La predicación de San Juan el Bautista es una obra del pintor holandés Bartholomeus Breenbergh. Está realizado en óleo sobre panel, y fue pintado en el año 1634. Mide 54,6 cm de alto y 75,2 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Estados Unidos).
Se representa en este caso una escena bíblica, en concreto, la predicación de Juan el Bautista ante una multitud. El paisaje en que se desarrolla no es el típico holandés, llano, sino que se ha compuesto mediante la superposición de elementos diversos de origen italiano. Así, se ven unas ruinas que pueden recordar al Coliseo romano.
Retrato de la reina Enriqueta María con sir Jeffrey Hudson y un mono es uno de los primeros retratos de la reina Enriqueta María, realizado por el pintor holandés Anton van Dyck. Está realizado en óleo sobre tela, y fue pintado en el año 1633. Mide 219,1 cm de alto y 134,8 cm de ancho. Se exhibe actualmente en la Galería Nacional de Arte de Washington D. C.
La reina Enriqueta María, mujer de Carlos I, tenía alrededor de veinticuatro años cuando fue retratada en esta tela. Van Dyck presenta aquí a la soberana vestida con un traje azul de caza y con un gran sombrero negro del cual cuelga una pluma blanca. A su izquierda, sobre una gran cortina de color oro, se encuentra la corona, símbolo de la autoridad real del personaje retratado. A la derecha de la reina, una columna y un naranjo en flor. El naranjo probablemente llegó desde Francia, tierra natal de Enriqueta María, y constituye una clara alusión a la castidad, siendo símbolo de los frutos del Paraíso.
La reina Isabel de Francia a caballo fue pintado por Velázquez entre 1628-36 y se conserva en el Museo del Prado de Madrid (España) desde la creación de la pinacoteca en 1819.
Historia del cuadro
Velázquez había recibido el encargo de pintar una serie de cinco retratos ecuestres de la familia real que se destinarían al Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid (actual Museo del Ejército). Allí se colgaron los cuadros de Felipe III a caballo y de su esposa La reina Margarita de Austria a caballo, el de Felipe IV a caballo y de su esposa La reina Isabel de Francia a caballo y el del hijo de ambos El príncipe Baltasar Carlos a caballo que al ir destinado a ser colocado sobre una puerta se hizo de un tamaño menor que los de sus padres y también con un punto de vista mucho más bajo.
Se trata de una obra de Velázquez con amplia participación del taller. Los estudios técnicos realizados en el Museo del Prado bajo la dirección de Carmen Garrido indican que los cinco retratos ecuestres fueron pintados al mismo tiempo y con la misma preparación. La idea de que Velázquez retocase una pintura anterior y de un pintor más arcaico, meticuloso en la descripción del traje de la reina y la gualdrapa del caballo, según han sostenido muchos críticos, entra en contradicción con lo que muestra la radiografía, que deja ver una primera pintura de la panza del caballo con su correaje a la vista y un vestido de la reina mucho más sencillo que el actual. Posteriormente, y a la vez que Velázquez hacía retoques en la cabeza de la reina y las patas del caballo, otro pintor más paciente añadió los minuciosos bordados del vestido y la gualdrapa, ocultando con ellos partes del caballo que ya habían sido pintadas.
Descripción del cuadro
La figura de la reina está representada de perfil en este caso vistiendo un jubón con estrellas bordadas y una saya bordada en oro con sus armas e iniciales.
El caballo, presentado al paso, es un overo con largas crines que caen sobre la cabeza y que mira hacia la izquierda con la intención de que la obra guardase simetría con el cuadro de su esposo que mira hacia la derecha.
Los caballos que pinta Velázquez en estos cuadros de retratos son una mezcla del caballo frisón, fogoso y con brío y el caballo resistente y con pesadez de formas. Los animales favoritos de Velázquez eran el perro y el caballo, con los que estaba bastante familiarizado por su asistencia a las monterías del rey.
Términos
- Frisón: se llaman así los caballos procedentes de la provincia de los Países Bajos llamada Frisia. Tienen los pies muy anchos y fuertes.
- Overo: se dice del caballo cuando cuyo manto recuerda la flor del melocotón.
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