lunes, 26 de junio de 2017

Ordenes religiosas católicas

la congregación de san mauro

La congregación de San Mauro, conocida popularmente como los mauristas, fue una congregación religiosa católica de monjes benedictinos franceses existente entre 1618 y 1790, conocida por el alto nivel de erudición de sus miembros, que redactaron y publicaron una ingente cantidad de obras literarias sobre distintas ramas de las humanidades.

Fundación de la congregación[editar]

A finales del siglo XVI la desorganización y la laxitud en la observación de la regla benedictina se había extendido preocupantemente en los monasterios de la orden tras las guerras de religión de Francia. El cardenal Carlos de Lorena se propuso llevar a cabo una reforma que devolviera la disciplina monástica a su antiguo estado; tras algunos intentos infructuosos, fue Didier de La Cour, abad del monasterio de San Vitón de Verdún, perteneciente a la congregación de San Vitón, quien consiguió restablecer el orden en su abadía: en 1604 se instituyó la nueva congregación de San Vitón y San Hidulfo, a la que pronto se adhirieron varios monasterios de Lorena; pronto la reforma fue imitada en Francia, impulsada por el prior del colegio de Cluny Laurent Bénard, extendiéndose en pocos años por los monasterios de St-Augustin de Limoges, Nouaillé, St-Faron de Meaux, Jumieges y Blancs-Manteaux de París.
San Mauro, en la iglesia de Bel Hellouin.
Dado que por aquel entonces el Ducado de Lorena era independiente del reino de Francia, en el capítulo general de la congregación reformada de San Vitón celebrado en St-Mansuet de Toul en 1618 se decidió erigir una nueva congregación independiente que agrupara las casas reformadas en Francia, cuyo superior debería residir en este reino. La propuesta contó con el apoyo del rey Luis XIII, de los cardenales RetzSourdis y Richelieu y del presidente del parlamento Nicolas de VerdunGregorio XV dio su aprobación en 1621, confirmada seis años después por Urbano VIII. La nueva congregación tomó la advocación de San Mauro en memoria del santo que en el s. VI fue discípulo de San Benito.
Poco después Richelieu, que buscaba unir a los benedictinos franceses, maniobró para fusionarlos a todos en la "Congregación de San Benito" o "de Cluny y San Mauro", fundada con tal fin en 1634, pero esta nueva situación duró poco, pues diez años después Urbano VIII las separó nuevamente.

Disciplina monástica[editar]

La abadía de St. Germain, casa matriz de San Mauro.
En 1645, con la congregación bajo el gobierno de Grégoire Tarisse, el capítulo general aprobó sus constituciones; en ellas se estipulaba que la disciplina debía regirse por la observancia estricta de la regla de San Benito: oración, estudio, obediencia, humildad, pobreza, silencio, austeridad en la mesa y en el vestido y trabajo manual.
El superior general, sus dos asistentes y seis visitadores (uno por cada provincia eclesiástica) deberían residir en la abadía de Saint-Germain-des-Prés, y serían elegidos cada tres años, al igual que los priores de los monasterios; el capítulo general estaría compuesto por tres priores y tres conventuales de cada provincia, de entre los cuales serían elegidos, también cada tres años, nueve definidores encargados de elegir a su vez a los visitadores, a los rectores de los monasterios que no tuvieran abad, a los procuradores, predicadores, mentores de novicios y profesores de la congregación.
Los aspirantes que quisieran ingresar en la congregación deberían pasar un año como postulantes, otro como novicios, y tras haber completado los cinco años de estudios de filosofía y teología deberían pasar un año más de "recolección" antes de ser admitidos al sacerdocio. No se admitieron monjas en la congregación, a excepción de las de la abadía de Chelles.

Esplendor[editar]

Pronto la congregación fue creciendo en extensión y en influencia. Se instituyeron escuelas de filosofíateologíaderecho canónicolatíngriego y hebreo, en las que las familias adineradas ingresaban en ella a sus hijos atraídos por su prestigio intelectual; los frailes que no tenían medios económicos para sufragar los gastos de su educación la recibían gratuitamente en la abadía de St-Martin de Vertou. El nivel de erudición de sus cofrades fue reconocido a nivel internacional; las obras literarias surgidas de sus scriptori eran presentadas en la corte de Versalles como muestra de sus servicios al estado; políticos, nobles y prelados, la declararon heredera de sus bienes o de sus bibliotecas.
La docena de monasterios que tenía en el momento de su fundación llegaron a ser a finales del siglo XVII cerca de 180, incluyendo los que fueron reconstruidos de su estado ruinoso, repartidos por las provincias de Francia, Normandía, Bretaña, Burgundia, Chezal-Benoît y Gascuña.

Desaparición[editar]

La congregación desapareció abruptamente, víctima de los acontecimientos históricos: en 1789 estalló la Revolución francesa y al año siguiente la Asamblea Nacional Constituyente decretó la extinción de las órdenes religiosas; el superior general de la de San Mauro Ambrose Augustine Chevreux fue asesinado en las masacres de septiembre de 1792, y la abadía de Saint-Germain fue reconvertida en una fábrica de armas; los monjes se dispersaron o marcharon al exilio. En 1817 algunos de los antiguos mauristas intentaron restaurar la congregación, pero el proyecto no consiguió la aprobación de la Santa Sede. El último de ellos, Dom Brial, murió en 1828.
En 1837 el papa Gregorio XVI fundó la congregación de Francia, declarándola sucesora de las antiguas congregaciones benedictinas de Francia: San Mauro, Cluny y San Vitón e Hidulfo.

Legado[editar]

Portada del Spicilegium, de Luc d'Achery.
La obra literaria legada a la posteridad por los padres mauristas durante el tiempo de vida de la congregación fue ingente; cerca de 220 autores se sucedieron unos a otros a lo largo de los años para publicar más de 700 obras de humanidades que servirían de referencia para los estudiosos posteriores y que todavía son consideradas de gran valor: estudios bíblicos, tratados sobre historia eclesiástica y civil, diplomacia o liturgia, bibliografías, cronologías, hagiografías o ediciones de las obras de los Padres de la Iglesia, sin contar los cientos de volúmenes manuscritos que tras la desaparición de la congregación fueron dispersos por las bibliotecas de Francia.
Gallia ChristianaHistoire générale de LanguedocHistoire littéraire de la FranceDe re DiplomaticaL'art de vérifier les datesL'antiquité expliquée et representee Paleographia GraecaRecueil des historiens des Gaules Veterum scriptorum amplissima collectioThesaurus AnecdotorumSpicilegium veterum scriptorumMuseum Italicum o Voyage litteraire son algunas de las obras más conocidas salidas de sus monasterios. Bastantes de ellas fueron interrumpidas por la desaparición de la congregación y continuadas por diversos autores a mediados del s. XIX.



Dom Tarisse
Fundación de la congregación.
A principios del siglo XVII el monasterio de Saint-Vanne cerca de Verdún fue reformado por Didier de la Cour. Pronto el famoso antiguo monasterio de Moyenmoutier y otros se unieron al movimiento y Clemente VIII en 1604 confirmó la organización de una congregación dentro de la orden bajo el nombre de Congregatio SS. Vitonis et Hidulphi. En 1614 la Asamblea General del clero francés expresó el deseo de que todos los monasterios benedictinos se asociaran con esta congregación; pero su capítulo general aconsejó la formación de una segunda congregación y en 1618 se le encargó a Dom Bénard, un monje de Saint-Vanne, la formación de tal unión. Adoptó el nombre de San Mauro, el compañero de Benito, y fue confirmada por Gregorio XV en 1621 y de nuevo por Urbano VIII en 1627. En 1652 la nueva congregación contaba con 40 casas y antes de acabar el siglo XVIII había crecido hasta 191, divididas en seis provincias. La más influyente fue la abadía de Saint Germain des Prés en París, la sede del superior general. Dom Bénard no se había propuesto que la congregación destacara en el saber, sino que fue el primer superior general, Dom Tarisse (1630-48), quien puso los fundamentos del espléndido edificio del saber que fue gradualmente impulsado por los monjes. Su actividad ha abarcado todas las esferas del conocimiento, pero especialmente la historia de Francia y de la Iglesia.
Contribuciones a la paleografía y cronología.
Hicieron suya propia la ciencia de la paleografía, o, como entonces era llamada, diplomática; Mabillon es su verdadero fundador, con su De re diplomatica (1681) y su suplemento (1704). Como esas obras tenían referencia especial con Francia, Dom Tassin publicó un tratado general bajo el título Nouveau traité de diplomatique (6 volúmenes, 1750-65), significando para la paleografía latina lo que Montfaucon intentó hacer para la griega en su Palægraphia Græca (1708). La moderna cronología científica también se puede decir que tuvo su origen en ellos. Todo historiador conoce el valor del Art de vérifier les dates, comenzado por Dantine y acabado por Clémencet (1750; 1770; 1783-92, 1818 y sgg.), que ha sido denominado el monumento más notorio de la erudición francesa del siglo XVIII. Al conocimiento de la antigüedad hizo una considerable contribución Antiquité expliqué en figures (10 volúmenes, 1719) de Montfaucon. En la historia de la lengua la congregación tomó parte, aunque no lo inició, en el gran Glossarium mediæ et infimæ Latinitatis, que, publicado originalmente en 1687 fue aumentado por Dantine y Carpentier (6 volúmenes, 1733-36, con un suplemento por Carpentier, 4 volúmenes, 1766; y dos ediciones revisadas y ampliadas, 11840 y sgg. por Henschel y 1883 y sgg. por Henschel y Fabre).
Portada del Spicilegium de Jean Luc d'Achery
Contribuciones a la historia.
Sin embargo, la obra más extensa se produjo en la historia. Colbert había buscado en vano eruditos capaces de continuar una colección de las fuentes de la historia francesa, hasta que el canciller d'Aguesseau persuadió a la congregación de San Mauro para que se hiciera cargo. Martène y luego Bouquet se encargaron de esta rama y su obra resultó en la publicación de 15 volúmenes en folio de Scriptores rerum Gallicarum et Francicarum entre 1738 y 1818. También se hicieron cargo, desde 1814, de la Histoire litteraire de la France, comenzada por Dom Rivet y extendida a 13 volúmenes entre 1733 y 1763, una colección de fuentes que tienen inmenso valor para la historia literaria no solo de Francia sino de toda la Europa medieval. Las historias provinciales que sobrepasan a las de cualquier otro país se deben también a la congregación. Investigaciones en las bibliotecas de sus propios monasterios y sus viajes en busca de documentos (especialmente los de Mabillon a Italia y Montfaucon a Alemania) les dieron una oportunidad de traer material no publicado de la mayor importancia. Las más famosas de sus obras en este aspecto son Spicilegium veterum aliquot scriptorum (13 volúmenes, 1653-77) de D'AcheryVetera analecta de Mabillon (4 volúmenes, 1675-85); Collectio nova veterum scriptorum (1700) de Martène; Thesaurus novus anecdotorum de Martène y Durand (5 volúmenes, 1717), así como Voyage littéraire de deux religieux bénédictins (1724); Diarium Italicum de Montfaucon (1702) y su Bibliotheca bibliothecarum manuscriptorum nova (2 volúmenes, 1739).
Thierri Ruinart
Contribuciones a la historia de la Iglesia y la patrística.
En el campo de la historia eclesiástica la primera obra notoria fue la continuación y revisión de la Gallia christiana, originalmente publicada por un benedictino no relacionado con los mauristas, Dom de Sainte-Marthe, en 1656. Ellos la elaboraron desde la muerte de Sainte-Marthe en 1725 a 1785, habiendo aparecido para entonces 13 volúmenes y formando un modelo sobre el que obras similares en otros países han sido desde entonces planeadas. La obra fue acometida de nuevo en 1856 (16 volúmenes, París, 1715-1865, volúmenes, xiv-xvi por B. Haureau). La historia de los mártires la trató Dom Ruinart en su Acta primorum martyrum (1689). También en el campo de la liturgia primitiva han hecho un gran trabajo; las obras mejor conocidas en ese campo son el Sacramentario de San Gregorio (1642) de Ménard, De liturgia gallicana (1685) de Mabillon, De antiquis monachorum ritibus de Martène (2 volúmenes, 1700 y sgg.) y De antiquis ecclesiæ ritibus (4 volúmenes, 1700 y sgg.). En este asepcto se pueden mencionar el Acta sanctorum ordinis S. Benedicti, comenzada por D'Achery y continuada por Mabillon y Ruinart (9 volúmenes, 1668 y sgg.) y los Annales ordinis S. Benedicti, la obra más famosa de Mabillon, terminada por Massuet (6 volúmenes, 1703 y sgg.). El servicio más duradero prestado por la congregación fueron sus ediciones de los escritores eclesiásticos de la Iglesia antigua y la Edad Media, que son monumentos destacados de erudición, distinguidos por su iluminada crítica, traducción cuidadosa del griego y admirables introducciones y excursos. Originalmente contemplaba solo la publicación de los escritores medievales, principalmente los de su propia orden. El primero fue Concordia regularum de Benito de Aniano, editado por Ménard (1628). Pero el favor general mostrado a esas ediciones, el deseo de poner buenos textos en las manos de sus novicios y la riqueza de manuscritos que les eran accesibles les indujeron a extender el plan. Agustín fue el primero de los Padres latinos en ser publicado (11 volúmenes, 1679-1700); la elección de este autor en medio de la controversia jansenista es significativa de la actitud de la congregación hacia las cuestiones de su tiempo, que, en efecto, era de simpatía apenas escondida hacia Port-Royal, si no hacia el jansenismo en general. El primer texto griego antiguo publicado fue la epístola de Bernabé por D'Achery y Ménard en 1645; pero no se prestó atención especial a este campo hasta casi finales del siglo, cuando Mountfaucon editó a Atanasio (3 volúmenes, 1698). La obra continuó hasta la publicación de la Opera de Gregorio de Nacianzo, comenzada por Maran en 1788, que fue interrumpida por la Revolución. También realizaron una valiosa obra en las antiguas versiones de la Biblia, incluyéndose aquí la Exaplas de Orígenes, edición de Mountfaucon (2 volúmenes, 1713), la Bibliotheca divina de Jerónimo, edición de Martianay (volumen i de las obras de Jerónimo, 1693) y la Latinæ versiones antiquæ, edición de Sabatier, Baillard y Vincent de la Rue (3 volúmenes, 1743-49).
Jean Baptiste Pitra
Jean Baptiste Pitra
Otros trabajos.
La falta de espacio excluye el relato detallado de una gran masa de otras obras, parcialmente de naturaleza edificante, parcialmente de varios asuntos en la literatura clásica, hebreo, artes, geografía e incluso ciencias naturales. En la controversia, a la que no raramente quedaron expuestos, los mauristas mostraron la misma moderada calma y superioridad intelectual que marcó toda su obra. Un ataque de de Rancé, fundador de los trapenses, contra la devoción al mero saber entre los monjes, provocó el admirable Traité des estudes monastiques (1691) de Mabillon. A veces se vieron inmersos en disputas con los jesuitas, provocadas especialmente por su edición de Agustín, y escribieron no pocas fuertes críticas a la constitución Unigenitus. Se expusieron también al ataque por su tendencia a seguir la filosofía cartesiana y algunos de sus miembros incluso se inclinaron en la segunda parte del siglo XVIII a fraternizar con Voltaire y los enciclopedistas. La congregación quedó disuelta por la supresión de las órdenes monásticas en la Revolución. El último miembro, Dom Brial, murió en 1828. Tras su muerte algunos amigos de Lamennais, con la aprobación del obispo de Mons, compraron la abadía de Solesmes cerca de Cambrai, con la idea de revivir la congregación. En 1837 fue hecha abadía regular de la orden benedictina restaurada en Francia. Bajo Dom Guéranger (1805-75) se impuso un nuevo comienzo en la antigua dirección maurista; pero hasta el presente la antigua excelencia no se ha alcanzado. El más distinguido de los asociados de Dom Guéranguer fue Jean-Baptiste Pitra, cuyo alcance más notorio es el Spicilegium Solesmense, una colección de los escritos sin publicar de los Padres y escritores eclesiásticos (4 volúmenes, 1852-58, seguida de 8 volúmenes, de Analecta spicilegio Solesmensi parata, 1876-1891 y por 2 volúmenes, de Analecta novissima, 1885-1888).


orden de los escolapios
La Orden de los Clérigos Regulares pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías (Ordo Clericorum Regularium pauperum Matris Dei Scholarum Piarum, Sch. P., o S. P.), más conocidos como escolapios, llamados también piaristas en países germanoeslavos y anglosajones y calasancios en algunos iberoamericanos, es una orden religiosa de derecho pontificio, fundada por san José de Calasanz (1557-1648) en el siglo XVII, para dar respuesta a la necesidad educativa de los niños pobres de Roma, desde donde se extendió por toda Italia y Europa.
San José de Calasanz fue declarado en 1948 "patrono universal de todas las escuelas populares cristianas del mundo" ya que en 1597 creó la primera escuela pública popular gratuita en Europa. Proclamó el derecho a la educación de todos los niños y luchó por ella, siendo perseguido por este motivo. Pero al mismo tiempo teniendo un éxito espectacular por responder a los retos y expectativas de su tiempo.

Orden de los Clérigos Regulares pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías
Piarist.svg
Nombre latinoOrdo Clericorum Regularium pauperum Matris Dei Scholarum Piarum
SiglasSch. P.
FundadorSan José de Calasanz
Fundación25 de marzo de 1617 (400 años, 2 meses y 28 días)
Superior GeneralPedro Aguado1
LemaPietas et Litterae (Piedad y Letras)
CuriaPiazza dei Massimi, 4, 00186 Roma, Italia
Coordenadas41°53′50.5″N 12°28′24.33″ECoordenadas41°53′50.5″N 12°28′24.33″E (mapa)
PresenciaFlag of Argentina.svg Argentina
Flag of Austria.svg Austria
Flag of Bolivia.svg Bolivia
Flag of Brazil.svg Brasil
Bandera de Camerún Camerún
Flag of Chile.svg Chile
Flag of Colombia.svg Colombia
Bandera de Costa de Marfil Costa de Marfil
Flag of Costa Rica.svg Costa Rica
Flag of Cuba.svg Cuba
Flag of Ecuador.svg Ecuador
Flag of Slovakia.svg Eslovaquia
Flag of Spain.svg España
Flag of the United States.svg Estados Unidos
Bandera de Filipinas Filipinas
Flag of France.svg Francia
Bandera de Gabón Gabón
Bandera de Guinea Guinea
Flag of Hungary.svg Hungría
IndiaItaliaJapónMéxicoNicaraguaPoloniaPuerto RicoRepública ChecaRepública DominicanaSenegalVenezuela
ActividadesEducación


La experiencia educativa calasancia comenzó en 1597 en la parroquia de Santa Dorotea de Roma, desde donde se trasladó más tarde al edificio anexo a la iglesia de San Pantaleón, la cual es reconocida como la primera escuela pública popular gratuita en Europa. La orden fue formalmente aprobada por la Iglesia en 1622, tras un arduo trámite de reconocimiento. Por aquella época, la burocracia vaticana evitaba autorizar nuevas órdenes.
En 1617 se fundó la Congregación Paulina de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías; el nombre de paulina se tomó del papa Paulo V, quien aprobó la congregación; el papa Gregorio XV elevó la congregación al grado de orden religiosa en el año 1621 con el nombre de "Escolapios".
En 1646, por calumnias surgidas en el seno de la propia orden y acusaciones ante el Santo Oficio que involucraron incluso a José de Calasanz,2 el papa Inocencio X la congregación fue sometida a una visita apostólica, y posteriormente disuelta por Inocencio X mediante un breve pontificio del 16 de marzo de 1646.3 Luego de la muerte de Calasanz en 1648 y de aquel papa en 1655, Alejandro VII reconstituyó la congregación, y Clemente IX restituyó las Escuelas pías a la Orden religiosa en 1669, recuperando así todos sus derechos y obligaciones.3
Al igual que todas las órdenes religiosas, las escuelas pías se rigen por una regla que en este caso se denominan Constituciones de las Escuelas Pías.4

Significado de los términos[editar]

Los términos usados para significar a los escolapios son los siguientes:
  • Orden: en contraposición de Congregación o Asociación. Dentro del derecho canónico de aquella época, la Orden era la instancia formal más elevada, cuyos miembros profesaban sus votos solemne y perpetuamente. Calasanz insistía que era necesario esta configuración canónica para darle mayor perseverancia a su obra.
  • de Clérigos regulares: si bien existían hermanos no sacerdotes, Calasanz concibe el ministerio educativo asociado al sacerdotal (de ahí el nombre de "clérigos"). Regulares porque seguían una "regla", "reglamento". En contraposición a los clérigos seculares (aquellos que dependían directamente de los obispos, con mayor libertad apostólica e, incluso, personal), los "clérigos regulares" sujetan su existencia a una regla externa a la que obedecen. Hay diversas discusiones sobre el tema, lo más probable que Calasanz se haya inspirado en la Regla de San Agustín. Por su parte, Calasanz escribe entre 1610 y 1620 las Constituciones de su Orden.
  • Pobres de la Madre de Dios: referencia a la Virgen María y a la Orden de los Pobres de la Madre de Dios, con la que estuvo fusionada durante tres años al comienzo de su andadura.
  • de las Escuelas Pías: que es el ministerio específico de la Orden creada por la Calasanz, el ejercicio de la educación.

Misión de los padres Escolapios[editar]

Nosotros, escolapios, religiosos y laicos, 'cooperadores de la verdad', como San José de Calasanz nos sentimos enviados por Cristo y la Iglesia a evangelizar educando desde la primera infancia a los niños y jóvenes, especialmente pobres.
Si desde la infancia el niño es imbuido diligentemente en la Piedad y las Letras, puede preverse, con fundamento, un feliz transcurso en toda su vida.
Piedad y Letras

Escuelas Pías[editar]

Historia[editar]

La primera «Escuela Pía» fue fundada en 1597 en la "Paquinuia de Santa Dorotea", situada en el barrio romano de Trastevere, por San José de Calasanz. En ella se abre la primera Escuela popular gratuita de Europa. El número de alumnos creció rápidamente.
Al año de estar en la Parroquia Santa Dorotea, el río Tíber se desbordó, arrasando a su paso las viviendas de los pobres y las dos salitas donde daban clase, quedando todo destrozado.
Al poco tiempo Antonio Brandini (párroco de Santa Dorotea) muere y el nuevo párroco quiso deshabilitar las dos salitas. Como había muchos niños pobres dentro de Roma, José de Calasanz se fue con ellos. Primero a dos casitas cerca de la fonda del Paraíso y más tarde al Palacio Vestri. En 1601 el número de alumnos supera los 500. El papa Clemente VIII se entera de la obra de estas escuelas y queda impresionado hasta tal punto que decide hacerse cargo del alquiler del edificio hasta su muerte.
José de Calasanz decide que en su colegio habrá "oración continua" mañana y tarde durante el tiempo de clase. José acompañaba a los niños a sus casas después de las clases, también organizaba a los maestros aconsejándoles reunirse una vez por semana para tratar temas del colegio. Entre los primeros colaboradores de Calasanz se encontraba el Padre Dragonnetti, gran latínista. En 1602 había 700 alumnos, debiendo mudarse al "Edificio Mannini".

Familia Calasancia[editar]

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