lunes, 30 de junio de 2014

ESCULTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA


RENACIMIENTO EN ESPAÑA .-

Bartolomé Ordóñez

Artículo principal: Bartolomé Ordóñez
Santa Eulalia ante el Magistrado, relieve en el trascoro de la catedral de Barcelona, obra de Bartolomé Ordóñez.
Bartolomé Ordóñez y Diego de Siloé fueron dos escultores clave en este primer tercio de siglo. Ellos determinaron la transición entre este primer periodo y los grandes maestros de la escuela renacentista en España. Su obra está entre la tradición cuatrocentista que todavía imperaba en España y las nuevas formas renacentistas introducidas por Miguel Ángel. Ellos fueron en definitiva los propagadores del nuevo estilo.
Bartolomé Ordóñez corresponde desde el punto de vista cronológico, a este primer tercio del siglo de la escultura en España, pero por su obra y su estilo se le puede incluir en la escultura general del segundo tercio.
Trabajó en Italia junto con Diego de Siloé en el año 1517, en el retablo de mármol dedicado a la Epifanía, en la capilla Caracciolo de San Giovanni in Carbonara (Nápoles). Su aportación en este retablo fue el gran relieve principal, Adoración de los Reyes, una composición equilibrada, con buena perspectiva y fino modelado.[13] Fue un gran seguidor de Miguel Ángel siendo su estilo renacentista mucho más avanzado que el de sus compañeros y así lo demostró en su obra de la sillería del coro de la catedral de Barcelona donde destaca el Entierro de Cristo, un trabajo realizado junto a Diego de Siloé. También realizó los relieves del trascoro de esta misma catedral, donde descuella el relieve deSanta Eulalia ante el Magistrado (también titulado Santa Eulalia juzgada por Daciano).[14]
Bartolomé Ordóñez tuvo dos encargos de cenotafios: uno fue el sepulcro de don Felipe ydoña Juana para la capilla Real de Granada.[nota 8] El otro cenotafio fue el sepulcro del Cardenal Cisneros, para Alcalá de Henares, que Fancelli había dejado inconcluso.[nota 9]En ambos empleó un túmulo de lados verticales, rompiendo así con la novedad de Fancelli que había introducido los túmulos en talud. Sobre ese primer cuerpo agregó otro de menores dimensiones sobre el cual dispuso la figura yacente. Los túmulos fueron decorados con relieves bellísimos, de la misma calidad artística que los ejecutados anteriormente en Barcelona.

Diego de Siloé y Juan de Balmaseda

Artículo principal: Diego de Siloé
Artículo principal: Juan de Balmaseda (escultor)
Diego de Siloé es un escultor que se incluye también en el grupo de transición entre el Renacimiento del primer tercio y el pleno Renacimiento español del segundo tercio del siglo XVI. Comenzó su carrera artística como escultor en Burgos, donde creó escuela hasta que el duque de Sessa le llamó a Granada en 1528 para que terminase la iglesia de San Jerónimo y fue en esta ciudad donde centró desde entonces su actividad como arquitecto. Diego de Siloé fue el protagonista y gran maestro del Renacimiento burgalés y granadino.
Sepulcro del obispo Luis de Acuña y Osorio en la catedral de Burgos.
Trabajó ampliamente en la catedral de Burgos, en la capilla de los Condestables, junto con Felipe Vigarny, en los retablos laterales donde esculpió un Cristo muerto y un San Jerónimo penitente de perfecta anatomía. En esta misma capilla de los Condestables trabajó en el retablo central en 1524 en los relieves de la Presentación, Niño Jesús,Virgen, San José y la esclava con la paloma, Natividad y Visitación. También decoró la monumental Escalera Dorada y se ocupó de otras muchas imágenes repartidas por todo el edificio, además de algún sepulcro,[nota 10] como el del obispo Luis de Acuña en 1519, para la Capilla de Santa Ana también en la Catedral de Burgos.
Su labor se repartió por otros lugares de la provincia de Burgos dejando constancia de su buen hacer como escultor renacentista.
Cuando llegó a Granada se dedicó por algún tiempo a esculpir encargos, aunque pronto tomó las riendas de la arquitectura. Su primer trabajo como escultor fueron las figuras de los Reyes Católicos que están junto al altar mayor de la capilla Real y que fueron sustituidas por las anteriores que había labrado Vigarny. El propio Siloé lo comenta así:
[…] para ir al reyno de Granada para hazer ciertos bultos en obra que complía a sus majestades.
Después siguió con la serie de crucifijos y con más obras para el monasterio de San Jerónimo. Aun cuando se dedicó plenamente a la arquitectura, nunca dejó de ser escultor y decorador dejando su trabajo en bóvedas, puertas, etc. Se dice de él que es imposible separar al arquitecto del escultor. El taller de Siloé fue famoso en Granada y en él trabajaron bastantes profesionales que a su muerte divulgaron su arte por cada rincón no solo de Andalucía sino del resto de la península.
Retablo mayor de la catedral de Palencia
El escultor Juan de Balmaseda, de la escuela palentina, coincidió en Burgos con Felipe Vigarny y Diego de Siloé. De estos dos maestros aprendió a tratar los pliegues de sus esculturas, las líneas curvas y los elementos del Renacimiento; la influencia de Siloé se advierte con claridad en toda su obra, sobre todo a partir de 1520. Balmaseda fue un escultor formado en el último gótico, estilo que no abandonó nunca como fondo de sus esculturas, aun cuando asimilara con facilidad los nuevos gustos renacentistas. Como característica de su manera de trabajar se señala siempre los rasgos dulces y poéticos de sus personajes, a veces incluso aniñados. Fue el gran intérprete de la religiosidad castellana adaptada a las nuevas formas renacientes. Una de sus pocas obras documentadas es el Calvario del ático del retablo mayor de la catedral de Palencia. El estilo característico de esta obra permitió a los estudiosos encontrar obras suyas no firmadas, en trabajos semejantes.
En Burgos realizó obras importantes como la imaginería del retablo de San Pedro en la capilla del Condestable y las Puertas de la capilla del Hospital del rey en las que se lució con todo su saber renacentista: contrapostos, actitudes, suave modelado. Hacia 1530 realizó el retablo de la capilla de San Ildefonso de la catedral de Palencia, obra muy italiana que demuestra la gran influencia y su gran admiración por Diego de Siloé. Es un retablo donde se puede hacer un verdadero estudio del Renacimiento-plateresco español en que se muestran balaustres, cartelas, angelitos, niños con delfines, veneras, escudos, calaveras, tondos y toda una ornamentación renacentista tratada con gran desenvoltura. Balmaseda fue a su vez el gran maestro de Berruguete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario