viernes, 6 de junio de 2014

HISTORIA DE ESPAÑA PRERROMANA


HISTORIA DE ESPAÑA .-

Tartesios

En la zona sur-occidental (región denominada Tartéside o Turdetania), en torno a la desembocadura del Guadalquivir (que en época antigua era una extensa albufera -el Lacus Ligustinus-), se desarrolló durante la primera mitad del I milenio a. C. la cultura tartésica. Las fuentes semitas hacen referencia a esta cultura con el nombre de Tarshish, como una zona al extremo del Mediterráneo occidental, caracterizada por su riqueza metalífera, y que se relaciona con la navegación fenicia.

La palabra del Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitai, en estos términos: «Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y clama contra ella, porque su maldad ha llegado hasta mí». Pero Jonás partió para huir a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. Bajó a Jope y encontró allí un barco que zarpaba hacia Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó para irse con ellos.

El control fenicio de las factorías comerciales en torno al Estrecho, y especialmente de la colonia de Gadir (Cádiz), mantuvo la exclusividad de su comercio con pocas excepciones, como la llegada de expedicionarios griegos a la corte de Argantonioque refieren las fuentes clásicas: Anacreonte (que cita su longevidad y riqueza),Herodoto (que describe dos expediciones, la más antigua de las cuales se habría producido en torno al 630 a. C.) o Pausanias (que duda del origen tartésico que sus contemporáneos atribuyen a los quinientos talentos de bronce del tesoro, en elsantuario de Olimpia, donado por el tirano Mirón de Sición -ca. 600 a. C.-

El denominado "Bronce Carriazo", identificado como pieza tartésica de influencia fenicia y egipcia y relacionado con el entorno de las marismas y esteros. Finales del siglo VII o comienzos del VII a. C.


Figurilla tartésica de una cabra usada como exvoto, del Tesoro de la Aliseda, siglo VII a. C.


Áreas tartésica y de influencia tartésica; y colonias fenicias y griegas

La comprobación arqueológica es muy problemática, dada la radical transformación geográfica del entorno (el Lacus Ligustinus se colmató) y la intensa ocupación de todos los núcleos urbanos por las civilizaciones que se sucedieron. Existiera o no una ciudad de Tartesos (hoy perdida o confundida con los cimientos de alguna de las existentes) no es probable que fuera la capital de un Estado de grandes dimensiones territoriales; de serlo, es imposible determinar cuál sería su territorio efectivo, si se limitaría a las ciudades ribereñas del Lacus Liguistinus (Luciferi Fanum, Ipora -ambas en el territorio del actual Sanlúcar de Barrameda-, Asta -Écija-, Nebrisa -Lebrija-, Caura -Coria del Río-) y los núcleos urbanos, rurales y metalúrgicos del entorno del bajo Guadalquivir (Niebla, San Bartolomé de Almonte, Tejada la Vieja, Carmo -Carmona-, Ispal11 -Sevilla-), o extendería su influencia más al interior, hasta Corduba (Córdoba) o incluso a núcleos más alejados, como Conisturgis (Medellín)12 o Mastia Tarseion (Cartagena). La historiografía reciente habla más bien de un área tartésica o de un ámbito de influencia tartésica, que va desde Sierra Morena hasta el Golfo de Cádiz y desde la desembocadura del Tajo13 hasta la del Segura, o incluso de una especie de "confederación tartésica".14
A partir de la batalla de Alalia (enfrentamiento greco-cartaginés por la hegemonía en el Mediterráneo occidental -tuvo lugar en las aguas de Córcega en el año 537 a. C.-), Tartessos desaparece de las fuentes escritas, y la cultura material de la zona de influencia tartésica entra en una etapa de decadencia. Se han aducido desde causas externas, manifestadas de forma violenta (la imposición de la colonización territorial cartaginesa, que habría destruido Tartessos, bien físicamente como ciudad, o bien en su entidad política); hasta causas endógenas, manifestadas de forma gradual (agotamiento de las vetas más fácilmente aprovechables, decadencia del comercio colonial fenicio, ruptura de la ruta terrestre del estaño -controlada ahora por los griegos de Massalia-),15 que habrían llevado a las culturas nativas de nuevo a una economía casi exclusivamente agrícola y ganadera, y al cambio tecnológico del bronce al hierro. No obstante, los turdetanos, el pueblo que habitaba la zona a la llegada de los romanos (finales del siglo III a. C.), seguía siendo visto como el más rico y de mayor desarrollo cultural de toda la península.

No hay comentarios:

Publicar un comentario