LA OCEANOGRAFÍA .-
La vida animal, por el contrario, es en extremo abundante y variada. Todos los grupos animales están representados en los océanos y algunos son exclusivos del medio marino.
Sin embargo, toda esta diversidad de animales que pueblan el océano tienen también una serie de características indispensables para soportar las condiciones que les impone el medio ambiente. Por ejemplo, los peces y los cetáceos son animales muy distintos, aunque vivan en el mismo ambiente, pues los primeros respiran oxígeno disuelto en el agua, en tanto que los segundos, como la ballena, respiran el oxígeno del aire por medio de pulmones. A pesar de estas diferencias fisiológicas tan especiales, unos y otros nadan, y presentan una forma análoga, la llamada pisciforme, que es la más adecuada desde el punto de vista mecánico, para transladarse en el seno de las aguas por medio de la natación. Peces y cetáceos poseen generalmente la forma de un huso como la del submarino, y están provistos de aletas estabilizadoras y propulsoras; además, su cuerpo termina en una especie de cola robusta que favorece la impulsión.
Una de las primeras condiciones del medio que va a caracterizar la vida del animal del océano es la abundancia y distribución de alimento representado por materias minerales y orgánicas, lo que permite que algunos de estos animales puedan vivir fijos en objetos sumergidos o flotantes, o en el fondo, sin que efectúen movimientos de translación por periodos más o menos largos de su existencia o por toda su vida, sin que tengan la necesidad de buscar alimento para estar adecuadamente nutridos; a éstos se les llama sedentarios.
En cambio, en el medio terrestre todos los animales están obligados a buscar su sustento desplazándose activamente, cubriendo ya sea áreas reducidas o recorridos considerables, pero siempre moviéndose para no morir de hambre. Cualquier animal terrestre no parásito que permaneciese quieto constantemente en el mismo lugar moriría de inanición.
Las madréporas, los corales, las esponjas, o las ostras viven en las aguas perfectamente sujetas al fondo, sin nadar, ya que su completa quietud no compromete en nada su nutrición; con el agua reciben sales minerales y alimentos formados principalmente por infinidad de seres microscópicos con lo que atienden sobradamente a su sustento.
Los organismos marinos fijos o sésiles presentan, con frecuencia, formas ramificadas o arborescentes que recuerdan las de los vegetales, como ocurre con las colonias de pólipos o corales, o bien, tienen formas irregulares mal definidas, como las esponjas, lo que les permite que circule por ellas gran cantidad de agua y, por lo tanto, capturen más fácilmente su alimento.
Este fenómeno se puede explicar debido a que en el seno de las aguas viven infinidad de pequeños organismos que son acarreados de un sitio a otro por corrientes y que forman el plancton, del que, como ya se vio, los vegetales del fitoplancton constituyen los productores del alimento; pero también existen animales de este plancton que reciben el nombre de zooplancton: pequeños animales, llamados consumidores primarios, que tienen como característica principal el desarrollar mecanismos para capturar a los vegetales del fitoplancton.
El zooplancton está formado por los protozoos representados por los foraminíferos, radiolarios y tintínidos; por los crustáceos, destacando el abundante grupo de los copépodos; por los Chaetognatha, llamados también gusanos flecha; por las medusas o aguas malas; por muchos grupos de gusanos o anélidos, y por las formas larvarias de moluscos equinodermos y peces.
Estos organismos del plancton tienen la propiedad del constante y lento naufragar, lo que trae como consecuencia que tomen su singular fisonomía, en la que muchos de sus órganos presentan las más artísticas apariencias que realizan el valor estético de estos bellísimos organismos, cuyos cuerpos son, muchas veces, un prodigio de forma.
La diferencia entre la densidad del agua y el peso específico de los seres que en ella flotan es pequeña, y para contrarrestar o disminuir esta diferencia, los organismos desarrollan infinidad de artificios. Los seres planctónicos eliminan de su cuerpo cuanto es posible, se despojan de toda estructura pesada que pudiera ser un obstáculo para lograr su estabilidad en el medio acuático, como sucede en los crustáceos planctónicos, provistos de un sutilísimo caparazón y de patas gráciles y airosas.
Otros organismos, para contrarrestar el hundimiento, desarrollan unas boyas de flotación muy pomposas y hasta coloreadas, las que pueden dilatarse o contraerse con el fin de que el animal flote o se hunda según las necesidades de su vida, como es el caso de laPhysalia o "fragata portuguesa".
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