miércoles, 25 de junio de 2014

MAPAS CONCEPTUALES - ARQUITECTURA ÁRABE


ARQUITECTURA ÁRABE .-

ARQUITECTURA
ISLÁMICA




El profeta Mahoma creó la religión musulmana, hacia el año 622 (fecha de la Hégira), en la ciudad árabe de Medina. La mezquita es el edificio más significativo de la arquitectura islámica y su función no responde a rituales complejos (como el templo cristiano) sino tan sólo a acoger un espacio para la oración.
El clima del desierto, donde surgió la religión musulmana, hace necesaria la protección del sol, del viento y de la arena, de modo que los primeros modelos consistían en un simple recinto rectangular porticado con un patio en su centro. La parte fundamental de la mezquita la constituye la quibla, que es el muro del perímetro orientado hacia La Meca, donde deben dirigir la oración los fieles. En el centro de la quibla se sitúa el mihrab, un nicho u hornacina que sirve para distinguir el muro de la quibla. En ocasiones también se disponía, a la derecha del mihrab, un mimbar o púlpito desde el que el imán (o cualquier otro tipo de jefe religioso o político) organiza la oración y arenga a los participantes. Los elementos estructurales fueron diferentes a lo largo de la historia, pero siempre con el predominio de la utilización del arco como elemento sustentante. Las cubiertas, sin embargo, pueden ser planas, de madera a dos aguas, bóvedas o cúpulas. Una característica común es la ausencia de vanos en los muros perimetrales, lo que consolida el espacio de la mezquita como un 
espacio interior, indicado para el rezo, cuya única luz procede del patio o de alguna abertura en la cubierta que produce una débil incursión de luz cenital.
El conjunto de la mezquita se completa con una torre llamada alminar o minarete, desde la que se llama cinco veces diarias a la oración de los fieles. El modelo general subsiste hoy día, aunque tan sólo se puede considerar como tipología a efectos de uso, puesto que numerosas iglesias cristianas (como la de 
Santa Sofía en Constantinopla o Estambul) han pasado a ser mezquitas sin demasiadas transformaciones. La fe islámica prohibe las representaciones de personas y animales. Para sustituirlas, la arquitectura islámica ha generado a lo largo de su historia una decoración característica, empleando profusamente motivos vegetales (arabescos), geométricos y la propia caligrafía árabe. Los materiales que se han utilizado para decorar los paramentos han sido variados: azulejos, cerámicas, mosaicos, madera tallada, marquetería, mármoles, piedras areniscas, estucos o mármoles con incrustaciones de gemas. 


ARQUITECTURA ISLAMICA OCCIDENTAL 

Arquitectura islámica occidental. La dinastía Omeya, con centro en el califato de Damasco, inicia su poder en el año 661 y dirige la expansión del islam hasta el año 850. De esta época son 
la mezquita de la Roca (c. 691) en Jerusalén, y la mezquita mayor de Damasco (705), organizada como una basílica de tres naves, pero con la orientación transversal, y flanqueada por el sahn o patio de abluciones.
Este edificio ha servido de modelo para la mayoría de las mezquitas occidentales hasta nuestros días. Con la caída de los Omeyas de Damasco, los Fatimíes tomaron el poder en el norte de África, donde construyeron siguiendo la tradición siria las impresionantes mezquitas de Sidi Ocba en Kairuan (836-866), en la actual Tunicia, e Ibn Tulun (siglo IX) en El Cairo. En el año 755 desembarca en la península Ibérica —el extremo occidental del islam— el único príncipe Omeya que se salva de la matanza Abasí y, a partir de este momento, se inicia una recuperación de esta dinastía en torno al reino de al-Andalus y a la ciudad de Córdoba. La obra más emblemática de este periodo es 
la mezquita de Córdoba (780-990), iniciada en tiempos de Abd al-Rahman I y ampliada sucesivamente por sus herederos.
Se trata de una enorme mezquita (2,4 ha de superficie) que sigue el modelo de la de Damasco, con la particularidad de que las naves se orientan longitudinalmente hacia el muro de la quibla. Además, se introduce el arco de herradura (tomado de los modelos visigodos), que se decora con franjas rojas características del arte cordobés. Otra de las construcciones de este periodo es el colosal palacio de Medinat al-Zahara (comenzado en 936), casi una ciudad construida para la corte por el primer califa Abd al-Rahman III. El califato de Córdoba sucumbió ante el empuje de los pueblos bereberes del norte de África y de los reinos cristianos del norte de la península, que coincidieron con su desintegración interna. Sin embargo, casi todo el sur de España continuó bajo el dominio musulmán hasta finales del siglo XV. En Sevilla se conservan restos de la antigua mezquita almohade (convertida en catedral) y sobre todo su alminar, la Giralda (1184-1195), construido en ladrillo sobre planta cuadrada y rematado como campanario cristiano en 1560. El último reino musulmán sobre la península Ibérica fue el de Granada, vasallo de la corona castellana y gobernado por la dinastía Nazarí. La Alhambra de Granada (1334-1391), fortaleza y residencia real, es el palacio islámico mejor conservado de toda la edad media. Su arquitectura compartimentada, así como las sutiles relaciones que se establecen con el paisaje circundante y los jardines y estanques interiores, la convierten en uno de los ejemplos más conmovedores de la arquitectura residencial de todos los tiempos. Véase Arte y arquitectura hispanomusulmanas. 

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