Perula es un vasija de supuesto origen romano, vidriada en verde y con forma de garrafa. Suele presentar cuerpo globular, con un asa "ahombrada" en su boca (que es estrecha y con un pequeño pico para facilitar el vertido del líquido contenido). Se le conocen diversas utilidades en la cocina. En algunas zonas de Andalucía se usa como aceitera sustituyendo a la alcuza.1 Esta "perula andaluza", que en el Diccionario de materiales cerámicos se define como "aceitera globular", suele ser de pequeño tamaño y es pieza tradicional de la alfarería jienense.2 En otras ocasiones se utilizada para transportar, conservar o servir el vino, como una damajuana. Por su parte, el etnólogo José Guerrero Martín, la definió como barrila de un asa usada para conservar aceite, vinagre o licor.
En ocasiones, según la estética o fábrica del alfarero, se muestra con apariencia similar a diversas jarras y botijas. No se debe confundir la perula con la botija perulera, que servía para el transporte de alimentos desde España hasta sus posesiones de ultramar colonial como Nueva España o Perú.3
La perula que se hizo cántaro
En 1927, Julio Romero de Torres, tópico y típico pintor de Córdoba y la mujer morena, agranda la modesta perula regordeta hasta convertirla en una cantarilla totalmente vidriada en verde oscuro, como la loza tradicional producida en Lucena o Triana.4 Una cantarilla perulera que "se llena pacientemente en la fuente, porque ya se ha hecho mayor". La escena recuerda un pasaje de Azorín glosando la ciudad de Córdoba: "...una fuente deja caer un hilo de agua. Cada media hora, una moza aparece con una cantarilla y la llena en la fuente... En esta hora... se escucha el alma de las cosas".
El rallo o rajo1 es una pieza de cantarería española o tipo especial de botijo con dos asas enfrentadas, breve pitorro lateral y, en su parte superior, una boca ancha con pequeños agujeros, que le caracteriza.2 Su etimología parece partir de 'rallador' (del latín «rallum», derivado de «radere»).3Es una pieza de la alfarería de agua tradicional de Aragón y Navarra,4 y en algunas zonas se asocia con otras vasijas como las cantarillas de pitorro, algunas botejas y, por su porte y estructura, con la cántara valenciana de Traiguera o el cantaret de galet.5 6
Tipología
La pieza tradicional era de alfarería de basto sin vedrío,7 con apenas unas líneas o motivos decorativos en manganeso muy esquemáticos y más raramente un adorno esgrafiado o alguna incisión. Sin embargo, desde finales del siglo XX pueden verse rallos de regalo, vidriados en su totalidad y pintados con diversos diseños esmaltados.8
Álvaro Zamora, en su estudio sobre la alfarería aragonesa, distingue hasta seis tipos de vasijas con rallo o filtro agujereado en la tapa o boca:9
- Barral de mont, de Fraga;
- boteja de ramo y pié, de Tamarite;
- rallo de cordón, de Magallón;10
- rallo, de Fuentes de Ebro;
- rallo, de Uncastillo;
- rallo, de Huesa del Común;
También fueron vasija tradicional en otros alfares aragoneses y navarros como los de Albelda, Calanda, Tafalla o Ujue.
Orza es una vasija de la familia de las ollas, de boca ancha, aunque más cerrada que en estas, base plana y recogida, con dos o más asas o sin ellas,nota 1 y vidriada en el interior y en su tercio superior exterior.1 Tiene como variedades el orzo (que Menéndez Pidal hace derivar del «urceus» latino) y la orzuela u orcilla, vasija menor de la serie alfarera.2 Se fabrican de muy diferentes tamaños, desde medio litro hasta diez litros de capacidad y, en algunos alfares, mayores.nota 2 Empleada para conservar en aceite la matanza y otros alimentos: queso, berenjenas, pimientos, etc.
Su etimología, para Corominas y el DRAE: del latín urceus, jarra, jarro u olla.3 Para el renacentista Antonio de Nebrija: vaso de barro, haciendo derivar la voz orça del latín orca-ae (tinaja).
Orzas de barro
En algunos alfares de Aragón se llamaba así a las cazuelas mondongueras o de conserva, las mayores con capacidad para cuarenta y cinco litros, con cuatro asas y vidriadas del todo (así en Tobed).5
En los años 1970, en el importante foco alfarero alicantino de Agost, el único obrador que hacía orzas vidriadas era el de Pedro Mollá Castelló. Las más grandes, con capacidad para treinta y cinco litros, presentaban cuatro asas, siendo lo habitual que tuvieran solo dos.6
También son típicas las orzas de matanza de Lucena (Córdoba), donde tradicionalmente se diferenciaban siete tamaños, cada uno con su denominación propia: arrobera, cuartillera, pastoril, perrenga grande, perrenga chica, orza chica y levaudera;7 todas ellas vidriadas, de perfil panzudo y con dos asas y borde resaltado, decoradas con una cenefa vegetal (las más pequeñas) o un ramo (las grandes). El dibujo, estilizado y bello, por sencillo, se consigue con verde de cobre, manganeso marrón y ocre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario