viernes, 21 de abril de 2017

Cuadros por estilo

cuadros del barroco

La Paz insta a las iglesias a la tolerancia (en neeerlandésVrede maant de kerken tot verdraagzaamheid) es una pintura de un artista neerlandés anónimo de la primera mitad de la década de 1600. Pertenece al Rijksmuseum de Amsterdam, dejado en préstamo al Museo Catharijneconvent de Utrech.

Descripción

En una escena interior se encuentran alrededor de una mesa Italo Calvino con un ternero asado, a su izquierda el papa sosteniendo una olla y con dos gatos en su regazo, al otro lado del papa, también sentado Martin Lutero tocando el laúd. Junto a una chimenea, en cuclillas, se puede ver al anabaptista Menno Simons con pan en una bandeja. A la izquierda de la pintura se ve la personificación femenina de la Paz con una rama de olivo en la mano. En la estancia cuelgan dos cuadros: sobre el armario de la derecha la Caridad con sus hijos. En la pared del fondo está representada la Paz junto con la Justicia. Alrededor de la escena central se muestra textos explicativos en verso. 1
Comprado en 1968 de forma anónima en Francia por el coleccionista Bosman de Bruselas, fue donado el mismo año al Rijksmuseum de Amsterdam, desde el año 1977 está prestado al Museo Catharijneconvent, de Utrecht.2

Tema

Este tipo de representaciones alegóricas eran populares a mediados del 1600 y muestran que no todo el mundo se vio obligado a elegir un grupo religoso en particular. A los cristianos que no pertenecían a una iglesia específica, se les hizo hincapié en que lo más importante de todo era el amor de Cristo y a las personas.3
En la obra pictórica Italo Calvino intenta con su mano izquierda agregar media naranja en la olla papal, mientras que con la otra mitad le da un apretón para soltar el jugo sobre el cordero. La naranja es aquí un símbolo de la unión entre el calvinismo y la Casa de Orange. El dibujo representa las proporciones religiosas en las que los reformistas fueron ligeramente más dominantes que en otras religiones aunque también habían que tolerar la influencia de otras religiones.




La Piedad es un cuadro de José de Ribera, «El Españoleto», pintado al óleo sobre lienzo y con unas dimensiones de 157 x 210 cm. Firmado y datado en 1633, actualmente se conserva en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
De la misma temática y título se conservan otras dos telas del pintor. Una en el Museo San Martino de Nápoles y otra en la National Gallery de Londres.

Historia

Se desconoce la persona que encargó el trabajo a Ribera aunque se cree que fue un español. La tela está firmada sobre la roca del ángulo inferior derecho según la fórmula habitual con la que solía hacerlo por aquella época: «Jusepe de Ribera español 1633». Esta fue una de las épocas más prolíficas del pintor tanto por la cantidad de obras que salieron de su taller como por su calidad.
El motivo de La Piedad lo trató en numerosas ocasiones y con muy diversas variaciones a lo largo de su vida. De las Piedad hechas por Ribera que aún se conservan la más antigua es la guardada en el National Gallery de Londres, de 1620. Después la seguiría La Piedad del Museo Thyssen del año 1663 y por último la conservada en la Cartuja de San Martino en Nápoles de 1637.
El cuadro procede de la colección del Marqués de Heredia.1

Descripción

La obra se enmarca en un periodo de transición del artista en el que, sin abandonar las sombras del tenebrismo, comenzaba a experimentar con nuevos coloridos.1
El cuerpo de Cristo en horizontal es quien enmarca al resto de personajes en la obra. A la derecha Juan el Apóstol sujeta la espalda del yacente mientras que a sus pies, María Magdalena se los besa con aflicción. En el centro, velada por la técnica del claroscuro, nos muestra una María con un rostro destrozado por el dolor que mira al cielo mientras junta las manos en una plegaria. Finalmente, al fondo a la derecha, se aprecia el rostro de José de Arimatea.
El foco de luz de la composición se centra sobre el cuerpo yacente dándole una apariencia de estatua marmórea que lo realza consiguiendo transmitir de manera magistral tanto el dolor físico de sus heridas (especialmente la de su costado) como el dolor anímico expresado en su rostro y la laxitud de su cuerpo.




La Piedad es un cuadro de José de Ribera, «El Españoleto», pintado al óleo sobre lienzo y con unas dimensiones de 264 x 170 cm. Firmado y datado en 1637, actualmente se conserva en el Museo San Martino de Nápoles. De la misma temática y título se conservan otras dos telas del pintor. Una en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y otra en la National Gallery de Londres.

Historia

La obra fue encargada por el padre prior Giovan Battista Pisante a principios del año 1637 y se pagaron 400 Ducados el 3 de octubre de ese mismo año. La tela se cree la primera de una serie de obras que el pintor donaría después a la Cartuja de San Martino en Nápoles. La obra fue muy apreciada y particularmente entusiasta con ella se mostró el Marqués de Sade, que la consideraba más valiosa que todo el oro y la plata guardado en el lugar.
La Piedad muestra uno de los más altos niveles de calidad alcanzado por el maestro Ribera y la ejecución de la obra fue desde un principio famosa y celebre. Tanto es así, que el pintor francés Fragonard quedó hasta tal punto impresionado que, durante un viaje a Italia, copió la obra para un diseño suyo.1

Descripción

Detalle de María
En la obra se pueden ver algunas diferencias en el estilo y la forma respecto a las telas efectuadas en el pasado sobre el mismo asunto.
El primer elemento que salta a la vista es la concentración en la escena de personajes que rodean a CristoJuan el Apóstol está a la derecha de rodillas y sobre ellas se apoya la espalda del yacente. En la izquierda del lienzo, a los pies del difunto, María Magdalena postrada en tierra se los besa con aflicción. De exquisita factura es la representación de María, detrás del cuerpo en el centro, que velado por la técnica del claroscuro nos muestra un rostro destrozado por el dolor que mira al cielo mientras junta las manos en una plegaria dirigida a los dos puttos que flotan en la esquina superior izquierda de la tela. En el lado opuesto, al fondo, se vislumbra la presencia de José de Arimatea.
La técnica del claroscuro que predomina en la obra encuentra su máximo punto de luz sobre el cuerpo del Cristo muerto que resulta ser el elemento de mejor factura estilística y más prominente de toda la composición. Iluminado por una luz clara pero tenue parece lo realza para convertirlo en una estatua marmórea. El Cristo está en una posición algo oblicua respecto a La Piedad ejecutada por el pintor anteriormente, lo que consigue una escena más realista y dinámica. Véase también el brazo derecho abandonado en escorzo a lo largo del costado, mientras el izquierdo yace en tierra sobre el lienzo blanco. Finalmente, las piernas cruzadas se alargan hasta perderse en brazos de María Magdalena.


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