel de los alveolos donde se ubican los dientes el epitelio se extiende hasta el cuello del diente cubriendo al ligamento periodontal.
Cavidad oral
La cavidad oral en sentido estricto se sitúa por dentro de las arcadas dentarias y se extiende por la región del dorso de la lengua hasta el istmo de las fauces.
El suelo de la boca está formado por los músculos milohoideos que se extienden desde las líneas milohoideas de la mandíbula hasta el rafe medio y el hueso hioides. Por encima del suelo de la boca, cerca del plano medio, se sitúan los dos músculos genihioideos. Los dos músculos genioglosos se originan, como los anteriores en el centro de la superficie interna mandibular o apófisis geni y se sitúan en el suelo de la boca, por encima de los genihoideos, para incorporarse a la lengua, de la que son un componente primordial. Los vientres anteriores de ambos digástricos se extienden, por debajo del suelo de la boca desde las astas menores del hioides hasta las fositas digástricas de la mandíbula.
Las glándulas sublinguales se disponen, una a cada lado, entre los genihioideos y la mandíbula. Las glándulas submandibulares se encuentran en un triángulo formado por el milohoideo, digástrico y la mandíbula.
El techo de la cavidad bucal está formado por dos zonas muy diferenciadas: los dos tercios anteriores del paladar que constituyen el paladar duro y el resto el paladar blando.
El paladar duro está formado por el proceso palatino de cada maxilar y las láminas horizontales de los huesos palatinos El hueso está cubierto por periostio y una membrana mucosa. En el medio del paladar duro existe un pliegue longitudinal o rafe palatino que está fijado a la sutura palatina y termina en una pequeña elevación. La mucosa a ambos lados del rafe muestra estrechos pliegues transversales y pequeños surcos. Más atrás, entre el periostio y la mucosa, se halla un área que contiene pequeñas glándulas mucosas o glándulas palatinas, que producen moco para lubricar el alimento mientras es masticado.
El paladar blando o velo palatino, cuelga de la parte posterior del paladar duro. La úvula se proyecta en la línea media desde el borde posterior del velo del paladar. El velo del paladar juega una parte importante en la deglución .
Dos pliegues divergen a cada lado de la úvula y se dirigen hacia abajo; se conocen como arcos palatogloso y palatofaríngeo y en la fosa que queda entre ellos se dispone la amígdala palatina. El arco anterior o palatogloso se extiende hasta el borde lateral de la lengua y el posterior o palatofaríngeo alcanza la pared faríngea.
Los pilares o arcos anteriores del paladar formados por el músculo palatogloso se origina en la aponeurosis palatina y discurre hacia el borde lateral de la lengua desde donde irradia infiltrándose entre la musculatura transversa de la misma. La contracción del palatogloso, junto con la contracción de la musculatura transversa de la lengua, cierra el estrechamiento que sirve de entrada a la faringe o istmo de las fauces.
El palatofaríngeo es un músculo más fuerte que el palatogloso, que se aloja en el arco palatino posterior y es uno de los músculos elevadores de la faringe.
El tensor del velo del paladar se origina como una fina lámina triangular en la base del cráneo, entre la espina del esfenoides y la raíz de las apófisis pterigoides (fosa escafoidea) y también en la parte membranosa de la trompa auditiva. El músculo desciende y termina por un tendón que se refleja en el gancho de la pterigoides e irradia horizontalmente hacia la aponeurosis palatina. Eleva y estira el velo del paladar hasta el plano horizontal durante la deglución, de este modo, abre la entrada a la trompa auditiva porque el músculo tira de ella a través de su inserción de origen.
El elevador del velo del paladar se origina en la base del cráneo, pero dorsal y medial al tensor, insertándose en la región de la entrada al canal carotídeo y en el borde inferior del cartílago de la trompa auditiva (torus levatorius). El vientre del músculo se dirige hacia abajo y delante para alcanzar la línea media, donde se inserta en la aponeurosis palatina. El músculo tira del velo del paladar hacia arriba y atrás.
El par de músculos de la úvula se originan en el paladar duro (espina nasal posterior) y en la aponeurosis palatina. Se extienden por detrás del elevador e irradian a la úvula, la cual se acorta cuando se contraen.
Lengua
La lengua es un instrumento para la masticación y la succión y contiene receptores del tacto y del gusto, estando también implicada en el proceso del habla. Sus principales regiones son la raíz, el dorso, y la punta o ápex.
Músculos de la lengua
Los músculos extrínsecos de la lengua se originan en la mandíbula, hueso hioides y apófisis estiloides del cráneo. Sus fibras irradian a la lengua y forman una red tridimensional en el cuerpo de la misma que se entremezcla con los músculos intrínsecos o propios de la lengua.
Entre los músculos extrínsecos de la lengua se encuentra el geniogloso, que es el más fuerte de los músculos linguales. Es un músculo par que se origina en el centro de la superficie interna de la mandíbula en las apófisis geni y se abre en abanico extendiéndose a través del cuerpo de la lengua alcanzando la raíz y el ápex de la misma. Sus fibras más bajas, que discurren hacia la base lingual, impulsan a ésta hacia adelante. El resto de las fibras llevan la lengua hacia el suelo de la boca.
El hiogloso se origina como una fina lámina cuadrilátera del cuerno mayor del hioides y alcanza el borde de la lengua lateralmente al geniogloso. Si el hioides se fija, el hiogloso puede tirar de la lengua hacia atrás.
El estilogloso se origina en la apófisis estiloides y se extiende a lo largo de la superficie lateral de la lengua hasta alcanzar la punta. Este músculo puede tirar del ápex hacia atrás y desplazar toda la lengua en conjunto hacia arriba. Los músculos que se originan en la mandíbula y hueso hioides pueden transmitir hacia la lengua los movimientos de dichos huesos
La musculatura intrínseca de la lengua está integrada, a cada lado, por músculos longitudinales, transversales y verticales.
Los músculos longitudinales de la lengua superior e inferior, discurren como delgados fascículos desde el vértice hasta la raíz; uno próximo al dorso de la lengua y el otro al suelo de la boca.
El músculo transverso de la lengua forma un sistema bien desarrollado de fibras transversales que irradian parcialmente al septum de la misma, parcialmente a la aponeurosis dorsal y también al borde lateral de la lengua. Algunas de estas fibras atraviesan el septum.
Los músculos verticales están formados por fascículos de fibras que discurren desde la superficie lingual superior a la inferior.
La función principal de los músculos intrínsecos de la lengua es modificar la forma de la misma. Normalmente uno de los músculos actúa como antagonista de los otros dos. La contracción de estos últimos refuerza la acción del antagonista: así, si los transversos y los verticales se contraen el longitudinal se relaja y la lengua se vuelve estrecha y alargada; si los longitudinales y transversos se contraen los verticales se relajan y la lengua se vuelve corta y alta; y si los longitudinales y verticales se contraen las fibras transversas se relajan y la lengua se acorta, se aplana y se ensancha. Así, en un caso de parálisis de la mitad de la lengua ( lesión del nervio hipogloso) ésta es protruida, los músculos del lado sano la impulsan hacia delante. Puesto que el músculo longitudinal del lado paralizado no ofrece ninguna resistencia el ápex de la lengua se desvía hacia el lado que se encuentra paralizado.
Mucosa de la lengua
La superficie inferior de la lengua en la zona central forma el frenillo de la lengua, que es una estrecha banda que se dirige hacia la cara interna mandibular en su línea media. A ambos lados del frenillo, están las venas apicales de la lengua, que tienen un aspecto azulado y brillan a través de la mucosa transparente. Más lateralmente se aprecia el pliegue conocido como plica fimbriata que representa el rudimento de una lengua inferior que existe en ciertos animales. La apertura de los conductos de las glándulas submandibular y sublingual tiene lugar en la carúncula lingual, situada en el extremo anterior de este pliegue.
La mucosa del dorso de la lengua posee numerosas bandas de fibras musculares intrínsecas de la lengua que irradian dentro de la mucosa, en particular al interior del tejido fibroso que forma el centro de cada papila. Un estrecho surco medial divide el dorso de la lengua en mitades derecha e izquierda. Se puede apreciar también en el dorso de la lengua el surco terminal presenta forma de V y separa el dorso de la raíz de la lengua . En el vértice de la V se encuentra el agujero ciego, que es un resto del conducto tirogloso que une durante el desarrollo la lengua con la glándula tiroides primitiva.
En el dorso de la lengua hay muchas papilas:
Las papilas filiformes o papilas cónicas, se distribuyen por el dorso de la lengua donde constituyen pequeñas elevaciones queratinizadas del epitelio, dirigidas hacia la faringe. Las papilas filiformes no están tan desarrolladas en el hombre como en muchos animales, en los que dan a la lengua su aspecto rugoso. En los humanos son sobre todo sensibles al tacto. El eje de la paplia, formado por tejido conectivo, contiene numerosas terminaciones nerviosas sensoriales.
Las papilas fungiformes, son papilas rojizas de 0,5-1,5 mm de alto, que se distribuyen principalmente por los bordes y la punta de la lengua. Son más numerosas en el recién nacido que en el adulto. En el niño presentan un mayor número de terminaciones gustativas.
Las papilas caliciformes en número de 6 a 12, son papilas gustativas que se proyectan sólo ligeramente en la superficie de la lengua. Tienen de 1 a 3 mm de diámetro y se disponen en forma de V por delante de la raíz de la lengua y del surco terminal. Cada papila está rodeada por un surco anular, el cual está bordeado por un epitelio que contiene de tres a cinco filas de botones gustativos.
Las papilas foliadas, forman pliegues transversos en la mucosa en los bordes posterior y laterales de la lengua. Contienen botones gustativos en el epitelio y glándulas serosas que se abren en la profundidad de los pliegues de la mucosa.
Los cuatro tipos de gusto (agrio, salado, amargo y dulce) son detectados en diferentes lugares de la lengua. No hay, sin embargo, diferencias reconocibles ni por microscopia óptica ni electrónica entre los botones gustativos que recogen estas sensaciones.
La raíz de la lengua muestra los folículos linguales con numerosas glándulas pequeñas en su tejido conectivo y entre las fibras musculares.
Glándulas salivares
Durante la masticación el alimento es mezclado en la boca con la saliva, la cual actúa como lubricante, contiene la enzima amilasa para la conversión del almidón y posee acción bactericida. La secreción de la saliva es debida a un reflejo desencadenado por la estimulación de los quimiorreceptores existentes en la boca, por los movimientos masticatorios y por la estimulación psicológica. La producción diaria de saliva puede ser de hasta 1,5 litros. Las glándulas serosas, o las partes serosas de las glándulas salivares, segregan una saliva rica en electrolitos y proteínas, mientras que las glándulas mucosas segregan una saliva densa y mucosa, que contiene pocos electrolitos y proteínas. La primera posee una función dilutoria y la segunda lubricante.
Glándulas salivares menores
Existen numerosas glándulas salivares menores que poseen cortos conductos, distribuidas por la mucosa de los labios, de las mejillas, de la lengua y del paladar. Cuanto más próximas están a la faringe más elementos mucosos contienen, en contraste con las glándulas lavadoras de los botones que tienen carácter seroso.
Glándulas salivares mayores
La parótida es la mayor de las glándulas salivares y se sitúa por delantedel oído y sobre la rama ascendentede la mandíbula y el masetero.
Tiene una prolongación que rodea el borde posterior de la mandíbula y penetra entre la rama ascendente y el músculo esternocleidomastoideo. La glándula se extiende un poco por debajo del ángulo mandibular, mientras que por arriba alcanza el arco zigomático. Durante los movimientos de la mandíbula el tejido graso interlobar permite a los lóbulos de la glándula deslizarse unos sobre otros. El conducto parotídeo tiene 3 – 4 m.m. de diámetro y 5 – 6 cm. de largo, y emerge de la superficie anterior de la glándula, discurre bajo el arco zigomático y cruza el masetero y la bola de grasa de Bichat. Por delante del masetero atraviesa el bucinador y desemboca en la papila parotídea, situada en la mucosa del vestíbulo, que habitualmente se encuentra a nivel del segundo molar superior.
La glándula submandibular se encuentra en el nicho formado por la mandíbula y el músculo digástrico. En profundidad contacta con el milohiodeo, el hiogloso y el estilogloso. El conducto submandibular, de 5-6 cm. de largo, se dirige hacia delante, medial a la glándula sublingual y frecuentemente combinado con el conducto principal de esta última, para abrirse en la carúncula sublingual
La glándula sublingual tiene de 3-4 cm de largo. Se sitúa sobre el milohoideo y forma el pliegue sublingual. Está compuesta por numerosas glándulas mucosas pequeñas, las glandulas sublinguales menores y por la glándula principal o glándula sublingual mayor, que es predominantemente mucosa. El transporte del moco viscoso es facilitado por la cortedad de sus numerosos conductos. Algunas de las glándulas menores se abren en el pliegue sublingual y otras en el conducto submandibular. El conducto sublingual principal, corre paralelo al conducto submandibular hasta su orificio de desembocadura, situado en la carúncula sublingual.
Organos dentales
Los dientes forman dos arcadas que separan el vestíbulo de la cavidad oral propiamente dicha. En el hombre se alinean sin dejar prácticamente espacios de separación entre ellos. La forma de los dientes viene determinada por sus funciones, así, los incisivos, con su forma biselada, sirven para cortar; los caninos, firmemente anclados en los alveolos, sirven para desgarrar y sujetar y los premolares y molares que poseen unas coronas más anchas realizan la función de aplastar y triturar, y realizan el mayor trabajo masticatorio.
En un diente han de considerarse las siguientes partes:
la corona , que es la porción que se extiende por encima de la encía y está cubierta por el esmalte
la raíz, revestida por cemento y anclada en el alveolo por fibras de tejido conectivo que constituyen el ligamento periodontal.
el cuello del diente, que es la zona de transición entre el esmalte y el cemento radicular.
El vértice o ápice de la raíz está perforado por el canal radicular que conduce a la cámara pulpar, se encuentra rellena por la pulpa dentaria, más conocida coloquialmente como nervio . El canal radicular es un tubo simple y bastante ancho que a veces se subdivide en pequeños canalículos interconectados por anastomosis transversales. El extremo apical del canal radicular puede dar lugar a ramas colaterales o dividirse en ramas divergentes que perforan el apex de la raíz, constituyendo una especie de criba conocida como ramificación o delta apical que hace en ocasiones muy difícil el tratamiento del canal radicular ( endodoncia).
Estructura
Las sustancias más duras del diente (dentina, esmalte y cemento) se parecen mucho al hueso en su composición.
La dentina es producida por los odontoblastos, que son comparables a los osteoblastos o formadores de hueso, pero que no están inmersos en la propia dentina sino que se disponen adyacentes a la superficie interna de la dentina dentro de la pulpa, y sus prolongaciones o fibrillas de Thomes, se sitúan en los canalículos de la misma extendiéndose hasta el límite entre la dentina y el esmalte o entre ésta y el cemento. Otra importante diferencia con el hueso es que la dentina no contiene vasos sanguíneos. En un diente seccionado puede observarse unos espacios romboidales, los interglobulares, que corresponden a zonas de calcificación defectuosa de la sustancia fundamental. La dentina de los dientes caducos o de leche es más fina y menos resistente.
El esmalte es la sustancia más dura del cuerpo humano y está formada por pequeñas columnas, los prismas del esmalte que se disponen radialmente y se mantienen unidos por una sustancia fundanental irregularmente calcificada.
El cemento es prácticamente una sustancia ósea, formada por una trama pobre en células y por fibras de colágena que lo unen a la dentina y a la pared del alveolo, a la cual se anclan las fibras del ligamento periodontal (fibras de Sharpey).
La pulpa dentaria está constituida por un tejido conectivo laxo con vasos sanguíneos y fibras nerviosas mielínicas y amielínicas. Los nuevos odontoblastos que se forman a partir del tejido conectivo de la pulpa son los responsables de la formación de la dentina secundaria en épocas posteriores de la vida.
Estructuras de sosténde los dientes
El periodonto proporciona al diente una suspensión acolchada en su alojamiento alveolar, denominandose a este tipo de articulación como gonfosis. El ligamento periodontal está formado principalmente por fibras colágenas que se extienden entre el periostio de la pared alveolar y el cemento al cual se unen. El ligamento periodontal y la pared alveolar son estructuras que mantienen al diente firmemente en su posición y junto con el cemento forman el aparato periodontal.
La mayoría de las fibras que componen el ligamento periodontal discurren verticalmente desde la pared alveolar hacia el vértice de la raíz y se conocen como fibras cemento-alveolares. Se subdividen en apicales, oblicuas, horizontales y fibras de la cresta alveolar, términos con que describen su dirección o sus inserciones. Las fibras del ligamento oblicuo son las más expuestas a la tensión axial durante la masticación. Las fibras que constituyen el ligamento horizontal conectan a los dientes adyacentes a través del espacio interdental. Finalmente hay fibras que ascienden desde el borde alveolar hasta el cuello del diente y que son las que sufren cuando el diente es extraído. Hay además fibras espirales y otras dirigidas transversalmente que forman una red conocida como ligamento tangencial y que se opone a las presiones mecánicas en cualquier dirección. Las fibras superficiales que se extienden desde la encía al cuello del diente forman el ligamento circular. Las funciones de las diferentes partes del aparato masticatorio se reflejan en el desarrollo y disposición de las fibras colágenas del ligamento periodontal. El hueso también responde a las presiones masticatorias normales orientando sus trabéculas según líneas de fuerza, pero puede responder con atrofia ante una masticación defectuosa.
El ligamento periodontal contiene vasos sanguíneos glomerulares que actúan como una almohadilla hidráulica amortiguando las presiones masticatorias. Su pulsación es transmitida al diente. El ligamento periodontal contiene también terminaciones nerviosas capaces de captar la sensación de presión, así como vasos linfáticos.
Arcadas dentarias
Los dientes forman dos arcadas, una situada en el maxilar superior y otra en la mandíbula. La arcada superior o maxilar tiene forma de hemielipse y la inferior de parábola lo que impide que los dientes encajen exactamente. Sin embargo, su posición corresponde a las diferentes tareas que realizan los incisivos, caninos, premolares y molares. En el conjunto dentario los incisivos y caninos se denominan como deientes del sector anterior y a los premolares y molares como dientes del sector posterior.
Alveolos dentarios. Los dientes se hallan fijados a los alveolos de las apófisis alveolares de la mandíbula y del maxilar Estas apófisis se atrofian tras la pérdida de los dientes, de modo que en los desdentados se aprecia un acortamiento de la altura del tercio inferior de la cara. Los alveolos están separados entre sí por afilados tabiques interalveolares y a su vez los dientes de múltiples raíces presentan una cavidad alveolar subdividida por tabiques interradiculares.
Dientes permanentes
Los incisivos sirven para morder por lo que presentan una corona biselada con un afilado borde cortante o borde incisal. Debido al desgaste y a causa de su disposición al morder este borde se afila por detrás en los incisivos superiores, mientras que en los inferiores lo hace por delante. Las superficies interproximales de sus coronas son casi triangulares, mientras que la raíz es larga, cónica y ligeramente aplanada en los bordes. Los incisivos superiores son más anchos que los inferiores.
Los caninos sirven para desgarrar y sujetar la presa realizada. Están asegurados contra el desplazamiento consecuencia de las presiones de los movimientos de lateralidad mediante una larga raíz, particularmente la de los caninos del maxilar, que dan lugar a la eminencia canina en el esqueleto de la cara. La corona tiene dos bordes cortantes que convergen en una punta aguda. La raíz es única, fuerte, larga y aplanada lateralmente.
Los premolares ejecutan movimientos de trituración, presentan una superficie oclusal y una corona con dos cúspides. La raíz se divide a menudo en los primeros premolares superiores en una raíz vestibular y otra palatina. En los casos en que no existe tal división suele haber, sin embargo, dos canales radiculares. La raíz de los premolares inferiores suele ser única.
Los molares realizan el principal trabajo de la masticación. Se disponen en la misma dirección que los músculos masticadores, lo que da una mayor presión masticatoria que es amortiguada por la división de las raíces y el agrandamiento en superficie del aparato de sostén. La superficie masticatoria u oclusal de un molar tiene cuatro cúspides, y se disponen de modo que al cerrarse las arcadas dentarias los tubérculos de los molares superiores encajan en los surcos de los inferiores y viceversa. El primer molar es el que posee la más amplia superficie de trituración. Los molares superiores tienen dos raíces vestibulares y una palatina. Los molares inferiores tienen una mesial y una distal. Los terceros molares, molares del juicio o cordales varían considerablemente en el desarrollo de sus coronas y raíces.
Los dientes de leche o caducos son blancoazulados y translúcidos. Las raíces sueler ser muy divergentes lo que reviste su importancia práctica, ya que los esbozos de los dientes permanentes se desarrollan entre ellas.
Fórmula dental. Existen cuatro grupos de dientes, en dos arcadas dentarias, formando una imagen en espejo a ambos lados del plano medio y que se oponen entre sí en el plano masticatorio u oclusal.
La dentición permanente desde la línea media y por cuadrante consta de 2 incisivos, 1 canino, 2 premolares y 3 molares, dando un total de 8 piezas dentarias por cuadrante lo que teniendo en cuenta que son cuatro suma un total de 32 dientes.
Se han utilizado diversos métodos para caracterizar cada diente individualmente:
Se ha utilizado el signo (+) para el centro de la arcada dentaria superior y el signo (-) para el de la inferior, con el signo a la derecha o a la izquierda para indicar a qué hemiarcada corresponde el diente.
Pero el método más utilizado y aceptado internacionalmente es el que usa el primer número para señalar el cuadrante dentario al que pertenece la pieza, correspondiendo el número 1 al superior derecho, el 2 al superior izquierdo, el 3 al inferior izquierdo y el 4 al inferior derecho. El segundo número indica la posición de la pieza dentaria considerada dentro de su cuadrante a partir de la línea media, teniendo en cuenta que el 1 corresponde a los incisivos centrales, el 2 a los incisivos laterales, el 3 a los caninos, el 4 a los primeros premolares, el 5 a los segundos premolares, el 6 para el primer molar, el 7 para el segundo molar y el 8 para el tercer molar.
Dentadura caduca, decidua o de leche
En cada hemiarcada dentaria durante la dentición de leche existen,: 2 incisivos, 1 canino y 2 molares, sumando un total de 20 piezas dentales. Para designar la dentición caduca se emplea el mismo método que para la dentición definitiva teniendo en cuenta en este caso que cambia el primer dígito para los cuadrantes dentarios, correspondiendo el número 5 al superior derecho, el 6 al superior izquierdo, el 7 al inferior izquierdo y el 8 al inferior derecho, y el segundo dígito al igual que en la dentición definitiva indica la posición de la pieza dentaria considerada dentro de su cuadrante a partir de la línea media, teniendo en cuenta que el 1 corresponde a los incisivos centrales, el 2 a los incisivos laterales, el 3 a los caninos, el 4 a los primeros molares de leche y el 5 a los segundos molares de leche.
Orientación de los dientes
La superficie dentaria que mira al vestíbulo se conoce como cara labial, bucal o vestibular y puede estar dirigida hacia los labios o hacia las mejillas. La superficie lingual o palatina mira hacia la cavidad bucal propiamente dicha. La superficie mesial está dirigida hacia el plano medio del cráneo o línea media , mientras que la distal es la más distante de dicho plano o dicha línea. Estas dos últimas son superficies de contacto o superficies interproximales. La superficie masticatoria es llamada superficie oclusal.
Desarrollo dental
El desarrollo dental tanto los dientes caducos como los permanentes se lleva a cabo en dos fases. En el segundo mes fetal aparece la lámina dental que tiene forma arqueada y se desarrolla, a partir del epitelio, dentro del tejido conectivo del maxilar y de la mandíbula. De esta lámina se forman 10 esbozos dentarios que constituyen los primordios de los dientes, y que adoptan la forma de una campana, cuya pared interna es como un molde que delimitará la forma posterior de la corona dentaria. La pulpa, constituida por tejido conectivo embrionario, vasos y nervios, se desarrolla dentro de este molde. La campana y la pulpa están a su vez rodeadas de un tejido conectivo rico en células, que constituye el folículo dentario. Las primeras sustancias duras se forman en el cuarto mes. La dentina y el cemento se forman a partir de las células de la pulpa, mientras que el epitelio de la pared interna de la campana (epitelio adamantino) produce el esmalte. Estos procesos transcurren casi de idéntica forma en ambas denticiones, pero duran más en el caso de la dentición permanente. Los esbozos de los dientes permanentes se desarrollan a partir del sexto mes intrauterino y pueden dañarse en los primeros años de vida, como consecuencia de traumatismos, procesos infecciosos de la dentición de leche o extracción violenta de los mismos.
Erupción dental
La corona dental está desarrollada poco antes de la erupción del diente, mientras que la raíz aún se está formando, siendo este proceso lo que causa la erupción dental. El lugar de la encía donde se va a producir la erupción se hincha y adopta un color rojo azulado, donde aparece después el blanco vértice del diente a través del epitelio, el cual es perforado, y el tejido que cubre la corona degenera y desaparece. El desarrollo de los tejidos de la pared alveolar ósea, del ligamento periodontal y del cemento termina bastante después y acontece tras la erupción de la dentición definitiva.
Primer, dentición. Orden y el tiempo de erupción de la dentición de leche.
Segunda dentición. Los dos molares de leche son sustituidos por los premolares, y los tres molares definitivos proceden de otros esbozos dentarios diferentes, que no reemplazan a ningún diente de leche. Así, sólo los incisivos, los caninos y los molares de leche son sustituidos por nuevas piezas definitivas.
Orden y el tiempo de erupción de la dentición permanente:
Los tiempos de erupción pueden variar mucho. Durante la erupción de un diente permanente la raíz del diente de leche es reabsorbida, en un proceso denominado rizolisis, hasta que sólo la corona aparece adherida a la encía, y finalmente cae, permitiendo la erupción del definitivo.
Anatomía de los dientes
El periodonto es la unidad compuesta por los tejidos que rodean al diente, que corresponden al hueso alveolar, al ligamento periodontal y a la encía. El diente propiamente dicho se compone de tres componentes mineralizados, el esmalte, la dentina y el cemento y una porción central de tejido conectivo gelatinoso suave, la pulpa dentaria.
Los dientes, ordenados desde el centro hasta las mandíbulas son los dientes incisivos que cortan, los caninos que desgarran, los premolares que trituran y los molares que muelen.
La pulpa dentaria es un tejido intermedio (normalmente llamado nervio), blando, gelatinoso, de color rosado que engloba los vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas.
El esmalte dental es la parte más dura del cuerpo humano, es la superficie externa del diente que recubre junto con el cemento dental la dentina. El esmalte es transparente, siendo el responsable de su color la dentina de la capa inferior.
La dentina es un tejido amarillento que, gracias a su elasticidad, protege al esmalte suprayacente contra las fracturas.
El cemento dental es un tejido óseo especial que permite su unión con la estructura osea maxilar.
Los tejidos peridentarios son todos aquellos tejidos que rodean al diente.
El hueso alveolar, el ligamento periodontal y el cemento dental son llamados en conjunto periodoncio de inserción, en tanto que la encía constituye el periodoncio de protección.
Estructura morfológica de los dientes:
Corona: es la parte del diente libre o visible en la cavidad oral. La capa de diente que lo recubre es el esmalte, y podemos observar en boca la parte funcional del órgano dentario. Esta porción del diente se encuentra expuesta al medio bucal en forma permanente.
Cuello: o también llamado zona cervical, es la unión de la corona con la raíz y se sitúa en la encía marginal.
Raíz: es la parte que no se puede ver ya que está incrustada en el alvéolo dentario, dentro del hueso, y se encuentra recubierta por el cemento. Sirve de anclaje. Los dientes normalmente tienen entre una y tres raíces, dependiendo de si son incisivos (una raíz), caninos (1), premolares (1 o 2) o molares (dos o tres, en casos excepcionales más de tres)
Tipos de dientes definitivos
Según la forma de la corona y por lo tanto su función, hay cuatro tipos de dientes:
1. Incisivos (8 piezas): dientes anteriores con borde afilado. Cortan los alimentos
2. Caninos (4 piezas): con forma de cúspide puntiaguda. también llamados colmillos. Desgarran los alimentos
3. Premolares (8 piezas): poseen dos cúspides puntiagudas. Desgarran y aplastan los alimentos
4. Molares (12 piezas): cúspides anchas. Trituran los alimentos
Funciones de los dientes
Las funciones de los dientes son:
1. Masticatoria.
2. Fonética.
3. Estética.
4. Expresión facial.
Para una buena función los dientes deberán estar bien posicionados, son tan importantes los contactos entre dientes de diferentes arcadas, superior e inferior, como los contactos entre los dientes adyacentes, estos últimos se llaman contactos interproximales y protegen a la encía de esta zona denominada como papila dental, e impiden que al masticar la comida se almacene en ellos.
Funciones del punto de contacto interproximal:
1. Estabiliza al diente en su alvéolo y, por lo tanto, a las arcadas dentarias.
2. Previene el empaquetamiento de comida y, por lo tanto, protegiendo de posibles gingivitis, periodontitis, caries, etc.
3. Protege a la papila dental al desviar a los alimetos que en la masticación van hacia la papila dental.
Las malposiciones dentarias presentan unos puntos de contacto alterados que es un factor de riesgo para diversas patologías bucodentales.
Grupos dentarios
Hay dos grandes grupos dentarios: el grupo anterior, formado por incisivos, centrales y laterales, y caninos, y el grupo posterior, formado por premolares y molares.
Grupo anterior: Tienen cuatro superficies y un borde incisal. Los incisivos superiores determinan en gran medida la estética fácil del individuo. Los caninos determinan la expresión y el aspecto facial.
La función masticatoria es de cortar, los incisivos, y desgarrar, los caninos por su fuerte anclaje en el hueso y su posición en las arcadas, además, los caninos, contribuyen a dar estabilidad a toda la arcada.
Los incisivos poseen lo que se denomina guía incisal, esto es que en los movimientos mandibulares de protrusión, la mandíbula se desplaza hacia delante, los incisivos inferiores contactan con los superiores deslizándose el borde incisal de los incisivos inferiores por la cara palatina de los incisivos superiores y de esta forma los sectores posteriores, premolares y molares, se separan de forma que se evitan contactos indeseables y nocivos. Esto es fundamente para evitar lesiones en los dientes posteriores.
Los caninos poseen la guía canina, en los movimientos de lateralidad, la mandíbula se mueve hacia los lados, los caninos del lado hacia el que se desplaza la mandíbula contactan y se desliza la cúspide del canino inferior sobre la cara palatina del canino superior de forma que los sectores posteriores, premolares y molares, se separan impidiendo choques nocivos entre sus cúspides en estos movimientos.
El grupo anterior ayuda a producir los sonidos dentales y labiodentales.
Grupo posterior: Presentan cuatro caras y una superficie oclusal. Este grupo no tiene tanta importancia en la función estética como la tiene el grupo anterior, aun así las pérdidas dentarias posteriores conllevan pérdida del hueso provocando por ello el colpaso de la piel y los músculos faciales.
Los premolares tienen una función masticatoria de desgarro y trituración, los molares, gracias a su posición más posterior en la que los músculos masticatorios, que son 4: masetero, temporal, pterigoideo externo y pterigoideo interno, pueden aplicar grandes fuerzas para producir una eficaz trituración. Los molares son los dientes con mayor número de cúspides y mayor superficie masticatoria aunque sus cúspides sean menos afiladas que las de los premolares o los caninos.
Los premolares colaboran, a veces, con los caninos en la guía canina, cuando esto ocurre se llama función de grupo y consiste en evitar los contactos posteriores en movimientos de lateralidad ya sea con una buena guía canina o, en su defecto, con la ayuda de los premolares con una buena función de grupo.
http://renuevadental.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario