ARQUITECTURA AZTECA .-
Teotihuacan
En la cronografía del México antiguo, Teotihuacan se desarrolló en la región del altiplano central de México, de los años 400 a.C a 700 d.C. El nombre que le dieron los aztecas significa “El lugar donde los hombres se convierten en dioses”.
Esta zona arqueológica se distingue por la magnitud de sus construcciones sobresaliendo las pirámides del Sol, la Luna, y la de Quetzalcóatl, caracterizadas por el recurrente uso del tablero y el talud y, en la última, la decoración con relieves escultóricos.
La ciudad llegó a ocupar una extensión de 20 km2 con una población de alrededor de 100 mil personas, cuenta con 600 pirámides de distintos tipos y 2 mil conjuntos habitacionales [15]. La extensión arqueológica es de 3,214 hectáreas. La pirámide del Sol probablemente tenía una altura de 75 m; hoy observamos 65 m y en su base mide 225 m por lado. La pirámide de la Luna tiene una altura de 46 m. La fachada del Templo de Quetzalcóatl está adornada con 336 cabezas esculpidas que representan a la Serpiente Emplumada, y a Tláloc, dios de la lluvia.
Se dice que Teotihuacan fue una ciudad sagrada, un lugar armónico con su entorno y con el cosmos, donde el espacio y el tiempo sagrados fueron creados [10]. Uno de los mitos se basa en la creencia de que representaba al cosmos y al cielo.
Esta zona arqueológica es la única urbe en Mesoamérica con una traza urbana formada por dos grandes ejes perpendiculares orientados hacia los cuatro puntos cardinales, formando grandes calzadas a cuyos lados se edificaron numerosos conjuntos arquitectónicos, templos, pirámides y obras públicas que constituyen la mayor extensión de arquitectura pública monumental de su tiempo en muestro continente [4].
Las construcciones tienen una orientación astronómica al parecer, relacionada con el inicio de la estación de lluvias. La orientación de la pirámide del Sol se ha relacionado con la puesta heliacal de las Pléyades [10] frente a la estructura y se considera un ejemplo de alineación calendárico-astronómica [5] que, en este lugar, ocurre el 29 de abril y el 13 de agosto.
Tal vez en Teotihuacan se originaron los diseños que simbolizan a las estrellas [3], que se ven en la cerámica y los murales, que han sido asociados al agua y a Venus.
Esta zona arqueológica se distingue por la magnitud de sus construcciones sobresaliendo las pirámides del Sol, la Luna, y la de Quetzalcóatl, caracterizadas por el recurrente uso del tablero y el talud y, en la última, la decoración con relieves escultóricos.
La ciudad llegó a ocupar una extensión de 20 km2 con una población de alrededor de 100 mil personas, cuenta con 600 pirámides de distintos tipos y 2 mil conjuntos habitacionales [15]. La extensión arqueológica es de 3,214 hectáreas. La pirámide del Sol probablemente tenía una altura de 75 m; hoy observamos 65 m y en su base mide 225 m por lado. La pirámide de la Luna tiene una altura de 46 m. La fachada del Templo de Quetzalcóatl está adornada con 336 cabezas esculpidas que representan a la Serpiente Emplumada, y a Tláloc, dios de la lluvia.
Se dice que Teotihuacan fue una ciudad sagrada, un lugar armónico con su entorno y con el cosmos, donde el espacio y el tiempo sagrados fueron creados [10]. Uno de los mitos se basa en la creencia de que representaba al cosmos y al cielo.
Esta zona arqueológica es la única urbe en Mesoamérica con una traza urbana formada por dos grandes ejes perpendiculares orientados hacia los cuatro puntos cardinales, formando grandes calzadas a cuyos lados se edificaron numerosos conjuntos arquitectónicos, templos, pirámides y obras públicas que constituyen la mayor extensión de arquitectura pública monumental de su tiempo en muestro continente [4].
Las construcciones tienen una orientación astronómica al parecer, relacionada con el inicio de la estación de lluvias. La orientación de la pirámide del Sol se ha relacionado con la puesta heliacal de las Pléyades [10] frente a la estructura y se considera un ejemplo de alineación calendárico-astronómica [5] que, en este lugar, ocurre el 29 de abril y el 13 de agosto.
Tal vez en Teotihuacan se originaron los diseños que simbolizan a las estrellas [3], que se ven en la cerámica y los murales, que han sido asociados al agua y a Venus.
Xochicalco
A la caída de Teotihuacan surgieron otros centros como Xochicalco, “El lugar de las casas de las flores”, ubicado en las colinas de la región occidental del estado de Morelos, cerca de la ciudad de Cuernavaca, que floreció entre los años 700 y 900 d.C.
El sitio arqueológico consta de varias estructuras. En la parte superior se encuentra la Acrópolis que era un área habitacional. Inmediatamente abajo se localiza la Plaza Principal donde se encuentra la Pirámide de Quetzalcóatl o de las Serpientes Emplumadas. En una terraza más baja y al sur se ubica la Estela de los Dos Grifos. Por abajo y en la siguiente terraza se encuentra el Juego de Pelota [6].
En la Pirámide las Serpientes Emplumadas, a los lados de la escalinata, las serpientes forman semicírculos, en cuyo interior están grabados grifos calendáricos. En el tablero hay una serie de personajes en los que observa el símbolo de la palabra y un disco dividido en cuadrantes que representa un eclipse solar que se estima ocurrió en el año 743 d.C.
En las culturas mesoamericanas, para calibrar la duración del año fue necesaria una continua observación del Sol durante todo el año por medio de una “estructura de horizonte” [5]. En la Plaza de la Estela de los dos Grifos esto se haría con un observador situado en la estela siguiendo sistemáticamente la posición del Sol al amanecer en el horizonte artificial formado por el edificio de enfrente. El día del equinoccio sería cuando el disco solar está alineado al centro de la estructura. En el solsticio de verano, el disco solar coincide con el extremo norte de la estructura; en el solsticio de invierno, el Sol surge del extremo sur de la estructura.
Con el horizonte calibrado es posible notar el desfasamiento de las cuentas calendáricas respecto del movimiento aparente del Sol. Una función similar la tienen los llamados observatorios cenitales. En estos recintos la incidencia de los rayos solares en el interior del mismo señala la llegada del Sol a posiciones extremas en el cielo [5].
Al norte de la Plaza Principal, dos niveles más abajo se encuentran una gran cantidad de cuevas intercomunicadas. Una de estas es el Observatorio cenital de Xochicalco. Desde allí se observa el paso del Sol en su movimiento hacia el Trópico de Cáncer y a su regreso, los días 14/15 de mayo y 28/29 de julio respectivamente [6]. En esas fechas, el Sol está en el cenit a las doce del mediodía astronómico. El haz de luz cae directamente a través del tiro y proyecta la imagen hexagonal de la chimenea en el piso del subterráneo.
El sitio arqueológico consta de varias estructuras. En la parte superior se encuentra la Acrópolis que era un área habitacional. Inmediatamente abajo se localiza la Plaza Principal donde se encuentra la Pirámide de Quetzalcóatl o de las Serpientes Emplumadas. En una terraza más baja y al sur se ubica la Estela de los Dos Grifos. Por abajo y en la siguiente terraza se encuentra el Juego de Pelota [6].
En la Pirámide las Serpientes Emplumadas, a los lados de la escalinata, las serpientes forman semicírculos, en cuyo interior están grabados grifos calendáricos. En el tablero hay una serie de personajes en los que observa el símbolo de la palabra y un disco dividido en cuadrantes que representa un eclipse solar que se estima ocurrió en el año 743 d.C.
En las culturas mesoamericanas, para calibrar la duración del año fue necesaria una continua observación del Sol durante todo el año por medio de una “estructura de horizonte” [5]. En la Plaza de la Estela de los dos Grifos esto se haría con un observador situado en la estela siguiendo sistemáticamente la posición del Sol al amanecer en el horizonte artificial formado por el edificio de enfrente. El día del equinoccio sería cuando el disco solar está alineado al centro de la estructura. En el solsticio de verano, el disco solar coincide con el extremo norte de la estructura; en el solsticio de invierno, el Sol surge del extremo sur de la estructura.
Con el horizonte calibrado es posible notar el desfasamiento de las cuentas calendáricas respecto del movimiento aparente del Sol. Una función similar la tienen los llamados observatorios cenitales. En estos recintos la incidencia de los rayos solares en el interior del mismo señala la llegada del Sol a posiciones extremas en el cielo [5].
Al norte de la Plaza Principal, dos niveles más abajo se encuentran una gran cantidad de cuevas intercomunicadas. Una de estas es el Observatorio cenital de Xochicalco. Desde allí se observa el paso del Sol en su movimiento hacia el Trópico de Cáncer y a su regreso, los días 14/15 de mayo y 28/29 de julio respectivamente [6]. En esas fechas, el Sol está en el cenit a las doce del mediodía astronómico. El haz de luz cae directamente a través del tiro y proyecta la imagen hexagonal de la chimenea en el piso del subterráneo.
Mirar al cielo
El 31 de enero podrá observarse a Venus que aparece en el oeste como la estrella más brillante y permanece casi cuatro horas después de la puesta del Sol. El 26 de enero, la Luna estará en fase de Luna Nueva después, creciente, aparecerá el día 29 abajo y a la derecha de Venus y un poco arriba de éste en la siguiente noche [14], después se moverá hacia la izquierda.
También se pueden mirar varias estrellas, constelaciones y cúmulos estelares. Dos ejemplos interesantes son Orión y las Pléyades.
También se pueden mirar varias estrellas, constelaciones y cúmulos estelares. Dos ejemplos interesantes son Orión y las Pléyades.
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