LA OCEANOGRAFÍA BIOLÓGICA - HOJA SIGUIENTE DEL ANTERIOR ENUNCIADO.-
El fondo de la zona litoral se encuentra tapizado por un bosque multicolor de algas que se unen en manojos intrincados, en forma de grandes láminas, o constituyendo frondas complicadamente recortadas, interminables masas gelatinosas o pequeñas esferas huecas; toda una enorme variedad de tipos vegetales que se mueven a la cadencia de los movimientos del mar. Estas algas presentan coloraciones características y se diferencian en tres grupos principales: las algas verdes llamadas clorofíceas, las algas pardas o feofíceas y las algas rojas o rodofíceas.
Las algas viven fijas en lugares iluminados y se distribuyen en diferentes estratos según su color. En algunas regiones del océano crecen de manera abundante, como es el caso del sargazo, alga marina que abunda en el Océano Atlántico al sur de las Bermudas, en donde las características topográficas y las corrientes marinas producen una región de calma relativamente estable conocida como el Mar de los Sargazos. Estas algas se desarrollan en cantidad suficiente como para permitir el crecimiento de una comunidad de animales que directa o indirectamente depende de ellas. Algunos de estos animales presentan un parecido asombroso con el color y la forma del sargazo.
Alternando con esta vegetación de algas se encuentran algunas plantas superiores del tipo herbáceo que toleran la salinidad marina, crecen sumergidas y tienen la capacidad de florecer y de intercambiar su polen bajo el agua. Estas plantas se fijan con sus raíces y son capaces de resistir el oleaje. Entre las de más amplia distribución están las zosteras y las talasias, que forman los pastos submarinos en las costas este y oeste de Norteamérica, en las costas atlánticas de Europa y en el este de Asia, Australia y Sudáfrica.
Estas praderas submarinas, formadas por las algas las zosteras y las talasias, contribuyen en gran parte a la producción de sustancias orgánicas en el océano y constituyen un hábitat protector para grupos característicos de animales, como los moluscos sin concha o babosas de mar, llamados nudibranquios, que desplazan su cuerpo blanco moviendo elegantes prolongaciones; por ejemplo: las "liebres del mar", que presentan en su cabeza largos tentáculos que nos recuerdan a las orejas de este roedor.
Entre las raíces de estos vegetales se encajan las fuertes conchas de otros moluscos llamados callo de hacha, por la forma de sus valvas.
Sobre las hojas de estos vegetales se pueden localizar a unos pequeños animales llamados hidrozoarios que se reúnen a través de sus propios tejidos para formar colonias, en las que se presenta una división del trabajo que no deja de tener remotas semejanzas con la que ocurre en las asociaciones humanas, en donde los distintos individuos desempeñan oficios o profesiones diferentes. En estas colonias, los pequeños animalitos llamados zooides están arreglados, unos, para poder capturar el alimento: los gastrozoides; otros, para defensa: nematozoides; otros, para la reproducción sexual, gonozoides; etcétera. En fin, las algas son lugar de refugio de vistosísimos crustáceos de formas muy diversas, así como de pececillos policromos herbívoros que se mueven activamente entre los vegetales.
Toda esta población acuática apenas se arriesga fuera de los bosques donde se cobija, y cuando realiza una pequeña correría no se aventura mucho por temor a los peces carnívoros que la acechan merodeando en torno de estas formaciones vegetales. Si alguno de los temidos perseguidores se presenta, puede observarse como la muchedumbre de crustáceos y pequeños peces se desbanda y cada cual busca, lo más pronto posible, el refugio que encuentre más seguro.
Al tomar un puñado de esta vegetación, lo más seguro es que con ella se capturen diversas especies de cangrejos, de cuerpo desgarbado, cuyas patas están especialmente acomodadas para sujetarse a los vegetales marinos y que presentan color verde muy parecido al de las plantas. Asimismo, se encuentran las arañas de mar: otros cangrejos pero de cuerpo pequeño y patas largas y torpes, que el animal mueve como incómodos zancos articulados. Los ágiles camarones, de cuerpo cristalino y transparente, se mueven entre las plantas para escapar de la amenaza continua de los peces.
Algunos lugares de fondo de esta zona litoral están cubiertos de arenas amarillentas o blanquecinas formando los engañosos desiertos de los mares; sin embargo, los animales también se las arreglan para poblar estas regiones, cobijándose y ocultándose de tal manera, que sólo la perspicacia de un naturalista o la astucia de un pescador los descubren. Este ligero manto de arena oculta cangrejos, camarones, pólipos, gusanos, anfioxos y peces como rayas, torpedos, lenguados, etcétera, que al pasar inadvertidos, acechan a sus posibles presas.
Esta zona se halla bajo la influencia de los cambios de la marea, el incesante trabajo del oleaje, las aportaciones de las aguas continentales, y las bruscas variaciones de temperatura y de composición química, por lo que ofrece gran diversidad de condiciones de vida y propicia que se reúna una enorme riqueza de especies, haciendo al litoral una de las regiones más pobladas y con diferentes tipos de vida del planeta.
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