viernes, 7 de abril de 2017

Recipientes de alfarería y cerámica


Botija es un nombre vernáculo dado a un variado grupo de vasijas de barro, por lo general de tamaño mediano, cuerpo esférico y de cuello estrecho y breve.1
En Cuba, botija es la vasija de hojalata en la que el campesino lleva la leche a la ciudad.2 Asimismo, la botija fue usada por las primeras agrupaciones de son cubano como un equivalente del contrabajo. Y en algunas zonas de América hace referencia a un tesoro enterrado.3
Una de sus variedades, la botija perulera, apodada así por imitar la forma de garrafa de la perula trianera, fue uno de los recipientes más usados desde el siglo XVII en el comercio de ultramar entre España y América.

Etimología y usos

Con la misma raíz que el botijo, evoluciona a partir de la voz latina medieval butticula, botella pequeña.
Figurada y familiarmente se dice estar hecho una botija del niño a punto de llorar, expresión similar a 'estar haciendo pucheros',5 y de las personas gruesas en general. En Colombia y Cuba, como insulto o injuriosamente se usa botija verde.

Variedades

En la misma familia se encuentran: la botijilla y la la botijuela, la curiosa botija de carretero,6 y cantarillas como la "boteja" o "botejo", o cántaros como el "botijón" (que se acepta como sinónimo de botija).7
De izqu.a dcha: botija, botija de dos asas, de calabacilla y botejo grande. Abajo: botijillaboteja y botija arrieraMuseo de cerámica nacional de Chinchilla de Montearagón.
La botija tiene una rica iconografía, fruto de la fantasía del alfarero a lo largo del tiempo. También fue determinante el uso que se le iba a dar a la vasija. Algunas variedades son:
El zonas de Iberoamérica se identifica con la múcura, la barrila y la botella del pisco.

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Cantareracantarero o cantaral es un mueble o vasar de rústico armazón usado para colocar los cántaros.1 2 3 Tradicionalmente hecho de madera, existen también cantareras fabricadas con cáñamoserones o angarillas para el transporte de estos recipientes en burros y mulas.4 Casi imprescindible en el mobiliario doméstico de la cultura Mediterránea desde el Renacimiento hasta mediado el siglo XIX —conservándose su uso en el mundo rural aún un siglo más—, vino a suceder a los ingenios que en el mundo romano hacían similar servicio con las ánforas y demás vasijas.

Tipología

Desde las rústicas bancas de madera huecas, en ocasiones fabricadas por los propios alfareros,nota 1 hasta los sofisticados cantareros diseñados en forja, la necesidad de preservar los valiosos pero inestables y quebradizos cántaros, desarrolló a lo largo de los siglos una variada tipología para este mueble omnipresente en el trabajo cotidiano de la cocina y la casa.6 Anticuarios y coleccionistas —como muestra el escaparate de internet— acaparan el mercado de los ejemplares que escaparon al deterioro o no encontraron sitio en los museos de etnografía, artesanía, folclore y cultura popular.7 De entre las más elegantes, hay que mencionar las cantareras segovianas integradas en sobrios muebles alacena.8 Con una gran variedad de diseño pueden citarse las cantareras de la Región de Murcia y todo el Levante español en general.9

Documentación histórica

Azacán (aguador) castellano ("Kastilianischer Wasserverkäufer") hacia 1530, grabado de Christoph Weiditz en la Galería Nacional de Nüremberg.10
Braun Hogenberg Aguador y moriscas en Granada - 1576
Aparecen ya ejemplos documentales de las cantareras de arriero a partir del siglo XV. Así lo refleja una lámina del "Civitates Orbis Terrarum", Dos moriscas y un aguador de Granada, en la obra de Georg Braun y Frans Hogenberg, datada en 1576. El siguiente capítulo documental, más rico y variado lo surten los fotógrafos del inicio del siglo XX, que añaden a la tipología la carretilla o carretón del aguador de cántaro, el armazón de la cantarera con una aplicación motriz de probable diseño árabe de la Edad Media, que incorpora una rueda en un lado del mueble y mangos alargados en el opuesto (como lo describe en 1827 el Barón Charles Dupin).














Cantarilla es un recipiente de la familia de cántaros y cántaras, pero de menor tamaño.1 En alfarería presenta la morfología de una vasija de barro sin vidriar, de cuerpo esférico con una o dos asas, boca y pie estrechos y una altura aproximada en torno a los 25 cm.2 3 En tanto que el término cantarilla determina algunos modelos concretos en diferentes zonas de la geografía española, el par masculino cantarillo solo suele tener uso como diminutivo.

Tipología

Es muy variada y en muchas ocasiones responde a cierto capricho en el uso de la terminología tradicional del lugar de origen, llegando a crearse cierta confusión. No obstante, la característica morfológica determinada por el tamaño —menor que el cántaro y muchas veces parejo a la cántara— puede considerarse un referente para su catalogación. Entre los numerosos ejemplos podrían diferenciarse varios grupos:
  • Las piezas asociadas a una actividad concreta: Como la cantarilla de bailar que no responde a un modelo concreto sino al uso que se le daba en los bailes regionales. Solía ser una vasija de unos 20 cm de altura y reforzaba los atributos de habilidad y equilibrio de las mozas o mujeres que las sostenían sobre la cabeza.
  • Los ejemplares sujetos a variaciones lingüísticas en función de la geografía que ocupan. Así, por ejemplo, la que en la Región de Murcia se conoce como cantarilla de espanto,5 que se corresponde con la que en Arroyo de la Luz, en Extremadura, laman cantarillo de olla de espanto.6
  • Los modelos con variaciones morfológicas distintivas, como la cantarilla de "pitorro gordo" y boca ancha típica de los alfares de Jimena de la Frontera (Cádiz, España). O atendiendo a su decoración, la cantarilla rizada: desde los 20 cm, con boca y pitorro "pezonados" y relieves vegetales, diseño de la alfarería de Magalló, en Fraga (Huesca) Alto Aragón, España).
  • Las piezas exclusivas de un evento o festividad, como por ejemplo la "cantarilla del Henar", vasija de unos 25 cm que se producía para vender en la romería anual celebrada en el mes de septiembre en el Santuario de Nuestra Señora del Henar de Viloria en Valladolid.

Cantarillas de pitorro

Asociada por su uso y diseño a diversos tipos de botijo, en especial el botijo alforjero, y distintos ejemplos de botijillas y botijas (la "botija de calabaza" y la "botija arriera", o modelos más específicos como el «cantaret de galet»), la cantarilla de pitorro (cántaro con pito o barril de pitón) tiene como característica común el orificio protuberante de la parte superior de su panza.7 Suele disponer de una o dos asas y una boca estrecha, común también en la familia de los cántaros, cántaras y cantarillas.
En el Levante español se conserva la «marraxeta», hermana menor de la «marraxa», que en otros contextos puede aparecer como "marracha" o "marraixa".8 Es una variedad de la cantarilla de pitorro, quizá una de las de mayor envergadura fabricadas en el alfar.
Incluidos a veces en este conjunto de cantarillas de pitorro, pueden mencionarse también: el «barral de mont» de la localidad altoaragonesa de Fraga, similar al mencionado «cantaret del galet» y al botijo rallo, en especial al fabricado en Fuentes de Ebro; en la familia de los referidos rallos, sin salir del dominio aragonés, tienen cuerpo de cantarilla el "rajo" de Uncastillo, y en el sur el rallo de Huesa del Común.9Y entre las piezas más ornamentadas, hay que anotar la "cantarilla rizada" de Fraga y la boteja "de ramo y pié" de los alfares de Tamarite.
En algunas zonas de La Rioja (España), el cántaro pequeño toma un término rural, el botejo, hijo lingüístico del botijo y la boteja.

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