La puerta Nueva fue una puerta de acceso situada en el tramo este de la muralla de la Axerquía de Córdoba (España). Se encontraba en el extremo este de la actual calle Alfonso XII y comunicaba el barrio de la Magdalena con el Campo de San Antón.
Esta puerta, construida en 1569.1 De arco de medio punto, fue modificada en el año 1723 para su consolidación. Desde entonces se le llamó Puerta Nueva, aunque en 1808 y en conmemoración a la batalla de Alcolea, fue llamada Puerta de Alcolea.
Esta puerta fue la entrada elegida en todas las visitas reales que tuvo la ciudad: Felipe II, Felipe IV, Carlos IV, Fernando VII e Isabel II, por ser el antiguo camino que llevaba a la capital del reino así como al norte de España.1 Con motivo de la visita de Isabel II a Córdoba en el año 1862, se elevó un arco de triunfo frente a la puerta para la conmemoración de su visita.
Finalmente, la puerta fue demolida en el año 1895.
Escultura con la reconstrucción de las murallas y la Puerta Nueva, ubicada en este lugar
La puerta de Osario fue una puerta de acceso situada en el tramo norte de la muralla de la ciudad de Córdoba, comunidad autonoma de Andalucia, España. Se encontraba situada en el extremo de la actual calle de Osario en su confluencia con la Plaza de Colón.
La primera puerta que se abrió en dicho lugar fue durante la época romana, como desembocadura del cardo maximus.1Durante el dominio árabe fue conocida como puerta de los Judíos (Bab al-Yahud).2
La puerta de Osario se crea a partir de dos grandes torres reedificadas después de la conquista cristiana.3 Su nombre hace alusión a los abundantes restos óseos hallados en sus cercanías donde al parecer existió una necrópolis extramuros.3
En el año 1731, y como consecuencia de la búsqueda de una hospedería para los ermitaños que bajaban a la ciudad que viniera a sustituir a la que mantenían en la Ermita de Nuestra Señora de las Montañas, se solicita por parte del ermitaño Francisco de Jesús la cesión por parte del ayuntamiento del espacio entre las dos torres que componían la puerta de Osario.
En el año 1799, se produce la demolición de la muralla que corría entre la puerta de Osario y el Convento de Capuchinos. En el año 1831, se entrega el uso a los ermitaños del Desierto de Nuestra Señora de Belén, que rebajaron considerablemente la altura del arco, perdiendo gran parte del encanto de la puerta.3
A principios de siglo XX y como consecuencia del estado de las torres, los ermitaños solicitan al ayuntamiento de la ciudad la posibilidad de derribar la puerta de Osario a su costa a cambio de un solar en la calle Caño, así como de 7.000 pesetas, cuestión que fue aceptada por parte del ayuntamiento, produciéndose la demolición en el año 1905.
El postigo del Aceite (conocido en tiempos musulmanes como bab al-Qatay) es junto con la puerta de la Macarena y la Puerta de Córdoba los tres únicos accesos que se conservan en la actualidad de los que tuvieron las murallas de Sevilla, Andalucía, España.
Está situado en la antigua zona del Puerto de Indias, junto al edificio de Correos, en el barrio del Arenal de Sevilla, entre la calle Dos de Mayo y la calle Almirantazgo, lindando con las Reales Atarazanas de Sevilla.
Fue construido en el año 1107, en tiempos de Ben Yusuf, y reformado en 1572-1573 por el arquitecto Benvenuto Tortello, bajo el mandato del Francisco Zapata y Cisneros, I conde de Barajas, que entonces ejercía el cargo de alcalde de la ciudad. Era conocido así ya que era el lugar por donde entraba el aceite a la ciudad. En el siglo XVIII se abrió en su costado derecho una pequeña capilla donde hay un retablo barroco con la imagen de una Inmaculada Concepción atribuida a Pedro Roldán.
En el siglo XII tuvo una función diferente, y era conocida como bad al-Qatay (puerta de Barcos), ya que los almohades levantaron al lado las atarazanas para la construcción de navíos; más adelante consta en algunas fuentes como puerta de la Alhóndiga, puerta del Aceite o puerta de la Aceituna.
Los accesos de la muralla se dividían en puertas y postigos, definiéndose los postigos como las puertas no principales de la ciudad o villa. Este lugar también es conocido en Sevilla como arco del Postigo.
Gran parte de la muralla fue demolida por el Ayuntamiento de Sevilla en el siglo XIX con motivo de la nueva urbanización y ensanche de la ciudad. En la actualidad sólo permanecen completos la puerta de la Macarena y este postigo, y se conservan pequeños restos de lo que fueron la puerta Real, la puerta de Córdoba y el postigo del Carbón.
Por el entorno arquitectónico y la estrechez, es uno de los puntos favoritos de los cofrades para ver pasar las Hermandades de la Semana Santa de Sevilla.
El postigo del Carbón, también conocido como postigo de los Azacanes, como postigo de las Atarazanas y como postigo del Oro, fue una de las puertas de acceso del recinto amurallado de la ciudad de Sevilla, Andalucía, España. Su nombre más común, el del Carbón, fue producto de la venta de este combustible que se llevaba a cabo en el postigo y sus aledaños.
Estaba situado en la confluencia de las calles Santander y Temprado, e inmediato a la Torre de la Plata. Derribado después de 1868, aún puede verse su emplazamiento en los restos de lienzos sobre los que se apoyaba, y en su lugar un azulejo de la Virgen del Carmen.
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