sábado, 24 de junio de 2017

Años por países - España

año 1085
El sitio de Toledo fue el periodo de ocupación de la ciudad por Al-Qádir, coronado como emir después de tomar Toledo a la Taifa de Badajoz, que meses antes la conquistó, y finalizó con la ocupación final de la ciudad por el Reino de Castilla el 6 de mayo de 1085 y la adjudicación de la Taifa de Valencia a Al-Qádir.

La Taifa de Toledo y la de Sevilla aspiraban a unir a sus dominios el resto de taifasAl-Mamún de Toledo ocupó la Taifa de Valencia en 1064 y la Taifa de Córdoba fue agregada a los dominios de Al-Mu'tamid de Sevilla en 1070.
Alfonso VI de León había recibido protección de Al-Mamún cuando huyó de su hermano Sancho II de Castilla, con quien se disputaba las tierras que Fernando I de León había repartido entre sus hijos, siguió una política de apoyo a todos contra todos en su exclusivo beneficio. En 1075 Al-Mamún fue envenenado en Córdoba, asumiendo el reinado su nieto Al-Qádir, que se consideró bastante fuerte en sus dominios como para prescindir del rey cristiano y expulsó de Toledo a los partidarios de la colaboración con los cristianos. Estos provocaron una revuelta en Valencia, que se declaró independiente bajo el mando de Abu-Bakr ibn Abd-al-Aziz, y la taifa de Toledo, sin el apoyo cristiano, perdió las tierras cordobesas y las provincias del sur en 1077, y se vio atacado para Al-Mutawakkil ibn al-Aftas, rey de la Taifa de Badajoz.
Al-Qádir se vio forzado a pedir ayuda castellana y se ganó el apoyo de una gran parte de la población: los musulmanes querían romper la alianza con Castilla y León y acercarse a los otros reinos musulmanes, mientras que los mozárabes y judíos eran partidarios de la alianza e incluso de la anexión.
Al-Mutawakkil entró en la ciudad en 1080, mientras Al-Qádir se refugiaba en Cuenca. En 1081 Al-Mutawakkil, que había permanecido los últimos diez meses en Toledo, marchó a Badajoz y los castellanos contratacaron y tomaron la zona del río Tajo ocupando Madrid y Talavera y estableciendo fortificaciones en Escalona (1081-1082).

El asedio[editar]

El 1082 los castellanos reconquistaron Coruche, varias fortalezas en la zona de Talavera y otros puntos y entraron en la capital, donde colocaron como rey vasallo a Al-Qádir. El rey de Castilla exigió a los sevillanos la evacuación de los territorios toledanos que ocupaban (la moderna provincia de Ciudad Real y una parte de la de Cuenca) y ante la negativa declaró la guerra a la Taifa de Sevilla. Una incursión castellana llegó hasta Tarifa.
El nuevo rey taifa toledano cedió a los castellanos los territorios al norte del Tajo (Madrid, Escalona, Madinat Salim...) e incluso algunas fortalezas al sur del río a cambio de Valencia. Finalmente cedió Toledo a Alfonso a cambio de Valencia. Ante este acuerdo, los toledanos opuestos a la colaboración de Alfonso VI con Al-Qádir solicitaron el apoyo de Al-Muqtadir, Al-Mu'tamid y Al-Mutawakkil mientras la otra parte de la población, cansada de las continuas guerras, aceptaba la entrega de Toledo a Alfonso VI, siempre que este simulara tomarla por la fuerza, para evitar que los toledanos fueran acusados de traicionar a la causa musulmana, conscientes de la pérdida de prestigio que supondría para el Islam la cesión de Toledo.
En aquel momento, el reino de León, en el que se aplicaba la legislación de carácter romanovisigoda diferenciada de la de Castilla, basada en las comunidades de villa y tierra, considerado el heredero del Reino visigodo de Toledo era más poderoso que el Reino de Castilla y también tenía la intención de recuperar para sí la capital del antiguo reino.
En 1085, después de cuatro años de asedio, Toledo se rindió pacíficamente el 6 de mayo después de garantizar a los musulmanes que se respetarían sus personas y bienes y que se les permitiría seguir en posesión de la mezquita mayor. Por su parte, los toledanos se comprometían a abandonar las fortalezas y el alcázar. El 25 de mayo del mismo año Alfonso VI entró en la ciudad.

Consecuencias[editar]

Después de la conquista de esta Taifa, Castilla pasó a ser más poderosa y dio pie a la inversión de fuerzas entre cristianos y musulmanes en la península ibérica.
Alfonso VI conquistó Valencia con las tropas de Alvar Fáñez, que quedó encargado de la defensa para que Al-Qádir pudiera gobernar el la taifa valenciana. Al-Qádir participó en el sitio de Játiva para garantizar su reconocimiento como rey por el valí de Játiva. Su fracaso provocó que Játiva pasara a ser controlada por Al Mundir Imad-ad-Dawla, quien atacó Valencia.1
Al-Qádir consiguió el apoyo financiero de Abu Abd al-Rahman ibn Tahir, antiguo rey de Murcia, exiliado en Valencia desde que fuera conquistada por Al-Mu'tamid. Gracias a esta alianza pudo resistir.
Cuando los almorávides iniciaron la conquista de la península llamados por Al-Mu'tamid, Al-Qádir creyó que su ciudad estaba en peligro y contrató a El Cid para que protegiera su ciudad de los almorávides.

A la muerte de Sancho III el Mayor de Pamplona, en el año 1035, su segundo hijo varón, Fernando, pasó a gobernar el condado de Castilla, aunque adoptando el título regio. Dos años después, en el 1037, el nuevo monarca castellano se enfrentó en el campo de batalla al rey de León Bermudo III, del que era cuñado, pues estaba casado con su hermana Sancha. Fernando I salió vencedor del combate, que tuvo lugar en las proximidades de Tamarón. Como consecuencia de aquel suceso, Fernando I, conocido como el Magno, se proclamó rey de León. De esa forma, Castilla y León volvían a estar unidos, pero ahora con título regio las dos entidades, a la vez que precediendo el nombre de Castilla al de León. En el año 1054 el rey de Castilla y León peleó con su hermano García Sánchez III de Pamplona, que fue derrotado y muerto en Atapuerca. En sus años finales de reinado, Fernando I (1035-1065) decidió aprovechar la debilidad de los taifas para lanzar, entre el año 1055 y 1064, diversoz ataques militares contra el territorio de al-Andalus. El resultado de dicha ofensiva fue la ocupación de las importantes plazas de Lamego, Viseo y Coimbra, todas ellas situadas en el ámbito del actual Portugal.
reinos taifas al-andalus
Reinos Taífas

Conflictos entre reinos cristianos

Tras la muerte de Fernando I (1065) se produjo una división de sus reinos, situándose el primogénito, Sancho II, al frente de Castilla, en tanto que Alfonso VI pasaba a gobernar León, y García, Galicia. A los tres se les adjudicaban las parias de diversos taifas andalusíes: Zaragoza para el castellano, Toledo para el leonés y Sevilla y Badajoz para el gallego. Los hermanos pronto entraron en conflicto. Inicialmente, Sancho II salió vencedor, primero en Llantada (1068), más tarde en Golpejera (1072), éxito este último que le permitió reunir en sus manos los reinos sobre los que había ejercido la soberanía su padre. Alfonso VI tuvo de abandonar León, refugiándose en Toledo, es decir, en los dominios de su vasallo musulmán. Durante aquel destierro, en el que estuvo acompañado por su vasallo Pedro Ansúrez, Alfonso VI negoció con el taifa al-Qadir, preparando el terreno que había de conducir, años más tarde, a su entrada triunfal en Toledo. Mientras tanto, el hermano menor, García, prácticamente había desaparecido de la escena política. Mas el asesinato de Sancho II a manos de Bellido Dolfos en las afueras de Zamora, ciudad que controlaba su hermana Urraca, ocurrido en ese mismo año de 1072, permitió que Alfonso VI regresara a las tierras de la meseta norte, convirtiéndose en rey de Castilla y León (1072-1109).
¿Hubo de prestar Alfonso VI un juramento en Santa Gadea de que no había tenido nada que ver con la muerte de su hermano Sancho?. Eso afirma la tradición, según la cual había sido el vasallo predilecto de Sancho II, Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid Campeador, quien le había exigido dicho juramento antes de acceder al trono castellano. Ese hecho no tiene, al parecer, ningún fundamento histórico. Ahora bien, el hecho cierto es que Alfonso VI mantuvo unas relaciones difíciles con el Cid, el cual terminó siendo desterrado en varias ocasiones de Castilla. Al margen de esa polémica, Alfonso VI protagonizó acciones de suma importancia para los reinos de Castilla y León. Aprovechando la debilidad del reino pamplonés, incorporó a sus reinos, en el año 1076, diversas comarcas de La Rioja y del actual País Vasco.
jura de santa gadea
Jura de Santa Gadea

Conquista de Toledo

Pero el acontecimiento de mayor relevancia del reinado de Alfonso VI fue, sin duda alguna, la conquista de Toledo, acontecimiento que tuvo lugar el 25 de mayo de 1085. Al parecer, el reyezuelo taifa de la ciudad del Tajo, al-Qadir, había pactado previamente con el monarca castellano-leonés la entrega de aquella urbe, a cambio de que lo instalaran en la ciudad de Valencia. Tras la entrada de las tropas cristianas en la ciudad que fuera sede de los Concilios de tiempos visigodos, y posteriormente capital de la marca media de al-Andalus, Alfonso VI adoptó títulos tan pomposos como imperator totius Hispaniae o emperador de las dos religiones. El imperio leonés de épocas pasadas se había transformado en imperio hispánico. Toledo, era la primera gran ciudad de al-Andalus que pasaba a poder cristiano. La conquista de Toledo se completó con la ocupación de buena parte del valle del Tajo, o lo que es lo mismo, con las tierras de aquel reino taifa. La ciudad del Tajo recibió algunos repobladores, entre ellos eclesiásticos como Bernardo, primer arzobispo de la diócesis a raíz de la entrada de los cristianos, soldados y hombres de negocios. Pero en Toledo permaneció la mayoría de su antigua población, en particular los mozárabes y los judíos.
Aquel éxito hizo posible reanudar el proceso colonizador de las tierras situadas entre el río Duero y el Sistema Central, las denominadas extremaduras. Con la finalidad de atraer repobladores se admitía incluso a delincuentes. A las extremaduras acudieron pobladores origínanos de las tierras al norte del Duero, pero sobre todo de las comarcas entre el río Cea y La Rioja. Dicho territorio fue organizado sobre la base de las denominadas comunidades de villa y tierra o de villa y aldeasBastiones clave fueron las ciudades de Segovia, Avila y Salamanca. El carácter militar que tenían los citados núcleos explica que se les haya denominado ciudades-frontera. En dichas urbes el sector dominante lo constituían los caballeros, los cuales iban a poner en marcha, en el futuro, las famosas cabalgadas, que eran expediciones sobre tierras enemigas cuyo principal objetivo era la búsqueda de botín. Diversas ciudades y villas de las extremaduras recibieron fueros, destacando, como más significativo, el otorgado a Sepúlveda.






El Reino de Toledo fue el reino cristiano que se configuró institucionalmente a partir de la conquista de la Taifa de Toledo por Alfonso VI, uno de los episodios centrales de la Reconquista. Aunque la ciudad de Toledo fue tomada en 1085, lo que permitió asegurar para el reino de Castilla el territorio entre el río Duero y el río Tajo, las tierras más al sur fueron objeto de un prolongado enfrentamiento no exento de alternativas, que no se terminó de decantar a favor de los cristianos hasta la batalla de las Navas de Tolosa (1212).1 2
El reino cristiano de Toledo no fue un reino independiente, sino que se incorporó al reino de Castilla (cuya prelación en la representación en las Cortes de Castilla se disputaron secularmente Burgos caput Castellae –cabeza de Castilla– y la propia ciudad de Toledo, antigua capital visigoda). A medida que se fueron incorporando otros reinos musulmanes cuya denominación se conservó y a cuyas capitales (concepto de poca precisión en la época feudal, cuando la corte era itinerante como la persona del rey) se dotaba de voto en cortes (reino de Jaénreino de Córdobareino de Sevillareino de Murcia), el reino de Toledo o Castilla la Nueva quedó como una denominación diferenciada de la Castilla la Vieja; sin que ninguna de esas denominaciones significaran una entidad jurídica diferenciada, puesto que todas ellas formaban parte de la Corona de Castilla. Englobados dentro de ésta, todos los reinos castellano-leoneses pasaron a formar parte de la posterior Monarquía Hispánica a partir de los Reyes Católicos.
La dimensión territorial del Reino de Toledo durante el Antiguo Régimen se identifica en la práctica con la denominada Castilla la Nueva, separada de Castilla la Vieja por la frontera física del Sistema Central.
El trazado de las fronteras3 era una cuestión muy difusa, dada la multiplicidad y confusión de jurisdicciones solapadas, compartidas, enclavesexclaves y todo tipo de figuras jurídicas confluyentes en el contexto de la denominada Repoblación. Por ejemplo, los alfocesconcejos o comunidades de villa y tierra de MadridSegovia y Guadalajara se disputaron históricamente las laderas meridionales de la Sierra de Guadarrama (buena parte de las cuales terminaron incluidas en el real de Manzanares de la aristocrática familia de los Mendoza) en tanto que el sexmo de Valdemoro, perteneciente a la comunidad de Segovia, llegaba hasta el Tajo; mientras que buena parte de los territorios entre el río Tajo y Sierra Morena estaban bajo jurisdicción de órdenes militares: la Orden de Santiago (con sede en Uclés y extendida por otras zonas del reino de Toledo, como la Encomienda Mayor de Castilla –Villarejo de SalvanésFuentidueña de Tajo, etc.– y el Campo de Montiel –MontielVillanueva de los Infantes, etc.– además de sus muchas posesiones en otros reinos de la Corona), la Orden de Calatrava (el objeto de cuya fundación en 1158 fue la estratégica fortaleza de Calatrava la Vieja; concentraba sus posesiones en el Campo de Calatrava, aunque también poseía fortalezas dispersas, como Zorita de los Canes); y la Orden de San Juan (cuyas posesiones se concentraban en el Campo de San Juan). En esa extensa comarca manchega existían muy pocos lugares de realengo hasta la conquista de Alcaraz (1213) y la fundación de Ciudad Real (1255). Por lo general, la extensión territorial del Reino de Toledo se correspondía con el antiguo Arzobispado de Toledo y con el Obispado de Cuenca, aunque incluía territorios que no pertenecían a ninguna de estas diócesis, como el alfoz de Jorquera.
Tanto eclesiástica como política, social y económicamente, el arzobispado de Toledo (sólo había otras dos sedes episcopales: Sigüenza y Cuenca) era la institución más importante del reino. Su señorío alcanzaba un territorio amplísimo pero discontinuo, cuyas partes centrales eran los Montes de Toledo y la Mesa Arzobispal de Toledo4(que incluía Talavera de la ReinaEl Puente del ArzobispoIllescasAlcalá de HenaresBrihuegaUcedaTorrelaguna y las tierras de cada uno de estos concejos, algunas muy extensas y poblados), que se extendía incluso fuera de los límites del reino, con el Adelantamiento de Cazorla en Andalucía.
Únicamente le superó en influencia la propia burocracia de la monarquía y la presencia del rey, esporádica en algunas ciudades cuando la Corte era itinerante, y que se hizo permanente cuando en 1561 Felipe II estableció la capitalidad de Madrid. Otra presencia de gran importancia fue la de la Mesta, potentísima asociación de ganaderos del ovino transhumante que, mediante su control sobre la extensa red de cañadas, frenó hasta el siglo XVIII el desarrollo agrícola. En cuanto a las fundaciones monásticas rurales se establecieron con una densidad menor que en la Meseta Norte, aunque hubo ejemplos destacados (El PaularLupianaBonaval). Sí tuvieron gran desarrollo los conventos urbanos de las órdenes mendicantes.5
Desde 1983 estos territorios forman parte de las comunidades autónomas de Madrid (antigua provincia de Madrid creada con todas las demás según la división provincial de Javier de Burgos de 1833) y Castilla-La Mancha (provincia de Ciudad Realprovincia de Cuencaprovincia de Guadalajaraprovincia de Toledo y provincia de Albacete, buena parte de esta última fue perteneciente históricamente al reino de Murcia y no al de Toledo).

Reino de Toledo
Territorio de la Corona de Castilla
 (1085) Bandera
1085-1833
Bandera (1833) 
Bandera (1833) 
Bandera (1833) 
Bandera (1833) 
Bandera de la Provincia de Madrid hasta 1983.svg (1833) 
Bandera (1833) 
BanderaEscudo
Ubicación de {{{nombre_común}}}
La provincia de Toledo en 1590.
CapitalToledo
Idioma principalCastellano
Otros idiomasárabe andalusí
mozárabe (h. siglo XII)
ReligiónCristiana
Historia
 • Conquista de Toledo por Alfonso VI1085
 • División provincial de 18331833

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