Se denominan girogonitos a las partes calcificadas de los oogonios de las algas de la Clase Charophyceae.1 2 3 Su diámetro suele oscilar entre 400 y 600 µm.2 Se pueden conservar como fósiles, siendo útiles en bioestratigrafía.1 Se han establecido biozonas en el Mesozoico y el Terciario a partir de fósiles de girogonitos.3 El primer científico en emplear el término fue Lamarck en 1809, aunque no se asoció estas estructuras con las algas carofíceas hasta el año 1822, después de que Leman lo propusiera en 1812.
Megacricetodon es un género de cricétidos del Mioceno conocido por sus restos fósiles.1 2 Aparece en el registro durante el Aragoniense medio y desaparecen en el Vallesiense inferior.2En bioestratigrafía son muy utilizados para establecer biozonas.
Un micromamífero es un mamífero de talla pequeña. Se trata de un término casi coloquial, sin valor taxonómico, pero muy usado en las publicaciones científicas para indicar a aquellos órdenes de mamíferos –y, por extensión, a los individuos o especies pertenecientes a los mismos– en los que la mayor parte de las especies que los forman son de tamaño reducido. No se incluyen las especies pequeñas o ejemplares infantiles de otros grupos de mamíferos en los que, en general, sus individuos son de mayor talla (carnívoros, primates, etc.).
Se suelen incluir bajo esta denominación a insectívoros, quirópteros, roedores y lagomorfos, aún cuando algunas especies de roedores sean de gran talla (como el capibara o el castor). En América del Sur se incluye también a los taxones pertenecientes a la subclase Marsupialia.
En el registro fósil es frecuente encontrar yacimientos en los que los únicos taxones representados son de mamíferos de pequeña talla (micromamíferos), debido, principalmente, a las especiales condiciones de acumulación de restos (tafonomía), por ejemplo por la actividad de algunas aves de presa (acumulación de egagrópilas). Los paleomastólogos también tienden a especializarse (y en consecuencia las publicaciones que producen) en función del tamaño de los objetos de estudio (macro- o micromamíferos), pues las técnicas de prospección/muestreo, extracción y preparación son muy diferentes.
Los fósiles de micromamíferos del Terciario, en su conjunto, tienen una gran importancia para la bioestratigrafía de las cuencas sedimentarias continentales y como indicadores paleoclimáticos.
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