viernes, 6 de junio de 2014

HISTORIA DE ESPAÑA PRERROMANA


HISTORIA DE ESPAÑA .-

Escrituras y lenguas en la Hispania prerromana

La escritura y el comercio
Las grandes potencias de la época (fenicios y griegos, primero; púnicos y romanos, después) arribaron a las costas de la Península para obtener materias primas (principalmente oro y plata) y mercenarios para sus contiendas. Este hecho determinó que los primeros documentos hispánicos que se conservan fueran en realidad inscripciones foráneas escritas en babilónico y egipcio (jeroglíficos) en objetos traídos por los fenicios. La inscripción más antigua señalada por Estrabón en el Templo de Melkart en Gadir (Cádiz) se remontaría nada menos al siglo XI a. C. (véase Guadán, 1985: 27). Que la escritura hispánica fue importada por estos colonos parece estar fuera de toda duda. Un dato importante, como indica Guadán (1985: 27), es que no hemos hallado en la P. I. (al menos hasta la fecha) las etapas primitivas de la escritura que se encuentran en otros lugares, como un estadio pictográfico primitivo o una escritura jeroglífica propia (véase Goldwasser, 2005). La escritura nace, pues, como consecuencia del contacto entre los nativos y los comerciantes. Las tribus preindoeuropeas peninsulares debieron de aprender los primeros signos en estos intercambios, y, pronto, los utilizaron de forma generalizada, como muestran los documentos encontrados. El propósito de esta primera escritura pudo ser anotar albaranes derivados de las transacciones comerciales, pero es posible proponer también que su origen -complementario del anterior- fuera mágico o religioso.
Gráfico (2)
Plomo de Jàtova (21399_2)
Plomo de Jàtova (Valencia)


Escritura del sudoeste
Ocupa el territorio que va desde la cuenca baja del Guadalquivir a la desembocadura del río Sado (Huelva, Medellín, el Algarve portugués, etc.). Esta región, por su gran riqueza minera, fue uno de los primeros focos de atención para los fenicios, por lo tanto, es lógico pensar que en esta zona se produjeran las primeras muestras escritas peninsulares. La nueva escritura está atestiguada, según de Hoz (1983: 359), en los siglos VIII o VII a. C., sin embargo, los documentos epigráficos son bastante pobres.

Escritura meridional
La escritura meridional es retrógrada (se escribe de derecha a izquierda) y no sabemos exactamente qué lengua anota. La zona corresponde en parte con la famosa Tartessos del rey Argantonio (véase Libro de los Reyes I, 10, 21-23; Crónicas II, 20: 36-37; o Ezequiel 27:12 y 38:13). Su antigüedad explica la utilización de formas arcaicas del alfabeto fenicio que más tarde desaparecen. Este signario lo encontramos, principalmente, en estelas funerarias.

Escritura greco-ibérica
La escritura greco-ibérica se escribe de izquierda a derecha. Surge de las relaciones de los pobladores indígenas con los comerciantes griegos. Su cronología es del siglo IV a. C. Se trata de un alfabeto creado para escribir textos ibéricos partiendo de una alfabeto greco-jónico. El primer hallazgo se produjo en un plomo de Alcoi (Alicante). Transcribe la lengua ibérica (o al menos, un dialecto de ella).
Escritura ibérica 
La escritura ibérica se escribe también de izquierda a derecha y anota la lengua ibérica (probablemente, la misma que la anterior) o sus diferentes dialectos. Según Siles (1976, 1985), la escritura ibérica clásica (o nororiental) surge, básicamente, de la fusión de la escritura meridional y la escritura greco-ibérica. El alfabeto ibérico utiliza 28 signos (véase gráfico 3) de los cuales son silábicos tres grupos (las consonantes oclusivas sonoras y sordas). Por las fechas que manejamos (siglo VI o V a. C.) sería un anacronismo pensar que este alfabeto es un semisilabario (mezcla de alfabeto y silabario) propiamente dicho, es más adecuado considerar que era una adaptación artificial (véase Guadán, 1985: 27), creada para ahorrar trabajo al artesano (algo parecido a lo que sucede hoy con el lenguaje de los móviles, en el que usamos «bs» por «besos»). Aunque este alfabeto toma los signos de los alfabetos púnico y griego, su valor en el alfabeto ibero es muy distinto (véase de Hoz, 1983: 372). La lengua que transcribe se extiende desde Andalucía oriental hasta la Galia narbonense (desde la cuenca mediterránea hasta el río Herault en el Languedoc). Esta escritura se utilizó también para anotar las lenguas celtibera, gala y ligur.
Ibera

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