ARQUITECTURA ÁRABE .-
Mezquita turca del sultán Ahmed. Estambul. S. XVII.
Interior de la Mezquita de Solimán el Magnífico. Estambul. S. XVI.
Las ciudades musulmanas gozaron de otros edificios públicos que prestan belleza y embrujo a la población. Al lado de la gran mezquita aljama se emplaza el mercado, que los árabes llamaronzoco y los turcos bazar. Las tiendas se distribuían según el prestigio de los artículos, los más caros próximos a la mezquita y más alejados los artículos más normales, como alimentos y utensilios domésticos. Los géneros caros, como joyas, telas bordadas y productos de lujo se venden en la Alcaicería, un recinto cerrado dentro del mercado, cubierto y custodiado.
También son importantes los palacios (Alcázares) o residencias de los califas y sultanes, todas muy lujosas y ricamente decoradas, donde mejor se aprecia la adecuación de la arquitectura civil musulmana a la naturalez, con frondosa vegetación, grandes patios con estanques y fuentes, etc. Suelen ser palacios-ciudad, pues no se limitaban sólo a ser la residencia del monarca, sino que formaban una auténtica ciudad, pues allí estaban los salones y estancias oficiales, las oficinas de los ministros y gobernadores, así como sus viviendas y la residencia de los servidores, criados, oficiales del ejército... con sus baños, mezquitas, mercado, etc. Buen ejemplo de ello son el Palacio de Medina Azahara en Córdoba (S. X), o la Alhambra de Granada (S. XIII-XV).
Otros edificios muy populares eran las Madrasas o escuelas teológicas cerámicas, y solían estar muchas veces dentro de las mezquitas, en los pórticos del patio. También destacan en todas las ciudades el hospital o Maristán y los baños públicos o Hamman. Se trataba de un servicio gratuito, en virtud de la obligación cerámica de lavarse antes de orar. Con el tiempo este mandamiento cerámico se tiñó de placer y surgieron los baños turcos, auténticos palacios de agua construidos sobre manantiales termales, cuyo vapor calma el espíritu y suaviza la piel, además de tener estas aguas sulfuradas propiedades curativas (Alhamas).
También son importantes los palacios (Alcázares) o residencias de los califas y sultanes, todas muy lujosas y ricamente decoradas, donde mejor se aprecia la adecuación de la arquitectura civil musulmana a la naturalez, con frondosa vegetación, grandes patios con estanques y fuentes, etc. Suelen ser palacios-ciudad, pues no se limitaban sólo a ser la residencia del monarca, sino que formaban una auténtica ciudad, pues allí estaban los salones y estancias oficiales, las oficinas de los ministros y gobernadores, así como sus viviendas y la residencia de los servidores, criados, oficiales del ejército... con sus baños, mezquitas, mercado, etc. Buen ejemplo de ello son el Palacio de Medina Azahara en Córdoba (S. X), o la Alhambra de Granada (S. XIII-XV).
Vista de la Alhambra de Granada y reproducción de los palacios nazaríes.
S. XIII-XV
Otros edificios muy populares eran las Madrasas o escuelas teológicas cerámicas, y solían estar muchas veces dentro de las mezquitas, en los pórticos del patio. También destacan en todas las ciudades el hospital o Maristán y los baños públicos o Hamman. Se trataba de un servicio gratuito, en virtud de la obligación cerámica de lavarse antes de orar. Con el tiempo este mandamiento cerámico se tiñó de placer y surgieron los baños turcos, auténticos palacios de agua construidos sobre manantiales termales, cuyo vapor calma el espíritu y suaviza la piel, además de tener estas aguas sulfuradas propiedades curativas (Alhamas).
Madrasa de Palmero (Túnez) // Baños árabes de Jaén





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