sábado, 22 de abril de 2017

Cuadros por estilo

cuadros del barroco

Los síndicos de los pañeros (en neerlandésDe Staalmeesters) es un cuadro del pintor holandés Rembrandt. Fue ejecutado en 1662. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, que mide 191,5 centímetros de alto y 279 cm de ancho. Se conserva en el Rijksmuseum de Ámsterdam (Países Bajos).
La obra está firmada y datada: REMBRANDT F. 1661 (sobre el tapete que recubre la mesa en lo alto a la derecha).
Se retrata a cinco Staalmeesters, miembros de una comisión la guilda o cofradía de los pañeros de Ámsterdam. Posiblemente sea la «Waardijns van de Lakenen», esto es, la que controlaba la calidad del paño.1 Era un cargo por el que no cobraban, y eran nombrados por el periodo de un año. Se reunían tres veces a la semana. Estos síndicos desempeñaron sus cargos desde el Viernes Santo de 1661 hasta el Viernes Santo de 1662. El libro sobre la mesa probablemente se refiera a la contabilidad de la cofradía.
No son los regentes de la cofradía, sino síndicos de la misma, y pertenecen a distintas confesiones, entre ellos dos católicos. Sus nombres son: Jacob van Loon, Volckert Jansz., Willem van Doeyenburg (el presidente, en el centro), Aernout of of the Meye y Jochem the Neve. Detrás de ellos está un servidor, sin sombrero, Frans Hendricksz. Bel, encargado del mantenimiento del edificio que hospedaba a la cofradía.
Están sentados en torno a una mesa cubierta por un paño rojo. Detrás de ellos, sobre la pared, hay un óleo en el que se representa el tema del faro, símbolo del buen ejemplo y del camino a seguir.1
Puede compararse este cuadro con los de Las regentes y los regentes del asilo de ancianos de Haarlem, de Frans Hals, que data de una década más tarde, para comprobar la evolución de este tipo de retrato de grupo del barroco holandés: los aspectos dramáticos y escénicos han quedado reducidos al mínimo, concentrándose la atención en los individuos que forman el grupo, que son retratados con falta de vitalidad y creándose una distancia entre el grupo y el espectador.1
Rembrandt eligió para esta obra una perspectiva con un punto de vista bajo, de manera que se mira directamente a la parte baja de la mesa, sin que sea claramente visible el libro que están manejando. Se coloca a los cinco personajes aproximadamente formando una fila: cinco volúmenes oscuros, con cuellos blancos, representados frontalmente y mirando seriamente, conscientes de la importancia de su función.

El original fue descubierto en Puerto Rico. El pintor Peter van Delfi lo había adquirido por US $140, pensando que se trataba de una copia, pero la pintura fue identificada como auténtica por John Baron van Palland, experto en pinturas holandesas. (El Mundo, San Juan, Puerto Rico, el 20 de abril de 1968.)








Lot y sus hija es una pintura de Orazio Gentileschi. Fue realizada en 1628 con la técnica de óleo sobre lienzo. Sus medidas son de 226 x 282 cm. La obra está firmada en su parte central, en el lado derecho con la inscripción HORA.vs GIENTIL.vs.
En 1626 Gentileschi viajó a Inglaterra a instancias del duque de Buckingham, interesado en su arte y que ya había adquirido obras suyas con anterioridad. Durante su estancia en Inglaterra, y a requerimiento de Carlos I realizó una serie de varios cuadros de gran tamaño e inspiración bíblica. Entre ellos se encuentra Lot y sus hijas.

El episodio bíblico

Tal y como se describe en La Biblia (Génesis 19), Lot y sus hijas se encuentran en un descanso en su huida de Sodoma, donde vivían, alertados de la inminente destrucción de la ciudad a causa de la ira divina. La relación que mantienen con su padre es bastante extraña: por razones de hospitalidad, las había ofrecido para ser violadas por sus convecinos (que las despreciaron, pues preferían violar a los ángeles que Dios había enviado para avisarle de la destrucción de la ciudad). Han perdido a su madre, que acaba de convertirse en una estatua de sal (no pudo evitar volverse para ver cómo la ciudad era destruida). Viendo que su inevitable destino va a ser la soledad, deciden emborrachar a su padre y tener relaciones sexuales con él, para quedarse embarazadas. Sus nombres no se mencionan, pero sí los de los hijos que concibieron: Moab y Ben-ammi, de quienes descenderían moabitas y amonitas respectivamente.

La obra

En el lienzo se narra el momento en que el que las hijas, tras encontrar cobijo en una cueva, embriagan a su padre con intención de tener trato carnal con él. Gentileschi ha interpretado el tema valiéndose más de la insinuación y la sugerencia que de la crudeza de los hechos. Lot reposa en brazos de una de sus hijas, mientras la otra, de pie, indica hacia el exterior de la cueva en que se han refugiado. Las dos mujeres expresan la sensualidad del reciente encuentro sexual mediante la exhibición de parte del torso, insinuando incluso en nacimiento de los pechos. Una vasija cercana recuerda la embriaguez del patriarca. Este efecto se acentúa con la cercana rama de vid, que circunscribe al grupo en su parte superior. El artista ha elegido colores vivos para los ropajes de las hijas: amarillo de Nápoles y azul ultramar; el vestido de Lot se ha resuelto en un tono carmesí.
Gentileschi ya había tratado este mismo tema con anterioridad, entre otros, en el soberbio lienzo que alberga el Museo Thyssen Bornemisza, y que fue realizado en 1621. Otras obras notables de este periodo inglés fueron Moisés salvado de las aguas (Madrid, Museo del Prado) y José y la mujer de Putifar (Hampton CourtRoyal Collection).
Durante su estancia en la capital inglesa, Gentileschi fue eclipsado por Rubens primero, y por Van Dyck después. Se conserva correspondencia suya de 1633 en la que el pintor confiesa su deseo de retornar a Italia. SIn embargo murió en tierras inglesas en 1639.




Lot y sus hijas es un cuadro del pintor francés Simon Vouet, ejecutado en 1633. Refleja el relato bíblico en el que, tras la destrucción de Sodoma por el juicio divino, Lot y sus hijas se refugian en una cueva. Estas, creyendo que no había hombres con los que tener descendencia, embriagan a su padre y cometen incesto con él, una cada noche, quedando embarazadas posteriormente.1
El tema, juzgado como vergonzoso en la Edad Media, no fue representado explícitamente, pero a partir del Renacimiento llega a ser uno de los más reflejados, por la oportunidad que brindaba a los artistas para aplicar diversos grados de erotismo. Algunos de los artistas que interpretaron este tema fueron Lucas van LeydenFrancesco FuriniTintoretto o Artemisia Gentileschi.


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