martes, 11 de abril de 2017

Movimientos artísticos


Arte autodestructivo es un término inventado por el artista Gustav Metzger a principios de la década de 1960 y puesto en circulación en su artículo «Machine, auto-creative and auto-destructive art» (‘Máquina, arte autocreativo y autodestructivo’) en el número de verano de 1962 del periódico Ark.
En 1966, Gustav Metzger, Al Hansen y Wolf Vostell participaron en el Destruction In art Symposium (DIAS), en Londres.1 Un evento similar fue desarrollado por otros en Nueva York en 1968. El simposio fue acompañado de demostraciones públicas de arte autodestructivo, incluyendo el incendio de las Skoob Towers, por John Latham; estas eran torres de libros (skoob es books invertido, ‘libros’ en inglés), y la intención de Latham era mostrar directamente su visión sobre la cultura occidental.
En 1960, el artista suizo Jean Tinguely creó las primeras de sus esculturas vinculadas a esta corriente: Hommage a New York.
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Arte colonial es el arte propio de una situación colonial. En las distintas colonizaciones se produce la introducción de las formas artísticas del colonizador en el espacio previamente ocupado (por lo general en exclusiva, si es que no había influencias anteriores a la colonización) por el arte indígena.
La convivencia entre ambos artes puede producir un sincretismo, o una aculturación o supresión de las formas indígenas para dar paso a las del colonizador.

Colonizaciones históricas de la Edad Antigua

Los pueblos colonizadores históricos de la Edad Antigua (griegosfenicios y cartagineses) ejercieron ese papel en el espacio del Mediterráneo Occidental, aunque ellos mismos también sufrieron las influencias artísticas de las civilizaciones del Próximo Oriente Antiguo (Egipto, Mesopotamia).
Lo ibero en la Península Ibérica es esencialmente un resultado de la influencia cultural de los pueblos colonizadores sobre el sustrato indígena, y en el arte ibero tiene una de sus más claras expresiones.
Pintura de la Escuela Cuzqueña.

Arte colonial americano

La colonización europea de América produjo tipos de arte colonial bien diferenciados según el Imperio colonial de que se trató: el español, el portugués y el británico.
Custom House ("Casa de las Aduanas") en el Bund de Shanghai.

Arte colonial asiático

Pabellón del África Ecuatorial Francesa en la Exposición Colonial de París de 1931.

Arte colonial africano

Arte africano









Arte Colonial
El arte colonial es el que se desarrolla en América durante el periodo de ocupación española, es decir, desde que Cristóbal Colón descubre el continente hasta que alcanza su independencia.
Catedral de Lima. Arte Colonial
América era un territorio plural, de gran diversidad geográfica, donde existía una población local con múltiples culturas y religiones. El objetivo, más allá de asentarse en el territorio, será el de reducir la pluralidad peninsular y dar unidad al territorio americano. Comienza así la labor evangelizadora de conversión al cristianismo y de instalar el castellano como única lengua.
La influencia española dominará y se impondrá a la autóctona. Desde España llegarán al Nuevo Mundo numerosos artistas que formarán talleres y enseñarán a los nativos los modelos y estilos de la península, como son el gótico, renacimiento, manierismo, barroco y neoclasicismo. Hay que señalar la importancia de la pintura en el proceso de evangelización, ya que sus temas religiosos y didácticos tratan diferentes episodios de la vida de Jesús, de la Virgen y de los santos más populares.
Una vez que se ha descubierto el continente, tiene lugar su ocupación. La primera etapa de la conquista se produce en El Caribe.
Será en Santo Domingo donde mejor se transfiere la cultura española debido a la inexistencia de una cultura aborigen fuerte. Canteros y albañiles sevillanos fueron en la primera década del siglo XVI a atender las obras públicas de mayor importancia.
La Catedral de Santo Domingo es una obra esenacial ya que se comprueba que el español adapta a las características del lugar la experiencia que trae, adecuándolo a las necesidades de la población.
De traza gótica, se compone de tres naves a la misma altura con capillas laterales muy profundas. La iluminación, bebe del románico, a través de las capillas llega una luz tenue. Estas capillas, siguiendo la tradición española, están resueltas con cubiertas individuales y diferenciadas, lo que señala su independencia funcional y espacial.
En la fachada principal impera el lenguaje renacentista, tanto en la decoración como en la estructura arquitectónica.
Otras obras son La Casa de Diego de Colón, que es el hijo de Cristóbal Colón y el Hospital de San Nicolás de Bari.
En 1524 se produce la conquista y fundación de México. El panorama es absolutamente diferente, ya que aquí entran en contacto con culturas más desarrolladas. La nueva tarea del español será la de evangelización. Las órdenes religiosas de los franciscanos, los dominicos y los agustinos abrirán las fronteras e irán avanzando en el territorio consolidando poblados, organizando asentamientos y difundiendo el mensaje evangélico. Para ello construirán numerosos conventos.
El programa conventual está formado por una iglesia, un monasterio, un claustro y un atrio. Son los mismos elementos que conforman los conventos europeos, pero en América, la escala del monasterio y de la iglesia se reduce y adquieren un desarrollo inmenso las partes que no existían en Europa, como es el atrio, que se acomoda a la costumbre indígena de recibir las ceremonias al aire libre. En ellos también se catequizaba y se enseñaban los oficios artesanales.
Junto a los rincones del atrio se disponen pequeños templetes o "capillas posas" que marcan el recorrido de las procesiones y sirven para detener o posar las imágenes.
Al fondo aparece la capilla abierta o la "capilla de los indios". Era el lugar desde donde el sacerdote podía decir misa hacia la multitud del atrio. Responden a la necesidad de albergar a multitudes que no cabían en las iglesias y a la tradición prehispánica de los cultos al aire libre. En la capilla abierta, el sacerdote era el único que estaba a cubierto.
Los atrios aparecerán amurallados y almenados, sirviendo de ciudadelas que recuerdan a las fortificaciones medievales.
Las iglesias reiteran la tipología del templo gótico de una nave profunda, bóvedas de crucería y cabecera poligonal con contrafuertes. Las portadas presentan los motivos del gótico isabelino, del renacimiento y del plateresco.
Los espacios internos del convento, celdas, oficinas, talleres, refectorio, portería, biblioteca, sanitarios, etc., se distribuyen alrededor del claustro.
El Convento de Huejotzingo (1550-1570), en el estado de Puebla, es uno de los primeros conventos franciscanos y el que mejor se conserva. Se compone de atrio, capillas posas, iglesia, convento y claustro.
Convento de Huejotzingo
La iglesia tiene una sola nave estrecha con cabecera poligonal y acceso a los pies.
El Convento de Acolman, fundado por los agustinos, también sigue estas premisas. Cuenta con pinturas murales muy interesantes, con un contenido iconográfico concreto ya que es el soporte para transmitir un mensaje. Encontramos una Crucifixión, la representación del Juicio Final y a Dios Padre en el trono.
Los dominicos llegaron más tarde a América situándose en Oaxaca, Chiapas y Guatemala. Extienden el tipo de planta basilical. Por ejemplo, la Iglesia de Cuilapan.
A lo largo del siglo XVI también se construirán numerosas catedrales, ya que en las principales ciudades de la Nueva España se establecen diócesis episcopales. Se pueden apreciar ya rasgos renacentistas y manieristas, como en La Catedral de México, que se ubica en la plaza y se levanta en parte del viejo solar del Templo Mayor azteca.
La ocupación española se extendió a Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia (Imperio Inca). Ejemplo de ello son La Catedral de Tunja en Colombia, la de Quito en Ecuador, la de Lima o el Santuario de peregrinación de Copacabana.
El Barroco llegó de la mano de la Contrarreforma, debido al gran peso que tuvo en España. Se sirvió del estilo para combatir la difusión del protestantismo y defender el catolicismo. Por ello, se importarán numerosas obras de imaginería de escultores españoles como Martínez Montañés.
Algunos de los ejemplos barrocos más destacados son Santa Prisca de Tasco y la Iglesia de Tepotzotlán en México.
Santa Prisca tiene gran singularidad por su sentido verticalista. Su gran portada-retablo reúne columnas cilíndricas, salomónicas, un gran medallón central, reloj y estatuas.
Otras obras son la Catedral, el Palacio de Gobierno y el Convento de San Francisco en Lima, Perú.

Arte Colonial
Se denomina Arte Colonial o Arte Americano de la Colonia a la producción artística desarrollada durante el período de las colonias españolas y portuguesas en América Latina, entre los S. XVI y XIX.
Este arte se caracteriza por la fusión de cosmovisiones y técnicas de conquistadores y aborígenes, una diferencia fundamental con los conquistadores anglosajones, quienes simplemente aniquilaron a todos los indios de norteamérica y no permitieron ningún tipo de mezcla.

El arte colonial, desarrollado por artesanos indios y maestros europeos, está al servicio de la misión evangelizadora de los conquistadores, y por época y función social, corresponde claramente al estilo barroco.

En cada pieza escultórica, catedral y pintura, los motivos religiosos son los gobernantes, así como los parámetros de representación europeos; pero éstos fueron sutil y subterráneamente "digeridos" por los aborígenes americanos, quienes colocaron en cada obra elementos propios de sus culturas (símbolos religiosos y espirituales, figuras antropomorficas, zoomorficas y fitomorfas) de modo tal que se entremezclaban con los imágenes católicas importadas, manteniendo de este modo, la voluntad de forma de la producción artística indígena subsitiendo por debajo del arte europeo impuesto a la fuerza.
Cabe destacar, además, que el arte precolombino es moderado, de líneas rectas y formas severas, rigurosamente geométrico, todo lo cual provocó una contención del barroco español, mucho más desatado y expresivo, decantando finalmente en la particular forma artística de nuestras colonias.
El arte colonial encuentra su fin con los inicios de la Independencia, donde la producción de imágenes deja el ámbito religoso para abocarse a consolidar los caracteres nacionales diferenciados de Europa y a los poderes autonómicos, para lo cual, paradojicamente, los artistas absorverán el neoclásico e imitarán los modelos europeos de representación de la aristocracia.

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