El Estrambotismo es una corriente artística de pintura que nace en 1974 en el Ampurdán (Cataluña) cuando su creador, Joan Fuster y Gimpera -más conocido simplemente como Joan Fuster-, utiliza por primera vez este sustantivo para definir su obra.
Orígenes
Por determinadas circunstancias, y a pesar de la prolífica producción artística de Fuster, esta nueva corriente recién nacida permanece cerrada y "dormida", prácticamente olvidada en el estudio del propio Joan Fuster. Esta situación cambia en el año 2004, cuando Fuster conoce al pintor
Quim Hereu. Rápidamente, las múltiples afinidades personales, junto a los procesos creativos idénticos, harán que nazca una gran amistad entre los dos artistas. Es en este momento que Joan Fuster habla a
Quim Hereu del Estrambotismo. Hereu queda absolutamente fascinado e impresionado con este concepto nuevo para él. La amistad entre los dos pintores sigue creciendo en la misma intensidad que crece la implicación de Hereu con el hecho estrambótico. Y entonces, en 2010, sucede un hecho extraordinario: Fuster convierte a Hereu en el heredero testamentario del Estrambotismo, por medio de un pequeño poema en forma de versículo, al tiempo que le pide que continúe la tarea que él comenzó en relación a esta nueva corriente ampurdanés que había creado. Hereu acepta este legado como si fuera un auténtico tesoro y a partir de ese momento redefine su propio estrambotismo, impulsándolo con fuerza en 2011 con el proyecto STRAM-PRIVATA. La muerte de Fuster en septiembre de 2011, hará que no pueda ver terminado este proyecto artístico que habían empezado juntos.
El poema de Fuster
El poema dice así:
Tu nombre premonitorio
anuncia un testamento
que yo, como padre consciente,
quiero sacar del escritorio.
Eres heredero desde este momento,
de un ismo con patrimonio
de estrambote visionario,
de un ideal sin precedente.
Joan Fuster y Gimpera - Al querido amigo y gran pintor Quim Hereu
Características
Una obra estrambótica consiste en pintar y dibujar cosas raras, extrañas, insólitas ... en definitiva, estrambóticas. La base del proceso es la imaginación, que se utiliza intensamente y se aplica con un control absoluto de la razón y sin hacer ninguna concesión al automatismo. Durante el proceso creativo, se juega con la astucia de alterar y modificar las propiedades y formas inherentes de los objetos que intervienen en la obra, haciendo que el resultado final sea de lo más insólito. Un botijo, por ejemplo, se puede transformar en una bailarina que vuela por el escenario mientras le brotan ramas por todas partes.
Ni el subconsciente ni el mundo onírico, juegan un papel preponderante en la creación de una obra estrambótica, sino que toda la sustantividad creadora brota de la imaginación del artista, transfigurando la realidad y dando así un nuevo sentido a la composición. Siempre se busca un equilibrio de composición, un ritmo y una armonía en las que el dibujo está muy presente. Las formas son objeto de estudio clínico, hasta conseguir el resultado buscado.
En el proceso creativo estrambótico, el artista juega con los elementos que le rodean y les hace un análisis extremadamente conciso, hasta que con una astucia premeditada altera sus formas y funciones naturales, quedando todo sometido a su voluntad y capricho. Todo ello, en manos del artista, provoca la creación de un mundo absolutamente original y estrambótico.
Testamento del Estrambotismo, de la mano de su "padre", Joan Fuster.
Exotismo (del
griego tardío
exô- « de fuera »,
exôtikos « extranjero, exterior ») es una actitud cultural de gusto por lo extranjero. El fenómeno se constata habitualmente en la
historia de las civilizaciones en expansión. La curiosidad de la sociedad
romana por las religiones de los márgenes de su Imperio, o los periodos de apertura de la
historia de China a la cultura europea podrían ser muestras de exotismo. No obstante, esta actitud se produjo con más amplitud y variedad en
Occidente, con el proceso de
globalización que va desde la
era de los descubrimientos al comercio globalizado actual, pasando por el
colonialismo.
Claude Lévi-Strauss aportará un criterio esencial: la occidental va a ser, de ahora en adelante, una cultura
antropológica, que no confunde lo extranjero con la imitación que de ello se hace, y sabe lo que quiere decir el exotismo. Una creación de inspiración extranjera deja de ser exótica cuando a su vez inspira al extranjero, como el
impresionismo para el
Japón o
Picasso para
África.
Para la lengua francesa, la llegada del
grand mamamouchi en
El Burgués gentilhombre de
Molière (1670) es un signo anunciador, la traducción de
Las mil y una noches por
Antoine Galland (
1704) la confirmación, que continúan las
Cartas persas de
Montesquieu (
1721). Desde entonces, el fenómeno continúa por las artes plásticas, la música, la filosofía y, en general, en todas las expresiones culturales. Aunque la moda del exotismo tenga altibajos, como ocurre con la llamada
world music y el diseño e ideología que vehicula, se demuestra que los consumidores occidentales siempre han apreciado soñar con lo extranjero.
Una connotación negativa del exotismo se puede encontrar en el marco de los estudios post-coloniales (planteamiento de
Edward Said), por un lado desde la perspectiva de la otredad amenazante o bien de la otredad puesta como objeto de deseo, estereotipos elaborados sobre la base de una visión romantizada del otro.
En toda Europa, y especialmente en España, la recepción de los productos y expresiones americanas había abierto ya desde el siglo XVI la nueva sensibilidad hacia lo exótico, que está en el origen del mito del
buen salvaje. Las relaciones con Asia son incluso mayores que las que pudiera tener Francia, y se producían a través de
Filipinas y de las misiones
jesuitas. La filosofía de Confucio es recibida y la sociedad china comparada con la europea, del mismo modo que en China se hace lo propio (
Baltasar Gracián pudo poner un ejemplo moral con
el Discreto Taicosama).
El
orientalismo, ya en época del
Romanticismo, es la variante del exotismo que amalgama todas las culturas situadas más al este de Europa (Asia) pero también el islámico norte de África (Egipto y el Magreb), e incluso España, entendida tópicamente por los románticos (
Washington Irving,
Prosper Mérimée) como tierra de
bandoleros,
toreros y
gitanos, eternamente medieval, y poblada de refinados reyes moros decadentes en la
Alhambra y sombríos
inquisidores. Se abusó tanto de ese tópico que al realista
Balzac le hizo gritar
¡Estoy harto de España!.
Arte
En
Historia del Arte, el término exotismo se aplica específicamente al final del siglo XIX No debe confundirse con el término
orientalizante, periodo de la
Edad Antigua en que la cerámica y la escultura griega (y por extensión el Mediterráneo occidental) recibe la influencia de Oriente Próximo (siglo VIII a. C.)
En
música, el exotismo es un género en el que los ritmos, las melodías y los instrumentos buscan la evocación de la atmósfera de tierras o épocas lejanas, como por ejemplo
Daphnis et Chloé y
Tzigane pour Violon et Orchestre de
Maurice Ravel u otras obras de
Debussy y de
Rimsky-Korsakov.
experimentalismo, por oposición a
clasicismo, a toda aquella manifestación artística (de tipo musical, poético, teatral, plástico...) de acusada tendencia transgresora y rupturista respecto de los modelos anteriores. El experimentalismo, en principio, suele ser opuesto al gusto popular. Procede a imitación de la ciencia, siguiendo el
método empírico, en concreto la rama
experimental a base de prueba y error, en su búsqueda incesante de nuevas formas de expresión. Dicho término se halla muy relacionado con las
vanguardias y los "ismos" que dominaron la escena cultural europea a principios del
siglo XX.
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