Antenas
Las antenas son un par de apéndices articulados que tienen todos los insectos adultos en la cabeza, excepto el orden Protura. Se insertan entre los ojos compuestos o por delante de ellos. En los estados inmaduros pueden estar muy reducidas, o incluso desaparecer. La antena está formada por una serie de unidades llamadas artejos. En la antena típica se distinguen tres zonas: escapo, pedicelo y flagelo.
- Escapo. Es el artejo basal de la antena, normalmente más grande y ancho que el resto. Se inserta en la cabeza en una zona membranosa.
- Pedicelo. Es el siguiente artejo, de pequeño tamaño, con un complejo sensorial específico.
- Flagelo. Es el conjunto de todos los demás artejos que forman la antena. Suele ser largo y formado por una serie de artejos muy similares entre sí, unidos por membranas, lo que le da bastante flexibilidad.
Las antenas suelen estar recorridas por músculos que les confieren gran movilidad.
Aunque esta estructura es bastante uniforme, existen múltiples variantes que dan lugar a formas morfológicas características (Fig. 2.11): filiformes (en forma de hilo), setáceas (en forma de pelo, que se adelgaza en el extremo), moniliforme (en forma de rosario), aserrada, pectinada (en forma de peine), claviforme o mazuda (con el extremo en forma de maza), lameliformes (con laminillas muy juntas), geniculadas (que se doblan, acodadas o dobladas), plumosas, etc.
Figura 2.11. Diferentes tipos de antenas de los insectos. 1, filiforme; 2, moniliforme; 3, en maza o claviforme; 4, serrada; 5, geniculada; 6, con arista; 7, lamelada; 8, bipectinada; 9, pectinada. (Pons y Eizaguirre, 1996).
Las antenas difieren casi siempre en los dos sexos de una especie, y a veces esta diferencia es muy ostensible, lo que contribuye a marcar mucho el dimorfismo sexual. Generalmente las antenas de los machos son más complejas que las de las hembras.
La principal función de las antenas es de tipo sensorial. Las antenas tienen muchas quetas sensoriales, y muchos de los artejos poseen células epidérmicas o zonas especializadas en la captación de todo tipo de señales y cambios que se produzcan en su medio, por ejemplo señales olfativas, gustativas, táctiles e incluso auditivas.
Tórax: morfología general
El tórax es la región del cuerpo de los insectos situada entre la cabeza y el abdomen. Está formado por tres segmentos: protórax, mesotórax y metatórax. Cada segmento presenta un par de patas, y las alas, si están presentes, se sitúan por pares en el meso y metatórax. El tórax es la región del cuerpo de los insectos especializada en el desplazamiento, por las patas y las alas.
La estructura de los segmentos del tórax (y que también es aplicable a los segmentos del abdomen) está en la Fig. 2.12. En un segmento típico se distinguen tres zonas:
- la dorsal o tergo, que en el tórax recibe el nombre específico de noto.
- la ventral o esternón,
- y las laterales, pleuras o pleurones. Aquí se encuentran las inserciones de las patas y alas.
Figura 2.12. Estructura general de un segmento torácico. A la izquierda mostrando la inserción de las patas y las expansiones alares. En la derecha con el esqueleto interno. (Liñán, 1998).
En estas tres zonas pueden aparecer zonas más endurecidas, que reciben entonces el nombre genérico de escleritos, y de forma particular tergitos para el tergo, esternitos para el esternón y pleuritos para la pleura.
Los prefijos pro-, meso- y meta- se utilizan para designar con mayor precisión las distintas zonas del tórax: pronoto, mesoesternón, metapleurón, etc.
En su parte interna aparecen expansiones del tegumento que reciben diferentes nombres (fragmas, apodemas, apófisis), y que sirven de anclaje a los músculos que deben mover patas y alas. En la pleura del meso y metatórax se encuentran un par de estigmas o espiráculos, aberturas externas que sirven el intercambio gaseoso, junto a los del abdomen.
El aspecto concreto que tiene el tórax de un insecto depende mucho de sus hábitos de vida. Es bastante normal que en los insectos voladores estén muy desarrollados el meso y metatórax (llamados a veces pterotórax). Muchos insectos voladores lo hacen fundamentalmente con uno de los dos pares de alas, y en ese caso tienen una especie de hipertrofia del segmento que usan para mover las alas. En insectos marchadores, o ápteros, los tres segmentos tienen un desarrollo similar, e incluso tienen más desarrollada la parte esternal de los segmentos.
Morfología y tipos de patas
Una característica constante de los insectos en estado adulto es la presencia de tres pares de patas en el tórax, de ahí el nombre de Hexápodos que a veces reciben. Las patas son apéndices articulados utilizados para el desplazamiento. Muchos estado inmaduros poseen también los tres pares de patas torácicas, aunque su estructura es más sencilla que la típica de un adulto.
La pata de un insecto adulto está formada por seis piezas tubulares, unidas entre sí por articulaciones y por una membrana. Su interior está recorrido por músculos que aseguran su movilidad. Las seis piezas son: coxa o cadera, trocánter, fémur, tibia, tarso y pretarso (Fig. 2.13). Aunque la pata típica de un insecto es marchadora, adaptada a la marcha o carrera en un sustrato sólido, a partir de este diseño básico se han producido gran cantidad de modificaciones que permiten a estos apéndices desempeñar otras muchas funciones: cavar, capturar y sujetar las presas, nadar, saltar, etc.
La coxa o cadera es la base funcional de la pata, puesto que es la articulación con el tórax.
El trocánter se articula con la cadera y suele estar rígidamente unido al fémur.
El fémur es la pieza más grande de la pata. Está especialmente desarrollado en los insectos saltadores.
La tibia es generalmente delgada, de longitud igual o superior al fémur. Cerca de su extremidad distal lleva uno o más espolones tibiales.
Figura 2.13.(a) Pata de un insecto, con las diferentes partes de que consta. (b) Aspecto de dos tipos de pretarso, el de la izquierda es de un Díptero, y el de la derecha es el más corriente entre los insectos. (Liñán, 1998; Davies, 1991).
El tarso primitivo consta de un solo segmento, pero en la mayoría de los insectos más evolucionados consta de 2 a 5 subsegmentos o tarsómeros. No tienen músculos en su interior, a diferencia del resto de partes de la pata. Los insectos se apoyan en el sustrato con el tarso.
El pretarso es un grupo de estructuras situadas en la parte final de la pata, al extremo del tarso. La forma más sencilla que presenta es la de una uña (como en proturos, colémbolos y muchas larvas). En la mayoría de los insectos consta de dos uñas y un lóbulo medio llamado arolio. En los dípteros hay dos papilas o lóbulos (se llaman pulvilos) debajo de las dos uñas, y el arolio puede estar o ser substituido por una cerda llamada empodio. Arolio y pulvilos, junto a otras estructuras que hay en los tarsos, permiten trepar y andar por superficies lisas, gracias a substancias pegajosas que los recubren.
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