Joven comiendo ostras es una obra del pintor neerlandésJan Steen. Se trata de un óleo sobre tabla de pequeño tamaño, que mide 20,5 cm de alto y 14,5 cm de ancho. Fue pintado hacia 1658-1660 y se encuentra en el Mauritshuis de La Haya (Países Bajos).
Se trata de una escena de género protagonizada por una joven con pelliza y ribete de pieles que está echando sal a una ostra que va a comerse; se trata de una comida de lujo a la que se atribuye un valor afrodisíaco. La mesa es un auténtico bodegón, con una jarra de cerámica de Delft blanca y azul, junto a un vaso de vino blanco en copa de cristal transparente.
Joven con un cordero es una obra de Caravaggio, que representa a Juan Bautista. Fue pintada en 1602.
Conocido como Joven con un cordero, de esta pintura existen dos versiones idénticas, ambas situadas en Roma. La primera de ellas se encuentra en los Museos Capitolinos y la segunda, en la Galería Doria-Pamphili.
Hacia 1602, Cupido, de Caravaggio —hoy conocido como El amor victorioso—, causó sensación entre el refinado círculo de pintores romanos. Esta obra fue hecha para el banquero Vincenzo Giustiniani. Ese mismo año, otro banquero, Ciriaco Mattei, encargó a Caravaggio un Juan Bautista, para celebrar el onomástico de su hijo mayor. Esta relación fue propiciada por Asdrubale Mattei, hermano de Ciriaco y amigo de Caravaggio. Para la solicitud de Mattei, Caravaggio empleó al mismo modelo que en El amor victorioso.
El encanto de este cuadro yace en su suavidad, en el uso de la luz, la ropa aterciopelada, la carne, las plantas y otros elementos primordiales presentes. Es identificable como Juan Bautista únicamente por los símbolos cristianos que le rodean, como el cordero —víctima del sacrificio— y las uvas —su jugo rojo es similar a la sangre derramada por Cristo en su Pasión, y las uvas en sí son fuente de vida—. La iconografía muestra a Juan semidesnudo —de nuevo el ideal caravaggista de la belleza masculina hace su aparición—. Caravaggio quiere mostrar con esto, si no una ironía, por lo menos sí una pequeña libertad de expresión
La ambigüedad de la pintura ha confundido durante siglos su título. En 1620 se le adjudicó el de Pastor de ovejas. Al pasar a manos del protector de Caravaggio, el cardenal Francesco María del Monte, el cuadro es identificado como Corydon, mítico personaje de Virgilio. Otros títulos que se le han dado a la pintura son Isaac en el sacrificio —por el cordero que aparece al lado del muchacho— e Ignudi —copia de la obra de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina—. Fue hasta 1923 cuando se identificó por fin su verdadera autoría y su título real. Mientras que Miguel Ángel plasma su forma de manera abstracta, Caravaggio lo hace más realista con el apoyo de luces y colores.
El modelo de El amor victorioso es conocido como Cecco, sirviente y posiblemente aprendiz de Caravaggio. Además, fue un pintor activo entre 1610 y 1625, seguidor del estilo de su maestro. Fue conocido como Cecco del Caravaggio. Su principal característica es el evidente regocijo que muestra, no es una representación de Cupido sino del propio Cecco. El mismo sentido le fue transmitido a Juan Bautista. Juan se muestra reclinado, tocando al cordero y con una sonrisa implícita en el rostro. No tiene ninguno de los elementos de los antiguos Bautistas cristianos, por lo que se le supone ortodoxo. Más aún, el Cecco que posa para Juan Bautista es en todo caso pagano.
A pesar de todo este éxito, Caravaggio no había tenido hasta entonces encargos por parte del clero. Las obras para la Capilla Contarelli de San Luis de los Franceses fueron encargadas por uno de sus mecenas, aunque los sacerdotes de la Orden de San Francisco, residentes en la iglesia debieron aprobarla. Además, Caravaggio y su realismo no es bien visto por la Iglesia de la Contrarreforma, —se había producido un intento de introducir un índice de imágenes y pintores prohibidos, entre los que se encontraba Caravaggio.[cita requerida] La prematura muerte de León XI lo truncó—. Ciertamente, en esa época Caravaggio desarrolla un estilo paganista, y muchos de sus amigos cercanos le piden que, para mayor éxito, se convierta al humanismo de Miguel Ángel. Desde luego, Caravaggio rechaza la oferta.
Este Juan Bautista tuvo inmensa popularidad en su tiempo, al extremo de que se hicieron varias copias, de las cuales, sólo se han identificado once como de Caravaggio. Actualmente se exhibe en la Galería Doria-Pamphili —donde también se encuentran Descanso en la huida a Egipto y Magdalena penitente—. Algunos coleccionistas suponen que es una irónica imitación del Ignudi, de Miguel Ángel (1508-1512). Pero Caravaggio, en lugar de idealizar neoplatónicamente a su modelo, lo hace con un toque de realismo, alejando drásticamente a su obra de la de Miguel Ángel.
En 1601 y 1602, Caravaggio vivía y trabajaba en el Palacio Mattei. Estaba lleno de trabajos dado su impresionante éxito por los encargos en la iglesia de San Luis de los Franceses —véase La vocación de San Mateo y San Mateo y el ángel—. Se han encontrado los libros de Ciriaco Mattei, donde se afirma que por Juan Bautista pagó 85 escudos. En enero de 1603, Caravaggio recibe 150 escudos por Los discípulos de Emaús y 120 por La captura de Cristo. Vincenzo Giustiniani encargó La incredulidad de Santo Tomás. Todas estas obras incrementaron la fama de Caravaggio, principalmente entre los jóvenes, quienes ya empezaban a imitarle.
Joven mendigo o Niño espulgándose es una obra de Bartolomé Esteban Murillo situada entre 1645-1650. Se trata de un óleo sobre lienzo que mide 137 cm de alto por 115 de ancho. Se encuentra actualmente en el Museo del Louvre de París, Francia, donde se exhibe con el título de Le Jeune Mendiant. Fue adquirido en 1782 para las colecciones reales de Luis XVI.
El pintor sevillano Murillo es conocido ante todo por su pintura religiosa. Pero, como otros pintores barrocos españoles (José Ribera, Velázquez), también realizó obras realistas. Entre ellas, sobresalen sus escenas infantiles de mendigos y pilluelos1 Se ha apuntado la posibilidad de que esta obra fuera un encargo de mercaderes extranjeros en Sevilla, dado el gusto flamenco por las obras de género que reflejan la vida cotidiana. Igualmente, se ha indicado la posibilidad de que se pintara por influencia de los franciscanos, para quien Murillo solía trabajar.
La primera de estas representaciones de golfillos urbanos es este Joven mendigo despiojándose. Puede ser un mendigo o un pícaro como el Lazarillo de Tormes (1554) o algunos personajes de las Ejemplares de Cervantes (1613).[cita requerida]
Por todo acompañamiento, Murillo pinta un cántaro de barro y un cesto con manzanas. En el suelo, restos de camarones u otros crustáceos. Forman un bodegón por sí mismos. Gracias a ellos, demuestra su gran capacidad para pintar diferenciadamente materiales y texturas.
La escena está iluminada con un fuerte claroscuro propio de la época barroca, de influencia caravagista. La luz proviene de la ventana que queda a la izquierda e incide plenamente en el cuerpo sentado del chico, dejando en penumbra el resto de la estancia.
La composición, típicamente barroca, está dominada por ejes diagonales.
En la gama cromática prevalecen los colores amarillentos y castaños, desde los más claros hasta los oscuros, casi negros.
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