martes, 5 de febrero de 2019

EVANGELIO Y LECTURA DEL 09 DE FEBRERO DEL 2019


Lecturas del Sábado de la 4ª semana del Tiempo Ordinario


Primera lectura

Lectura de la carta Hebreos (13,15-17.20-21):

HERMANOS:
Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre.
No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; esos son los sacrificios que agradan a Dios.
Obedeced y someteos a vuestros guías, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, cosa que no os aprovecharía.
Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os confirme en todo bien para que cumpláis su voluntad, realizando en nosotros lo que es de su agrado por medio de Jesucristo.
A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 22

R/.
 El Señor es mi pastor, nada me falta

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

V/. El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

V/. Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

V/. Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

V/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

EN aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio del 

Eguione Nogueira, cmf
¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!
Después de enviar a sus discípulos a la misión, el Evangelio nos presenta los resultados de este envío: «le contaron todo lo que habían hecho y enseñado» (Mc 6,30). Jesús tiene una propuesta a sus discípulos: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco». La situación en la que ellos se encontraban es dramática, pues no encontraban tiempo ni para comer. Sabemos del valor que tiene la comida, no apenas para reponer las fuerzas, sino también para afianzar los lazos de comunión, algo que se está perdiendo en nuestra sociedad con las fast food y el ritmo enardecido de la vida urbana.
Si por un instante miramos nuestro ritmo semanal, puede ser que nos descubramos cansados: nos explotamos a nosotros mismos al exigir un rendimiento personal y laboral interminable. Incluso nuestros descansos están en función del trabajo. Descansar supone reconectar con nuestro interior, dedicar tiempo a Dios. Es verdad que muchas personas están en búsqueda de la meditación, lo que es algo muy bueno. Pero la meditación cristiana nos ofrece la oportunidad única de estar con Aquel que es nuestra fuente. Solo Él puede reponer nuestras fuerzas con su pan, con su propia vida.
La propuesta de Jesús es sencilla: romper con el activismo. Ni siquiera la actividad misionera debe ser continua. Todos tenemos necesidad del descanso, desconectarnos de los aparatos electrónicos para ir a la fuente de nuestra existencia. Sin vida interior, sin espiritualidad no es posible sacar buenos frutos en la misión. Cuando cultivamos la vida interior, con la oración, la lectura de la Palabra, la adoración, estaremos en condiciones de “sentir compasión” de los dolores de aquellos que vienen al nuestro encuentro.
Os invito a rezar accediendo en el enlace abajo con la canción Venid Conmigo de Ain Karem, que es una invitación a descansar en Cristo nuestras preocupaciones, nuestras actividades, nuestra vida, y a reponer nuestras fuerzas.


Liturgia Viva del Sábado de la 4ª semana del Tiempo Ordinario

UN PASTOR COMPASIVO  (Año I. Heb 13,15-17. 20-21; Mc 6,30-34)
Introducción:
Año I. En una exhortación final, el autor de Hebreos resume lo que había dicho para la vida práctica de los cristianos. Ésta es la bendición que desea para su pueblo.
Evangelio. ¡Qué lástima y qué vergüenza, si nuestro mundo fuera tan insensible e inhumano que llegara a eliminar de nuestra tierra el gran valor de la compasión! Escuchamos hoy en el evangelio que Dios nos manifiesta en Jesús que él se preocupa por nosotros  con un amor más profundo y tierno que el de una madre por su hijo a quien dio vida. Dios se hace particularmente cercano a los que más le necesitan: los débiles, los que sufren, los abandonados, y los que no cuentan para nada. Ése es el amor que Dios nos mostró en Jesús. Ése es el amor al que nos invita, para que nos amemos así unos a otros: un amor profundo, tierno, duradero, y sin miedo de manifestarse abiertamente.
Oración Colecta
Oh Dios nuestro, siempre amoroso:
Tu Hijo Jesús nos ha revelado que tú eres
un Dios más afectuoso, tierno y compasivo
que cualquier madre pudiera nunca ser
con su hijo pequeño.
Hazte cercano a todos los heridos por la vida dura,
cuida de los pequeños y de los oprimidos.
Haz que todos los que siguen a tu Hijo
sean personas que sepan perdonar y curar,
que se hagan a sí mismos como pan nutritivo
para todos los que están hambrientos de cualquier manera.
Enséñanos a amarnos, a ser sensibles
y a cuidar los unos de los otros,
como tú te cuidas de nosotros por medio de Jesús,
Hijo tuyo y Señor nuestro, que vive y reina
por  los siglos de los siglos.
Intenciones
  1. Para que seamos agradecidos a Dios por toda la misericordia y compasión que nos muestra constantemente, roguemos al Señor.
  2. Para que el Pueblo de Dios aprenda a ser una comunidad compasiva especialmente para con todos los que sufren y se sienten oprimidos, roguemos al Señor.
  3. Para que nosotros seamos gente de paz, que intentemos sinceramente comprendernos unos a otros y que busquemos reconciliación cuando estemos divididos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Dios y Señor nuestro, Padre compasivo:
En estos sencillos signos de pan y vino
acogemos a tu Hijo Jesucristo
como nuestro Buen Pastor que murió por nosotros
para dar norte y dirección  a nuestra vida.
Sentimos consuelo y nos da confianza saber
que él conoce muy bien y tan de cerca
nuestro cansancio y nuestras miserias humanas.
Que ojalá él nos escuche cuando nos volvamos a él,
y que esté muy presente cuando le necesitemos.
Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios nuestro, que nos amas y cuidas de nosotros:
Te damos gracias de todo corazón
por darnos un guía seguro,
tu Hijo Jesucristo,
que siente con nosotros
y sabe a dónde nos lleva..
Sigue dando hoy a tu Iglesia
pastores a imagen y semejanza de tu Hijo.
Que estén llenos de visión y compasión,
que sean sensibles al pueblo y a sus necesidades,
abiertos a las exigencias y a la capacidad
del evangelio y de nuestros tiempos.
Fórmalos como buenos pastores
a imagen del Buen Pastor,
tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Según la Biblia “tener compasión”  significa literalmente “sentir en lo profundo de nuestras entrañas”.  Nosotros diríamos “en el hondón de nuestro corazón”;  sentirse cercano e íntimo a otros con fidelidad y compasión. Ése es el modo cómo se relaciona Dios con nosotros.  Que sea también nuestro modo de relacionarnos unos con otros. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.

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