La puerta de Monaita, en árabe bab al-Unaydar,1 cuya traducción sería Puerta de la Erilla, también conocida como Puerta de la Alhacaba, era uno de los accesos más antiguos de Granada, Andalucía, España y el principal a la alcazaba Qadīma o alcazaba Antigua, en el barrio del Albaicín.
Localizada en la coordenadas geográficas (37°10′55.23″N3°35′51.23″OCoordenadas: 37°10′55.23″N 3°35′51.23″O (mapa)) está integrada en la muralla zirí, que la unía por el oeste con la Puerta de Elvira y por el este con la Puerta de las Pesas (bāb al-Ziyad).
Se levantó en el siglo XI coincidiendo con el traslado de la capital del emirato desde medina Elvira a medina Garnata. Sufrió diversas transformaciones durante el dominio nazarí y aún en época cristiana. Fue citada por al-ʿUmarī en Masālik al-Absār fī Mamālik al Amsar, Hurtado de Mendoza en Guerra de Granada y Mármol Carvajal en Historia del rebelión y castigo de los moriscos y está perfectamente representada en la Plataforma de Vico con el número 47 y nombre «Monaica».
Junto a algunos paños de muralla aledaña y al torreón que la flanquea, se conserva la puerta principal, constituida por dos arcos de herradura enjarjados contrapuestos y separados por una bóveda de cañón de ladrillo. Los arcos, enmarcados por alfiz y ligeramente apuntados están formados por dovelas de piedra arenisca de La Malahá, impostas de piedra de sierra Elvira, dinteles de ladrillo y jambas de piedra franca. Entre ambos arcos, bajo la bóveda de ladrillo se situaban las dos hojas de la puerta, que eran de madera forrada de hierro. Esta entrada daba paso a un pequeño patio cuadrangular de 6 x 6 metros, ceñido de muros y destinado a la guardia, desde el que se accedía a la ciudadela por otra puerta en recodo de la que apenas quedan indicios, siendo una de las primeras puertas de al-Ándalus con este sistema defensivo. El acceso desde el hoy Carril de la Lona se hacía a través de tres rampas en zigzag, actualmente escalonadas, lo que sumado a la entrada en recodo la hacían prácticamente inexpugnable.
Un torreón defensivo flanquea el lado norte, izquierdo según se entra. Está construido con hormigón de cal y en época reciente se añadió a su fachada oeste un recubrimiento de mampostería con encintados de ladrillo y adarajas de cantería de piedra caliza en las esquinas.
En 1931 fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional y ha sido restaurada en los años 1998-1999, aunque está algo abandonada y sometida a actos de vandalismo, como han puesto de manifiesto reiteradamente asociaciones conservacionistas y vecinales o medios de comunicación como el diario Ideal o Granada Hoy. En particular, la Fiscalía Superior de Andalucía ha denunciado en varias ocasiones (Fiscal Superior Jesús García Calderón) el daño que reiteradamente producen los grafitos o actos de exhibicionismo gráfico realizados sobre bienes históricos del Albaicín y que no son objeto de denuncia alguna.
La puerta Real, denominada hasta 1570 como puerta de Goles,1 fue una de las puertas de acceso del recinto amurallado de la ciudad de Sevilla (Andalucía). Estaba situada en la confluencia de las calles de Alfonso XII, Gravina, Goles y San Laureano, y en la actualidad únicamente queda de ella un paño de muralla sobre el que se asentaba, en el que existe empotrada una lápida que fue recogida de la puerta.2
Está considerada una de las puertas surgidas durante la ampliación del sultán Alí ibn Yúsuf (1083-1143) y por lo tanto de la época almorávide de la ciudad. Los historiadores Rodrigo Caro3 y Peraza,4apoyándose en una leyenda, la atribuyen su origen a Julio César, considerando la denominación goles como una degeneración de Hércules, a quien la leyenda sostiene estaba dedicada.
Fue totalmente reconstruida en 1565, eliminándose todos los aspectos militares de que disponía, y en su interior albergaba una capilla dedicada a la Virgen de las Mercedes y otra al Cristo de la Redención. Fue derribada en 1862, y en 1995 se llevaron a cabo obras en el lienzo de muralla existente, donde se señaló la antigua existencia de la puerta.2
De puerta de Goles a puerta Real
La primera entrada oficial y su consiguiente jura de privilegios a la ciudad por parte de los monarcas de Castilla se realizaron siempre a través de la puerta de la Macarena, y así lo hicieron en ella Isabel I de Castilla (1477), Fernando II de Aragón (1508), su nieto Carlos I de España y la prometida de éste, Isabel de Portugal (1526), que su entrada en la ciudad fue debida a sus desposorios, celebrados en los Reales Alcázares el referido año.5 2
Sin embargo, cuando en 1570 la comisión organiza la primera y única visita a la ciudad de Felipe II de España, encontró varios inconvenientes para hacerlo, igual que sus antecesores, por la puerta de la Macarena. Sin el beneplácito de todos los miembros de la comisión se decide que finalmente el rey haga su entrada por esta puerta en vez de por la de la Macarena, aportando como motivos la vista general que presentaba el arrabal, sumado a que estaba cercada de calles estrechas que provocaban incomodidad para un acontecimiento de estas características.6 7 A consecuencia de esta entrada, la puerta dejó de ser nombrada como hasta entonces, para adoptar el nombre de puerta Real. El monarca Felipe IV de España, que visitó la ciudad en 1624 retomó la tradición antecedente, haciendo su jura e ingreso por la puerta de la Macarena, por lo que se trató únicamente de una ocasión especial.
La puerta de Tierra es un monumento arquitectónico que supone un reducto de la que fuera muralla de entrada a la ciudad de Cádiz, Andalucía, España. Levantada por el arquitecto academicista Torcuato Cayón en el siglo XVIII, la portada está labrada en mármol y está concebida más como retablo religioso que como fortificación militar.
Es uno de los monumentos más significativos de la ciudad que separa, en la actualidad, el Casco Antiguo (conocido popularmente como "Cádiz" o "Cádiz Cádiz") y la zona moderna (conocida popularmente como "Puerta Tierra" o "Extramuros") de la ciudad.
En el siglo XVI se construyó la primera muralla en esta zona y en 1574 se realizó una ampliación para protegerlo con dos baluartes. En el siglo XVIII adquirió su fisonomía definitiva. En el centro de la construcción se abre una portada de mármol diseñada por José Barnola, en 1756. Concebida más como retablo religioso que como fortificación militar, fue ejecutada bajo la dirección de Torcuato Cayón. Para la fachada que conduce al interior de la ciudad se construyó un pórtico de mármol a modo de arco de triunfo.
El Torreón de Puerta de Tierra fue erigido a finales de 1850 para que sirviera como la torre nº 57 de la Línea de telegrafía óptica de Andalucía de José María Mathé, que podía enviar mensajes desde el Ministerio de la Gobernación (en Madrid) hasta Cádiz en casi dos horas, si las condiciones atmosféricas lo permitían. Hay muchas imágenes y algunos textos escritos que demuestran que esta torre óptica empezó a funcionar a partir de 1851 hasta finales de 1857, en que fue sustituida por los postes de telegrafía eléctrica. Los partes telegráficos estaban destinados al gobernador de la provincia de Cádiz, pero a veces se publicaban en los periódicos locales, como El Nacional o el Diario Oficial de la Provincia. El Torreón de Puerta de Tierra, aunque actualmente se haya olvidado, era conocido a finales del siglo XIX como la "Torre Mathé", en recuerdo del director de las Líneas de Telegrafía Óptica (que además creó el Cuerpo de Telégrafos en 1855).
En la primera mitad del siglo XX, ante el crecimiento de la ciudad por las áreas extramuros, se barajó la posibilidad de demoler todo el conjunto y permitir un mayor acceso a los vehículos al centro de la ciudad. Finalmente se decidió el relleno parcial de los fosos y la apertura de dos nuevos arcos en el lienzo de la muralla. Los trabajos fueron dirigidos por el arquitecto Antonio Sánchez Esteve. Sobre sus murallas ondea la bandera morada de su cantón.
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