martes, 24 de junio de 2014

LENGUAS DEL MUNDO - ALFABETOS


ALFABETO ARAMEO .-

El rápido desarrollo del arameo cursivo puede ser seguido en los documentos de los siglos VII y VI a. C., los cuales consisten de algunos papiros, ostraca (figura inferior) y rótulos en tablillas de barro.
El material más importante consiste de unos cien papiros del siglo V a. C. hallados en Elefantina, Egipto (figura inferior, carta enviada al gobernador de Judá), y los pergaminos de Arsham, que contienen cartas del gobernador persa enviado a Egipto.
Los documentos de Elefantina son de vital importancia, porque consisten de listas de nombres, cartas privadas y oficiales, documentos legales e incluso dos obras literarias
La figura inferior muestra una inscripción, la "inscripción de caza" del siglo V-IV a. C. Fue hallada en Cilicia, muy lejos de la patria de los arameos. Se aprecian las divisiones de las palabras por espacios intermedios. La traducción de la primera línea y de la primera palabra de la segunda línea es:
"Yo soy wswns, hijo de pwsj"
 
Inscripción de caza
Uno de los pueblos que van a hacer uso del alfabeto arameo será el pueblo judío. Aunque ellos poseían su propio sistema de escritura, el hebreo, durante el tiempo de su cautiverio van a sustituir gradualmente el hebreo por el arameo, hasta derivar hacia el hebreo cuadrado o judaico que es una variante del arameo. 
Hacia el final del dominio persa, en la provincia de Judá se acuñan monedas en las que aparece sólo la palabra Yehud en grafía aramea (figura lateral arriba); sin embargo, otras monedas portan otro tipo de leyendas (figura lateral centro) en la cual se puede leer: Yehizkiyah el gobernador. En esta última la grafía es hebrea todavía. 
También se han hallado sellos en asas de jarra en los que aparece el nombre de la provincia Yehud (Judá) y, en ocasiones, el nombre del oficial responsable de homologar la capacidad de las jarras. En estas inscripciones la escritura es claramente aramea. 
Las figuras inferiores son un buen ejemplo de sellos arameos con la palabra Yehud y los nombres personales de los oficiales.

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