miércoles, 4 de septiembre de 2019

CUADROS POR ESTILO

GÓTICO

San Luis de Tolosa coronando a Roberto de Anjou, rey de Nápoles es una pintura sobre tabla obra del pintor italiano Simone Martini. Fue pintado en torno al año 1317, fecha en que fue canonizado el arzobispo Luis de Tolosa. Mide 250 cm de alto y 188 cm de ancho. La predela tiene unas dimensiones de 56 x 205. Se exhibe actualmente en el Museo de Capodimonte en Nápoles.
Se trata de una pintura sobre tabla en la que está representado, como figura central, un santo: el arzobispofranciscano Luis de Tolosa, que había muerto en el año 1297. Está representado de manera tradicional que recuerda al arte bizantino: totalmente frontal, entronizado, cubierto con una capa pluvial y con los atributos que le son propios: báculo y mitra obispales. Por encima de él hay una coronasostenida por dos ángeles. A su lado, en menor tamaño, por seguir el principio de jerarquía tradicional, se representa a Roberto de Anjourey de Nápoles. Luis de Tolosa está coronándolo. El fondo de oro es otro elemento que deriva de la pintura bizantina.
Hay rasgos característicos de una mayor modernidad en la pintura, como aspectos de mayor realismo, la forma de representarse las telas, y elementos que refuerzan la perspectiva como la alfombra y la predela. Del mismo modo, el retrato de Roberto de Anjou no es estandarizado, sino individualizado.
Todo el marco es de azul oscuro con numerosas flores de lis, en representación de la casa de Anjou. La tabla se completa con la predela inferior, en la que se representan cinco escenas de la vida del santo y un milagro que se le atribuye tras su muerte.











San Miguel Arcángel es una pintura realizada por Blasco de Grañén y conservada en la colección permanente del Museo Nacional de Arte de Cataluña.1​ Ingresó en el museo como donación de "Doña Pilar Rabal Rabal en memoria de su esposo Pedro Fontana Almeda. Barcelona, 13/10/1976"2

Descripción[editar]

A pesar de la presencia de rasgos valencianos en esta tabla de Blasco de Grañén, su pintura refleja también un cierto conocimiento de la producción pictórica de los leridanos Jaume Ferrer IJaume Ferrer II o Pere Teixidor.
Las medidas del cuadro hacen pensar que constituía una de las calles laterales de un retablo de triple advocación, pero también es posible que se tratara de la tabla central de un pequeño retablo dedicado solo a San Miguel. Para la pintura aragonesa, Blasco de Grañén no solo es importante por su alta calidad artística, sino también por lograr la creación de escuela.










Santo Domingo de Silos entronizado como obispo es la obra más conocida del pintor español Bartolomé Bermejo. Es un óleo sobre tabla, pintado entre 1474 y 1477. Mide 242 cmde alto y 130 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid, al cual llegó en 1920 por una permuta con el Museo Arqueológico Nacional.

Descripción[editar]

Es una tabla procedente de Daroca (Aragón). Fue encargada el 5 de septiembre de 1474. Es una de las obras más impresionantes del período gótico por su gran tamaño y la monumentalidad con la que está tratada la figura del santo, haciendo de esta pieza una de las más perfectas del fin del estilo hispano-flamenco. Se la consideraba la más antigua de las que se conocen de este pintor, si bien actualmente se cataloga como anterior un San Miguel Arcángel de la National Gallery de Londres, creído de 1468.
Bermejo creó escuela en Aragón, con seguidores tales como Martín Bernat y Miguel Ximénez. Esta obra es la tabla central de un retablo. Las tablas laterales fueron acabadas por Martín Bernat, ya que Bermejo dejó inacabado el encargo. Se trata de una pintura al óleo sobre madera. Tiene un tamaño inusualmente grande en la pintura española de este período; si bien los retablos solían ser grandes, estaban formados por varias pinturas más manejables.
El tema es religioso. Representa al santo español Domingo de Silos, monje que fundó el Monasterio de Silos (Burgos) en el siglo XI, siendo su primer abad.
La tabla presenta una composición piramidal, con el santo en el centro, sentado en un trono. La grandiosa figura del santo, solemne y rígido, se dispone frontalmente. Esta dimensión monumental recuerda a Hugo van der Goes, admirado por el pintor. El rostro es muy realista, con efectos de luz que le proporcionan una sólida corporeidad y lo hacen destacar del resto del cuadro. Ese realismo en el rostro denota influencia de la escuela flamenca. Se ha utilizado el pan de oro al modo de los iconos bizantinos, lo que es típico de la pintura medieval, en particular en España.
El santo resplandece de oro, vestido como un obispo, con magníficas ropas de pontifical. Lleva una mitra con detalladas piedras preciosas. Con el antebrazo izquierdo sostiene el báculo y hojea un libro, sentado en un trono ricamente adornado, con imágenes de las siete virtudes, albergadas por tracerías y pináculos pintados con tal mimetismo que parecen tallados, como sí lo están los que decoran el marco, que es el original. Las siete virtudes están pintadas con intenso color y gran realismo: las tres teologales (feesperanza y caridad) y las cuatro cardinales (fortalezajusticiaprudencia y templanza).
Además del realismo en el rostro, destaca el tratamiento de los objetos de orfebrería, los bordados, los pliegues de la ropa blanca, tan semejantes a la pintura flamenca de la época, y los temas alegóricos decorativos. Evidencia el dominio del pintor sobre la técnica del óleo.

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