ARQUITECTURA AZTECA .-
Orión
El arreglo de las siete estrellas más brillantes de la constelación de Orión es muy atractivo, se puede mirar a simple vista, con binoculares o telescopio.
En la mitología griega Orión fue descrito como un cazador con una estatura de gigante. De acuerdo a esta visión, el cinturón de Orión está delineado por tres estrellas azules: Alnital, Alnilam y Mintaka; al noroeste del cinturón está Belatrix [8].
Arriba del cinturón, en lo que sería el hombro derecho de Orión, se encuentra Betelgeuse que es una estrella supergigante roja, 20 veces más masiva que el Sol, evolucionada y fría, con luminosidad variable que se encuentra a 400 años-luz de la Tierra.
Abajo del cinturón está Rigel, en lo sería el pie izquierdo de Orión, la cual se mira azul porque es una estrella joven, muy caliente y 40 mil veces más brillante que el Sol. Al suroeste del cinturón, entre éste y Rigel, están tres estrellas que representan a la espada de Orión.
Situada al sur de la constelación se encuentra la nebulosa difusa, conocida como Orión ó M42, la cual es una de las más brillantes y puede ser observada a simple vista. Está situada a 1,270 años-luz de la Tierra, posee un diámetro de 24 años-luz y contiene un cúmulo abierto de reciente formación denominado el Trapecio [7].
El descubrimiento de la nebulosa, en 1617, se atribuye a Galileo quien probablemente no la observó pues no la menciona. Tampoco fue mencionada por Ptolomeo. Sin embargo, un mito maya habla de una parte del cielo de la constelación de Orión, conocida como Xibalbá, donde se hallaba una mancha borrosa generada por el fuego, que representaba la nebulosa de Orión.
Al noroeste de Orión está la constelación del Tauro, donde se encuentra el cúmulo de Las Hyades cuya estrella más brillante es Aldebarán. Al noreste de Tauro está la constelación de Auriga cuya estrellas más brillante es Capella.
Al noreste de Orión se encuentra la constelación del Can Menor cuya estrellas más brillante es Procyon. Al sureste está la constelación del Can Mayor, donde se encuentra Sirio, la estrella más brillante que puede observarse en el cielo nocturno, aún a simple vista.
En la mitología griega Orión fue descrito como un cazador con una estatura de gigante. De acuerdo a esta visión, el cinturón de Orión está delineado por tres estrellas azules: Alnital, Alnilam y Mintaka; al noroeste del cinturón está Belatrix [8].
Arriba del cinturón, en lo que sería el hombro derecho de Orión, se encuentra Betelgeuse que es una estrella supergigante roja, 20 veces más masiva que el Sol, evolucionada y fría, con luminosidad variable que se encuentra a 400 años-luz de la Tierra.
Abajo del cinturón está Rigel, en lo sería el pie izquierdo de Orión, la cual se mira azul porque es una estrella joven, muy caliente y 40 mil veces más brillante que el Sol. Al suroeste del cinturón, entre éste y Rigel, están tres estrellas que representan a la espada de Orión.
Situada al sur de la constelación se encuentra la nebulosa difusa, conocida como Orión ó M42, la cual es una de las más brillantes y puede ser observada a simple vista. Está situada a 1,270 años-luz de la Tierra, posee un diámetro de 24 años-luz y contiene un cúmulo abierto de reciente formación denominado el Trapecio [7].
El descubrimiento de la nebulosa, en 1617, se atribuye a Galileo quien probablemente no la observó pues no la menciona. Tampoco fue mencionada por Ptolomeo. Sin embargo, un mito maya habla de una parte del cielo de la constelación de Orión, conocida como Xibalbá, donde se hallaba una mancha borrosa generada por el fuego, que representaba la nebulosa de Orión.
Al noroeste de Orión está la constelación del Tauro, donde se encuentra el cúmulo de Las Hyades cuya estrella más brillante es Aldebarán. Al noreste de Tauro está la constelación de Auriga cuya estrellas más brillante es Capella.
Al noreste de Orión se encuentra la constelación del Can Menor cuya estrellas más brillante es Procyon. Al sureste está la constelación del Can Mayor, donde se encuentra Sirio, la estrella más brillante que puede observarse en el cielo nocturno, aún a simple vista.
Las Pléyades
El cúmulo de las Pléyades (M45) contiene cientos de estrellas jóvenes, que se miran azules, formadas hace 100 millones de años a partir de la misma nube de gas. Las estrellas permanecen unidas por gravedad pero eventualmente se separarán.
En enero, las Pléyades se observan a un costado de la constelación de Tauro, al noroeste de las Hyades, ubicadas a 450 años-luz de la Tierra y contenidas en un espacio de 20 años-luz, con un total aproximado de 500 estrellas. Las estrellas que pueden ser observadas dependiendo de las condiciones atmosféricas (cielos muy limpios y ausencia de Luna) [12] son: Taygete, Pleione, Merope, Maia (la mayor de las Pléyades), Electra, Celaeno, Alcyone, Asterope y Atlas, las cuales tienen una masa total estimada en 800 masas solares.
Las estrellas más grandes del cúmulo son de color blanco-azulado y cinco veces más grandes que el Sol asociadas con una nebulosa de reflexión. Varias pléyades aparecen rodeadas por filamentos azules de luz. La nebulosidad es el resultado de la dispersión de pequeños granos de polvo en la vecindad que están dentro de una nube de hidrógeno.
Las Pléyades fueron conocidas desde la antigüedad, Homero las menciona en la Ilíada y la Odisea, también Hesíodo en Los Trabajos y los Días. Según la mitología griega, las Pléyades fueron siete hermanas hijas de Atlas y Pleione de las que se enamoró Orión, el cazador gigante que vivía persiguiéndolas. Tras ser obligado Atlas a cargar sobre sus hombros con el mundo, Orión persiguió a las Pléyades, y Zeus terminó por transformarlas primero en palomas y luego en estrellas para consolar a su padre. Se dice que Orión sigue persiguiéndolas por el cielo nocturno. En otras versiones de la historia, las siete hermanas se suicidaron porque estaban tristísimas por la suerte que había corrido su padre, o bien, por la pérdida de sus hermanas, las Hyades. Tras esto Zeus las inmortalizaría subiéndolas al cielo [13].
Los mayas también observaron a las Pléyades y para esta civilización tuvieron una gran importancia, su paso por el cenit cada 100 ciclos de 52 años indicaba el inicio del nuevo Sol. Los mayas basaron su calendario sagrado Tzolk’in en el ciclo de las Pléyades y creyeron que eran el lugar de origen de su cultura [2]. Eran llamadas Tzab-ek o cola de Serpiente de Cascabel y a las más brillantes las conocían como Las Siete Hermanas.
El Tzolk’in o calendario sagrado de los mayas se basa en el ciclo de las Pléyades de 26,000 años, que lo reflejan con un ciclo de 260 días. La relación con las Pléyades se encuentra en el Popol Vuh, o Libro del Consejo, bajo el nombre de MOTZ que significa "puñado" y según el relato se originaron cuando "Zipacna el soberbio" mató a 400 guerreros, cuyas almas fueron tomadas por "Gucumatz, el Gran Corazón del Cielo" y puestas luego como estrellas.
En enero, las Pléyades se observan a un costado de la constelación de Tauro, al noroeste de las Hyades, ubicadas a 450 años-luz de la Tierra y contenidas en un espacio de 20 años-luz, con un total aproximado de 500 estrellas. Las estrellas que pueden ser observadas dependiendo de las condiciones atmosféricas (cielos muy limpios y ausencia de Luna) [12] son: Taygete, Pleione, Merope, Maia (la mayor de las Pléyades), Electra, Celaeno, Alcyone, Asterope y Atlas, las cuales tienen una masa total estimada en 800 masas solares.
Las estrellas más grandes del cúmulo son de color blanco-azulado y cinco veces más grandes que el Sol asociadas con una nebulosa de reflexión. Varias pléyades aparecen rodeadas por filamentos azules de luz. La nebulosidad es el resultado de la dispersión de pequeños granos de polvo en la vecindad que están dentro de una nube de hidrógeno.
Las Pléyades fueron conocidas desde la antigüedad, Homero las menciona en la Ilíada y la Odisea, también Hesíodo en Los Trabajos y los Días. Según la mitología griega, las Pléyades fueron siete hermanas hijas de Atlas y Pleione de las que se enamoró Orión, el cazador gigante que vivía persiguiéndolas. Tras ser obligado Atlas a cargar sobre sus hombros con el mundo, Orión persiguió a las Pléyades, y Zeus terminó por transformarlas primero en palomas y luego en estrellas para consolar a su padre. Se dice que Orión sigue persiguiéndolas por el cielo nocturno. En otras versiones de la historia, las siete hermanas se suicidaron porque estaban tristísimas por la suerte que había corrido su padre, o bien, por la pérdida de sus hermanas, las Hyades. Tras esto Zeus las inmortalizaría subiéndolas al cielo [13].
Los mayas también observaron a las Pléyades y para esta civilización tuvieron una gran importancia, su paso por el cenit cada 100 ciclos de 52 años indicaba el inicio del nuevo Sol. Los mayas basaron su calendario sagrado Tzolk’in en el ciclo de las Pléyades y creyeron que eran el lugar de origen de su cultura [2]. Eran llamadas Tzab-ek o cola de Serpiente de Cascabel y a las más brillantes las conocían como Las Siete Hermanas.
El Tzolk’in o calendario sagrado de los mayas se basa en el ciclo de las Pléyades de 26,000 años, que lo reflejan con un ciclo de 260 días. La relación con las Pléyades se encuentra en el Popol Vuh, o Libro del Consejo, bajo el nombre de MOTZ que significa "puñado" y según el relato se originaron cuando "Zipacna el soberbio" mató a 400 guerreros, cuyas almas fueron tomadas por "Gucumatz, el Gran Corazón del Cielo" y puestas luego como estrellas.
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