DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA .-
En 1864, el zoólogo y biogeógrafo inglés Philip Sclater observó la distribución de los lémures y sus fósiles. Menos de cinco años atrás, El Origen de las Especies había dado al siglo XIX la teoría de la evolución y Sclater buscaba explicar el origen de estos primates con esa nueva teoría.
La teoría evolutiva sugería que las especies surgían en un centro de origen del cual se dispersaban; conforme se iban dispersando las poblaciones se enfrentaban a condiciones ambientales diferentes que hacían a la selección natural operar sobre los individuos. De ese modo, si uno encontraba una especie en un punto determinado y un pariente de esta especie en otro, entre ellas sería posible encontrar especies intermedias, vivas o ya extintas, en cuyo caso se encontrarían sus vestigios fósiles.
Sclater observó que había primates lemúridos tanto en la isla de Madagascar, en África, como en la India; pero no había evidencias, ni siquiera fósiles, de lemúridos en el camino entre Madagascar y la India. Por lo que Sclater explicó este fenómeno mediante la existencia de un antiguo continente que servía como unpuente de tierra entre Madagascar y la India. Este continente, al que denominó Lemuria, se habría sumergido debido a la acción de terremotos e inundaciones.
Conforme el siglo avanzó y la Historia natural dio paso a las modernas ciencias de la biología y la geología, la mera descripción de floras y faunas no era suficiente. A la luz de la evolución, era necesario entender por qué había faunas tan similares en lugares distantes. El registro fósil de Brasil y el de la costa oeste de África habían demostrado ser similares, pero no había manera de explicar el origen de dicha similitud: un océano las separaba.
H. von Ihering propuso la teoría de que desde hace mucho tiempo existió una conexión entre América del Sur y África que permitía comunicar las faunas de ambas regiones, conexión que se conoció como el continente de Archhelenis[1]; según esta teoría, Archhelenis permitía el paso de floras y faunas entre estos dos continentes, hasta que desapareció hacia finales del Eoceno, generando que las floras y faunas comenzaran a ser disímiles. Por otro lado, antes del Terciario[2] no era posible encontrar semejanzas en el registro fósil, o no tan grandes, entre América del Norte y América del Sur. Esto hizo pensar que hasta el Terciario ambos continentes estaban separados por un mar, lo que explicaba las abundantes faunas marinas fósiles que se observaban en México y Centroamérica. La teoría del continente Archhelenis no fue tan aceptada al principio, pero se robusteció hasta que en 1910 A. E. Ortamann logró reforzarla, siendo la hipótesis más aceptada para explicar tanto los depósitos terrestres como los marinos a los dos lados del Atlántico.
La idea de los puentes de tierra se utilizó para explicar los patrones de distribución de especies, géneros, familias y órdenes de animales y plantas. De modo que Lemuria y Archhelenis son solamente dos ejemplos de hipótesis de entre los muchos puentes de tierra que se propusieron.
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