Narciso es el último cuadro de la segunda etapa de Caravaggio, que data de 1597-1599 y se conserva en Roma. Si bien el mito de Narciso tuvo mucho auge en la literatura italiana, no fue así en la pintura. Es pues, ésta la representación más famosa del vanidoso joven enamorado de sí mismo que muere ahogado, pero es convertido en una flor. El modelo tiene una complexión mediana y es bastante atractivo, lo que reitera el gusto de Caravaggio por la belleza masculina. Aunque si se mira el reflejo, el joven ya no es el mismo, al contrario, es un hombre menos atractivo. Caravaggio emplea una composición sencilla para plasmar el tema, con esas típicas figuras enormes que parecen desbordar los propios límites del marco del cuadro. Esta técnica proporciona una gran cercanía al personaje así como un aspecto espontáneo, como de fotografía, que corta a veces el cuerpo retratado por estar demasiado próximo el espectador.
De esta manera, las figuras de Caravaggio suelen tener un tamaño casi natural, lo que contribuye aún más a la sensación de proximidad con las mismas. El lienzo está limpiamente seccionado en dos mitades, constituidas por el hermoso Narciso, que describe con su cuerpo una figura geométrica rectangular casi perfecta, con un arco de luz constituido por sus brazos, cuello y rostro, equilibrado con el destello central de la rodilla. En la mitad inferior le responde con armonía el reflejo del joven, más atenuado, perdido en el estanque, significando la fatuidad y lo superficial de la belleza física, no más estable que el reflejo trémulo de la superficie del agua.
El modelo tiene una complexión mediana y es bastante atractivo. Cuando el joven se mira el reflejo, la imagen reflejada del joven ya no es el mismo. Narciso se pone en lugar del otro inventando una nueva agencia de si mismo, una nueva posición, una nueva tópica, el Ego en oposición al Yo, es el Ego de Narciso el que se opone al Yo, el que le permite refugiarse en un mundo dirigido hacia la autocontemplación, hacia el egocentrismo, vuelto hacia dentro como un guante del revés.
La muerte de Narciso ahogado mientras contemplaba su propia imagen en el espejo de la laguna es precisamente el castigo proporcional y simbólico que los dioses perpetrarán en su contra, mientras Eco languidece melancólica y queda en nada, sin cuerpo material que sustente a una voz que se limita a repetir lo que los demás declaman, exhibiendo su falta de subjetividad, prisionera del rechazo, mártir de la separación, Narciso se ahoga cuando atraviesa su fantasma que no era un espejo sino el agua: el marco donde se contemplaba.
Desde entonces Narciso es una flor con una corola brillante y roja, los dioses le otorgaron el privilegio de ser contemplado por toda la eternidad. Le otorgaron el goce de la naturaleza después de que él renegara de la cultura, del ser-que-habla y que es hablado por el lenguaje.
Natividad con San Francisco y San Lorenzo es una obra robada de Caravaggio. Estuvo expuesta en el Oratorio de San Lorenzo en Palermo hasta su robo en 1969, y su paradero no ha sido identificado.
Este es un cuadro que parece todo menos una natividad alegre. Se exhibe un ambiente de pobreza y se ve a San Francisco de Asís y a San Lorenzo acompañando a la Sagrada Familia entre animales y descechos campestres.
Naturaleza muerta es uno de los cuadros más conocidos del pintor neerlandés Willem Heda. Se trata de un lienzo que mide 44 cm de alto y 56 cm de ancho. Fue pintado en 1637 y se encuentra en el Museo del Louvre, de París, Francia, con el título Fin de collation, dit aussi Un dessert (Fin del postre, llamado también Un postre).
Este cuadro es típico del autor: una naturaleza muerta en la que quedan objetos diversos sobre la mesa. Usa poca variedad de tonos, hasta el punto de ser un "banquete monocromo".
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