La Orden de los Cartujos (en francés Ordre des Chartreux y en latín Ordo Cartusiensis, abreviado «OCart»)1 es una orden contemplativa de la Iglesia católica, fundada por San Bruno en el año 1084. Su lema es en palabras latinas Stat Crux dum volvitur orbis (La Cruz estable mientras el mundo da vueltas, o, Cruz constante mientras el mundo cambia).
Los cartujos son la orden que profesa más austeridad en la práctica y a lo largo de su existencia han permanecido en pobreza sin caer en lujos. Los monasterios de los cartujos son llamados cartujas y allí buscan estos monjes una vida de contemplación y oración. La regla o regula de los cartujos recibe el nombre de Statutos y difiere de la regla de San Benito practicada por las otras órdenes monacales.
Orden de los Cartujos | ||
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Nombre latino | Ordo Cartusiensis | |
Siglas | O.Cart. | |
Tipo | Orden monástica | |
Fundador | San Bruno | |
Fundación | 1084 |
El primer monasterio de monjas cartujas se fundó en 1147 en Prebayon (Provenza) por un grupo proveniente de un monasterio bajo la Regla de San Cesáreo de Arlés, que anhelaba una vida más interior. Siguieron el consejo de Juan de España, prior de la cartuja de Montrieux, quien les facilitó un ejemplar de las Constituciones de Guigo. En el siglo XIII se alcanzó el máximo de monasterios femeninos, con 7 casas y 2 afiliadas. En 1794 habían desaparecido todos, hasta 1822, fecha en la que se volvió a abrir uno en Francia. En el siglo XX había monasterios en Francia e Italia, y desde 1967 en España.
Cada monasterio femenino tiene considerable independencia, pero está sujeto desde el siglo XIII a visitas regulares de un prior, y se le asigna un vicario, que se ocupa de la dirección espiritual, y dos o tres ayudantes. Todos ellos viven fuera de la clausura de las monjas.
Organización[editar]
Véase también: Anexo:Ministros generales de la Orden de los Cartujos
Cada cartuja está gobernada por un prior elegido por los padres y hermanos del monasterio. Es el responsable del monasterio y de las necesidades espirituales y materiales de los monjes. La orden cartujana siempre se ha resistido a las sugerencias de Roma de elevar a sus priores al rango de abades, a causa del ceremonial y la pompa que esto lleva consigo. El prior coloca a los monjes en los distintos cargos.
El vicario es el suplente del prior. Para ayudar en la administración del monasterio, hay un consejo privado formado por el prior, el vicario, el procurador, un monje (padre o hermano) elegido por el prior, y otro elegido por la comunidad.
El procurador es el monje en el que delega el prior el cuidado de atender las necesidades materiales, y el supervisor del trabajo de los hermanos. Puede tener un ayudante. Otro cargo importante es el maestro de novicios, que lleva su dirección espiritual y comprueba su aptitud. El sacristán se ocupa de la iglesia del monasterio. El chantre dirige el canto del coro. El bibliotecario se ocupa de la custodia de los libros de la biblioteca.
Todos los cartujos están exentos de la dependencia de obispos y cardenales. Los priores dependen directamente del supremo de la orden, que es el prior de la Gran Cartuja. Hay un procurador general de la orden para las relaciones con la Santa Sede, que vive en los alrededores de Roma.
En el aspecto financiero, los cartujos se mantienen con donaciones y trabajos de los monjes. En caso de no ser autosuficientes, reciben trimestralmente fondos de la Gran Cartuja. Cada dos años se celebra un capítulo general en la Gran Cartuja, al que asisten todos los priores y representantes de los hermanos. Suelen durar dos semanas y revisan el desarrollo de la orden en todos sus aspectos. Todos los monasterios son visitados cada dos años por un visitador y un covisitador, para asegurar que están a la altura de las exigencias de la orden en cuanto a fidelidad y obediencia.
Se ha dicho repetidamente que la orden cartujana no ha sido nunca reformada porque nunca se ha deformado (Nunquam reformata, quia nunquam deformata). Esto se ha expuesto en varias encíclicas papales. En una de ellas, Pío XII afirma:
Al revés que otras órdenes religiosas, esta orden no ha necesitado, en tan largo espacio de tiempo, ninguna enmienda o reformaPío XII.Encíclica de 1924
Vida de los monjes cartujos[editar]
El fin de un cartujo es la contemplación en una vida monástica de oración pura y continua. La primera característica de un monje cartujo es la búsqueda de Dios en la soledad. La soledad del cartujo es encontrada en tres niveles:
- 1. La separación del mundo
- 2. La guarda de la celda
- 3. La soledad interior, o la soledad del corazón
Los monjes cartujos guardan los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, pero además guardan dos votos extras, que son el de estabilidad en el monasterio y el voto de conversión de costumbres, en el cual se busca un crecimiento de entrega hacia el Señor.
Hay dos clases de monjes: los padres cartujos, que reciben la ordenación sacerdotal, y los hermanos cartujos, que no la reciben. Dentro de los hermanos, pueden ser hermanos conversos, que hacen la profesión de votos, igual que los padres, y los hermanos donados, que no hacen votos solemnes de por vida.
Dentro de la cartuja puede haber, aunque es poco frecuente, el estatus de familiar, personas que llevan vida semi-monástica, y ejercen funciones similares a las de criados.
Las cartujas[editar]
Las cartujas requieren de gran extensión de terreno debido a que los monjes son eremitas que viven en comunidad:esto les permite tanto el aislamiento como la unión para lograr llevar a cabo su carisma contemplativo.
Las órdenes contemplativas, incluyendo a los cartujos, son la espiritualidad con menor número de miembros; de las órdenes contemplativas la mayoría son mujeres.
Los monjes cartujos viven una vida solitaria y común, en sus cartujas se encuentran:
- 1.- El claustro grande (donde se agrupan todas las celdas)
- 2.- Lugares comunitarios (lugares como la cocina, el lavadero, el refectorio, etc.)
- 3.- Los lugares que producen ruido (talleres de carpintería, forja, etc.)
La vida diaria[editar]
La vida diaria de un monje cartujo incluye varias actividades sugeridas que varían en cada cartuja, pero en general siguen el mismo patrón que incluye los oficios como Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. Estos oficios dan el ritmo fundamental a la jornada de un cartujo. Cada hora del oficio del día es precedida o seguida del oficio de la Santísima Virgen.
Hora | Actividad | Fin |
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23:30 | Levantarse-Oración en la celda | La oración en la celda, en el medio de la noche es uno de los momentos más ricos de la jornada. |
0:15 | Maitines y Laudes | Dependiendo del día, estos oficios duran entre dos y tres horas. |
6:30 | Levantarse | La hora no es fija, pero prepara para las 7:00 |
7:00 | Prima-Angelus | El tiempo que sigue al Angelus está consagrado a la oración o a la Lectio Divina |
8:00 | Misa conventual | Se lleva a cabo en la Iglesia |
10:00 | Tercia | |
12:00 | Angelus - Sexta | |
Comida y recreación | Tiempo libre | |
14:00 | Nona | |
Trabajo manual y estudio | El equilibrio estudio-trabajo manual depende de cada monje. | |
16:00 | Vísperas de la Santísima Virgen | |
16:15 | Vísperas | En la iglesia |
Colación, lectura, oración | Lectura de un libro de autor espiritual o de la Palabra de Dios. | |
18:45 | Angelus - Completas | |
19:30 | Acostarse | Libertad entre 19:30 y 20:00 |
Descontado el tiempo de sueño, comida, aseo y trabajo manual, el padre cartujo dedica 14 horas a la oración y el estudio, de ellas 6 en la iglesia y 8 en la celda.
El hermano cartujo (cartujo sin ordenar) dedica 7 horas diarias a los trabajos u oficios manuales, que se denominan obediencias. El reparto del trabajo lo hace el procurador. Como no tienen tanto tiempo para los oficios como los padres, están dispensados para algunos de ellos. Todos los hermanos hacen cada año un retiro de 8 días en sus celdas.
La alimentación[editar]
Los cartujos no comen carne. En Adviento y Cuaresma prescinden también de los alimentos lácteos. Una vez a la semana, generalmente los viernes, toman sólo pan y agua. Desde el 14 de septiembre hasta la pascua, hacen una comida diaria, más un panecillo para cenar. El resto del año tienen dos comidas diarias, una a media mañana y otra por la tarde.
El silencio[editar]
El silencio se considera fundamental para lograr la contemplación. Por eso, la palabra se utiliza solamente en el canto o en lo estrictamente necesario para llevar a cabo las tareas cotidianas. Sin embargo, como compensación, los domingos hay un recreo que dura de una hora a hora y media, y los lunes un paseo de tres horas fuera del monasterio, durante el cual se puede hablar libremente. Una vez al año, toda la comunidad disfruta del llamado «gran paseo», que dura todo el día.
En los monasterios no hay periódicos, radio ni televisión. Sólo el prior puede leer noticias, que en caso de suma importancia, a su criterio, puede comunicar a los monjes.
Liturgia cartujana[editar]
La liturgia de los cartujos está basada en la escrita por San Bruno y sus compañeros, la cual se distingue por una gran simplicidad y sobriedad. Esta liturgia incluye muchos tiempos de silencio, ningún instrumento musical, si bien está informada con el canto cartujano, parecido al canto gregoriano, pero más austero.
La pureza del canto cartujano se ha preservado celosamente durante siglos. Más lento que el benedictino, de tonos menos agudos, y menos melismático, está considerado como más profundamente espiritual por quienes han escuchado ambos.
Vocación de cartujo[editar]
Para entrar a un monasterio cartujo se recomienda meditar sobre la vocación que debe ser orientada a un fuerte deseo a la oración. Cualquiera que se sienta atraído por la vida cartujana, puede hacer una experiencia para comprobar su vocación: para ello debe contactar con el prior de una cartuja. A todo aspirante serio se le invitará a pasar unos días en la hospedería del monasterio para conocer un poco la vida de cartujo. Se entrevistará con el prior y con el maestro de novicios, quienes estudiarán la conveniencia de aceptarle a prueba como postulante. La aptitud para la orden cartujana se determina, no sólo por la espiritualidad del candidato, sino también por su salud y equilibrio mental. La tendencia actual es que los candidatos sean examinados por un psiquiatra, para cerciorarse de que no hay desviaciones religiosas, ni ocultas obsesiones en el subconsciente, que podrían aparecer más adelante.
La vocación de alguien que desea ser cartujo no es fácil, pues el contacto con ellos es restringido, dado que se han separado del mundo.
Formación en la vida de cartujo[editar]
- Postulantado. De tres meses a 1 año.
- Noviciado. Incluye la toma de hábito y dura 2 años
- Votos temporales por 3 años.
- Renovación de votos por 2 años
- Votos y profesión solemne...
Características para ser admitido como cartujo[editar]
- Tener más de 19 años y menos de 45 para ser monje converso, más de 45 para ser hermano donado.
- Tener el deseo de buscar a Dios.
- Tener inclinación a vivir en soledad para Dios por motivos sobrenaturales.
- Gozar de buena salud y equilibrio mental.
- Estar libre de compromisos familiares y económicos.
- Tener aptitud para el estudio (monjes sacerdotes).
Distribución[editar]
Hay 24 cartujas en todo el mundo,2 de ellas seis femeninas, con un total de unos 370 monjes y 75 monjas, distribuidos en Europa (19), América (3) y Asia (2). Las dos de Corea del Sur son las últimas creadas (2008).
América[editar]
Estados Unidos[editar]
- Cartuja de la Transfiguración, Arlington, (Vermont)
Argentina[editar]
- Cartuja San José (Deán Funes, provincia de Córdoba)
Brasil[editar]
- Cartuja de Nuestra Señora Medianera, Ivora (Río Grande do Sul)
Europa[editar]
España[editar]
- Cartuja de Miraflores, Burgos (Castilla y León) - Activa.3
- Cartuja de Santa María de Montalegre, Tiana (Barcelona) - Activa.
- Cartuja de Porta Coeli, Serra (Valencia) - Activa.
- Cartuja de Benifasar (Femenina), Puebla de Benifasar (Castellón) - Activa.
- Real Monasterio de Santa María de El Paular, Rascafría (Madrid). Fue, desde su fundación en 1390 y durante 450 años, un monasterio cartujo. Actualmente, desde 1954, es una abadía benedictina.
- Cartuja de Sevilla, Sevilla (Andalucía) - Sólo monumento.
- Cartuja de Vall de Cristo, Villa de Altura (Castellón) - Sólo Monumento.
- Cartuja de Aula Dei, Zaragoza (Aragón) - Sólo Monumento.
- Cartuja de Santa María de la Defensión, Jerez de la Frontera (Cádiz) - Sólo Monumento.
- Cartuja de Granada, Granada (Andalucía) - Sólo Monumento.
- Cartuja de Cazalla de la Sierra, Cazalla de la Sierra (Sevilla) - Sólo Monumento.
- Cartuja de Escaladei, Priorato (Tarragona) - Está abandonada.
Francia[editar]
- La Gran Cartuja, Saint Pierre de Chartreuse, Isère
- Cartuja de Nôtre Dame de Montreux, Méounes les Montrieux, La Roquebrunne (Var)
- Cartuja de Nôtre Dame de Portes, Bénonces, Serrières de Briord (Ain)
- Cartuja de Sélignac, Sinandre-sur-Suran (Ain)
- Cartuja de Nôtre Dame de Reillanne (Femenina), Reillannne (Alpes de Haute-Provence)
- Cartuja de Nonenque (Femenina), Manhargues et Latour (Aveyron)
- Cartuja de Valbonne (monumento)
Portugal[editar]
Italia[editar]
- Cartuja de San Bruno, Serra de San Bruno (Catanzaro)
- Cartuja de Farneta, Maggiano (Lucca)
- Cartuja de Vedana (Femenina), Sospirola
- Cartuja de la Trinidad (Femenina), Dego
Reino Unido[editar]
- Cartuja de San Hugo, Parkminster Gowfold, Horsham (West Sussex)
Alemania[editar]
- Cartuja de Marienau, Bad Würzach (Baden-Württenberg)
Eslovenia[editar]
- Cartuja de Pleterje, Sentjernej
Suiza[editar]
- Cartuja de Valsainte, La Valsainte (Fribourg)
Asia[editar]
Corea del Sur[editar]
- Cartuja de Nôtre Dame de Corea, Sangju
- Cartuja de la Anunciación (Femenina), Sanjju
Fundada en 1084, la Orden de los Cartujos es actualmente una de las órdenes más antiguas de la Cristiandad. Fue Bruno, nacido en Colonia cerca del año 1030, quien la fundó. Profesor muy estimado de la escuela aneja a la catedral de Reims, a la que dio fama europea, se encontraba en la cumbre de esta celebridad cuando decidió seguir lo que consideraba su verdadera vocación : dejar el mundo y los honores para vivir sólo para Dios y " abrazar la vida monástica ".
Con 6 compañeros y después de varios intentos que no le satisfacieron, llegó a Grenoble, atraído por la reputación del joven obispo reformador, Hugues. Pero éste había visto a Dios en sueños que construía para su aureola una morada en el centro de una montaña llamada " Chartreuse ", lugar muy poco habitado que se llamó " desierto " ; siete estrellas le indicaban el camino.
Hugues vio en la llegada de Bruno y de su 6 compañeros la respuesta de la Providencia a este sueño misterioso. Allí fue a donde condujo a sus visitantes. Fue en junio de 1084 cuando Bruno reconoció en este sitio solitario el lugar que estaba buscando.
Se construyeron de modo rápido celdas de madera. Una galería las unía a una capilla y a algunos edificios destinados a la vida comunitaria, ya que Bruno pensaba que era necesario asociar al rigor de una vida solitaria un elemento importante de la vida fraternal y comunitaria. Fue esta asociación la que haría la principal originalidad de la Orden de los Cartujos, que nació así.
Después de seis años de vida en Chartreuse, y por el renombre de su fama, Bruno fue llamado por el Papa Urbano II, uno de sus antiguos discípulos, para ayudarle con sus consejos. El Papa no le retuvo mucho tiempo en la corte pontifical y, consciente de la vocación profunda de Bruno, le consiente crear un nuevo retiro de silencio y de soledad en Calabria donde se retiró
y murió el 06 de Octubre 1101.
No se escribió ninguna regla de la Orden en aquel momento: se conformó según las costumbres simplemente instauradas por Bruno y sus compañeros. Fue Guighes, quinto prior de la Orden, quien emprendió la tarea de redactarlas cerca del año 1125. En efecto, otros monasterios de "Cartujos" fueron fundados y era necesario dejar por escrito el fruto de las inspiraciones de Bruno.
Hoy en día, el conjunto de los 24 monasterios que hacen brillar el espíritu cartujano observa los Estatutos de la Orden Cartujana promulgados en 1989 después de la puesta a punto solicitada por el Concilio del Vaticano en primer lugar, por la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico, y después de modo que se preservará el gran ideal de Bruno en el mundo de hoy.
A la vez que detallan el modo de vida del monje, estos Estatutos comunican el espíritu que es la base de la vida solitaria : el silencio de la celda, el rezo continuo, el trabajo humilde y pobre, pero también la vida fraternal, el rezo litúrgico en común, la obediencia tanto al superior de la casa (el Prior) como al Cabildo General que toma todas las decisiones que atañen a la vida de la Orden.
Los Cartujos son contemplativos que dedican, en el silencio, todo su existencia a Dios, a su escucha. Su vocación se desarrolla bajo dos formas :
- Los Padres son sacerdotes es decir que han recibido el sacerdocio. La mayor parte del tiempo, viven en el silencio de su casita llamada "celda".
- Los Hermanos, además de su vida contemplativa, ejecutan las obras necesarias para la vida del Monasterio. Estos dos modos de vida del Cartujo son muy complementarios, bajo el signo de la búsqueda común de Dios, en un ámbito de vida muy solitaria.
La soledad del Cartujo no es una dimisión ni un abandono, sino la elección de un espacio de libertad, en que se expresa plenamente el don de sí mismo, a favor de la humanidad, y en que se alza permanentemente un rezo universal. Así, en nuestro mundo moderno, que cambia continuamente, la Orden de los Cartujos afirma siempre desde los primeros pasos de Bruno en las montañas de Chartreuse, una búsqueda universal, un ideal de verdad y una plenitud interior. La búsqueda del hombre entero, del hombre de todos los tiempos.
Con 6 compañeros y después de varios intentos que no le satisfacieron, llegó a Grenoble, atraído por la reputación del joven obispo reformador, Hugues. Pero éste había visto a Dios en sueños que construía para su aureola una morada en el centro de una montaña llamada " Chartreuse ", lugar muy poco habitado que se llamó " desierto " ; siete estrellas le indicaban el camino.
Hugues vio en la llegada de Bruno y de su 6 compañeros la respuesta de la Providencia a este sueño misterioso. Allí fue a donde condujo a sus visitantes. Fue en junio de 1084 cuando Bruno reconoció en este sitio solitario el lugar que estaba buscando.
Se construyeron de modo rápido celdas de madera. Una galería las unía a una capilla y a algunos edificios destinados a la vida comunitaria, ya que Bruno pensaba que era necesario asociar al rigor de una vida solitaria un elemento importante de la vida fraternal y comunitaria. Fue esta asociación la que haría la principal originalidad de la Orden de los Cartujos, que nació así.
Después de seis años de vida en Chartreuse, y por el renombre de su fama, Bruno fue llamado por el Papa Urbano II, uno de sus antiguos discípulos, para ayudarle con sus consejos. El Papa no le retuvo mucho tiempo en la corte pontifical y, consciente de la vocación profunda de Bruno, le consiente crear un nuevo retiro de silencio y de soledad en Calabria donde se retiró
y murió el 06 de Octubre 1101.
No se escribió ninguna regla de la Orden en aquel momento: se conformó según las costumbres simplemente instauradas por Bruno y sus compañeros. Fue Guighes, quinto prior de la Orden, quien emprendió la tarea de redactarlas cerca del año 1125. En efecto, otros monasterios de "Cartujos" fueron fundados y era necesario dejar por escrito el fruto de las inspiraciones de Bruno.
Hoy en día, el conjunto de los 24 monasterios que hacen brillar el espíritu cartujano observa los Estatutos de la Orden Cartujana promulgados en 1989 después de la puesta a punto solicitada por el Concilio del Vaticano en primer lugar, por la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico, y después de modo que se preservará el gran ideal de Bruno en el mundo de hoy.
A la vez que detallan el modo de vida del monje, estos Estatutos comunican el espíritu que es la base de la vida solitaria : el silencio de la celda, el rezo continuo, el trabajo humilde y pobre, pero también la vida fraternal, el rezo litúrgico en común, la obediencia tanto al superior de la casa (el Prior) como al Cabildo General que toma todas las decisiones que atañen a la vida de la Orden.
Los Cartujos son contemplativos que dedican, en el silencio, todo su existencia a Dios, a su escucha. Su vocación se desarrolla bajo dos formas :
- Los Padres son sacerdotes es decir que han recibido el sacerdocio. La mayor parte del tiempo, viven en el silencio de su casita llamada "celda".
- Los Hermanos, además de su vida contemplativa, ejecutan las obras necesarias para la vida del Monasterio. Estos dos modos de vida del Cartujo son muy complementarios, bajo el signo de la búsqueda común de Dios, en un ámbito de vida muy solitaria.
La soledad del Cartujo no es una dimisión ni un abandono, sino la elección de un espacio de libertad, en que se expresa plenamente el don de sí mismo, a favor de la humanidad, y en que se alza permanentemente un rezo universal. Así, en nuestro mundo moderno, que cambia continuamente, la Orden de los Cartujos afirma siempre desde los primeros pasos de Bruno en las montañas de Chartreuse, una búsqueda universal, un ideal de verdad y una plenitud interior. La búsqueda del hombre entero, del hombre de todos los tiempos.
El sabio y devoto cardenal Bona, hablando de los monjes Cartujos, cuya orden fue fundada por San Bruno, y cuyo instituto religioso está por encima de todos los demás, los llama "el gran milagro del mundo: viven en el mundo como si estuviesen fuera de él; son ángeles en la tierra, como Juan Bautista en el desierto".
San Bruno fue profesor de filosofía y teología en la escuela de Reims, donde mantuvo durante 18 años, un alto nivel en los estudios. Después fue nombrado canciller en la diócesis por el arzobispo Manasés, quien era un personaje indigno de llevar ese alto cargo.
La Iglesia considera la vida de los Cartujos como el modelo perfecto del estado de contemplación y penitencia. Sin embargo, cuando se estableció en Chartreuse, no tenía la menor intención de fundar una orden religiosa. Si sus monjes se extendieron, seis años más tarde por el Delfinado, ello se debió, después de la voluntad de Dios, a una invitación que se les formuló. El conde Rogelio, hermano de Roberto Guiscardo, regaló al santo el fértil valle de La Torre, en la diócesis de Squillace. Ahí se estableció San Bruno con algunos discípulos.
El santo expiró el domingo 6 de octubre de 1101. Luego, los monjes de La Torre enviaron un relato de su muerte a las principales iglesias y monasterios de Italia, Francia, Alemania, Inglaterra e Irlanda, pues era entonces costumbre pedir oraciones por las almas de los que habían fallecido. Ese documento junto con los "elogia" escritos por los 178 que recibieron el relato de su muerte, es uno de los más completos y valiosos que existen.
San Bruno no ha sido canonizado formalmente, pues los Cartujos rehuyen todas las manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del Papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la extendió a toda la Iglesia de occidente en 1674. El santo es particularmente popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto activo y contemplativo de su vida.
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