La negación de San Pedro es un cuadro del pintor José de Ribera, realizado entre 1615 y 1616, que se encuentra en la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma, Italia.
La obra, realizada en los primeros años del pintor durante su estancia en Italia, refleja el estilo tenebrista de Caravaggio, pintor al que posiblemente conoció en persona y que le influyó al grado de trasladarse de su Valencia natal a Italia tras sus huellas. De hecho, el pintor italiano tiene un cuadro homónimo de 1610.
El tema, posiblemente un encargo de uno de sus principales clientes, la Iglesia, refleja el episodio bíblico1 de la negación de Simón Pedro tras el arresto de Jesús. En el cuadro aparecen varios personajes, identificándose a la sirvienta que reconoce al apóstol como uno de los seguidores de Jesús y algún otro que le señala con el dedo, delatándolo mientras Pedro intenta negar su relación con Jesucristo.
Este es una de las escenas bíblicas con mayor fortuna, siendo sus representaciones habituales desde el arte paleocristiano. Suele describirse dentro de un ciclo conformado por tres momentos (la Advertencia de Jesús, la Negación y el Arrepentimiento) y fue muy difundido después del Concilio de Trento como representación del sacramento de la Penitencia.
La niña enferma (en neerlandés, Het zieke kind), del holandésGabriël Metsu. Se trata de una óleo sobre lienzo, que mide 32,2 cm de alto y 27,2 cm de ancho. Fue pintado hacia el año 1660 y se encuentra en el Rijksmuseum de Ámsterdam (Países Bajos).
Se trata de una escena de género protagonizada, por una madre que cuida de su hija enferma. Este cuadro evidencia el amor o cuidado por los niños, incluso en una época de alta mortalidad infantil como era aquella. Los signos de enfermedad son evidentes en la pequeña: está delgada, floja y sin ánimo, muy pálida y con ojeras.
Se compone la obra en torno a dos diagonales, una que va desde la mesilla con el cuenco de barro hasta el cuadro de la esquina superior derecha, y la otra que va desde la rodilla de la mujer, cubierta por una tela roja, hasta la esquina superior izquierda, ocupada por un mapa desenrollado.
No obstante, no puede descartarse que haya en la representación de una escena tan simple y cotidiana algo más, una intención moralizante. Podría ser que la mujer representara la virtud cristiana del amor al prójimo, la Caridad. La clave de este elemento religioso vendría dada por el cuadro dentro del cuadro, que representa una Crucifixión con la Virgen María y san Juan a su lado. La Crucifixión de Cristo sería una representación del amor de Dios por la Humanidad.
Los colores utilizados por Metsu son de la gama cálida, sobre todo ocres y amarillos, junto al ya indicado rojo intenso de la tela roja sobre la rodilla de la mujer.
La novia judía (en holandés: Het Joodse bruidje) es una obra del pintor holandés Rembrandt pintada en 1666. Está expuesta en forma permanente en el Rijksmuseum de Ámsterdam.
A la pintura se le dio el nombre actual a principios del siglo XIX, cuando un coleccionista de arte de Ámsterdam identificó el tema como el de un padre judío que regala un collar a su hija el día de su casamiento. Esta interpretación ya no es aceptada, y la identidad de la pareja es incierta.1 La ambigüedad es sobre todo por la falta de contexto anecdótico, y sólo deja claro el tema universal del amor en una pareja. Las especulaciones en relación a la identidad de la pareja se extendieron al hijo de Rembrandt, Titus y su novia, o al poeta Miguel de Barrios junto a su mujer. También se ha considerado la posibilidad de que fuesen parejas del Antiguo Testamento, incluyendo Abraham y Sara, o Boaz y Rut. La identificación más probable es la de Isaac y Rebeca como son descritos en Génesis 26:8, identificación que se sostiene además con un dibujo del artista sobre el mismo tema.
La Oración en el huerto es una pintura al óleo sobre lienzo, datada entre 1616 y 1620, realizada en Milán por el artista italiano Giulio Cesare Procaccini, que forma parte desde 2013 de la colección del Museo del Prado.
Historia
La obra pertenece a una serie encargada al pintor por Pedro de Toledo Osorio y Colonna, V marqués de Villafranca del Bierzo, gobernador del Milanesado entre septiembre de 1615 y febrero de 1618. En una carta, fechada el 31 de enero de 1616, Fabio II Visconti Borromeo informaba a Giovan Carlo Doria de que había visitado el taller de Giulio Cesare Procaccini y de que «da questo Signor Governatore ha avuto carico di pingere in quadri grandi la vitta di Nostro Signore»,1 nota 1 por lo que el encargo debió efectuarse a finales de 1615 o principios de 1616.
Pedro de Toledo tenía el ciclo en su residencia madrileña, que se ubicaba en el solar en el que en el siglo XVIII el VIII marqués, José Fadrique Álvarez de Toledo, construyó el actual Palacio de los marqueses de Villafranca del Bierzo, hoy sede de la Real Academia de Ingeniería. En él albergaba un gran número de obras del «Procachin», que aunque podría referirse a sus hermanos Camillo o Carlo Antonio, se cree que eran de mano de Giulio Cesare.2 Concretamente, en la galería se encontraban «Doce cuadros Grandes de la vida de Nuestra Señora del Procachin» y «Siete cuadros Grandes de la vida de San Carlos del Procachin», y en el salón «Treçe cuadros grandes de la Pasión de Nuestro Señor del Procachin» (entre ellos este), «Otro cuadro grande del nascimento de Nuestro Segnor del Procachin», «Otro de la adoración de los macies del tamaño de los de arriba y de la misma mano», «Otro de la dispota con los dotores en el templo de la misma mano y del tamaño de los de atrás» y «Otro de la misma mano y del tamaño di los de atrás de dos niños en el suelo y dos en el ayre».3
En 2013 el cuadro fue adquirido, por setecientos mil euros, por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que lo adscribió al Museo del Prado.
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