LOS CÁNTABROS .-
Costumbres del pueblo cántabro
Vestían una túnica atada con un cinturón, además de un capote negro de lana, que les servía también de manta para dormir. Usaban una especie de sombreros o gorras y calzaban abarcas de cuero. Las mujeres llevaban vestidos con adornos de flores.
Dormían en el suelo, se bañaban con agua fría, comían una sola comida abundante y eran aficionados a juegos atléticos, milita- res y al baile. Sus conocimientos médicos eran muy limitados, sacaban a sus enfer- mos a los caminos por ver si los caminan- tes les proporcionaban un remedio. |
Tampoco debían conocer la escritura. Los romanos quedaron sorprendidos por las bárbaras costumbres del pueblo cántabro y las achacaron a su carácter guerrero, lo incomunicado de sus tierras y el rigor del clima. Las leyes penales contemplaban el apedreamiento o despeñar al infractor por un roca y los ancianos, que no servían para la guerra, solían suicidarse. Otra costumbre que conocemos era la de la tribu de los concanos que bebía la sangre de los caballos.
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Recursos y economía
Los cántabros se dedicaban a la recolección, la ganadería ( la carne de cabra era su base alimenticia ), la caza de jabalís, pesca, marisqueo y el pillaje de pueblos vecinos ( vacceos y turmódigos ). La agricultura no debía ser muy productiva.
Se sabe que navegaban en primitivas embarcaciones, como podemos comprobar en el Museo Marítimo. Ya en época pre- romana explotaron los recursos mineros, como el hierro y otros metales y la sal de Cabezón. |
También tuvieron relaciones comerciales con otros pueblos hispáni- cos, incluso a través del mar con las islas británicas, prueba de ello tenemos el "Caldero de Cabárceno". No tenían moneda, por lo que debían practicar el trueque.
En cualquier caso, su mayor proyección al exterior era como merce- narios, como veremos más adelante, pues se sabe que hubo guerreros cántabros en lugares tan dispares como las Galias o el Danubio. En ese sentido eran muy apreciadas sus cualidades como guerreros, tal y como podemos ver en la siguiente sección histórica. |
Religión, dioses y ritos: Las Estelas Cántabras
Los cántabros practicaban cultos de tipo naturalista: veneraban a los montes, bosques, lagos, serpientes... Las representaciones solares de las numerosas estelas gigantes que se han encontrado, hacen suponer que también existiría el culto a un dios solar. Se han encontrado en Zurita de Piélagos, Barros y Lombera en Buelna y San Vicente de Toranzo. Se las considera de la Cantabria prerromana, aunque también pudieron haberse creado bajo dominio romano, puesto que también se conocen estelas dis- coideas con inscripciones latinas como la de Luriezo ( Cabezón de Liébana ). También se conoce el nombre de un dios, Erudinus, a quién se rendía culto desde la cima del Pico Dobra, en Torrelavega. Existía un dios-padre, asimilado más tarde al Júpiter romano. En Herrera de Camargo se descubrió una bella escultura de bronce que le rendía culto.
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También aparece un dios de la guerra cántabro que en el futuro sería asimilado al Marte latino al que se le ofrecían sacrificios de cabras, caballos y prisioneros. Parece estar confirmada la presen- cia de una diosa llamada Cantabria.
Se ha encontrado un ara votiva en el Danubio, hasta donde llega- ron los soldados cántabros con el ejército romano, dedicada a esta deidad. Esta diosa podía estar relacionada con algún tipo de culto a la luna. También existe un indicio de culto a las "matres". |
En el monte Cildá apareció una ara dedicada a la diosa Mater Deva, conocida en el mundo céltico y relacionada con las aguas. El río Deva en Cantabria, permite establecer la relación con la diosa. Hemos sabido que los cántabros sa- crificaban a sus prisioneros en gran número y que las cuevas tenían gran impor- tancia para el pueblo cántabro, puesto que las utilizaban con fines funerarios.
Por una pequeña escultura de bronce encontrada en Castro Urdiales sobre un escarpado monte, deducimos que los cántabros de la costa veneraban a un dios del mar, asimilado posteriormente al Neptuno latino, aunque en este caso, el Neptuno cántabro se presenta como un joven imberbe que lleva un collar en forma de media luna. Aparecen otros atributos clásicos como el delfín en una mano y el tridente en la otra. Actualmente, se encuentra en el Museo de Prehistoria de Santander. |
En algunas lápidas aparecen animales como caballos o ciervos, porque al parecer, existía la creencia de que estos animales transportaban las almas de los difuntos al cielo. Sobre como enterraban a los muertos bien poco se sabe.
Parece que se practicaba la cremación con los difuntos, excepto con los que morían en el campo de batalla, que debían quedar yaciendo allí hasta que los buitres abrieran sus entrañas para transportar sus almas al cielo. Esta es una costumbre que ha quedado reflejada en una de las caras de la estela de Zurita. |
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