EL CÁMBRICO .-
Durante el Precámbrico la Tierra estuvo dominada por una biosfera microbiana y, repentinamente, hace unos 542 m.a., los mares se poblaron de multitud de criaturas multicelulares que básicamente conocemos por la presencia de una serie de yacimientos excepcionales, Fossil Lagerstätten, como son los deBurges Shale (Canadá) y Chengjiang (China) entre otros, a los que debe añadirse el de Murero en España.
Desde un punto de vista paleontológico, esta radiación produjo innovaciones morfológicas importantes: primeros planes corporales segmentados, conchas, otros tipos de exoesqueletos, apéndices y notocorda. Representa la mayor innovación evolutiva en la que se establecieron todos los planes estructurales de las formas actuales. Aparecen nuevos tipos de pistas fósiles que ponen de relieve la existencia de nuevos grupos biológicos y de nuevas estrategias etológicas, cuyos patrones de comportamiento son bastante más complejos que los reconocidos en el Precámbrico. Este fenómeno, implica no solo una evolución del sistema nervioso hacia modelos más complejos, sino que también dió lugar a un proceso que se ha denominado “revolución agronómica” del Precámbrico/Cámbrico, que cambiará la naturaleza de los ecosistemas marinos en la historia geológica, del mismo modo que la roturación de tierras por el hombre cambió la de los ecosistemas terrestres a partir del Neolítico.
Causas de la radiación cámbrica
¿Qué provocó esta aparentemente súbita diversificación? Se han argumentado multitud de razones de diversos tipos, como genéticas, ecológicas, biogeográficas, etológicas, y otras relacionadas con cambios geológicos, ambientales e incluso astrofísicos.
Se ha argumentado la posibilidad de un alto orden de remodelación genética que pudo deberse a que el genoma (dotación total de genes) de los animales pluricelulares era entonces menos complejo de lo que es hoy.
La aparición generalizada de esqueleto se ha propuesto como una de las causas posibles. Esto sucedió en muchos filos y en un tiempo muy breve, lo que hace pensar que la causa última de la esqueletización debió de ser un factor extrínseco, como el cambio químico de los océanos (aumento de los niveles de fosfato, calcio y CO2) y el aumento del oxígeno libre en la hidrosfera y atmósfera (hasta niveles similares a los actuales). La aparición de la depredación puede explicar también la mejor adquisición de esta nueva facultad de generar esqueletos.
Por los datos geológicos que poseemos, es plausible que con la fragmentación del macrocontinente del Precámbrico tardío llamado Rodinia o Pannotia, y la posterior separación de sus fragmentos por deriva continental, aparecieran múltiples espacios ecológicos vacíos en el ecosistema marino, casi completamente desocupados y sin depredadores. Es decir, surgieron nichos ecológicos nuevos que podían ser ocupados por nuevas especies, ampliándose de este modo las cadenas tróficas.
Recientemente se ha propuesto la unión de factores intrínsecos y extrínsecos para sugerir que la radiación fue debida a perturbaciones ambientales a las que pudieron adaptarse los organismos por su posibilidad de alterar la cadena de regulación génica que organiza la ontogenia animal. Y posteriormente la radiación fue amplificada por las interacciones ecológicas en los nuevos ecosistemas.
La biota de Murero
La localidad española de Murero (provincia de Zaragoza) es conocida mundialmente por ser uno de los yacimientos clásicos de trilobites del Cámbrico.
La primera referencia se la debemos al geólogo francés Edouard de Verneuil, quien en 1862 citó la “fauna primordial”, que estaba representada por trilobites paradoxídidos y conocorífidos. El yacimiento se ha estudiado desde entonces en numerosos trabajos y en la actualidad se han referenciado más de 30 géneros y 70 especies de este grupo, junto con braquiópodos, equinodermos, hiolítidos, algas, bradoridos, esponjas; y lo que es más importante, desde el año 1986 se han documentado la presencia de fósiles de cuerpo blando “tipo Burgess Shale” .
El yacimiento clásico de Murero se localiza en el sistema Ibérico, concretamente en la Rama Oriental de las Cadenas Ibéricas; y desde un punto de vista geológico dentro de la Unidad de Badules. Los estratos fosilíferos de Murero pertenecen al Grupo Mesones (de edad Bilbiliense-Languedociense; Cámbrico inferior alto-Cámbrico medio), que presentan un espesor de 210 m en Murero. Constituye una secuencia monofacial de pizarras verdosas con capas de carbonatos nodulares. Se subdivide en tres unidades litoestratigráficas, las formaciones Valdemiedes, Mansilla y Murero; de la primera sólo aflora su parte superior en Murero, las otras dos aparecen completas y también se encuentran los niveles basales del suprayacente Grupo Acón.
Las características expuestas hasta ahora hacen que Murero sea un yacimiento importante a la hora de analizar los procesos relacionados con la gran diversificación del Cámbrico. Por eso, en los últimos años, además de continuarse la labor de investigación, se viene realizando una gran apuesta por la divulgación del yacimiento, con la elaboración de undocumental sobre el mismo (Liñán & Bayón, 2009) y la señalización de dos rutas, con una serie de carteles explicativos para que los visitantes y, sobre todo, los estudiantes puedan conocer de cerca este lugar y cómo se trabaja en él, además de intentar clarificar algunos conceptos tanto geológicos como paleontológicos in situ.
Hasta el momento existen dos rutas, las llamadas “ruta Paradoxides” y “ruta Conocoryphe”. El inicio de las rutas cuenta con un cartel explicativo general en el que se marca el recorrido, se indica el grado de dificultad y se presenta la ruta. En cada una de las rutas se explican, en diferentes paradas, nociones de geología general y paleontología básica que informan de manera sencilla y con ilustraciones aclaratorias el punto en cuestión
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