domingo, 18 de junio de 2017

Cuadros del Manierismo


Adoración de los Reyes Magos es una obra de El Greco pintada probablemente en 15681 o 15692 y que se conserva en el Museo Soumaya de la Ciudad de México.

La obra fue concebida por El Greco en la etapa veneciana, cerca de 1568. En aquella época vivió en la Venecia reordenada por Jacopo Sansovino, y pudo tener contacto con Andrea Palladio, a quien el pintor consideraba como el arquitecto del siglo.3 La obra arquitectónica de Palladio influyó los paisajes de las obras de El Greco durante este periodo, y de Veronés contaría con el manejo escenográfico.3 Otra gran influencia de entonces es la de Tiziano, que al arribo de El Greco está trabajando en un encargo de Felipe II, el Martirio de San Lorenzo. Posteriormente le retratará en su Expulsión de los mercaderes y de él aprenderá una pincelada más disuelta, el manejo de iconografía en las obras y cómo articularlos en la narración pictórica.3 Otra influencia en esta etapa será la de Tintoretto, de la que El Greco tomará aprendizajes en el manejo del color y sus posibilidades en el dramatismo de las obras; la luz, el espacio y la anatomía, aunque no se tiene constancia de un aprendizaje en taller o alguna relación personal.3 De hecho aún en el siglo XIX algunas obras eran atribuidas a Tintoretto siendo del Greco y a la inversa.3 Una última influencia de esta etapa será la de Jacopo Bassano, la que el cretense conservará en lo sucesivo en su obra y manifiesta en la creación de escenas crepusculares y nocturnas.3 De hecho el artista visitó y conoció el taller de Bassano.4 Una de las habilidades desarrolladas por El Greco en estos años será el de la pintura sin dibujo previo.5
Probablemente en esta etapa, la formación del pintor no se limitaría a su inmersión en el ambiente pictórico veneciano, sino a una formación humanística que integraría además el aprendizaje del latín y el italiano.4 Puppi, en referencia a la Adoración que se conserva en el Museo Benaki, comenta:
...manifiesta una evidencia híbrida en la que se mezclan y conviven, si bien con algunos desequilibrios estridentes, signos iconográficos y estilemas de procedencia italiana y griega
Puppi, Lionello. "El Greco en Italia y el arte italiano"...
En esta época las temáticas de El Greco serán casi del todo, religiosas. Las fuentes que proporcionen detalles de la vida de El Greco, así como los posibles encargantes de su obra veneciana son escasas.4
En la iconografía religiosa de El Greco -con mayor profundidad en su estancia posterior en Toledo- estarán presentes las ideas propuestas en el contexto de la Contrarreforma.6 Al ser un hombre de fe e imbuido en el pensamiento teológico de su época, a través de sus obras manifestará el interés que tenía por la religión católica y sus doctrinas.6 En el caso de las obras que representan a María, que tiene un mayor peso en las obras de El Greco. Los teólogos españoles colocarán a la madre de Jesús destacando su importancia ante el rechazo del protestantismo.6 El mismo autor colocaría para su tumba una obra relacionada a la adoración de Cristo luego de su nacimiento.
En 1570 el artista dejó Venecia y prosiguió su carrera en Roma.

Descripción

La escena muestra la Adoración de los Reyes Magos. En la composición, María y el Niño Jesús son la figura central. El niño extiende un brazo para recibir los presentes que le ofrecen los tres reyes magos, quienes se muestran tanto con atuendos como con colores de piel diferentes, alegoría pictórica de los continentes conocidos en el contexto del autor.1 El que le ofrece directamente el regalo deja su corona en el suelo como símbolo de la jerarquía divina de Jesús.1 La escena transcurre en un ambiente palaciego, de la que se observa detrás de las columnas plasmadas con trazos clasicistas, una cúpula.

Estilo

En esta época creativa del autor, se sintetizan sus influencias tanto de la tradición bizantina, las escuelas veneciana y sienesa y la iconografía de la Contrarreforma que abrevó en Toledo.1 El manejo del color en la obra es de clara influencia manierista veneciana.









La adoración del nombre de Jesús, también conocida en algunas fuentes modernas como El sueño de Felipe II o Alegoría de la Liga Santa, es una obra de El Greco, realizada en 1579 durante su primer período toledano.

Esta obra es considerada por algunos especialistas como la primera obra encargada por el mecenazgo del rey Felipe II. En la National Gallery de Londres se conserva un boceto preparatorio. También se le conoce con el nombre de La Gloria.
Los personajes representados, además de Felipe II, serían Pío V, patrocinador de la Liga Santa contra el Imperio Otomano, y Juan de Austria, vencedor de la batalla de Lepanto. Otros personajes se encuentran en la parte superior rodeados de una corte de ángeles. En el recuadro inferior podemos apreciar al Leviatán, que simbolizaría una alegoría del Infierno, cuya composición recuerda a El Bosco.
La influencia de la escuela veneciana es palpable en la sensación atmosférica y en las pinceladas que proveen luz y color a la escena. Por otro lado, es inevitable el recuerdo de Miguel Ángel, sobre todo en la composición de los personajes.







Alegoría del triunfo de Venus (en italianoAllegoria del trionfo di Venere), también conocida como Alegoría con Venus y Cupido o Alegoría de la Pasión, es una obra pictórica de Bronzino realizada posiblemente entre los años 1540 a 1550, durante la corte del duque Cosme I de Médici. El cuadro tiene una dimensión de 146 x 116 cm y se exhibe en el National Gallery de Londres desde 1860, cuando fue comprado al coleccionista de arte francés Edmund Beaucousin.1 Se le considera una composición manierista, debido a su artificialidad y oposición al naturalismo, asimismo como a los principios de belleza clásica defendidos durante el Alto Renacimiento.2
En él se representa a Venus sosteniendo la manzana de la discordia en su mano izquierda, y girando su cabeza para dar un beso a Cupido. El tema central de la pintura es el erotismo o el amor prohibido, que acompañado por la envidia y los celos producen consecuencias trágicas.

Antecedentes históricos[editar]

Después del saqueo de Roma dirigido por el emperador Carlos I de España, los Médicis se vieron forzados a huir de Florencia debido a su impopularidad y también porque los florentinos habían aprovechado el caos general para que se estableciese nuevamente la República en Italia. Posteriormente, Carlos I realizó un acuerdo de paz con el Papa Clemente VII, y en 1530 los Médicis volvieron a imponer su dominio sobre Florencia bajo el mandato del duque Alejandro.4 Sin embargo, después de algunos años este fue asesinado, permitiendo la investidura de Cosme I de Médici como el Gran Duque de Toscana.5 A lo largo de su periodo de gobierno, el poder se consolidó en la zona, trayendo consigo estabilidad y prosperidad. Las artes fue uno de los aspectos más favorecidos durante el reinado, y en el año de 1539 se seleccionó a Agnolo Bronzino como uno de los pintores oficiales al servicio de la corte de esta poderosa familia.6

Bronzino[editar]

En su juventud fue discípulo de Jacopo Pontormo, uno de los personajes que más influenciaría su personalísimo estilo artístico y con quien estableció un fuerte lazo de amistad. El cariño de Pontormo hacia Bronzino fue tan grande, que incluso lo retrató en una de sus obras, José y Jacob en Egipto (c.1518), en donde aparece sentado en una escalinata sosteniendo un bolso.7 Desde el inicio, demostró preferencia por pinturas seculares, en especial retratos para la aristocracia florentina, donde es perceptible el formalismo, frialdad, y rigidez de sus representaciones. Esta carencia de calidez y sentimentalismo en su obra, típica de la corriente manierista, lo hacían apto para pintar alegorías y lo distanciaban en cierto modo de pinturas con temas religiosos. Por esta razón la mayoría de sus trabajos pictóricos se centraban en retratos de los miembros de la corte ducal, convirtiéndose en el retratista oficial del duque y la duquesa, y de sus hijos. Durante su servicio como pintor de dicha familia ejecutó numerosos retratos, y uno de los más destacados es el que realizó a Leonor Álvarez de Toledo, quien fue esposa de Cosme I. Durante el siglo XVI sus retratos influenciarían las tendencias pictóricas de las cortes reales del resto de Europa.8 Cabe mencionar que aparte de haber sido un prolífico pintor, fue un poeta, y se estima que compuso más de trescientos poemas.9

Encargo de la obra[editar]

Giorgio Vasari, en su libro Le vite de' più eccellenti pittori, scultori e architettori de 1568, ha indicado que la pintura fue comisionada a Bronzino con el objetivo de que fuese entregada como obsequio a Francisco I rey de Francia,10 sugiriendo una fecha de elaboración anterior a 1545.11 Sin embargo, Vasari en ninguna parte menciona que haya sido delegada por Cosme I de Médici, y a pesar de este hecho, numerosos eruditos han atribuido el encargo al "Gran Duque de Toscana". El erotismo de las imágenes representadas en la obra probablemente estaba acorde con los gustosimos particulares de la corte francesa de aquella época. El detalle, la textura y la riqueza de la pintura confirman el posible patronazgo de alguna persona perteneciente a la aristocracia.

Personajes de la obra pictórica[editar]

Venus[editar]

Es el personaje central de la escena, y ejecuta la acción principal, besando a Cupido en los labios y sugiriendo el tema de la lujuria y el incesto. Sostiene en su mano derecha la flecha de su hijo en forma triunfante, y en la izquierda la manzana dorada, que hace alusión al juicio de Paris, donde él le obsequió la manzana de la discordia a cambio del amor de la mujer más hermosa, Helena de Troya. Además está acompañada por una pareja de tórtolas, típico emblema y animal de compañía de la diosa.12

Cupido[editar]

Es también el personaje principal de la escena, y responde al beso de su madre. Su mano derecha reposa sobre el pecho izquierdo de Venus, además la abraza superando el cariño filial, y posiblemente convirtiéndose en su amante.13

Placer Loco[editar]

En la parte derecha de la obra pictórica, la locura aparece personificada por un putti o un niño, el cual sostiene con ambas manos pétalos de rosas, con la aparente intención de arrojarlos sobre Venus y Cupido. En su tobillo izquierdo lleva una pulsera de cascabeles y se ha identificado una espina que atraviesa su pie derecho y por la cual no expresa ninguna preocupación del posible dolor que le pueda causar.

Engaño[editar]

A la derecha, justo detrás del Placer Loco está el engaño que posee el rostro hermoso de una doncella, pero que su cuerpo es de una serpiente que remata en forma de escorpión.14 Con una de sus manos esconde el aguijón de su cola, y con la otra ofrece a los amantes un panal.

Padre Tiempo[editar]

El tiempo aparece en la parte superior derecha y es representado como un hombre de edad, con una notoria calvicie. A su espalda se logra ver un reloj de tiempo que confirma la identidad de dicho personaje. El tiempo está retirando la cortina para exponer la escena o tableau vivant que está en desarrollo.

Olvido[editar]

En la parte superior izquierda, tras el telón aparece el Olvido, a quien le falta la parte superior de su cabeza, que según algunos eruditos coincide a la parte del cráneo donde se encuentra la memoria. Posiblemente el personaje quiere esconder la verdad o destapar la escena de lujuria, sin embargo, el Padre Tiempo lo impide, «haciendo alusión a los retardados efectos de la sífilis».
Detalle de la personificación de los Celos o la Sífilis en la obra pictórica.

Los Celos o la Sífilis[editar]

En el lado izquierdo de la obra están posiblemente los Celos o la Sífilis, los cuales están encarnados por un hombre que se lamenta y tira de su cabello. Algunos estudiosos lo han identificado con la sífilis, debido a que esta epidemia acechó Europa durante esa época.











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