Anatomía del cráneo
Funciones y características generales del cráneo o cavidad craneal
Además de la cavidad craneal, estos huesos conforman pequeñas cavidades abiertas al exterior, como la cavidad nasal o las órbitas. Algunos huesos de ia cabeza contienen también cavidades denominadas senos paranasales, que están tapizadas por mucosas y que se comunican con la cavidad nasal. Otras pequeñas cavidades dentro del cráneo albergan estructuras relacionadas con la audición y el equilibrio.
Aparte de los huesecillos involucrados en la audición y que se ubican en los huesos temporales, la mandíbula es el único hueso craneofacial móvil. La mayoría de los huesos del cráneo están unidos entre sí por articulaciones fijas denominadas suturas, que son especialmente discernibles en la superficie externa del cráneo.
La cabeza ósea tiene muchos accidentes topográficos como forámenes y fisuras por los que pasan elementos vasculares y nerviosos. Se darán los nombres de los accidentes más importantes a medida que se avance en la descripción de cada hueso.
Además de su función protectora del cerebro, los huesos craneales estabilizan las posiciones del cerebro, los vasos sanguíneos, los linfáticos y los nervios mediante la fijación de las meninges en sus superficies internas. La superficie externa de los huesos del cráneo provee una extensa área de inserción a los músculos que mueven distintas partes de la cabeza.
Estos huesos sirven de inserción para algunos músculos encargadas de la expresión facial, como el ceño fruncido de concentración que debe tener al estar leyendo este libro. Los huesos faciales conforman el armazón de la cara y proveen el soporte para los orificios de entrada de los tubos digestivo y respiratorio. Los huesos craneales y faciales en conjunto proporcionan soporte y protección a los delicados órganos de la visión, el gusto, la audición, el olfato y el equilibrio.
Hueso frontal
El hueso frontal forma la frente, el lecho de las órbitas y la mayor parte de la porción anterior de la base del cráneo. En los niños recién nacidos la porción izquierda y derecha del hueso frontal están unidas por la sutura metópica, que generalmente desaparece entre los 6 y 8 años de edad.
En la vista anterior del cráneo se puede observar la escama frontal, una lámina de hueso que forma la frente. Presenta una pendiente inferior desde la sutura coronal, a nivel de la coronilla luego se angula abruptamente y se vuelve casi vertical. Por encima de la órbita, el hueso frontal presenta un engrosamiento que forma el borde supraorbitario. Desde este borde, el hueso frontal se extiende hacia atrás formando el techo de la órbita, que es parte del piso de la cavidad craneal. Dentro del borde supraorbilario, ligeramente por dentro de su punto medio, hay un orificio denominado foramen supraorbitario. A veces este agujero es incompleto y se le llama escotadura supraorbitaria. Los senos frontales yacen en la profundidad de la escama del frontal. Los senos, técnicamente llamados senos paranasales, son cavidades ubicadas en el interior de algunos huesos craneales revestidas por una mucosa.
Ojo morado (hematoma periorbitario)
Por encima del borde supraorbitario hay una cresta afilada. Un golpe en este sector puede fracturar el hueso o producir una laceración en la piel suprayacente, generando una hemorragia. La lesión de la piel sobre esta cresta produce una acumulación de líquido y sangre en el tejido conectivo que rodea a la lesión. La tumefacción y coloración resultante reciben el nombre de ojo morado.
Huesos parietales del cráneo
Los dos huesos parietales forman la porción más grande de las partes laterales del cráneo así como su techo. La superficie interna presenta numerosas protrusiones y depresiones donde se hallan los vasos sanguíneos que irrigan la duramadre, el tejido conectivo superficial que recubre al cerebro.
Huesos temporales del cráneo
Los dos huesos temporales forman la porción inferior y lateral del cráneo y parte de la base del cráneo. En la siguiente imagen se observa la escama del temporal, una porción fina y plana que forma la porción anterior y superior de la sien. Proyectándose desde la porción inferior de la escama del temporal se encuentra la apófisis cigomática, que se articula con la apófisis temporal del hueso cigomático. En conjunto, la apófisis cigomática del temporal y la apófisis temporal del hueso cigomático o malar conforman el arco cigomático.
En la cara posteroinferior de la apófisis cigomática de cada hueso temporal se halla una depresión denominada fosa mandibular En el sector anterior de esta depresión se encuentra una elevación redondeada denominada tubérculo articular (cóndilo del temporal o raÍz transversa de la apófisis cigomática). La fosa mandibular y el tubérculo articular se articulan con la mandíbula forman do la articulación temporomandibular (ATM).
La porción mastoidea (con forma de mama) del hueso temporal está ubicada detrás y debajo del conducto (meato) auditivo externo, que dirige el sonido hacia el interior del oído. En el adulto, esta porción de hueso contiene numerosas "celdillas aéreas” mastoideas. Estos pequeños compartimentos llenos de aire están separados del cerebro por una delgada lámina ósea. En los casos de mastoiditis (inflamación de celdillas aéreas de la mastoides, causada, por ejemplo, por una infección del oído medio) la infección se puede extender al cerebro.
La apófisis mastoides es una proyección redondeada de la porción mastoidea del hueso temporal posterior al conducto auditivo externo. Éste es un sitio de inserción de varios músculos del cuello. El conducto auditivo interno permite el paso del nervio facial (VII) y del vestibulococlear (VIII). La apófisis estiloides es una proyección de la porción inferior del temporal que sirve de inserción a músculos y ligamentos del cuello y la lengua. Entre la apófisis estiloides y la apófisis mastoides se encuentra el foramen estilomastoideo. por el cual pasan el nervio facial (VII) y la ancha estilomastoidea.
En el piso de la cavidad craneal se encuentra la porción petrosa del hueso temporal. Esta porción de forma triangular, ubicada en la base del cráneo entre el esfenoides y el hueso occipital, alberga al oído interno y al oído medio, estructuras involucradas en )a audición y el equilibrio. También contiene el foramen carotídeo, por donde transcurre la arteria carótida. Detrás de dicho orificio y por delante del hueso occipital se halla el foramen yugular (agujero rasgado posterior), por el cual pasa la vena homónima.
Hueso occipital del cráneo
El hueso occipital forma la parte posterior y la mayor parte de la base del cráneo. También se puede observar en la vista inferior del cráneo el foramen magno (agujero occipital). El bulbo raquídeo (la porción más inferior de) encéfalo) se continúa con la médula espinal a través de este agujero; también pasan a través de él las arterías espinales y las vertebrales. Los cóndilos occipitales son apófisis ovoides de superficies convexas, situados a ambas fados del foramen magno que se articulan con depresiones en la primera vértebra cervical (atlas) y forman la articulación atlantooccipital. Esta articulación permite el movimiento de la cabeza usado para denotar asentimiento. Por encima de ambos cóndilos occipitales, en la superficie inferior del cráneo, se encuentra el conducto del nervio hipogloso.
La protuberancia occipital externa es una protrusión medial en la superficie posterior del hueso, justo por encima del foramen magno. Se puede palpar dicha estructura como un abultamiento en la porción posterior de la cabeza, justo por encima de la nuca. Un gran ligamento elástico y fibroso, el ligamento cervical posterior, se extiende desde la cresta occipital hasta la séptima vértebra cervical para ayudar al soporte de la cabeza. Extendiéndose por fuera de la protuberancia se extienden dos rugosidades curvas, la línea nucal superior y debajo de ésta la línea nucal inferior, que son áreas de inserción muscular.
Hueso esfenoides del cráneo
El hueso esfenoides yace en la porción media de la base del cráneo. Este hueso es la piedra angular de la base del cráneo ya que se articula con el resto de los huesos craneales manteniéndolos unidos entre sí. En las siguientes imágenes se pueden observar, desde una vista superior de la base del cráneo, las articulaciones del esfenoides. En su parte anterior se articula con el hueso frontal, lateralmente con las temporales, y en su parte posterior con el hueso occipital. El hueso esfenoides se ubica por detrás y ligeramente por encima de la cavidad nasal y forma parte del piso, paredes laterales y pared posterior de la órbita. La forma del hueso esfenoides se parece a un murciélago con las alas extendidas. El cuerpo del esfenoides es la porción cuboide medial entre el hueso etmoides y el occipital. Contiene los senos esfenoidales que drenan en la cavidad nasal. La silla turca es una estructura ósea en forma de silla de montar en la superficie superior del cuerpo del esfenoides.
La parte anterior de la silla turca, que forma el cuerpo de la montura, es una cresta denominada tubérculo de la silla. El asiento de la montura es una depresión, la fosa hipofisaria, que alberga a la glándula hipófisis. La parle posterior de la silla turca, que forma el dorso de la montura, es otra protuberancia denominada dorso de la silla.
Las alas mayores del esfenoides se proyectan lateralmente desde el cuerpo del esfenoides y forman el sector anterocraneal de la base del cráneo. Las alas mayores también forman parte de las paredes laterales del cráneo, por delante del temporal, siendo visible desde el exterior. Las alas menores, más pequeñas, forman una cresta ósea por delante y por encima de las alas mayores. Forman parte de la base del cráneo y de la pared posterior de la cavidad orbitaria.
Entre el cuerpo y las alas menores del esfenoides, justo por delante de la silla turca, se encuentra el conducto óptico, por donde pasan el nervio óptico (II) y la arteria oftálmica. Por fuera del cuerpo y entre ambas alas del esfenoides se encuentra una apertura triangular denominada fisura orbitaria superior (hendidura esfenoidal). Esta hendidura también se puede observar en la vista anterior de la órbita.
Desde el punto en que se unen el cuerpo y las alas mayores del hueso esfenoides, se proyectan hacia abajo las apófisis pterigoides; forman la región posterolateral de la cavidad nasal. En estas apófisis se insertan algunos de los músculos que permiten el movimiento de la mandíbula. En la base de la apófisis pterigoides lateral en el ala mayor se encuentra el foramen o agujero oval. El foramen lacerum (agujero rasgado anterior), que está en parte cubierto por una capa de fibrocartílago en el sujeto vivo, está limitado por delante por el esfenoides y por la línea media por el esfenoides y el hueso occipital. Permite el pasaje de una rama de la arteria faríngea ascendente. Otro agujero asociado con el esfenoides es el foramen o agujero redondo (mayor), localizado en la unión de las porciones anterior y medial del hueso esfenoides. Por él pasa la rama maxilar del nervio trigémino (V par).
Hueso etmoides del cráneo
El hueso etmoides tiene una apariencia esponjosa, se ubica en la linea media en la parte anterior de la base del cráneo, por dentro las órbitas. Se encuentra delante del esfenoides y detrás de los huesos nasales. El etmoides forma: 2) forma parte de la porción anterior de la base del cráneo, 2) las paredes internas de las órbitas, 3) la porción superior del tabique nasal, que divide la cavidad nasa) en cavidad derecha e izquierda y 4) la mayor parte de las pared superior de la cavidad nasal. El hueso etmoides constituye una de las principales estructuras de sostén de 18 cavidad nasal.
La lámina cribosa del hueso etmoides yace en el sector anterior de la base del cráneo y forma el techo de la cavidad nasal. La lámina cribosa contiene los forámenes de la lámina cribosa (olfatorios) por donde pasan los nervias olfatorios. Proyectándose hacia arriba de la lámina cribosa encontramos una apófisis triangular denominada apófisis crista galli (cresta de gallo), que funciona como punto de inserción de las meninges. Proyectándose hacia abajo de la lámina cribosa se encuentra la lámina perpendicular, que forma la porción superior del tabique nasal.
Las masas laterales (láminas orbitarias o papiráceas) del etmoides forman la mayor parte de la pared que divide la cavidad nasal de la orbitaria. Contienen 3 a 18 celdillas aéreas. Estas celdillas etmoidales en conjunto conforman los senos etmoidales. Las masas laterales tienen dos finas prolongaciones en forma de rollos laterales al tabique nasal. Esas prolongaciones se denominan cornetes nasales superiores y medios. Existe un tercer par de cometes nasales, los cornetes inferiores, que son huesos separados. Los cornetes incrementan el área de superficie vascularizada y de mucosa en la cavidad nasal, con lo cual ayudan en la olfación y calientan, humidifican y filtran el aire inspirado antes que llegue a los pulmones. Los cornetes filtran el aire produciendo una turbulencia en el aire inspirado; de esta manera, muchas panículas golpean y quedan atrapadas en el moco que tapiza las vías nasales. Así, los cometes colaboran con la depuración del aire antes de que circule por el resto del tracto respiratorio. El comete nasal superior también participa en el sentido del olfato.
La morfología de la cara cambia en forma notable durante los dos primeros años de vida. El cerebro y los huesos craneales se expanden, aparece la primera dentición y los senos paranasales aumentan su tamaño. A las 16 años, aproximadamente, cesa el crecimiento de la cara. El macizo facial está constituido por 14 huesos: los dos nasales, dos maxilares, dos cigomáticos o malares, la mandíbula o maxilar inferior, dos lagrimales, dos cigomáticos, dos palatinos, dos cometes nasales inferiores y el vómer.
Huesos nasales
Los dos huesos nasales se unen en la línea media y forman parte del puente de la nariz. El resto del tejido de sostén de la nariz está constituido por cartílago.
Huesos maxilares
Ambos huesos maxilares se unen para formar el maxilar superior. Se articulan con todos los huesos de la cara excepto con la mandíbula. Los maxilares forman parte del piso de la órbita, de las paredes laterales y piso de la cavidad nasal, y la mayor parte del paladar duro. El paladar duro es la parle ósea del techo de la cavidad bucal, y está formado por las apófisis palatinas de los maxilares y las láminas perpendiculares de los huesos palatinos. El paladar óseo separa la cavidad nasal de la cavidad bucal.
Cada maxilar contiene un gran seno maxilar que se vacía en la cavidad nasal. La apófisis alveolar del maxilar es un arco que contiene los alvéolos (cavidades) para los dientes superiores (maxilares). La apófisis palatina es una proyección horizontal del maxilar que forma las tres cuartas panes anteriores del paladar duro. La unión y fusión de los huesos maxilares normalmente se completa antes del parto. Si esta fusión falla, el trastorno se conoce como paladar hendido o Usurado (se describe más adelante).
El foramen infraorbitario es una apertura en el maxilar por debajo de la órbita que permite el pasaje del paquete vasculonervioso infraorbitario y un ramo del nervio maxilar, ramo del trigémino (V). Otro orificio importante es el foramen incisivo, inmediatamente por detrás de los dientes incisivos. Permite el paso de los grandes vasos palatinos y del nervio nasopalatino. Por último, la hendidura esfenomaxilar (fisura orbitaria inferior) se localiza entre el ala mayor del hueso esfenoides y el maxilar superior.
Paladar hendido y labio leporino
Normalmente las apófisis palatinas de los huesos maxilares se unen durante las semanas 10 a 12 de vida embrionaria. Una falla en este proceso puede dar origen a un paladar hendido. Suele estar acompañado de fusión incompleta las láminas horizontales de los huesos palatinos. Otra forma de este trastorno, denominada labio leporino, provoca una hendidura en el labio superior. Generalmente el labio leporino y el paladar hendido se ven juntos. Dependiendo de la extensión y el grado de la hendidura, puede haber compromiso del habla y la deglución. Además, los niños con paladar hendido tienen mayor tendencia a desarrollar infecciones del oído, que puede conducir a pérdida de la audición. Los cirujanos maxilofaciales y plásticos recomiendan la reparación del labio leporino en las primeras semanas después del parto, con resultados quirúrgicos excelentes. La reparación del paladar hendido se realiza generalmente entre los 12 y 18 meses de vida, en lo posible antes que el niño comience a hablar. Debido a que el paladar es necesario para la pronunciación de las consonantes, puede requerirse terapia fonoaudiológica (logopedia), además de ortodoncia para alinear los dientes. El suplemento dietario con ácido fólico (una vitamina del complejo B) durante el embarazo disminuye la incidencia de paladar hendido y de labio leporino.
Huesos cigomáticos
Los dos huesos cigomáticos, también llamados malares, conforman las prominencias de las mejillas y parte de la pared lateral y el piso de las órbitas. Se articula con el frontal, el maxilar superior, el esfenoides y los huesos temporales.
La apófisis temporal del hueso cigomático se extiende en sentido posterior y se articula con la apófísis cigomática del hueso temporal formando el arco cigomático.
Huesos lagrimales
Los dos huesos lagrimales son delgados y se parecen, “grosso modo” por su forma y tamaño, a una uña. Estos huesos, los más pequeños de la cara, se ubican por detrás y por fuera de los huesos nasales y forman parte de la pared medial de cada órbita. Cada lagrimal contiene un surco lagrimal, una ranura vertical formada con el maxilar superior que alberga el saco lagrimal, una estructura que recoge las lágrimas y las transporta hacia la cavidad nasal.
Huesos palatinos
El hueso palatino es un hueso par con forma de L que forma la porción posterior del paladar duro, parte del piso y de la pared lateral de la cavidad nasal y una pequeña porción del piso de la órbita. La porción posterior del paladar duro está formada por las láminas horizontales de los huesos palatinos.
Cornete nasal inferior
Los dos cornetes nasales inferiores, ubicados por debajo del cornete nasal medio del hueso etmoides, son huesos separados del etmoides que no forman parte de él. Estos huesos en forma de voluta o concha forman parte de la pared inferolateral de la cavidad nasal y se proyectan dentro de ella. Los tres pares de cornetes nasales (superior, medio e inferior) ayudan a generar turbulencia y filtrar el aire antes que éste llegue a los pulmones. A pesar de ello, solo el comete nasal superior del etmoides está involucrado en el sentido del olfato.
Vómer
El vómer (de vomer, reja de arado) es un hueso aproximadamente triangular ubicado en el piso de la cavidad nasal, que se articula por arriba con la lámina perpendicular del etmoides y por abajo con ambos maxilares y huesos palatinos a lo largo de la línea media. Este hueso forma la porción inferior del tabique nasal.
Mandíbula
La mandíbula o maxilar inferior es el hueso facial más largo y más fuerte. Es el único hueso móvil de todos los que forman el macizo craneofacial (excluyendo los huesecillos del oído). En la vista de perfil se puede ver que la mandíbula está constituida por una porción curva horizontal (el cuerpo) y dos porciones perpendiculares (las ramas). El ángulo de la mandíbula es la zona donde cada rama se une al cuerpo. Cada rama presenta una apófisis condilar en el Sector posterior que se articula con la fosa mandibular y el tubérculo articular del hueso temporal (tubérculo cigomático anterior) formando la articulación temporomandibular (ATM), y una apófisis coronoides donde se inserta el músculo temporal. La depresión entre la apófisis coronoides y el cóndilo del maxilar inferior denomina escotadura mandibular. La apófisis alveolar es un arco que contiene los alvéolos para los dientes inferiores o mandibulares.
El foramen mentoniano se ubica debajo del segundo diente premolar. Es cerca de este orificio donde los odontólogos inyectan anestésicos. Otro orificio asociado con la mandíbula es el foramen mandibular, ubicado en la cara interna de las ramas, a menudo otro lugar para la inyección de anestésicos por parte de los odontólogos. El foramen mandibular es la entrada al conducto mandibular, que se dispone en forma oblicua en las ramas y anterior en el cuerpo. A través de este canal discurren los nervios alveolares inferiores y los vasos sanguíneos acompañantes, que inervan e irrigan los dientes inferiores.
Síndrome de la articulación temporomandibular
Un trastorno asociado con la articulación temporomandibular es el síndrome de la articulación temporomandibular (ATM). Se caracteriza por un dolor sordo alrededor del pabellón auricular, dolor a la palpación de los músculos de la masticación, un sonido similar a un chasquido cuando el paciente abre y cierra la boca, apertura limitada de la boca, cefalea, sensibilidad aumentada y desgaste anormal en los dientes. El síndrome de la ATM puede estar causado por una incorrecta alineación de los dientes, por apretar y rechinar los dientes, por traumatismos de cabeza y cuello o debido a artritis. El tratamiento consiste en aplicación de calor húmedo o hielo, dieta blanda, analgésicos (aspirina), rehabilitación muscular, ajuste o reparación de los dientes (ortodoncia) y cirugía.
Tabique nasal
La cavidad nasal está dividida en dos mitades, derecha e izquierda, por una partición vertical denominada tabique nasal, formada por tejidos óseo y cartilaginoso. Los tres componentes del tabique nasal son el vómer, el cartílago septal y la lámina perpendicular del hueso etmoides. El borde anterior del vómer se articula con el cartílago septal, formado por el cartílago hialino que constituye la porción anterior del tabique. El borde superior del vómer se articula con !a lámina perpendicular del etmoides y forma así el resto del tabique nasal. El término “nariz fracturada”, en la mayoría de los casos, hace referencia al daño del cartílago septal y no de los huesos nasales propiamente dichos.
Tabique nasal desviado
Un tabique nasal desviado es aquel que se aparta de la línea media. La desviación generalmente aparece en la unión del vómer con el cartílago septal. La desviación del tabique puede ocurrir por un desarrollo anormal o por un traumatismo. Si la desviación es importante, puede llegar a bloquear por completo el pasaje de aire por la cavidad nasal. Aun un bloqueo parcial puede favorecer las infecciones. La inflamación consecuente puede producir congestión nasal, bloqueo de las aperturas que comunican con los senos paranasales, sinusitis crónica, cefaleas y epistaxis. Este defecto puede corregirse, o al menos mejorar, mediante cirugía.
Siete huesos del macizo craneofacial se juntan para formar la órbita, que condene el globo ocular y sus estructuras asociadas. Los tres huesos craneanos de lo órbita son el frontal, el esfenoides y el etmoides; los cuatro huesos faciales de la órbita son el palatino, el cigomáiico, el lagrimal y los maxilares. Las órbitas tienen forma piramidal y presentan cuatro regiones que convergen en la porción posterior.
1. El techo o pared superior de la órbita está formada por parles de los huesos frontal y esfenoides.
2. La pared lateral o externa de la órbita está formada por partes de los huesos cigomático y esfenoides
3. El piso o pared inferior de la órbita está formada por partes de los huesos cigomático, maxilar superior y palatinos.
4. La pared interna o medial está formada por panes de los maxilares, lagrimal, etmoides y esfenoides.
Asociados con cada órbita hay 5 aperturas:
1. El conducto (agujero) óptico en la unión entre el techo y la pared interna.
2. La fisura orbitaria superior (hendidura esfenoidal) en el ángulo superolateral del vértice.
3. La fisura orbitaria inferior (hendidura esfenomaxilar) en la unión entre la pared lateral y el piso.
4. El foramen supraorbitario en la porción medial del borde supraorbitario del hueso frontal.
5. El surco lagrimal en el hueso lagrimal.
Los huesos del cráneo tienen características que no existen en otros huesos del cuerpo. Entre ellas las suturas, los senos paranasales y fontanelas.
Suturas
Una sutura es una articulación inmóvil en el adulto, que se encuentra únicamente entre los huesos del cráneo y permite mantenerlos unidos entre sí. Las suturas en el cráneo de los lactantes y los niños generalmente son móviles. Los nombres de muchas suturas provienen de los huesos que unen. Por ejemplo, la sutura frontocigomática está entre el hueso frontal y el cigomático. De forma similar, la sutura esfenoparietal está entre el esfenoides y el parietal. Sin embargo, en otros casos los nombres de las suturas no son tan evidentes. De las numerosas suturas que se encuentran en el cráneo vamos a identificar las cuatro más destacadas:
1. La sutura coronal (en forma de corona), que une el frontal con los parietales también llamada frontoparietal.
2. La sutura sagital (en forma de saeta), que une ambos parietales en la línea media superior del cráneo. Su nombre se debe a que en los lactantes, antes de que los huesos craneanos estén firmemente unidos, las suturas y las fontanelas asociadas forman una imagen que se parece a una flecha. También llamada interparietal.
3. La sutura lambdoidea une los dos parietales con el hueso occipital. El nombre de esta sutura se debe a que se parece a la letra griega Lambda (A). Pueden aparecer huesos naturales tanto en la sutura sagital como en la lambdoidea. También llamada parietooccipital.
4. Las suturas escamosas unen los huesos temporales con los parietales en la cara lateral del cráneo.
Senos paranasales
Los senos paranasales son cavidades ubicadas en ciertos huesos del cráneo y la cara cerca de la cavidad nasal. Los senos paranasales están recubiertos por una mucosa que se continúa con la que recubre la cavidad nasal. Los huesos que contienen senos paranasales son el frontal, el esfenoides, el etnoides y los huesos maxilares. Además de la producción de moco, los senos paranasales actúan como una caja de resonancia para el sonido cuando una persona habla o canta.
Sinusitis
Las secreciones producidas por las mucosas de los senos paranasales drenan hacia la cavidad nasal. La inflamación de dichas mucosas por un proceso alérgico o infeccioso se denomina sinusitis. Si las mucosas se edematizan lo suficiente como para bloquear el drenaje a la cavidad nasal, la presión del líquido acumulado dentro del seno paranasal aumenta, produciendo una cefalea característica. Un tabique nasal muy desviado o pólipos nasales (crecimientos que pueden extirparse quirúrgicamente) pueden ocasionar también sinusitis crónica.
Fontanelas
El esqueleto de un embrión está constituido por cartílago o tejido mesenquimatoso dispuesto en capas en forma de láminas que parecen membranas con la forma de los huesos en los que se convertirán. La osificación ocurre en forma gradual. El hueso reemplaza la mayoría del cartílago y el mesénquima. En el momento del nacimiento, existen espacios formados por tejido mesenquimatoso denominados fontanelas entre los huesos del cráneo. Las fontanelas son áreas de mesenquima no osificado. Al final serán reemplazadas por hueso gracias a osificación intramembranosa y se formarán así las suturas. Funcionalmente, las fontanelas le dan al cráneo fetal la flexibilidad necesaria para adaptarse al tamaño del canal del parto, y en la vida posnatal permiten el rápido crecimiento del cerebro durante la infancia. Si bien un lactante puede tener muchas fontanelas en el nacimiento, seis de ellas presentan forma y localización constantes.
• La fontanela anterior es impar y la más grande; se ubica en la línea media, entre ambos huesos parietales y el frontal. Tiene una forma aproximadamente romboidal. Generalmente se cierra entre los 18 y 24 meses de vida.
• La fontanela posterior es impar y está ubicada en la línea media entre ambos huesos parietales y el occipital. Generalmente se cierra a los 2 meses de edad, debido a que es más pequeña que la anterior.
• Las fontanelas anterolaterales o esfenoidales están ubicadas en la parte lateral del cráneo, entre los huesos frontal, parietal, temporal y esfenoides. Son pequeñas y de forma irregular. Normalmente se cierran alrededor de los 3 meses de edad.
• Las fontanelas mastoideas o posterolaterales se localizan lateralmente entre los huesos parietal, occipital y temporal y son de forma irregular. Empiezan a cerrarse entre el primero y segundo mes del nacimiento, aunque su cierre no está completo hasta los 12 meses.
El grado de cierre de las fontanelas ayuda al médico a medir el grado de desarrollo del encéfalo. Además, la fontanela anterior sirve como referencia para la extracción de sangre del seno sagital superior (una gran vena en la superficie de la línea media del cerebro) para análisis de laboratorio.
Aparte de los huesecillos involucrados en la audición y que se ubican en los huesos temporales, la mandíbula es el único hueso craneofacial móvil. La mayoría de los huesos del cráneo están unidos entre sí por articulaciones fijas denominadas suturas, que son especialmente discernibles en la superficie externa del cráneo.
Además de su función protectora del cerebro, los huesos craneales estabilizan las posiciones del cerebro, los vasos sanguíneos, los linfáticos y los nervios mediante la fijación de las meninges en sus superficies internas. La superficie externa de los huesos del cráneo provee una extensa área de inserción a los músculos que mueven distintas partes de la cabeza.
Estos huesos sirven de inserción para algunos músculos encargadas de la expresión facial, como el ceño fruncido de concentración que debe tener al estar leyendo este libro. Los huesos faciales conforman el armazón de la cara y proveen el soporte para los orificios de entrada de los tubos digestivo y respiratorio. Los huesos craneales y faciales en conjunto proporcionan soporte y protección a los delicados órganos de la visión, el gusto, la audición, el olfato y el equilibrio.
Huesos del cráneo
Hueso frontal
El hueso frontal forma la frente, el lecho de las órbitas y la mayor parte de la porción anterior de la base del cráneo. En los niños recién nacidos la porción izquierda y derecha del hueso frontal están unidas por la sutura metópica, que generalmente desaparece entre los 6 y 8 años de edad.
En la vista anterior del cráneo se puede observar la escama frontal, una lámina de hueso que forma la frente. Presenta una pendiente inferior desde la sutura coronal, a nivel de la coronilla luego se angula abruptamente y se vuelve casi vertical. Por encima de la órbita, el hueso frontal presenta un engrosamiento que forma el borde supraorbitario. Desde este borde, el hueso frontal se extiende hacia atrás formando el techo de la órbita, que es parte del piso de la cavidad craneal. Dentro del borde supraorbilario, ligeramente por dentro de su punto medio, hay un orificio denominado foramen supraorbitario. A veces este agujero es incompleto y se le llama escotadura supraorbitaria. Los senos frontales yacen en la profundidad de la escama del frontal. Los senos, técnicamente llamados senos paranasales, son cavidades ubicadas en el interior de algunos huesos craneales revestidas por una mucosa.
Ojo morado (hematoma periorbitario)
Por encima del borde supraorbitario hay una cresta afilada. Un golpe en este sector puede fracturar el hueso o producir una laceración en la piel suprayacente, generando una hemorragia. La lesión de la piel sobre esta cresta produce una acumulación de líquido y sangre en el tejido conectivo que rodea a la lesión. La tumefacción y coloración resultante reciben el nombre de ojo morado.
Huesos parietales del cráneo
Los dos huesos parietales forman la porción más grande de las partes laterales del cráneo así como su techo. La superficie interna presenta numerosas protrusiones y depresiones donde se hallan los vasos sanguíneos que irrigan la duramadre, el tejido conectivo superficial que recubre al cerebro.
Huesos temporales del cráneo
Los dos huesos temporales forman la porción inferior y lateral del cráneo y parte de la base del cráneo. En la siguiente imagen se observa la escama del temporal, una porción fina y plana que forma la porción anterior y superior de la sien. Proyectándose desde la porción inferior de la escama del temporal se encuentra la apófisis cigomática, que se articula con la apófisis temporal del hueso cigomático. En conjunto, la apófisis cigomática del temporal y la apófisis temporal del hueso cigomático o malar conforman el arco cigomático.
En la cara posteroinferior de la apófisis cigomática de cada hueso temporal se halla una depresión denominada fosa mandibular En el sector anterior de esta depresión se encuentra una elevación redondeada denominada tubérculo articular (cóndilo del temporal o raÍz transversa de la apófisis cigomática). La fosa mandibular y el tubérculo articular se articulan con la mandíbula forman do la articulación temporomandibular (ATM).
La porción mastoidea (con forma de mama) del hueso temporal está ubicada detrás y debajo del conducto (meato) auditivo externo, que dirige el sonido hacia el interior del oído. En el adulto, esta porción de hueso contiene numerosas "celdillas aéreas” mastoideas. Estos pequeños compartimentos llenos de aire están separados del cerebro por una delgada lámina ósea. En los casos de mastoiditis (inflamación de celdillas aéreas de la mastoides, causada, por ejemplo, por una infección del oído medio) la infección se puede extender al cerebro.
La apófisis mastoides es una proyección redondeada de la porción mastoidea del hueso temporal posterior al conducto auditivo externo. Éste es un sitio de inserción de varios músculos del cuello. El conducto auditivo interno permite el paso del nervio facial (VII) y del vestibulococlear (VIII). La apófisis estiloides es una proyección de la porción inferior del temporal que sirve de inserción a músculos y ligamentos del cuello y la lengua. Entre la apófisis estiloides y la apófisis mastoides se encuentra el foramen estilomastoideo. por el cual pasan el nervio facial (VII) y la ancha estilomastoidea.
En el piso de la cavidad craneal se encuentra la porción petrosa del hueso temporal. Esta porción de forma triangular, ubicada en la base del cráneo entre el esfenoides y el hueso occipital, alberga al oído interno y al oído medio, estructuras involucradas en )a audición y el equilibrio. También contiene el foramen carotídeo, por donde transcurre la arteria carótida. Detrás de dicho orificio y por delante del hueso occipital se halla el foramen yugular (agujero rasgado posterior), por el cual pasa la vena homónima.
Hueso occipital del cráneo
El hueso occipital forma la parte posterior y la mayor parte de la base del cráneo. También se puede observar en la vista inferior del cráneo el foramen magno (agujero occipital). El bulbo raquídeo (la porción más inferior de) encéfalo) se continúa con la médula espinal a través de este agujero; también pasan a través de él las arterías espinales y las vertebrales. Los cóndilos occipitales son apófisis ovoides de superficies convexas, situados a ambas fados del foramen magno que se articulan con depresiones en la primera vértebra cervical (atlas) y forman la articulación atlantooccipital. Esta articulación permite el movimiento de la cabeza usado para denotar asentimiento. Por encima de ambos cóndilos occipitales, en la superficie inferior del cráneo, se encuentra el conducto del nervio hipogloso.
La protuberancia occipital externa es una protrusión medial en la superficie posterior del hueso, justo por encima del foramen magno. Se puede palpar dicha estructura como un abultamiento en la porción posterior de la cabeza, justo por encima de la nuca. Un gran ligamento elástico y fibroso, el ligamento cervical posterior, se extiende desde la cresta occipital hasta la séptima vértebra cervical para ayudar al soporte de la cabeza. Extendiéndose por fuera de la protuberancia se extienden dos rugosidades curvas, la línea nucal superior y debajo de ésta la línea nucal inferior, que son áreas de inserción muscular.
Hueso esfenoides del cráneo
El hueso esfenoides yace en la porción media de la base del cráneo. Este hueso es la piedra angular de la base del cráneo ya que se articula con el resto de los huesos craneales manteniéndolos unidos entre sí. En las siguientes imágenes se pueden observar, desde una vista superior de la base del cráneo, las articulaciones del esfenoides. En su parte anterior se articula con el hueso frontal, lateralmente con las temporales, y en su parte posterior con el hueso occipital. El hueso esfenoides se ubica por detrás y ligeramente por encima de la cavidad nasal y forma parte del piso, paredes laterales y pared posterior de la órbita. La forma del hueso esfenoides se parece a un murciélago con las alas extendidas. El cuerpo del esfenoides es la porción cuboide medial entre el hueso etmoides y el occipital. Contiene los senos esfenoidales que drenan en la cavidad nasal. La silla turca es una estructura ósea en forma de silla de montar en la superficie superior del cuerpo del esfenoides.
La parte anterior de la silla turca, que forma el cuerpo de la montura, es una cresta denominada tubérculo de la silla. El asiento de la montura es una depresión, la fosa hipofisaria, que alberga a la glándula hipófisis. La parle posterior de la silla turca, que forma el dorso de la montura, es otra protuberancia denominada dorso de la silla.
Las alas mayores del esfenoides se proyectan lateralmente desde el cuerpo del esfenoides y forman el sector anterocraneal de la base del cráneo. Las alas mayores también forman parte de las paredes laterales del cráneo, por delante del temporal, siendo visible desde el exterior. Las alas menores, más pequeñas, forman una cresta ósea por delante y por encima de las alas mayores. Forman parte de la base del cráneo y de la pared posterior de la cavidad orbitaria.
Entre el cuerpo y las alas menores del esfenoides, justo por delante de la silla turca, se encuentra el conducto óptico, por donde pasan el nervio óptico (II) y la arteria oftálmica. Por fuera del cuerpo y entre ambas alas del esfenoides se encuentra una apertura triangular denominada fisura orbitaria superior (hendidura esfenoidal). Esta hendidura también se puede observar en la vista anterior de la órbita.
Desde el punto en que se unen el cuerpo y las alas mayores del hueso esfenoides, se proyectan hacia abajo las apófisis pterigoides; forman la región posterolateral de la cavidad nasal. En estas apófisis se insertan algunos de los músculos que permiten el movimiento de la mandíbula. En la base de la apófisis pterigoides lateral en el ala mayor se encuentra el foramen o agujero oval. El foramen lacerum (agujero rasgado anterior), que está en parte cubierto por una capa de fibrocartílago en el sujeto vivo, está limitado por delante por el esfenoides y por la línea media por el esfenoides y el hueso occipital. Permite el pasaje de una rama de la arteria faríngea ascendente. Otro agujero asociado con el esfenoides es el foramen o agujero redondo (mayor), localizado en la unión de las porciones anterior y medial del hueso esfenoides. Por él pasa la rama maxilar del nervio trigémino (V par).
Hueso etmoides del cráneo
El hueso etmoides tiene una apariencia esponjosa, se ubica en la linea media en la parte anterior de la base del cráneo, por dentro las órbitas. Se encuentra delante del esfenoides y detrás de los huesos nasales. El etmoides forma: 2) forma parte de la porción anterior de la base del cráneo, 2) las paredes internas de las órbitas, 3) la porción superior del tabique nasal, que divide la cavidad nasa) en cavidad derecha e izquierda y 4) la mayor parte de las pared superior de la cavidad nasal. El hueso etmoides constituye una de las principales estructuras de sostén de 18 cavidad nasal.
La lámina cribosa del hueso etmoides yace en el sector anterior de la base del cráneo y forma el techo de la cavidad nasal. La lámina cribosa contiene los forámenes de la lámina cribosa (olfatorios) por donde pasan los nervias olfatorios. Proyectándose hacia arriba de la lámina cribosa encontramos una apófisis triangular denominada apófisis crista galli (cresta de gallo), que funciona como punto de inserción de las meninges. Proyectándose hacia abajo de la lámina cribosa se encuentra la lámina perpendicular, que forma la porción superior del tabique nasal.
Las masas laterales (láminas orbitarias o papiráceas) del etmoides forman la mayor parte de la pared que divide la cavidad nasal de la orbitaria. Contienen 3 a 18 celdillas aéreas. Estas celdillas etmoidales en conjunto conforman los senos etmoidales. Las masas laterales tienen dos finas prolongaciones en forma de rollos laterales al tabique nasal. Esas prolongaciones se denominan cornetes nasales superiores y medios. Existe un tercer par de cometes nasales, los cornetes inferiores, que son huesos separados. Los cornetes incrementan el área de superficie vascularizada y de mucosa en la cavidad nasal, con lo cual ayudan en la olfación y calientan, humidifican y filtran el aire inspirado antes que llegue a los pulmones. Los cornetes filtran el aire produciendo una turbulencia en el aire inspirado; de esta manera, muchas panículas golpean y quedan atrapadas en el moco que tapiza las vías nasales. Así, los cometes colaboran con la depuración del aire antes de que circule por el resto del tracto respiratorio. El comete nasal superior también participa en el sentido del olfato.
Huesos de la cara
La morfología de la cara cambia en forma notable durante los dos primeros años de vida. El cerebro y los huesos craneales se expanden, aparece la primera dentición y los senos paranasales aumentan su tamaño. A las 16 años, aproximadamente, cesa el crecimiento de la cara. El macizo facial está constituido por 14 huesos: los dos nasales, dos maxilares, dos cigomáticos o malares, la mandíbula o maxilar inferior, dos lagrimales, dos cigomáticos, dos palatinos, dos cometes nasales inferiores y el vómer.
Huesos nasales
Los dos huesos nasales se unen en la línea media y forman parte del puente de la nariz. El resto del tejido de sostén de la nariz está constituido por cartílago.
Huesos maxilares
Ambos huesos maxilares se unen para formar el maxilar superior. Se articulan con todos los huesos de la cara excepto con la mandíbula. Los maxilares forman parte del piso de la órbita, de las paredes laterales y piso de la cavidad nasal, y la mayor parte del paladar duro. El paladar duro es la parle ósea del techo de la cavidad bucal, y está formado por las apófisis palatinas de los maxilares y las láminas perpendiculares de los huesos palatinos. El paladar óseo separa la cavidad nasal de la cavidad bucal.
Cada maxilar contiene un gran seno maxilar que se vacía en la cavidad nasal. La apófisis alveolar del maxilar es un arco que contiene los alvéolos (cavidades) para los dientes superiores (maxilares). La apófisis palatina es una proyección horizontal del maxilar que forma las tres cuartas panes anteriores del paladar duro. La unión y fusión de los huesos maxilares normalmente se completa antes del parto. Si esta fusión falla, el trastorno se conoce como paladar hendido o Usurado (se describe más adelante).
El foramen infraorbitario es una apertura en el maxilar por debajo de la órbita que permite el pasaje del paquete vasculonervioso infraorbitario y un ramo del nervio maxilar, ramo del trigémino (V). Otro orificio importante es el foramen incisivo, inmediatamente por detrás de los dientes incisivos. Permite el paso de los grandes vasos palatinos y del nervio nasopalatino. Por último, la hendidura esfenomaxilar (fisura orbitaria inferior) se localiza entre el ala mayor del hueso esfenoides y el maxilar superior.
Paladar hendido y labio leporino
Normalmente las apófisis palatinas de los huesos maxilares se unen durante las semanas 10 a 12 de vida embrionaria. Una falla en este proceso puede dar origen a un paladar hendido. Suele estar acompañado de fusión incompleta las láminas horizontales de los huesos palatinos. Otra forma de este trastorno, denominada labio leporino, provoca una hendidura en el labio superior. Generalmente el labio leporino y el paladar hendido se ven juntos. Dependiendo de la extensión y el grado de la hendidura, puede haber compromiso del habla y la deglución. Además, los niños con paladar hendido tienen mayor tendencia a desarrollar infecciones del oído, que puede conducir a pérdida de la audición. Los cirujanos maxilofaciales y plásticos recomiendan la reparación del labio leporino en las primeras semanas después del parto, con resultados quirúrgicos excelentes. La reparación del paladar hendido se realiza generalmente entre los 12 y 18 meses de vida, en lo posible antes que el niño comience a hablar. Debido a que el paladar es necesario para la pronunciación de las consonantes, puede requerirse terapia fonoaudiológica (logopedia), además de ortodoncia para alinear los dientes. El suplemento dietario con ácido fólico (una vitamina del complejo B) durante el embarazo disminuye la incidencia de paladar hendido y de labio leporino.
Huesos cigomáticos
Los dos huesos cigomáticos, también llamados malares, conforman las prominencias de las mejillas y parte de la pared lateral y el piso de las órbitas. Se articula con el frontal, el maxilar superior, el esfenoides y los huesos temporales.
La apófisis temporal del hueso cigomático se extiende en sentido posterior y se articula con la apófísis cigomática del hueso temporal formando el arco cigomático.
Huesos lagrimales
Los dos huesos lagrimales son delgados y se parecen, “grosso modo” por su forma y tamaño, a una uña. Estos huesos, los más pequeños de la cara, se ubican por detrás y por fuera de los huesos nasales y forman parte de la pared medial de cada órbita. Cada lagrimal contiene un surco lagrimal, una ranura vertical formada con el maxilar superior que alberga el saco lagrimal, una estructura que recoge las lágrimas y las transporta hacia la cavidad nasal.
Huesos palatinos
El hueso palatino es un hueso par con forma de L que forma la porción posterior del paladar duro, parte del piso y de la pared lateral de la cavidad nasal y una pequeña porción del piso de la órbita. La porción posterior del paladar duro está formada por las láminas horizontales de los huesos palatinos.
Cornete nasal inferior
Los dos cornetes nasales inferiores, ubicados por debajo del cornete nasal medio del hueso etmoides, son huesos separados del etmoides que no forman parte de él. Estos huesos en forma de voluta o concha forman parte de la pared inferolateral de la cavidad nasal y se proyectan dentro de ella. Los tres pares de cornetes nasales (superior, medio e inferior) ayudan a generar turbulencia y filtrar el aire antes que éste llegue a los pulmones. A pesar de ello, solo el comete nasal superior del etmoides está involucrado en el sentido del olfato.
Vómer
El vómer (de vomer, reja de arado) es un hueso aproximadamente triangular ubicado en el piso de la cavidad nasal, que se articula por arriba con la lámina perpendicular del etmoides y por abajo con ambos maxilares y huesos palatinos a lo largo de la línea media. Este hueso forma la porción inferior del tabique nasal.
Mandíbula
La mandíbula o maxilar inferior es el hueso facial más largo y más fuerte. Es el único hueso móvil de todos los que forman el macizo craneofacial (excluyendo los huesecillos del oído). En la vista de perfil se puede ver que la mandíbula está constituida por una porción curva horizontal (el cuerpo) y dos porciones perpendiculares (las ramas). El ángulo de la mandíbula es la zona donde cada rama se une al cuerpo. Cada rama presenta una apófisis condilar en el Sector posterior que se articula con la fosa mandibular y el tubérculo articular del hueso temporal (tubérculo cigomático anterior) formando la articulación temporomandibular (ATM), y una apófisis coronoides donde se inserta el músculo temporal. La depresión entre la apófisis coronoides y el cóndilo del maxilar inferior denomina escotadura mandibular. La apófisis alveolar es un arco que contiene los alvéolos para los dientes inferiores o mandibulares.
El foramen mentoniano se ubica debajo del segundo diente premolar. Es cerca de este orificio donde los odontólogos inyectan anestésicos. Otro orificio asociado con la mandíbula es el foramen mandibular, ubicado en la cara interna de las ramas, a menudo otro lugar para la inyección de anestésicos por parte de los odontólogos. El foramen mandibular es la entrada al conducto mandibular, que se dispone en forma oblicua en las ramas y anterior en el cuerpo. A través de este canal discurren los nervios alveolares inferiores y los vasos sanguíneos acompañantes, que inervan e irrigan los dientes inferiores.
Síndrome de la articulación temporomandibular
Un trastorno asociado con la articulación temporomandibular es el síndrome de la articulación temporomandibular (ATM). Se caracteriza por un dolor sordo alrededor del pabellón auricular, dolor a la palpación de los músculos de la masticación, un sonido similar a un chasquido cuando el paciente abre y cierra la boca, apertura limitada de la boca, cefalea, sensibilidad aumentada y desgaste anormal en los dientes. El síndrome de la ATM puede estar causado por una incorrecta alineación de los dientes, por apretar y rechinar los dientes, por traumatismos de cabeza y cuello o debido a artritis. El tratamiento consiste en aplicación de calor húmedo o hielo, dieta blanda, analgésicos (aspirina), rehabilitación muscular, ajuste o reparación de los dientes (ortodoncia) y cirugía.
Tabique nasal
La cavidad nasal está dividida en dos mitades, derecha e izquierda, por una partición vertical denominada tabique nasal, formada por tejidos óseo y cartilaginoso. Los tres componentes del tabique nasal son el vómer, el cartílago septal y la lámina perpendicular del hueso etmoides. El borde anterior del vómer se articula con el cartílago septal, formado por el cartílago hialino que constituye la porción anterior del tabique. El borde superior del vómer se articula con !a lámina perpendicular del etmoides y forma así el resto del tabique nasal. El término “nariz fracturada”, en la mayoría de los casos, hace referencia al daño del cartílago septal y no de los huesos nasales propiamente dichos.
Tabique nasal desviado
Un tabique nasal desviado es aquel que se aparta de la línea media. La desviación generalmente aparece en la unión del vómer con el cartílago septal. La desviación del tabique puede ocurrir por un desarrollo anormal o por un traumatismo. Si la desviación es importante, puede llegar a bloquear por completo el pasaje de aire por la cavidad nasal. Aun un bloqueo parcial puede favorecer las infecciones. La inflamación consecuente puede producir congestión nasal, bloqueo de las aperturas que comunican con los senos paranasales, sinusitis crónica, cefaleas y epistaxis. Este defecto puede corregirse, o al menos mejorar, mediante cirugía.
Órbitas cráneo y cara
Siete huesos del macizo craneofacial se juntan para formar la órbita, que condene el globo ocular y sus estructuras asociadas. Los tres huesos craneanos de lo órbita son el frontal, el esfenoides y el etmoides; los cuatro huesos faciales de la órbita son el palatino, el cigomáiico, el lagrimal y los maxilares. Las órbitas tienen forma piramidal y presentan cuatro regiones que convergen en la porción posterior.
1. El techo o pared superior de la órbita está formada por parles de los huesos frontal y esfenoides.
2. La pared lateral o externa de la órbita está formada por partes de los huesos cigomático y esfenoides
3. El piso o pared inferior de la órbita está formada por partes de los huesos cigomático, maxilar superior y palatinos.
4. La pared interna o medial está formada por panes de los maxilares, lagrimal, etmoides y esfenoides.
Asociados con cada órbita hay 5 aperturas:
1. El conducto (agujero) óptico en la unión entre el techo y la pared interna.
2. La fisura orbitaria superior (hendidura esfenoidal) en el ángulo superolateral del vértice.
3. La fisura orbitaria inferior (hendidura esfenomaxilar) en la unión entre la pared lateral y el piso.
4. El foramen supraorbitario en la porción medial del borde supraorbitario del hueso frontal.
5. El surco lagrimal en el hueso lagrimal.
Características propias del cráneo
Los huesos del cráneo tienen características que no existen en otros huesos del cuerpo. Entre ellas las suturas, los senos paranasales y fontanelas.
Suturas
Una sutura es una articulación inmóvil en el adulto, que se encuentra únicamente entre los huesos del cráneo y permite mantenerlos unidos entre sí. Las suturas en el cráneo de los lactantes y los niños generalmente son móviles. Los nombres de muchas suturas provienen de los huesos que unen. Por ejemplo, la sutura frontocigomática está entre el hueso frontal y el cigomático. De forma similar, la sutura esfenoparietal está entre el esfenoides y el parietal. Sin embargo, en otros casos los nombres de las suturas no son tan evidentes. De las numerosas suturas que se encuentran en el cráneo vamos a identificar las cuatro más destacadas:
1. La sutura coronal (en forma de corona), que une el frontal con los parietales también llamada frontoparietal.
2. La sutura sagital (en forma de saeta), que une ambos parietales en la línea media superior del cráneo. Su nombre se debe a que en los lactantes, antes de que los huesos craneanos estén firmemente unidos, las suturas y las fontanelas asociadas forman una imagen que se parece a una flecha. También llamada interparietal.
3. La sutura lambdoidea une los dos parietales con el hueso occipital. El nombre de esta sutura se debe a que se parece a la letra griega Lambda (A). Pueden aparecer huesos naturales tanto en la sutura sagital como en la lambdoidea. También llamada parietooccipital.
4. Las suturas escamosas unen los huesos temporales con los parietales en la cara lateral del cráneo.
Senos paranasales
Los senos paranasales son cavidades ubicadas en ciertos huesos del cráneo y la cara cerca de la cavidad nasal. Los senos paranasales están recubiertos por una mucosa que se continúa con la que recubre la cavidad nasal. Los huesos que contienen senos paranasales son el frontal, el esfenoides, el etnoides y los huesos maxilares. Además de la producción de moco, los senos paranasales actúan como una caja de resonancia para el sonido cuando una persona habla o canta.
Sinusitis
Las secreciones producidas por las mucosas de los senos paranasales drenan hacia la cavidad nasal. La inflamación de dichas mucosas por un proceso alérgico o infeccioso se denomina sinusitis. Si las mucosas se edematizan lo suficiente como para bloquear el drenaje a la cavidad nasal, la presión del líquido acumulado dentro del seno paranasal aumenta, produciendo una cefalea característica. Un tabique nasal muy desviado o pólipos nasales (crecimientos que pueden extirparse quirúrgicamente) pueden ocasionar también sinusitis crónica.
Fontanelas
El esqueleto de un embrión está constituido por cartílago o tejido mesenquimatoso dispuesto en capas en forma de láminas que parecen membranas con la forma de los huesos en los que se convertirán. La osificación ocurre en forma gradual. El hueso reemplaza la mayoría del cartílago y el mesénquima. En el momento del nacimiento, existen espacios formados por tejido mesenquimatoso denominados fontanelas entre los huesos del cráneo. Las fontanelas son áreas de mesenquima no osificado. Al final serán reemplazadas por hueso gracias a osificación intramembranosa y se formarán así las suturas. Funcionalmente, las fontanelas le dan al cráneo fetal la flexibilidad necesaria para adaptarse al tamaño del canal del parto, y en la vida posnatal permiten el rápido crecimiento del cerebro durante la infancia. Si bien un lactante puede tener muchas fontanelas en el nacimiento, seis de ellas presentan forma y localización constantes.
• La fontanela anterior es impar y la más grande; se ubica en la línea media, entre ambos huesos parietales y el frontal. Tiene una forma aproximadamente romboidal. Generalmente se cierra entre los 18 y 24 meses de vida.
• La fontanela posterior es impar y está ubicada en la línea media entre ambos huesos parietales y el occipital. Generalmente se cierra a los 2 meses de edad, debido a que es más pequeña que la anterior.
• Las fontanelas anterolaterales o esfenoidales están ubicadas en la parte lateral del cráneo, entre los huesos frontal, parietal, temporal y esfenoides. Son pequeñas y de forma irregular. Normalmente se cierran alrededor de los 3 meses de edad.
• Las fontanelas mastoideas o posterolaterales se localizan lateralmente entre los huesos parietal, occipital y temporal y son de forma irregular. Empiezan a cerrarse entre el primero y segundo mes del nacimiento, aunque su cierre no está completo hasta los 12 meses.
El grado de cierre de las fontanelas ayuda al médico a medir el grado de desarrollo del encéfalo. Además, la fontanela anterior sirve como referencia para la extracción de sangre del seno sagital superior (una gran vena en la superficie de la línea media del cerebro) para análisis de laboratorio.
http://www.anatolandia.com/2015/11/anatomia-del-craneo.html
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